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domingo, 6 de junio de 2010

El color de la esperanza!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!





Las Damas de Blanco reclaman la libertad de los detenidos en "La Primavera Negra de 2003"

Laura Pollán, líder de este grupo, asegura que "Castro2 ya no puede ocultar tanta represión"






HASTA hace unos años el color de Cuba era el azul que predomina en su bandera, pero desde 2003 el blanco está cobrando protagonismo y se está instalando en los corazones de muchos cubanos. Todo empezó en la madrugada del 18 de marzo de 2003, con la detención por parte de la policía de decenas de periodistas, sindicalistas y opositores cubanos. En total fueron encarceladas 84 personas. Esa jornada, conocida como La Primavera Negra, provocó otro fenómeno curioso que guarda parecido con otros como el de Las Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina. Las esposas, hermanas, primas, tías, cuñadas y abuelas de los detenidos se enfundaron camisetas blancas y salieron a la calle a exigir la libertad de los suyos. Lo llevan haciendo desde entonces, cada domingo, en silencio y manteniendo una disciplina casi militar. Los habaneros se están acostumbrando a verlas marchar, gladiolo en mano, por las distintas calles de la ciudad. Además, en adelante podrán hacerlo sin que nadie interfiera su paso, pero hasta hace unos días estas marchas eran ilegales, aunque el Gobierno cubano las permitía.

El grupo, que en las últimas fechas ha acaparado la atención de los medios de comunicación extranjeros, está liderado por Laura Pollán, una profesora que ha convertido su casa de Centro Habana en el cuartel general de las damas. Allí se reúnen y se consuelan, compartiendo dolor y esperanza por igual.

La puerta 963 de la calle Neptuno permanece cerrada y la persiana de la ventana contigua al portón está completamente bajada. Neptuno, otrora preferida de los vividores y noctámbulos, es hoy en día la cuadra más vigilada de toda La Habana. Allí vive una pequeña mujer, pálida y risueña, que se ha convertido en la adalid del grupo. Laura Pollán Toledo tiene a su marido, Héctor Maseda, en la cárcel -"le cayeron veinte años"-, y reza cada día por su libertad. Pero la rolliza dama no se resigna y, además del rezo, proclama siempre que puede sus consignas: "Nuestro objetivo es claro: queremos que liberen a los presos políticos encarcelados injustamente por el Gobierno de los hermanos Castro, y vamos vestidas de blanco porque es el color de la pureza, de la inocencia, es el símbolo de la paz y del amor. Nosotras salimos a pasear, pero no a provocar, porque nuestra filosofía es la misma que propugnaba Gandhi, la de una resistencia pacífica".

La profesora guarda una teoría curiosa acerca de la actuación gubernamental en La Primavera Negra, y la exhibe sin complejos: "Los cogieron como moneda de cambio, para intercambiarlos en algún momento con los cinco cubanos que siguen prisioneros en los EE.UU., acusados de espionaje".

Arrancaron de forma decisiva, allá por el 2003, y poco a poco la ciudad se ha ido acostumbrando a sus largas caminatas, que no han estado exentas de incidentes: "Al principio la gente se quedaba acobardada, y nosotros les regalábamos gladiolos. Luego se fueron acercando y ahora muchas veces nos dicen ¡qué Dios os bendiga! y cosas por el estilo. Los oficiales del Ministerio de Interior también nos han tratado con respeto. Salvo algunas excepciones, se han dedicado a advertirnos de que no podíamos salir a caminar todas juntas. La gente que nos ha insultado es gente profesional que traen y llevan en guaguas (autobuses)", recuerda y denuncia la pequeña líder.

impunidad Esta mujer de 62 años arrastra una diabetes crónica que lastra en cierta medida su vida, pero en sus ojos azules vibra la llama de un fuego que se extiende entre todas las mujeres que la rodean. "Ahora Castro2 -así le llamamos nosotras, porque es el seguidor de una saga familiar- ya sabe que no puede atentar impunemente contra nuestros derechos; eso es lo que hemos conseguido, y en adelante no podrá ocultar tanta represión. Nuestra intención era la de llamar la atención sobre la situación de los presos de conciencia en nuestra isla, y lo hemos conseguido gracias a muchos medios de comunicación extranjeros. Y Suramérica también está despertando ante esta realidad, cosa que era impensable hace unos años", apunta Pollán.

Gracias a la mediación de la Iglesia católica varios de estos "presos de conciencia" que siguen en las cárceles cubanas han sido trasladados esta semana a centros penitenciarios cercanos a su lugar de origen. Pollán considera que la intervención de la Iglesia es "algo histórico que no se había dado hasta ahora; tenemos la esperanza de que liberen a algún preso, pero no creo que suelten a mi marido; esperamos que suelten a Guillermo Fariñas, que lleva más de cien días en huelga de hambre". A la mujer se le tuerce el semblante cada vez que escucha el nombre de Fariñas, o de Orlando Zapata, muerto hace dos meses tras cumplir 86 días en huelga de hambre: "Fue terrible, pero para nosotras no está muerto, por eso gritamos siempre ¡Zapata vive!, porque sigue entre nosotras".

Las Damas de Blanco tienen también una representante en el Estado español. Blanca Reyes se preocupa por difundir la imagen de las damas por toda Europa. Ella salió de Cuba hace unos años y vive en Madrid: "Mi trabajo es el de tratar de apoyarlas desde aquí, propagando sus reivindicaciones y dando a conocer sus actos de protesta".

Las Damas de Blanco pasean ahora con total libertad por las polvorientas y calurosas calles de La Habana, dibujando una procesión que no cesa, un desfile de penitentes sin culpa.


(publicado por:http://www.deia.com/, y recibido del Blog de Zoe Valdes)

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