El comunismo en la Actualidad y el Papa Francisco (Español/Portugués)
Autor: Jose Cicero Honorato
Los
comunistas demostraron –que más que por la doctrina, es por sus
acciones – que son hostiles a Dios y a la Iglesia de Cristo. Esto está
demostrado en toda la historia marxista de los comunistas.
El
jefe del FBI, J. Edgar Hoover reconoció que el Comunismo es una
religión: “El Comunismo es más que una doctrina económica, política,
social o filosófica. Es una manera de vivir, una religión falsa y
materialista. Elimina en el hombre su creencia en Dios, su…
libertad…Bajo el Comunismo, todos serían…esclavos…La América es ahora el
objetivo principal del comunismo internacional”.
En
1959, cuando Cuba acababa de caer en la órbita marxista-leninista, los
comunistas en China podían ofrecer a la Isla una experiencia de 10 años
en destrucción de la Iglesia Católica y se apresuró a hacerlo. Esta estrategia estaba contenida en el “Documento Li Wei Han”.
Un
ardid para prohibir la religión en las naciones subyugadas al marxismo,
que parece digna de ser fijada en las puertas del infierno.
El
siglo XX vio también instalar al marxismo en China continental, donde
barrió a la Iglesia Católica china. El número de católicos asesinados en
África también ha sido enorme y en algunos casos con el virtual
exterminio del clero y de los feligreses.
El
comunismo ruso comenzó con el lavado de cerebro, método por el cual
procuró aplicar mediante la psicología de los reflejos condicionados de
Pavlov, el fundador de la psicología del comportamiento materialista
manipulado o comportamiento humano y su determinación a través de la
aplicación de recompensas y castigos para conseguir la conversión de fieles en buenos ciudadanos soviéticos.
Esta
conversión o apostasía era el objetivo que buscaban los tribunales del
pueblo, los interrogatorios policiales, las prisiones, campos de
concentración, trabajo forzado o estado policial. Todo funcionaba como
si los creyentes hubieran confesado sus errores de la Iglesia y
predicaran la ideología marxista.
Esta técnica fue luego aplicada, en el llamado mundo libre,
donde la ideología marxista se infiltró en los medios intelectuales y
académicos del catolicismo, sin excluir al clero. Luego se conoció la teología de la liberación marxista,
que en seguida, alcanzó sus objetivos psico-políticos que fueron
dividir a la Iglesia y sembrar en ella confusión, división y acusaciones
mutuas (1).
Con el fin del sistema
soviético, en Cuba parecía que no se sustentaría la dictadura comunista.
Fue en ese contexto que ocurrió la creación del Foro de San Pablo para
traer a América Latina la ideología perdida en el Este Europeo. Así, en
1990 fue fundada esta entidad que reúne la mayoría de los partidos
izquierdistas y otros movimientos revolucionarios de América Latina y el
Caribe. Entre ellas, las FARC.
Siendo
así, ultrajadas las Américas, por la enfermedad del progresismo del
siglo XXI, las instituciones civiles y principalmente la Iglesia de
Cristo son los objetivos preferidos para sus perversos ataques.
En 2013, renunció Benedicto XVI. En seguida fue elegido su sucesor: Jorge Mario Bergoglio, el actual Papa Francisco.
¿Cómo está el actual Santo Padre enfrentando la tenebrosa enfermedad marxista?
En
junio de 2015, el Papa Francisco visitó Bolivia donde recibió un
presente inusitado. Un crucifijo de madera en forma de hoz y martillo,
símbolos del comunismo.
Los fieles vieron ese presente como una provocación anticristiana.
En seguida, el dictador comunista boliviano recibió del pontífice calurosos elogios.
¡Qué
bellos son los países que superan la enfermiza desconfianza y se
integran a la diversidad, y hacen de esa integración un nuevo factor de
desarrollo! Exclamó Jorge Mario Bergoglio.
Bolivia
está dando pasos importantes para incluir grandes sectores en la vida
económica, social y política del país. Dice el Papa.
En
el discurso anticapitalista que hizo en Bolivia, el Papa, defendió un
“cambio de estructuras” mundial y llamó al capitalismo “dictadura
sutil”.
Jorge Mario Bergoglio además no
fue totalmente claro sobre lo que piensa al respecto del comunismo. La
ideología asesina que desea destruir la institución a la que él
pertenece, ya ejecutó más de 100 millones de personas y por donde pasa,
el resultado es invariablemente el mismo: diseminación del ateísmo,
persecuciones religiosas, totalitarismo, opresión, engaños, miseria,
esclavitud y ejecución en masa.
