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lunes, 17 de octubre de 2011

El fusilamiento bacterial. Por Luis Alberto Ramírez.




El fusilamiento bacterial







Hace algún tiempo oí decir a Maira Morejón que en una manifestación en la que participó sintió como si la pincharan en las nalgas. Luego escuché hablar del mismo tema a otra chica amiga de Maira de nombre Mercedes. Ella relata que en la manifestación de apoyo al marido de Yoani Sánchez en el Vedado, la pincharon por la espalda y al voltearse vio a un esbirro con una especie de jeringa en la mano.



Tengo que confesar que siempre me pareció una exageración de las chicas ¿Para que demonios querría un esbirro pinchar a las mujeres que se manifiestan en contra del gobierno, con qué objetivo? La respuesta no llegó hasta la muerte de Laura Pollán.



Hace mucho tiempo, un amigo mío, a raíz de la muerte de Jorge Mas Canosa, me dijo: “El gobierno castrista, cuando no puede asesinar a sus opositores derribándolos en el aire, colocándole bombas en sus autos o fusilándolos oficialmente en Cuba, recurre a enfermedades inducidas”



Existen muchas maneras de inducir una enfermedad, por vía oral, respiratoria o directamente en la sangre. Una enfermedad infecciosa transmisible representa la reacción del cuerpo humano ante la invasión exitosa en sus tejidos de patógenos bajo condiciones que les permitan multiplicar y perjudicar al huésped. Los patógenos son microorganismos o substancias capaces de producir una enfermedad, estos microorganismos necesitan un ambiente para su desarrollo, ejemplo, un huésped, es, aquel organismo del cual el parásito obtiene su nutrimento.

El huésped del cual el agente infeccioso depende para sobrevivir se conoce como el reservorio, el cual puede ser el mismo hombre o un animal. Por otro lado, el portador representa u ser viviente o una probeta de cristal (en este caso una jeringa) infectada que alberga un agente infeccioso específico y puede ser fuente de infección para otras personas (en el caso que nos ocupa, los opositores al castrismo). Se le llama vector al portador viviente que mediante diseminación, inoculación o ambas ocasiona la enfermedad. De manera que si entendemos como inoculador a un esbirro y vector una jeringa, sería pues muy fácil para el gobierno castrista fusilar oficialmente a sus opositores con una enfermedad. La enfermedad no tiene que ser muy fulminante, todo depende del organismo del infestado. Lo que sí queda claro es que el infestado queda fuera del juego.



Mi amigo cree que muchos opositores que simplemente molestan a la dictadura han sido ultimados por una jeringa o por vía oral. El más emblemático fue Jorge Mas Canosa. Mi amigo no cree en la muerte casual y espontánea del Señor Canosa, para él, fue ultimado en un restaurante de la Ciudad de Miami con algún parasito en una bebida o comida. Porque si el castrismo fue capaz de infiltrar agentes hasta en el pentágono, ¿cuanto más deben estar infestados de espías patógenos las calles de Miami?



Casi todos los prisioneros de la primavera negra de Cuba salieron de la prisión con algún padecimiento crónico. José Gabriel Ramón Castillo dice que él entró a la cárcel sin ningún padecimiento y salió listo para el cementerio. El cree que le inocularon lo que padece con una vacuna que supuestamente era para la hepatitis tipo B, sin embargo, eso es, según él, simple conjetura, basado en el hecho que luego de esa vacuna los padecimientos le cayeron encima de repente, uno tras otro.



Pero yo creo que no está muy lejos de la realidad. Los servicios secretos de la KGB eran muy efectivos en ese tipo de fusilamiento, y los agentes de inteligencia cubanos son los mejores discípulos de la KGB.



La ultima victima de los servicios rusos confirmada por fusilamiento bacterial fue el periodista Alexander Litvinenco ex espía que vivía en Londres y que había que cerrarle el pico para siempre. Y la última victima de los servicios de inteligencia cubana fue Laura Pollán. Porque deben hacer con las Damas de Blanco lo mismo que han hecho con las organizaciones que más peligro representan para ellos, y sin menospreciar a las otras organizaciones anticastristas, en Cuba las Damas de Blanco, con sus Damas de apoyo, son el peligro más grande que enfrenta la dictadura últimamente. Descabezarlas es cuestión de sobrevivencia. Así que a Laura la fusilaron, y seguirán fusilando hasta que se diluyan las Damas de Blanco definitivamente.



Luís Alberto Ramírez. Miami.

DEL BLOG DE LA ESCRITORA ZOÉ VALDÉS

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