EL AGOTAMIENTO DE PAPA ESTADO

EL AGOTAMIENTO DE PAPA ESTADO
Por Leonardo Calvo Cárdenas
Boyeros, La Habana, 29 de octubre de 2009, (PD) En espacios periódicos de la prensa plana oficialista (por cierto, la única legal en Cuba) que supuestamente reflejan las inquietudes de los ciudadanos, en las últimas semanas se pueden apreciar con cierta recurrencia referencias a la posibilidad o necesidad de suprimir el sistema de racionamiento de productos básicos alimenticios.

Por casi medio siglo, la libreta de abastecimiento ha sido un tenue paliativo a las penurias económicas generadas por un sistema inviable, así como la base fundamental del igualitarismo paternalista y controlador en que se fundamenta el inacabable poder de esa elite antinacional que ha degradado hasta la saciedad las bases materiales, éticas y espirituales de la nación cubana.

En esos mismos y otros espacios, se habla de la supuesta intención de las autoridades de eliminar la dualidad monetaria que con el espejismo de la mentira numismática sin fundamento productivo, caotiza nuestra realidad económica, resta valor real y moral al trabajo e impone desigualdades que agobian a los sectores más vulnerables de la sociedad.

La persistente debilidad de la economía nacional, que en los marcos actuales carece de producción y potencialidades reales para garantizar un abasto para el consumo al alcance de las grandes mayorías, así como para restaurar la solidez y poder adquisitivo de la moneda nacional, hace pensar que, de momento, levantar tales expectativas —quitar la cartilla de racionamiento y la doble moneda— parece ser un farol (artificio verbal) para pulsar el estado de ánimo y la reacción de la sociedad ante la ausencia de disposición gubernamental para abrir los espaciosque viabilicen el renacimiento económico y cívico de una nación cuyo deterioro y desesperanza no pueden ser escondidos por la censura y el autocomplaciente discurso oficial.

Las pantallas de la televisión nacional mostraron al comandante de la revolución Ramiro Valdés, uno de los líderes históricosy actual ministro de la informática y las comunicaciones, cuando expresó que ya Papá Estado no puede resolverlo todo.El comandante que habla poco y no ríe nunca en público —en privado logra incluso hacer buenos chistes— pierde maravillosas oportunidades de quedarse callado. Ya en otra ocasión dijo que la Internet era algo muy peligroso que había que controlar.

Tal parece que el comandante Valdés no ha vivido aquí o ha estado tan ensimismado en su vida suntuosa, que no se ha enterado quienes impusieron la condición de “Papá Estado”. Fue impuesta por ellos mismos. Lo hicieron para garantizar su control estricto de la sociedad. Tuvieron a bien cerrar todos los espacios de desenvolvimiento cívico e independiente de los ciudadanos.

El ser humano es el animal que durante más tiempo depende de suspadres, pero cuando una persona vive toda la vida a cuenta de sus padres es porque es subnormal o por atrofia se convierte en tal. Una sociedad donde un poder absoluto y divorciado de la realidad lo produce, distribuye y decide todo sin escuchar a nadie, es una sociedad anormal y fallida.

Si el comandante Valdés tuviera para analizar la realidad que lo circunda la habilidad que ha tenido para reprimir adversarios y consagrarse al hedonismo, si le asistiera el indiscutible valor personal que le acompañó en sus años mozos de combatiente revolucionario, entonces estaría en condiciones de admitir que los responsables del estatismo extremo que corroe la nación hasta sus cimientos son ellos mismos. A quienes les falta el valor político y la capacidad de liderazgo necesarias para abrir la sociedad a los cambios que pueden salvarla del abismo en que la ha sumido la indolencia egoísta de los gerontócratas ungidos.

El propio presidente Raúl Castro anunció en su momento cambios conceptuales y estructurales, pero al parecer carece del valor político necesario para iniciarlos y sobre todo, para convivir con la restauración de los derechos económicos y las potestades ciudadanas que, como demuestra la experiencia histórica, es el único camino para impulsar el desarrollo y promover el equilibrio social.

Países enormes con grandes retrasos históricos y complejidades culturales como China, India y Vietnam sólo pudieron dar el gran salto que los convierte hoy en paradigmas del desarrollo global cuando entregaron la tierra a los campesinos, liberalizaron la fuerza de trabajo, la gestión empresarial – comercial y abrieron importantes espacios cívicos para sus ciudadanos.

Los gobernantes cubanos han tenido una larga oportunidad de cincuenta años para agobiar de penurias y sacrificios a varias generaciones y demostrar sin dudas que son totalmente incapaces de generar la riqueza y bienestar que prometieron al llegar al poder. De momento, su única respuesta parece ser incrementar las restricciones y cargar sobre los ciudadanos sin derechos, todo el peso de esa incapacidad, a todas luces, invariable

El comandante Ramiro Valdés y sus compañeros de largo viaje, visitan China y Viet Nam para aprender perfectamente lo que no deben hacer. La historia no los absuelve y la geografía los condena. Deben terminar de convencerse que tanto poder y tanto miedo puede sumir a una nación completa en un abismo irreversible.


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