El falso concepto de la cobardía de los pueblos.

Viendo las imágenes del pasado veintiséis de Julio, y de toda esa gente marchando, supuestamente apoyando aquel régimen, un amigo me comentó que el pueblo cubano era aguantón e ignorante. Este es un falso concepto. Ningún pueblo es aguantón ni ignorante. El régimen cubano se estableció desde los años sesenta con la ayuda de la potencia más grande del mundo en ese entonces, la URSS, país que por cierto tiene una población descomunal, que igualmente soportó ese régimen por 75 años. ¿También ellos, los rusos, eran cobardes? ¿Eran cobardes los alemanes, los italianos y los japoneses? Claro que no.

Cuando a un pueblo se le quitan todos los derechos, y se le suprime la prensa libre, y todo lo que se les bombardea son mentiras, y más aún cuando se les somete al hambre más inmunda, al punto de que no tengan otra cosa que pensar que en buscar comida en primera instancia, también cuando se les quita la posibilidad de tener un arma con qué rebelarse, es cuando se tienen esos resultados; países enteros subyugados de una manera atroz a un sistema totalitario. Esto nada tiene que ver con cobardía. Ningún pueblo es de cobardes.

Ningún país ha alcanzado su independencia sin la ayuda de otros países. Ahí está el ejemplo de José Martí, Maceo, y demás revolucionarios cubanos independentistas del siglo XIX. Sin la ayuda de los Estados Unidos ni del exilio cubano no habrían podido culminar la gesta independentista. Los mismos Estados Unidos tuvieron que ser ayudados por Francia, incluso hasta por España; colonialistas también, aunque lo hayan hecho por intereses propios contra los ingleses, fue una ayuda al fin que funcionó.

El día que entendamos esto, y que dejemos de decirnos a nosotros mismos que “Cuba debe cambiar sin la ayuda ni la injerencia de nadie”, lograremos algún cambio. Esa noción de que nadie nos debe ayudar en nuestros problemas, le ha venido siempre muy bien a los comunistas. Pero el pueblo cubano, volviendo al tema inicial, no es para nada cobarde. Ahí hay decenas de miles de fusilados y de gente de casi todos los estratos sociales que han cumplido sentencias de 20, 25 y más años por “contrarrevolución”, o que han sido fusilados.


Por Humberto Moreno
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(tomado del excelente Blog de Eriberto Leyva)