LAS JINETERAS NUPCIALES

Guillermo Fariñas

Periodista independiente. cocofari62@yahoo.es


Guillermo Fariñas

Periodista independiente. cocofari62@yahoo.es

Ver todo los articulos de Guillermo Fariñas La Chirusa, Santa Clara, noviembre 26 de 2009 (PD) Las prostitutas nacionales que más publicitan las tradiciones populares son aquellas que aspiran a que los extranjeros les coloquen un velo de novias en sus cabezas. Ellas creen que la manera efectiva de salir de las carencias es casándose con un ciudadano de otra nación.

Toda esta aspiración viene precedida por una preparación afectiva del súbdito foráneo que la meretriz crea que es susceptible de quedar enganchado por sus encantos personales. Léase que estas cubanas tratan de hacer crecer en esos hombres sentimientos que vayan más allá de los primarios deseos sexuales.

Aquí entra a jugar un verdadero análisis de las frustraciones afectivas de estos extranjeros que les pagan de entrada por hacer el sexo. La relación entre ambos ellas la convierten con mucho tacto en algo ameno y cómplice. El vínculo de un modo pausado se transforma en amigable, fraterno e incondicional.


Estas prostitutas en su desesperación deducen que los forasteros también son seres humanos, solo que residen en sociedades más modernas y abiertas. Cuestión que los hace poseer muchos derechos, que en el mayor archipiélago del Mar Caribe se encuentran secuestrados por las autoridades comunistas.

Se convierten en pocas horas en las sustitutas de una madre o esposa fallecida, sin que sientan que por este medio manipularán a su futuro esposo. También son capaces de obtener un desenvolvimiento sexual nunca antes observado en su “víctima”. En estos casos son repetidas las frases: “Nunca había tenido un hombre como tú” o “¿Dónde tú estabas que yo me perdí esto que me das?”

Como recuerda una famosa jinetera de los años 90 del pasado siglo, ahora retirada y convertida en una honorable viuda en la fría Europa: “Todo ser humano tiene alguna debilidad y si quieres irte para el diablo de este infierno que es Cuba, hay que transformarse en una psicóloga y decirle al yuma precisamente lo que este quiere oír; si no sabes hacerlo, te quedaste aquí”.

Lo esencial es que la labor de las mencionadas meretrices no se limita únicamente a proporcionarle una vulgar satisfacción carnal al turista. Su labor va mucho más allá. Ellas tratan de explorar, interiorizar, sustituir y determinar en las almas de sus consumidores. Si se hace posible el sueño de casarse con el visitante, entonces… mejor todavía.

Según testimonios muy interesantes de expertas jineteras que viven en la ciudad de Santa Clara, esta labor casi nunca se logra en el primer viaje del foráneo a la isla. Los turistas caen en una telaraña excelentemente tejida por esas féminas cubanas, a las que ellos supuestamente vinieron a explotar sexualmente.

“Para desear ser señora y que te lleven un día a la iglesia, es importante cambiarle la visión tuya al tipo que vino a coger contigo y lo más práctico es aparentar un encuentro casual y no hablar respecto a dinero alguno con él”, afirma una graduada en psicopedagogía, quien en este momento tiene residencia en España.

Y continúa: “Cuando te encuentras con un hombre que sabe que tú te dedicas a hacer la calle sistemáticamente, para lograr un matrimonio con él es demasiado complicado, pues tienes que sensibilizarlo con situaciones de pobreza extrema en tus familiares cercanos, cosas que todos no pueden asimilar y entonces se retiran”.

Aquellos turistas que lograron ser sensibilizados, recibirán ya cuando estén en su nación de origen una avalancha de llamadas telefónicas y correos electrónicos de sus “fieles” amantes. Estas comunicaciones tratan a toda costa que no se rompan los lazos entre ellos y las futuras novias. Si hay respuestas, entonces no todo está perdido.

Tras estas actuaciones existe, aunque nadie lo diga por su nombre, una necesidad de usar a un ciudadano de otro país para satisfacer las carencias materiales y espirituales de las mujeres en Cuba. Es que el sistema político-social que prevalece por algo más de medio siglo no los satisface y ellas dentro del meretricio, optan por ser jineteras nupciales.
cocofari62@yahoo.es