Por Luís Alberto Ramírez (Katungo)
Cuando le pregunté a la Sra. Maira Morejón si había desayunado aquella mañana de domingo cuando se disponía a cazar un aparato rodante, rutilante, motorizado o lo que fuere, para dirigirse al barrio de Miramar con el propósito de acompañar a las Damas de Blanco en su acostumbrado paseo dominical, me dijo que no, que no tenía ni siquiera un poco de azúcar para endulzar el agua que se había acabado de tomar. Y no mentía, la Sra. Maira vive en el municipio Plaza con dos hijos de dieciséis y dieciocho años respectivamente, que no estudian ni trabajan, y un hermano con enfermedad mental, sin embargo, a pesar de que está pasando más hambre que un ratón en una caja de clavos, con una casa cayéndose a pedazos y con el acoso de las fuerzas de la tiranía apostadas frente a su domicilio día y noche, la Sra. Maira Morejón va cada Domingo a los paseos de las Damas de Blanco, va a cada protesta de las Damas de Blanco, es maltratada igual que las Damas de Blanco, luego entonces ¿Cómo van a venir Elsa Morejón Almagro y Miriam Leiva a minimizar el trabajo solidario de las Damas de Apoyo y desconocer su sacrificio si ellas, sin temor a equivocarme, no sufren ni por asomo las penurias de las chicas del Frente Femenino Gladis Núñez; porque si el mundo no lo sabe, las Damas de Apoyo no son una bandada de palomas improvisadas ni orquestadas por el gobierno de Cuba, son un grupo de valientes mujeres organizadas en un frente unido, patriótico y sumamente solidario.
Para el gobierno cubano las Damas de Blanco, el puñado que aún queda de ellas, no es fuerza suficiente para una noche de desvelo del más insignificante de sus agentes represores; porque la mayoría de esas Damas viven muy lejos de donde suelen reunirse para sus protestas, por consiguiente, las fuerzas vivas de las carismáticas Damas están diluídas entre la inmensa mezcla de la crisis social cubana ¿Cúal entonces es el verdadero peligro para el régimen de la Habana? ¡Que el Frente Cívico Femenino Gladis Núñez siga creciendo como lo ha hecho en los últimos años y se sigan sumando al coro de las Damas de Blanco! porque muchas de las mujeres que hacen bulto en las marchas dominicales, y que hacen parecer a las Damas de Blanco una multitud, la mayoría tiene su residencia en la Capital, y son Damas de Apoyo.
La Sra. Morejón Almagro, esposa del patriota y conocido internacionalmente Oscar Elías Biscet tiene la anuencia del gobierno cubano para salir y entrar del territorio nacional, tiene el apoyo del gobierno americano para entrar a su país cuantas veces quiera, recibe ayuda de cuanto solidario hay en el mundo. La Sra. Miriam Leiva tiene a su marido en su casa, le pagan por los artículos y las colaboraciones a la prensa internacional, a su esposo igual pero ¿Quién le regala un poco de azúcar a Maira Morejón( foto de la izquierda) para que desayune algo un día de Domingo cuando se dispone a solidarizarse con las Damas de Blanco? La injusticia no solo apesta en las manos del represor, también apesta en la mente del oprimido cuando su fama y reconocimiento mundial le vendan los ojos.
Cuando de egoísmos se trata, no hay balanza ni vendas que puedan justificar la injusticia, porque quien va por el mundo anunciando sus dolores sin importarle el dolor de los demás, no merece ni una aspirina.
Sin las Damas de Apoyo, las Damas de Blanco fueran una escasa multitud de mujeres que cupieran todas cómodamente sentadas en un banquillo del paseo de la Quinta avenida en Miramar y sobrara espacio. Las Damas de Apoyo son el cuerpo que ha permitido al mundo ver una enorme fila de mujeres desfilando a lo lago y ancho de la Quinta avenida, son el interior de la Iglesia de Santa Rita repleto de blanco, son la multitud que se abre paso incólume y sin miedo por entre las turbas represivas y amaestradas de la tiranía. Las Damas de Apoyo son mucho para la patria, porque no tienen presos por quien protestar, ni muertos por quien llorar, pero si mucha hambre y necesidad que sufrir. Es por ello que la carta firmada por Miriam Leiva, Elsa Morejón Almagro, Alida Viso y otras esposas y familiares de presos políticos, con el propósito de sacar del escenario público a las Damas de Apoyo, es una cobarde y egoísta posición, que debían tener en cuenta todas las fuerzas solidarias que apoyan la causa de estas Señoras. Pues no porque sea Elsa Morejón Almagro la esposa del preso político cubano más conocido en el mundo, se le puede permitir tal comportamiento egoísta, tal rabieta arrogante. Ese perro narcisista ya nos ha mordido muchas veces en la historia de nuestras luchas, y no nos puede seguir mordiendo.
(tomado de Nuevo Accion)
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