Cuba, la única dictadura de Latinoamérica: Óscar Arias

Cuba, la única dictadura de Latinoamérica: Óscar Arias
Organización Editorial Mexicana
24 de octubre de 2011




Aimée Pacheco/ Diario de Querétaro

Querétaro, Qro.- "En honor a la verdad, en América Latina sólo hay una dictadura: la cubana", sentenció el ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez durante su participación en la 9ª Cumbre de Negocios dentro del panel Posicionamiento alcanzado en la década actual por Centroamérica, moderado por John D. Negroponte, ex secretario de Estado y Vicepresidente del Consejo, McLarty.

Puntualizó también que la debilidad de sistemas de educación es un pésimo negocio para nuestras sociedades. Los fracasos de la educación de hoy, son los fracasos en la economía y en la convivencia social.

"Con esperanza hablamos de los retos que nos trae el Tratado de Libre Comercio" con lo Estados Unidos y el Acuerdo y Asociación de la Unión Europea, así como un tratado entre Centroamérica y México muy recientemente negociado", dijo al señalar que la sola existencia de esa negociación es un signo de lo que ha cambiado Centroamérica hace 25 años.

Admitió que hacer productivas a las empresas, proteger democracia y el Estado de Derecho son tareas de los centroamericanos, y subrayó que el tema no es si vamos por el camino correcto "sino el ritmo al que avanzamos", lento sobre todo en consolidación democrática y reformas políticas donde las naciones no sólo han detenido su avance, sino que además han elegido el camino incorrecto.

"El futuro hay que ganárselo", dijo al exponer sobre el papel de Centroamérica en el mundo tanto en la cooperación para el desarrollo y la integración comercial, sobre la necesidad de incrementar la inversión social y sobre las amenazas contra la institucionalidad de la democracia y el Estado de Derecho.

La relación que tendrá Centroamérica con el mundo debe ser la primera definición de esta región, "nunca nos imaginamos que al traspasar el umbral de la paz entraríamos al mundo del olvido", dijo al sentenciar que tan sólo 5 países desarrollados dedican 0.7 por ciento del PIB al desarrollo, "modesto objetivo aprobado en la cumbre de 2006".

Además dijo, en la realidad se destina apenas una décima parte de la inversión que se dedica en fuerzas armadas, "necesitamos una mayor ayuda y solidaridad de los países más desarrollados en los que estamos en vías de desarrollo, pero sobre todo coherencia. Que si pregonan el libre comercio, sea en efecto libre, y no sólo donde cuentan con evidentes ventajas comparativas", dijo.

Abrir la economía dijo permitirá la atracción directa que complementen pequeños mercados para hacer más competitivos a los países, pues es vital para Centroamérica tener una relación comercial sólida con países como los Estados Unidos.

Sin embargo, admitió que el Libre Comercio por sí solo no es suficiente para el desarrollo de las economías, pues aunque puede contribuir al progreso de la nación y sus habitantes, sólo si se acompaña por políticas para fomentar la inversión social.

Por lo que urgió a incrementar las inversiones y fortalecer los sistemas de educación pues la debilidad de estos es un pésimo negocio para las sociedades pues eso condena a la fuerza laboral a bajos niveles de productividad y a salarios raquíticos y sumarse a las filas del crimen organizado.

"Si bien hoy son más los niños que asisten a la escuela. Para el 2015 más del 70 por ciento de la fuerza laboral de Centroamérica carecerá completamente de estudios secundarios y casi un tercio habrá finalizado la escuela primaria", dijo al admitir que hace 25 años no se les permitía a los centroamericanos pensar sobre el futuro.

Advirtió de las amenazas contra la institucionalidad democrática desde el autoritarismo y el respeto por el Estado de Derecho, "es imposible sin un desempeño institucional adecuado que comienza con la democracia, gobierno representativo y participativo y un juego donde los poderes sean independientes y garanticen pesos y contrapesos", dijo.

Y es que dijo, América central parece regresar a sus viejas costumbres, con "tres países que enfrentan serios retos políticos" ejemplo de ello dijo, es Honduras con el golpe de Estado de 2009, "Por más errático que sea un gobierno un golpe de estado siempre es una mala idea. Guatemala, donde el gobierno no puede ser ejercer control institucional y se ha aprovechado por el crimen organizado" con lo que dijo, aproximadamente 125 mil centroamericanos han muerto como consecuencia de crimen organizado en la última década, más que cuando estaban las guerras civiles.

Sin embargo, el caso más elocuente por el Estado de Derecho y la erosión de las instituciones democráticas es Nicaragua, resultado tangible de guerras civiles, "pero en ese país la historia se repite y parece que esas muertes fueron en vano. Con la reelección de Daniel Ortega en 2006 comenzaron a desaparecer los controles al ejercicio del poder público" deterioro más visible aún con las elecciones municipales del 2008 con el "fraude" y esfuerzos inconstitucionales de Daniel Ortega para permanecer en el poder.

Independientemente del papel que este jugando el presidente de Venezuela Hugo Chávez, lo que sucede en ese país es responsabilidad de los nicaragüenses, "Ortega como candidato favorito, sigue siendo un candidato inconstitucional".

Es una falacia creer que cada una de las naciones puede desarrollar su propia democracia, dijo, al precisar que las reglas democráticas son universales y los países lo son más o menos dependiendo cuánto se acercan o alejan de ese sistema que impulsaron los estadounidenses.

"El problema no son precisamente los falsos mecías, sino los pueblos que acuden con palmas a celebrar su llegada. Aún queda mucho camino por resolver. Los latinos construimos castillos de arena a la orilla del mar. Es Doloroso admitir pero en algunas naciones la fuerza sigue con más poder que la razón. Y el hambre sigue siendo motivo de indignación. No creamos que el poder democrático es siempre limitado. Es supervisado por el poder Legislativo y por el Poder Judicial siempre sujeto al escrutinio ciudadano", y precisó que las elecciones son parte esencial del proceso democrático pero no son el proceso por sí solo.