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domingo, 2 de mayo de 2010

Democráticamente hablando




Los métodos de gobiernos actuales son el resultado de transformaciones ocurridas en el trascurso del tiempo después de reconocer el voto femenino y el sufragio universal. Cuando hablamos de una voluntad colectiva regida por decisiones tomadas en favor de todos, tenemos como idea básica lo que algunos pensadores han ubicado como el origen del primer ejemplo de este sistema, la democracia ateniense.

Según Platón, es el gobierno de las multitudes. Para Aristóteles, el de los más, para los actuales mortales es la posibilidad de implantar la justicia y vivir sin imposiciones. En general el más eficaz logro de la conveniencia social teniendo en cuenta las prioridades colectivas.

En el sentido estricto el pueblo adopta decisiones mediante mecanismos de participación directa o indirecta dándoles legitimidad a los representantes, estableciendo relaciones sociales mediante mecanismos contractuales lo que significa que es un acuerdo de voluntades.

En un principio cuando se hablaba de democracia social la hipótesis proponía el camino para la etapa final del socialismo. Una fantasía de juventud donde el poder político y el económico en su desarrollo producirían la extinción del Estado. El final es de todos conocidos: los países de Europa Oriental, con tal denominación, se sintieron incapaces y desistieron, la realidad brutalizaba la intención, la economía fue el mayor desastre restándole importancia incluso a la devastación social.

En la actualidad para algunos marxistas las democracias inspiradas en el comunismo, son deformaciones de los principios originales del marxismo. Estas democracias populares se caracterizan por un partido único, y un gobierno que está en contra de las libertades de expresión y de prensa. Como ejemplo visible y palpable está el caso de China. Es evidente, bajo su nombre se esconde una economía que va camino del capitalismo mientras utiliza la mano de obra barata explotando a los trabajadores hasta niveles infrahumanos. Elevar la economía dominando el mercado es la tarea primordial del partido. No importa el precio a pagar, que siempre es bajo para los verdaderos productores.

Cuba, otra muestra de ineficacia, es un pequeño país que en el pasado tenía grandes pretensiones sociales, hoy ha quedado a la zaga. Cuando la propaganda de la utopía socialista hace sus demostraciones públicas se habla de una democracia representativa donde se eligen los delegados con el objetivo básico que sean los que deliberen y tomen decisiones, en realidad es pura expresión textual porque en la práctica diaria la base de esta estructura, devenida en llamarse Poder Popular, para acentuar más el mensaje, es una farsa total.

Esta pirámide tiene su base supuestamente en la elección que hace el pueblo de un delegado de circunscripción enmarcado en seis manzanas o 24 cuadras aproximadamente. Inoperante proceso donde queda elegido un infeliz ciudadano, que no cuenta con prestigio de orador ni un proyecto político ni recursos económicos en función de su comunidad, simplemente pasa a formar las filas de los paladines del gobierno.

En este caso específico de la llamada “democracia real” si el pueblo presenta algún problema, debe recurrir al desconocido-elegido en estricto horario de atención. No constituye su trabajo prioritario es una extra responsabilidad que no incluye la solución de problemas, sino que pasan a ser la primera barrera sobre la cual caerán las culpas de los continuos fracasos. No contando con autoridad pues no dispone ni de plataforma política ni arcas públicas que permitan darle pronta solución a los problemas.

De igual magnitud pragmática son todas las ramificaciones gubernamentales, ramificación hacía lo ancho y hacía lo alto. La única y posible autoridad es el Jefe de Gobierno (Presidente del Consejo de Ministros) y sus subordinados directos mientras cuenten con su protección.

Las elecciones constituyen la base fundamental de una democracia siendo la expresión básica de la opinión personal en función de la colectiva y bajo esta versión socialista-cubana, queda expuesta al fracaso siendo la economía un renglón anulado, un cálculo decreciente sin discusión ni opción a cambios.

En el mundo las democracias se han ramificado en diferentes versiones para ser utilizadas según las pretensiones de cada país, en contraposición con lo descrito en estos dos países, la socialdemocracia es la regulación estatal con la creación de programas y organizaciones patrocinadas por el estado para eliminar injusticias es el dominio del bienestar. Una propuesta pacífica, moderada contrarrestando la revolución y las dictaduras.

Países como China y Cuba, venden una imagen que no corresponde con la acción real, cuando naciones como Venezuela, Ecuador, Bolivia, incursionan en este tipo de gobierno y extralimitan sus funciones supuestamente sociales para popularizar la economía o vulgarizar la socialización está camino del fracaso. Plebiscitos y referéndum son tan solo nomenclaturas que esconden el trasfondo de una dictadura de mediocridad sin alcance futurista.

La democracia moderna interactúa con la regla de la mayoría y puede tender a afectar a determinados grupos en función de favorecer a otros, pero aún con sus imperfecciones es la mejor y más calificada muestra en beneficio colectivo.

dovalamela@yahoo.com

(ciudadanos-cu.com)

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