Las reformas económicas que intenta poner en marcha el gobierno cubano, y que conducirán los debates del congreso del Partido Comunista en abril del próximo año, hicieron aflorar reacciones encontradas dentro y fuera de Cuba.
``El Estado se ha enredado muchísimo por estas cosas porque la economía de mercado la haces o no la haces. No hay términos medios'', declaró desde La Habana Héctor Palacios, de la agrupación opositora Unidad Liberal de la República de Cuba.
By JUAN CARLOS CHAVEZ
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Las autoridades de la isla publicaron el martes un sumario titulado Proyecto de lineamientos de la política económica y social. El documento, de 32 páginas, aborda las propuestas encaminadas a oxigenar la economía nacional y aumentar la productividad.
Los debates públicos sobre las reformas tendrán lugar desde el 1ro. de diciembre hasta finales de febrero, y el partido recogerá las opiniones y las presentará al congreso.
Max Lesnik, director del programa Radio Miami y que opera también un sitio de internet homónimo, dijo que el Congreso cubano respaldará un paquete de acciones `necesarias'.
``Se van a ratificar medidas que son más acordes con la realidad económica del país y que tienen que hacerse de todas maneras'', indicó Lesnik. ``Se abre una nueva gama de experimentación económica'', agregó.
Recientemente Cuba decidió autorizar por los menos 178 categorías de empleos por cuenta propia. En 83 de ellas se permitirá la contratación de asalariados que no sean parientes ni vivan con el titular. Hasta ahora el pago por uso de mano de obra sólo se autorizaba a entidades de gobierno, sociedades mixtas y empresas extranjeras. El cambio se produce luego de que La Habana anunció que eliminaría más de medio millón de puestos de trabajo y dejaría a un lado la libreta de racionamiento.
Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami, comentó que los cambios que se plantean no significan una apertura de mercado.
``Quieren resolver una situación muy difícil en la isla dándole la posibilidad a los cubanos de ser ``cuentapropistas'', pero con un sistema muy regulado y controlado'', señaló Suchlicki.
Cuba encara una crisis de liquidez de divisas duras que son necesarias para el pago de productos de primera mano y bienes de consumo desde el extranjero. El gobierno debe importar entre 60 y 80 por ciento de los alimentos de la canasta básica familiar para sus 11 millones de habitantes. La inversión representa un gasto anual de $1,400 millones.
En opinión de Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro por la Democracia en las Américas, en Washington D.C., el Congreso cubano ratificará reformas y ampliará el sector privado para beneficio de la población.
``Lo que los cubanos están haciendo por su propia iniciativa es lo que la política estadounidense ha estado tratando de obligarlos a hacer por años'', indicó Stephens. ``El desafío de la política de Estados Unidos es responder positiva y creativamente a estos acontecimientos'', apuntó.
Sin embargo, Palacios, dijo que la mayoría de la población no espera que los cambios tengan un efecto positivo. Mencionó la falta de condiciones que garanticen un avance alentador. ``A ellos (las autoridades cubanas) sólo les interesa paliar la situación, nada más'', acotó Palacios.
Cuba Libre Digital
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