10 Marzo 10 - Brasilia -
Lula cada vez se parece más a los Castro: viaja a menudo a Cuba, algo debe aprender de los usos y costumbres de la dictadura. Estaba en la isla cuando murió el disidente Zapata, pero el régimen no se dio por enterado y él tampoco. Después el régimen tachó al fallecido de delincuente, Lula también (y Willy Toledo). Ahora también ignora las cartas que le envían los opositores, tanto como hacen sus grandes anfitriones.
En una entrevista concedida por Lula a un medio estadounidense, descalificó las huelgas de hambre de los presos políticos cubanos y comparó a éstos con los delincuentes comunes detenidos en las cárceles brasileñas.
"Tenemos que respetar la determinación de la justicia y del gobierno cubanos. La huelga de hambre no puede ser un pretexto de los derechos humanos para liberar a las personas. Imaginen si todos los delincuentes presos en São Paulo hicieran un ayuno para pedir su liberación", manifestó.
La divulgación de estas declaraciones coincidió además con una nueva petición de la disidencia cubana, a través de una carta, para que Lula interceda ante el Gobierno de Raúl Castro en favor de los presos políticos y, en especial, de Guillermo Fariñas, quien está en huelga de hambre hace quince días.
La "sorpresa" para la disidencia fue que la Embajada de Brasil en La Habana explicó que ese escrito, enviado por el "Comité pro Libertad de los Prisioneros Políticos Cubanos Orlando Zapata Tamayo", no fue recibido por "falta de firmas".
Esa comparación hecha por el presidente brasileño fue criticada hasta en su partido, que aun así hoy se negó a votar una censura contra la falta de libertades en la isla.
Raúl Jungmann, del opositor Partido Popular Socialista, presentó hoy ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara baja una moción de censura contra "las violaciones de los derechos humanos en Cuba", pero el mayoritario grupo oficialista, encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT), vetó la propuesta.
"Es lamentable que la base (parlamentaria) del Gobierno se niegue a ver las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Cuba, como si no bastase con las tan desastradas declaraciones del presidente Lula", declaró el diputado.
Hace quince días, Lula hizo una visita a Cuba, que coincidió con la muerte en la cárcel, tras una prolongada huelga de hambre, de Orlando Zapata Tamayo, por quien también se había pedido su intermediación.
Aunque después lamentó la muerte del disidente, Lula dijo no haber recibido ninguna petición de la oposición y mantuvo silencio ante el presidente cubano, Raúl Castro, cuando éste dijo que Zapata Tamayo no era más que un "delincuente común" y culpó de su fallecimiento a Estados Unidos.
Defender la "tiranía" cubana
Según Jungmann, "toda persona comprometida con los derechos humanos critica la situación de los presos en Brasil y denuncia la situación de los presos en Cuba". No obstante, sostuvo que "quien no se interesa con los derechos humanos usa la situación de los presos brasileños para defender a la tiranía y a los tiranos de Cuba", lo cual "no es más que cinismo".
Aunque tímida y veladamente, las declaraciones de Lula fueron criticadas por el diputado Mauricio Rands, del PT y también de la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara baja, quien consideró que el jefe de Estado "se expresó mal o no fue comprendido, pues él sabe la diferencia entre un preso político y un preso común". Rands aclaró además que, en el partido fundado por Lula en 1980, "no se acepta que una persona sea presa porque se opone a un gobierno y sin haber cometido un crimen".
Según el presidente del Colegio de Abogados de Brasil, Ophir Cavalcante, "la lectura que Lula hace del régimen de Cuba es de que es un gobierno popular y socialista y estaría legitimado", pero el mandatario "confunde la huelga con fines políticos y una huelga de hambre hecha por delincuentes comunes".
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