CIUDADANOS DEL MUNDO Y DE CUBA LIBRE!!!!!!!!!!!!

Ciudadanos del mundo y de Cuba libre. Por Jacobo Machover


Hay dos Cubas: por un lado la que está sometida a una de las tiranías familiares más longevas de la historia (otra es la de Corea del Norte) y por otro la que anda dando vueltas por el mundo desde hace más de medio siglo. A esa otra Cuba, “apátrida” para las autoridades castristas, pertenezco yo, al igual que todos los exilados que asumen con orgullo el título de exilados.
Eso es lo que la administración Obama no parece (o no quiere) entender. Según un alto funcionario americano, citado por Granma (lectura obligada en algunos casos, aunque en la mayoría de ellos da asco) en un artículo titulado “Paranoia antiterrorista”, “el 100% de los pasajeros nacidos o que llegan de esos países serán sometidos a un férreo control corporal completo y a un registro manual de sus efectos personales”.
“Esos países” son 14, entre los cuales figuran a la cabeza Irán, Sudán, Siria y, naturalmente, Cuba. Pronto deberán agregarles unos cuantos más, por ejemplo Venezuela, Bolivia o Nicaragua. Que Cuba sea promotora del terror en todas partes es un hecho sabido y consabido. Aparte de Angola, donde Ochoa, los hermanos La Guardia y otros de sus secuaces bombardearon con armas químicas poblaciones enteras, de Etiopía, donde el mismo Ochoa y tantos mercenarios castristas más ayudaron a consolidar durante años la satrapía sangrienta de Mengistu, los soldados y espías castristas han actuado en todos los continentes: por ejemplo en el Congo, con el Che Guevara a la cabeza, ayudado a la guerrilla de Kabila, cuyo hijo después del padre gobierna hoy el país, en Siria, donde una brigada cubana combatía al lado de Hafez el Asad, a quien le sucedió su hijo Bachar, durante y después de la guerra del Kippur contra el ejército de Israel, en los campos palestinos de Beirut y del sur del Líbano, al lado de los fedayín del difunto Arafat. Hoy día, los “médicos, maestros y deportistas” (todos ellos auxiliares de la DGI, la Dirección general de inteligencia) cubanos asesoran al aprendiz de dictador Hugo Chávez en Venezuela, al dirigente cocalero racista Evo Morales en Bolivia, al resucitado Daniel Ortega en Nicaragua, organizando sus servicios de represión, de delación y de seguridad (su guardia pretoriana), como antes lo hicieron con el mismo Ortega o con Salvador Allende en Chile.
Ellos son los enemigos de la democracia y de la libertad. No nosotros. No los que nos vimos obligados a abandonar la isla para ir a refugiarnos a cualquier parte que nos otorgara el derecho de asilo. No los que, después de haber cumplido veinte o treinta años de cárcel, fueron colocados en un avión para que cumplieran una doble condena, la del presidio y la del exilio. Todos (o casi todos) tenemos pasaportes de otros países, donde figura sin embargo la mención: “Nacido en Cuba”. Ese país, no lo llevamos sin embargo impreso en la frente sino en otros lugares: en el corazón, en el alma. Por negarnos a poner los pies en un consulado cubano, es decir en la sede de la representación legal de la dictadura castrista en el mundo libre, pocos son los que aceptan renovar su pasaporte. Somos muchos, incluso, que veríamos como un honor el que el Consejo de Estado de ese régimen se dignara en arrebatarnos la ciudadanía. Somos ciudadanos del mundo, y de Cuba libre, no la de ellos.
A la nueva administración americana no le importa un carajo esa distinción, como tampoco le importaba a Bill Clinton, que dejó de recibir a los cubanos que huían del castrismo como combatientes de la libertad y que devolvió a Castro al niño Elián. Pero nosotros no tenemos nada que ver con los esbirros del castrismo, a veces disfrazados de “embajadores culturales”. La América de Obama ha dejado de reconocernos esa condición, así, de pasada, sin la más mínima vergüenza. Estamos más orgullosamente solos que nunca.
Publicado por Isis