El Gobierno cubano apenas hace unos días emitió un informe oficial a la UNICEF, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, dando a conocer a través de su representante en la isla, José Juan Ortiz, donde afirma:
“En los últimos años Cuba alcanzó resultados positivos en importantes indicadores referentes a la protección de la infancia, que la convierte en el país de América Latina con mejor calidad de vida para los niños. Por lo tanto, en los ámbitos cuantitativos y cualitativos puede decirse que la Convención de los Derechos del Niño se aplica muy bien en Cuba.”
¡Qué ironías de la vida! Mientras este funcionario declara esto al mundo, una madre cubana denuncia a la opinión pública nacional e internacional el maltrato físico y psicológico que sufre su hijo por parte de sus educadoras en la escuela primaria “Héctor Pérez Llorca” situada en Nueva Gerona, Isla de Pinos, Cuba.
Rolando Jiménez Gutiérrez (Rolandito) de 11 años de edad es hijo del preso político y Licenciado en Derecho, Rolando Jiménez Pozada, condenado a 12 años de privación de libertad por la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana. Rolando Jiménez Pozada se encuentra cumpliendo prisión desde el 25 de abril de 2003.
Según la madre del niño Lamassiel Gutiérrez Romero, vecina de calle 28 A # 5308 e/ 53 y 55, Nueva Gerona, Isla de Pinos, su hijo está siendo víctima de represalias por la posición política de sus padres. La maestras de 6to. grado Linnit lo ha desaprobado en todos los controles de matemática, según ella, “no le pagan para brindarle educación al hijo de un contra-revolucionario.”
Según los testimonios del propio niño su maestra Linnit no le dirige la palabra, ha ordenado a otros niños a golpearlo y ofenderlo, además le niega el permiso de ir al baño y tomar agua mientras se encuentra en la escuela.
La maestra de Español, nombrada Virginia, lo ha obligado a escribir una carta para su padre, Rolando Jiménez Posada, como si éste fuera un combatiente internacionalista y revolucionario, como condición si quería aprobar las pruebas finales.
¿Cómo puede el régimen castrista nombrarse paradigma en la aplicación de la Convención de los Derechos del Niño en Cuba, cuando el niño Rolando Jiménez Gutiérrez está siendo torturado sicológicamente por ser hijo de un preso político de conciencia?
El hecho que sus padres no estén identificados con la política imperante en el país, no les da derecho a convertirlo en una víctima del odio, la amenaza, la intolerancia y de tratos crueles y degradantes por parte de sus maestras, con la anuencia de las autoridades gubernamentales.
La madre dice que por mucho que se esfuerce el niño, estudie, sacrifique horas de sueño y recreación, sea aplicado, responsable y disciplinado, no logra resultados positivos. Sus maestras siempre le dan malas calificaciones. El Expediente Acumulativo que refleja la historia académica y política del alumno, con estas calificaciones define el futuro del niño Rolando Jiménez Gutiérrez. Al parecer, ya Rolandito está condenado a morir quemado vivo, por llevar como un abominable crimen de ser hijo de un preso político de conciencia.
Estas supuestas educadoras desconocen que nuestro apóstol José Martí se formó en las manos de su maestro Rafael María de Mendive, quien supo trasmitir a su discípulo amor a la libertad, decoro, dignidad, prestigio, justicia, preocupación por los humildes y pureza de pensamiento. Esa es la verdadera labor de un educador, que penosamente las maestras de Rolandito, no pueden llevar a cabo por carecer de valores éticos y morales.
En Cuba lamentable se hace caso omiso al derecho de un niño de 11 años y que precisamente esa violación la realicen quienes tienen la responsabilidad en su educación y formación ético-moral, para que en un futuro no muy lejano, sea un ciudadano ejemplar en todos los aspectos.
Esto es una prueba más al mundo de la politización de la educación en Cuba. Como son obligados niños inocentes, criaturas de Dios, a lanzar consignas incitadoras como:”Pioneros por el comunismo”, “Seremos como el Ché”, sin darle opción a que sean como sus padres, o como ellos deseen ser en el futuro.
Estos son los dignos educadores que prepara el régimen castrista para educar y formar, según ellos, el “Hombre nuevo”. Personas sin principios, ni escrúpulos, formados bajo el dogma de una dictadura encubierta. Maestros y profesores revolucionarios, que incrementan la prostitución infantil en Cuba, con conocimiento y aprobación del gobierno, para después erigirse ante la UNICEF como fieles guardianes de los derechos del niño.
El primer derecho del niño es la alimentación y en Cuba se les deja de vender la leche a los niños a los siete años de edad. Leche que se expende por una cuota mediante una libreta de racionamiento, alimento de vital importancia para su crecimiento. Niños mal nutridos, que se desmayan de hambre en las escuelas, mal vestidos y mal calzados son los que según el reciente informe oficial del régimen emitido a la UNICEF, son los que mejor calidad de vida poseen en América Latina.
¿Puede la UNICEF creer que un país como Cuba donde se violan los más elementales de los Derechos Humanos, puede un niño tener libertad de pensamiento, de expresión, recibir información y difundirla? Cuando muchos de estos inocentes tienen sus padres cumpliendo largas condenas en reclamo de estos derechos, como fue el caso de Orlando Zapata Tamayo, quien fue dejado morir tras una huelga de hambre de 85 días, lo que ha sido considerado un asesinato.
Solo nos queda preguntarnos: ¿Conocen las Naciones Unidas y la UNICEF las violaciones de los derechos del niño en Cuba? ¡Claro que no la conocen o no la quieren conocer! Un simple informe del gobierno por un tal funcionario, José Juan Ortiz, fue suficiente para garantizar que Cuba cumple con lo firmado en la ONU en 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño y los dos protocolos facultativos.
Mientras, Rolandito que no sabe de Convención de Derechos del niño, sigue con sus dos maestras represoras: Linnit de Matemáticas y Virginia de Español. Pero las tendremos muy bien identificadas. Este par de canallas merecen ser enjuiciadas: llevarlas a los tribunales e inhabilitarlas de por vida del magisterio, para que sus abusos contra este niño, no queden impune.
Miriam García Chávez
Profesora de Español y LiteraturaEx presidenta del Colegio de Pedagogos Independientes de Cuba
Exiliada política en California
Heriberto Leyva RodríguezSocial Demócrata
Profesor de Filosofía
Exiliado político en New Jersey
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