La Nueva URSS: Grannacional

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La Nueva URSS: Grannacional



Cuba/ Alerta



Cubamatinal/ La Cumbre del ALBA concluyó el pasado día 15 con veinticinco acuerdos. Algunos encaminados a mejorar la salud, otros la educación, también hay proyectos económicos y culturales; todos bajo una sombrilla que se ha dado en llamar “grannacional”. Este término pretenden arroparlo con la válida idea de la integración regional, pero en él subyace algo más compacto y subordinado a un gran caudillo, un estado multinacional. Si se suma como afluente lo que han dado en llamar como: “Socialismo del Siglo XXI”, termino que nunca definieron con claridad; nos viene a la mente el zarismo comunista soviético.


Por Francisco Chaviano González

La Habana, 30 de diciembre/ RDACD/ La democracia de la revolución burguesa rusa, le permitió a Lenin, líder del insignificante partido bolchevique (menos del 2%); desplegar toda una campaña populista de falsedades y engaños. Entre los mandamientos comunistas estaba, además de hacer dueños de la tierra y las fábricas a campesinos y obreros, tres planteamientos que nadie podía rechazar: retirarse de la guerra, trabajar menos y cobrar más. Así de la noche a la mañana, pasaron a ser gran mayoría. Dieron entonces un golpe de estado en el Palacio de Invierno (al cual llamaron revolución) y se hicieron del poder.

La hoz y el martillo se implantaron sobre un mar de sangre como sugiere su bandera. La familia del Zar, incluyendo mujeres y niños, fue masacrada. A buena parte de la nobleza rusa y oficiales del ejército le ocurrió otro tanto. Lenin se retiró de la guerra tras un acuerdo oneroso con los beligerantes A los campesinos agrupados en cooperativas estatales le dijeron que eran dueño de aquellas tierras de las cuales no podían disponer y lo mismo hicieron con los obreros en las fábricas. Aumentaron el salario y disminuyeron la jornada laboral de 10 a 8 horas.

Se desató una guerra intestina fratricida contra los llamados rusos blancos, que era más cruel y violenta que la mundial de la cual se habían retirado. Dada la contienda civil y la falta de estímulos productivos, se generalizó el hambre y la escasez de todo. Como paliativo se impusieron 4 horas de trabajo voluntario alargando la jornada a 12 horas y más. Con motivo de la carencia de alimentos y útiles, los precios se multiplicaron al punto de que los salarios no alcanzaban ni para cubrir las necesidades más perentorias.

El pueblo ruso terminó siendo dueño de nada, inmerso en una guerra más sangrienta y dolorosa que la anterior, ganando menos salario, trabajando más y sirviendo a nuevos señores sin títulos nobiliarios. Pero algo más, perdieron la poca libertad que tenían y que entregaron a la supuesta causa de los humildes.

Los anticristos en el poder comenzaron a desmontar el orden y las instituciones existentes, era necesario cambiarlo todo por algo que fuera diferente, no importaba si era funcional o no. Se trata de destruir la forma de hacer, organizar y ser, que la humanidad ha ido perfeccionando a través de la historia; y en ese empeño, están incluidas las costumbres y tradiciones. Es destruir la comunidad de intereses – que es la Patria – para imponer las ambiciones personales de gloria y poder de la nueva casta. Así surgió el “Imperio del Mal”.

Este fenómeno fue descrito magistralmente por el argentino Eudoxio Rabines, la cual tildó en su libro como “La Gran Estafa”. Y eso es, el estafador engaña a su víctima con algunas dádivas para que esta le entregue lo que ambiciona, luego la desfalca.

Es así como se hacen del poder algunos cerebros envenenados por la maldad, usan los hombros de los humildes para alzarse, luego le ponen el yugo a estos y a todos. Es un antro de odio, represión y espionaje. Fidel Castro dijo: “armas para qué”, luego militarizó el país y fusiló a todos sus enemigos. Prometió el bienestar de uno de los países más rico de América y nos llevó a la miseria. Habló de explotación de los trabajadores y los convirtió en esclavos. Proscribió la libertad. Hoy Cuba es una plataforma para expandir el Mal, un timorato ejercito de profesionales atrapados entre el chantaje y la represión, van a cumplir una misión en la cual, tras el ropaje de benevolencia humanitaria, se esconde la maldad de engañar.

La historia se repite una y otra vez. Ahí está Chávez en Venezuela, comprando voluntades con aumentos de salario, escuelas y hospitales; mientras se apodera del país. Dilapida los recursos de la nación para ganar influencia en el área, con el empeño de erigirse en el líder del nuevo Imperio Grannacional. Fidel Castro es su mentor, como su tiempo en la escena ya se acabó, lo eligió para continuar su obra de maldad, maniobra que incluye cederle la patria cubana para su nueva URSS –Unión de Repúblicas Socialistas Suramericanas –. Evo Morales le sigue los pasos en Bolivia, así como Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua.

Pero la lógica irracional de estos regímenes no se limita a su patio sino que va más allá. En lugar de fomentar las buenas relaciones con su vecino del norte, por la importancia que tiene su área natural de comercio, se declaran enemigos irreconciliables del mismo. Sus amigos son los tiranos, bandidos y terroristas del mundo; países cuyo único punto común es el interés de hacer daño. Para ellos el terrorismo es Posada Carriles y los bombardeos norteamericanos en sus guerras; no la ETA vasca ni el IRA irlandés ni el Hamas palestino; a los cuales apoyan y dan cobertura sus espías en el mundo. Pero si esos espías son atrapados, entonces los presentan como luchadores antiterroristas.

Las huestes del Gran Mal estuvieron hace poco en Copenhague en la Cumbre del Cambio Climático. Se erigieron como los salvadores del planeta, artilugio concebido por Fidel; pero no van allí a contribuir en la búsqueda de soluciones al gran problema de nuestro planeta, sino a boicotear cualquier acuerdo. No buscan el compromiso de todos, sino el del primer mundo nada más. Así actúa la pandillita del ALBA y el Castro de la “desecación de la Ciénaga de Zapata y la Brigada Che Guevara para eliminar los bosques en busca de área cultivable en un país que subutiliza la que posee; el que ha salinizado los suelos con su veleidosa política, convirtiendo en tierras pobres las que antes eran muy feraces; el de las grandes contaminaciones en ríos, playas y bahías”. El que ahora esté tomando algunas medidas después de hacer tanto mal, no le exonera de todo el daño que le hizo al país.

Despierta América, despierten todos, no los subestimen porque se trata de los maestros del engaño, las manipulaciones y el espionaje. Es el ALBA del Gran Mal.


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Cubamatinal