El reino de Cuba
El Vedado, La Habana, Aleaga Pesant, (PD) Cuba es un reino. No el reino de los cielos. Tampoco el paraíso que describió el Gran Almirante por estas fechas, pero de 1492. Es la debacle de la república comunista refrendada en la Constitución de 1976 y plebiscitada en el hambriento y prisionero pueblo cubano.
A diferencia de lo que hizo Claudio, quien según refiere Robert Graves en su libro I Claudius, fortaleció el corrupto imperio bajo el supuesto de que vigorizaría la tendencia republicana en la población, la tendencia monárquica de los Castro agua el principio de la república heredada de los padres fundadores, ahora que se acerca un nuevo aniversario del grito de independencia del 10 de octubre de 1868.
En la última semana de septiembre, en la delegación del gobierno cubano a la Asamblea General de la ONU estaban el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz, el asesor de Seguridad Nacional, Alejandro Castro Espín, y el jefe de los guardaespaldas del presidente, Alejandro Rodríguez Castro. Padre, hijo y nieto.
Es poco común tal nivel de nepotismo en un gobierno. Una familia es la representante de un país de 11 millones de habitantes. Como si Cuba fuese uno de esos reinos despóticos y corruptos de África, Asia o el Medio Oriente o alguna de las supuestas democracias africanas como Zimbawe, Guinea Ecuatorial o Angola.
Las monarquías europeas son más discretas en esos asuntos. En los gobiernos democráticos tienen bien amarradas a las personas de sangre azul, y tienen a bien en sus protocolos de estado a nivel internacional no ir con toda la comparsa del solar, los guajiros de la finca, los soldados del batallón o como se les quiera decir. Será quizás por ética, por pudor o porque no les interesa.
La dictadura castrista desborda cualquier nivel de nepotismo y corrupción. El padre, el hijo y el nieto en la misma delegación, indica la inseguridad que siente Raúl Castro por el grupo que le rodea. Casi va a las relaciones tribales y de sangre para establecer el servicio público, algo así como el clan de Tikrit para Saddam Hussein. Claro, que más cercano al concepto del clan árabe es la lealtad del general-presidente (¿o reyecito criollo?) hacia sus compañeros del II Frente Oriental “Frank País”, de donde provenía el recientemente fallecido Jorge Risquet, responsable de las intervenciones militares cubanas en África.
aleagapesant@yahoo.es; Aleaga Pesant
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