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domingo, 4 de abril de 2010

'Eso se va al carajo' Entrevista con Alvarez Guedes



Guillermo Álvarez Guedes, el cubanazo que patentizó el ¡Ño! y asegura que puede hacer radio hasta en calzoncillos, estudia proposiciones para volver a la radio de Miami, con dos horas de chistes, noticias, pinceladas de intelecto y participación del público.

"Los cubanos somos una raza aparte —exclama— somos del carajo: competimos constantemente, somos sinceros, amables, inventamos mentiras cuando hacen falta, pero queremos que todo el mundo haga lo que nosotros, somos grandes dictadores".

¿Entonces Fidel es cubano?

"Fidel es un hijo de puta", protesta.

Estamos en su estudio, atiborrado de libros, discos, caricaturas, fotos y más fotos de su carrera, bañados todos por la luz intensa que viene del jardín magnífico que amenaza tragarse la casa.

"Esos árboles los sembré yo", me dice. Y comenzamos la entevista:


¿Extrañas a tus oyentes radiales?

Mucho. Me desayunaba frente al micrófono.

Apunto a su foto con Rita Montaner y le pregunto: ¿Es verdad que era una mujer difícil?

¡Era terrible! El programa de TV Rita y Willy, estuvo sólo un año y medio en el aire. Tuvimos problemas. Estábamos haciendo una obra de Juan Erbello, titulada el Solar en el Teatro Martí, y Rita me dijo una morcilla [fuera de libreto]. Yo le respondí y el público se puso a mi favor. Rita protestó que a mí no se me podía decir morcillas, yo le dije: sí, pero yo las contesto más rápido que tú… y ella explotó "si te molesta, no trabajamos más en teatro", y yo le respondí: si quieres no trabajamos más en teatro, ni en radio, ni en la televisión, porque yo no lo necesito.

¿Así fue que rompiste con Alarcón en la Clásica 92?

¡No! Nada de eso. Estaba gestionando un nuevo contrato para El Show de Álvarez Guedes, me ofrecieron un dinero que no me convenía y simplemente volví a casa, a sembrar en mi jardín.

En Miami hay miles de recién llegados, ¿crees que se rían con tus chistes? ¿Es el humor generacional?

Cinco generaciones ríen con Chaplin, el Gordo y el Flaco y Buster Keaton. Sólo hay humor bueno y malo. Si no logro hacer reír a los jóvenes con mis chistes, es que los chistes son malos.

¿Qué me dices del humor en la televisión de Miami?

Es muy flojo, porque las plantas trasmisoras no se ocupan de pagarle a los escritores. La mayoría de los sketches están hechos por los propios actores, y no siempre les sale bien. Ahí tienes a Alexis Valdés, a veces me gusta, otras no. El personaje de Magdalena la Pelúa me parece muy gracioso.

La muerte de Zapata Tamayo ha provocado una repulsa internacional, ¿Ves un debilitamiento del régimen?

Los regímenes dictatoriales saben que si aflojan pierden. Mientras más inseguros se sientan más aumentan la represión. Raúl Castro no puede abrir ni una rendija porque se va al carajo.

¿Qué te pareció Lula da Silva comparando a los presos políticos cubanos con los delincuentes en las cárceles de Sao Paolo?

Lula es un descarao, pertenece a la izquierda y no quiere que le digan izquierdoso. ¡Es un cínico! Se presenta como amante de la libertad y va a Cuba a abrazarse con Raúl Castro, cuando muere en la cárcel Zapata Tamayo. Lula no tiene vergüenza.

¿Qué opinas de la nueva organización latinoamericana de la que excluyen a Estados Unidos y Canadá?

Fracasará, porque esta encabezada por Hugo Chávez, que habla mucho, pero es un incapacitado.

El régimen cubano anuncia más represión contra el uso de la Internet. ¿Podrán eliminar a los blogueros?

A la larga no. Los jóvenes inventarán cómo evadir el cerco. La represión irá perdiendo poco a poco efectividad. Cuando ves el sacrificio de Fariñas, ves que la libertad de Cuba viene en camino, no la para nadie.