El Papa
dice que los fabricantes de armas no pueden decirse cristianos. El
también cuestionó la falta de acción de las potencias contra el
Holocausto. El discurso de Bergoglio parece el de un revolucionario
marxista. Vean que aquí él parece querer contar con el sentido común
sobre el asunto. Obvio que el Holocausto fue tenebroso, pero parece
pasar de largo en su pensamiento otra barbarie numéricamente mayor: las
persecuciones, las ejecuciones y la esclavitud comunista.
En
su primer visita en EE. UU. Francisco fue criticado, no solo por la
derecha norteamericana, sino también por economistas internacionales,
pues el pontífice no ahorra críticas feroces al capitalismo.
Todos
sabemos los defectos que tienen tanto el capitalismo como la
democracia, pero ¿por qué no se analizan las situaciones de pobreza de
los pueblos que viven bajo regímenes anticapitalistas, como Cuba, Corea
del Norte, Venezuela y otros? El Papa Francisco calla frente a esos
hechos.
El hecho es que el Papa posa
amigable al lado de los tiranos, como los Castro cubanos, el dictador
cocalero Evo Morales y tantos otros.
Habla
bien de la “madre tierra” cuando la cuestión es ambiental, pero dice
que Cristo fracasó en la cruz, habla mal del capitalismo, pero se coloca
del lado de los dictadores comunistas y oculta los oprimidos por el
sistema marxista.
Durante la visita del Papa Francisco a Cuba
Disidentes
cubanos fueron impedidos de encontrarse con el Papa Francisco y hasta
el mismo “recorrido de bienvenida” que había sido planeado fue cerrado
cuando las autoridades comunistas detuvieron a los disidentes políticos.
Cuando los manifestantes arriesgaban su libertad para llegar cerca de
él, fueron apresados sin recibir ningún reconocimiento del papa. Los
Castro lograron sus reuniones y su publicidad.
Los
oprimidos, para quienes el Papa Francisco alegó que se pronunciaría
durante su visita, y durante sus viajes internacionales, fueron dejados
afuera, en el frío. Ellos fueron tratados con otra referencia indirecta,
cuando el Papa Francisco expresó su deseo de “abrazar especialmente a
aquellos con quienes, por varios motivos, no se pudo encontrar.”
“Simplemente
no nos parece cierto que el propio papa no tenga un poco de tiempo para
encontrarse con los cubanos que están defendiendo los derechos
humanos”, dijo el jefe de la mayor organización disidente del país.
El
Papa Francisco habló del acuerdo de Obama con Castro como un “proceso
de normalización de las relaciones de los dos pueblos, después de años
de eliminación”. Pero él sabe bien que no es nada de eso. Los cubanos no
se alejan y son refugiados cubanos en América por falta de relaciones
diplomáticas, sino por la supresión brutal de la libertad política y
religiosa por el régimen de Castro.
El
acuerdo de Obama no reúne los “dos pueblos”, el pone dinero en los
bolsillos de un régimen, que el Papa Francisco sabe que es corrupto y
autoritario. El permite que los izquierdistas americanos visiten Cuba
para el comercio de prostitutas menores de edad, y eso se volvió
notorio. Esto no es reconciliación, es explotación.
La
señal más clara de lo que está detrás del verdadero “alejamiento” en
Cuba se puede encontrar en la declaración de 1960, que retuvo a “la
mayoría absoluta del pueblo cubano, que es de formación
católica…solamente por engaño y coerción, llevada a un régimen
comunista”.
Los Castro colocaron sus
máscaras de nuevo, pero por debajo hay un régimen totalitario basado en
la brutalidad y en el odio. Debajo de sus máscaras, ellos son el
enemigo. Ayudarlos es arriesgarse a ser cómplice de sus crímenes.
Si
el Papa Francisco realmente quería hablar a los oprimidos, hay once
millones de ellos en Cuba. Ellos no son oprimidos por el capitalismo ni
por el calentamiento global. Ellos son oprimidos por ese miedo, la
angustia paralizante que el trae y la apatía que viene con él. Ellos
precisan armas contra ese miedo.
La visita del papa a los Castro les dio lo que querían, pero no logró darle al pueblo cubano lo que ellos precisaban (2).
José Cícero Honorato es escritor y ya publicó los siguientes libros.
1. A Dissipação da Escuridão. Ou o Reino do Anticristo.
2. KGB: Infiltrações, Enganos e Assassinatos.
3. Carlos Marighella: Sua Incursão Comunista e o Minimanual do Guerrilheiro Urbano.
4. O Documento Li Wei Han: Um Passaporte Vermelho Para o Inferno.
Estos libros se pueden encontrar en el sitio de http://amazon.com/
Fuentes:
(1)- O Documento Li Wei Han: Um Passaporte Vermelho Para o Inferno. Ed. 05/07/2015
(2)- MSM- Mídia Sem Máscara. O Papa esqueceu os oprimidos de Cuba. 23/09/2015
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