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domingo, 18 de octubre de 2009

INGENIERÍA ALEMANA



Pie de foto. Ángela Merkel. Reelegida Canciller de Alemania. Durante su gobierno Alemania mantiene el compromiso con la defensa de los derechos humanos en Cuba. Mientras, mantiene abiertas todas las vías de comunicación con la sociedad y el gobierno, además de un amplio intercambio económico.

Su nombre oficial es Bundesrepublik Deustchland. En castellano, República Federal Alemana (RFA). Para los cubanos es simplemente Alemania. En nuestro subconsciente colectivo, la identifican los automóviles Mercedez Benz, las zapatillas deportivas Adidas y las cervezas. Es paradigma de puntualidad, disciplina y carácter, aunque no guste la fonética gutural.

En el plano político, es uno de los pocos países que sostiene diálogo con el gobierno y con las fuerzas democráticas en la isla. El precio que pagan por su compromiso con el respeto de los derechos humanos, no es pequeño.


Durante la recepción por el día de la reunificación, el pasado 3 de octubre, funcionarios de la cancillería salieron espantados cuando el Embajador Doctor Claude Robert Elner, se refirió a la importancia de la reunificación para el desarrollo posterior de la nación. No fue la única baja pública. En el mes de julio, la esperada visita del Diputado Marcus Meckel fue boicoteada por las autoridades de la isla.

El temor del gobierno insular al ejemplo alemán es fundado. La reunificación de los dos Estados alemanes tras la separación ficticia de cuarenta años es un ejemplo para la nación cubana. Alemania fue dividida producto de la Segunda Guerra Mundial. Cuba, luego de la revolución de 1959. Los alemanes tanto como los cubanos, tenemos conciencia de la importancia de la unidad para sobrevivir como nación.

El acceso al poder de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética y el fin de la política de soberanía limitada, impuesta en 1968, facilitó el proceso de reunificación. El gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) se pulverizó en 1989, por el peso de los que huían al Oeste.

En días, el Muro de Berlín, ejemplo del aislamiento comunista, fue roto por miles de alemanes que aspiraban a la unidad democrática. Doscientos mil orientales entraron en la República Federal. El gobierno de Kohl ayudó a los inmigrantes y asignó capital para apuntalar la economía del ex satélite ruso. La unión económica y monetaria de los Estados se realizó en julio de 1990, como una compleja obra de ingeniería con contrafuertes, contrapesos y amortiguamientos. En octubre se disolvió la RDA y sus ciudadanos fueron federales. Los parlamentos ratificaron el Tratado de Unificación.

Los grandes artífices del pacto fueron los políticos conservadores, encabezados por Elmuht Kohl. Ellos interpretaron el sentir nacional y resistieron presiones internas y externas para evitarla, especialmente de Rusia. Por fin, el 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el documento internacional que ratificó la elección ciudadana. Plena soberanía al estado alemán. Delimitación de la conflictiva frontera germano-polaca. Limites al ejército alemán.

Desde la reunificación, la RFA es uno de los garantes de la Unión Europea. Trabajó en garantizar su avance en los diecinueve años transcurridos. Para septiembre de 1993, renovó su petición de ser miembro permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Como aspirante, contribuye con tropas en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, sostiene un liderazgo político mundial consensuado con Estados democráticos de primer nivel, así como con sub potencias regionales, desarrolla políticas de ayuda a los países más pobres y estimula políticas económicas que garanticen el intercambio libre de mercancías y la liberación de las barreras arancelarias. Tal es el peso de los alemanes, que medios de comunicación consideran a la actual Canciller Angela Merkel, como la mujer mas poderosa del mundo.

En mayo de 1994, el Tribunal Constitucional Federal dictaminó que las fuerzas armadas alemanas podrían servir en el marco de misiones de la ONU u otras de carácter internacional, en espacios fuera del área de la OTAN, previa aprobación parlamentaria. En agosto, las tropas rusas abandonaron Berlín, seguidas por las británicas, francesas y estadounidenses, del territorio occidental.

La reunificación presentó retos para el gobierno federal. Sin embargo, aunque fueran impopulares muchas medidas, se impuso la responsabilidad, la solidaridad y el compromiso. Se asumieron providencias de austeridad y recortes de gastos. Eso motivó las llamadas a posponer, e incluso abandonar, el proceso de incorporación al euro por parte de Alemania. Kohl mantuvo su firme apoyo a la nueva unidad monetaria, a pesar de que su popularidad descendió ante sus votantes.

A Kohl, le siguieron otros cancilleres, elegidos democráticamente en los últimos diez años. Ellos fortalecieron el papel teutón en el escenario internacional. El respeto a los derechos humanos, la solidaridad y el compromiso responsable son los ejes de la arquitectura de su “real politik”. El tejido ingeniero alemán para la unificación enseña la importancia de valorar en su justo nivel la participación de los ciudadanos, donde quiera que estén.


Por Julio Antonio Aleaga Pesant(Periodista independiente. )

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