Hay una invasión de artistas de la Isla a Miami. No hay semana que no se anuncia en cartelera un artista cubano. ¿Qué te parece?

¡Que vengan! Este es un país libre. Pero eso sí, yo no actúo en el mismo escenario con esos que vienen a buscar dólares y regresan a Cuba.

¿Qué te parecieron los Van Van?

¡Anacrónicos! Los ponen como una orquesta del otro mundo, y suenan como un sexteto cualquiera. Tuvieron su momento, en los años 70, lanzaron algunos numeritos que pegaron, pero de ahí pacá no han hecho nada.

¿No ves nada nuevo en la música de la Isla?

La creatividad está en el piso. Y la poca que surge no la divulgan. Esa guaracha Lucha tu yuca taíno, es novedosa, graciosa, podría ser un hit, pero la censuran. Hay algunos buenos interpretes, pero no les producen discos, no les hacen publicidad, no tienen un mercado, qué pueden hacer.

Hay congresistas luchando para que los estadounidenses puedan viajar como turistas a Cuba. ¿Crees que Raúl Castro permita que miles de americanos metan sus narices en los solares de La Habana?

¡Para nada! No le conviene. Y detrás de estos congresistas, y hasta de los religiosos que van a Cuba a coquetear en nombre de Dios, están los negociantes que les importa un bledo la libertad y la democracia.

¿Qué opinas de la política de Obama, después de un año en la Casa Blanca?

Obama está rodeado de liberales optimistas que creen que todo se puede lograr con palabras. Mientras estaba haciendo campaña, él creyó que era muy fácil lograr lo que proponía, pero asustó a los americanos y se encontró con otra realidad, el mundo gira rápido.

¿Ves un repunte de la derecha latinoamericana?

El termino a la derecha no se debe usar, a donde van los pueblos es a la realidad, a la libertad, a la verdad.
¿Y el termino izquierda?

Sustitúyelo por comemierdas.

A la muerte de Fidel se acabará la revolución cubana.

Cuando Fidel falte eso se va al carajo. Su figura es lo que único que mantiene ese engendro. Su hermano es un fantoche rodeado de un coro de ancianos.
Tus chistes, tu lenguaje, tu proyección en escena, se ha convertido en un símbolo de cómo hablan los cubanos. Pero algunos intelectuales te califican de vulgar.

En la literatura escrita se ha utilizado este estilo desenfadado, natural. Ahí tienes a Camilo José Cela, premio Nobel. Los incultos, los comemierdas y los hipócritas han estado siempre en contra de lo que ellos llaman las malas palabras. No existen las malas palabras, existen las palabras que son malas según quien las diga.

Pero a las puertas del restaurante Versalles, de Miami, critican a los cubanos recién llegados porque hablan con muletillas, como acere, mi ecobio.

Así hablan algunos cubanos de ahora. Y qué le vamos a hacer. Los dicharachos existen en todos los idiomas. Ya Jorge Mañach escribió Indagación del choteo sin atacar la manera de hablar de los cubanos de su época. Dejen que cada cual se exprese como le convenga.

¿Podrías definir el exilio cubano?

¡No! Porque es muy heterogéneo. A los que vinimos primero nos califican de intransigentes. Nosotros bailábamos son, los que llegan ahora bailan timba. Lo que sí es cierto que nunca han podido involucrar a los exilados de cualquier tipo, de cualquier edad, con lo que aquí se llaman hispanos, porque seguimos siendo cubanos.

¿A los 85 años, no te sientes cansado?

Puede que tenga mataduras, que me pesen las rodillas, pero me siento mentalmente joven. ¡Estoy entero para hacer reír!

Tienes un público fiel que repleta los teatros donde te presentas. ¿Has pensado volver a dar conciertos?

En agosto 14 voy a pararme en la escena del Dade County Auditorium, de Miami. Yo solo, a chiste limpio. Y que ría el que tenga ganas.
(toma do de DDC)

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