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lunes, 17 de octubre de 2011

De asesinatos políticos y “quisquillosidades”.por Zoé Valdés




DE ASESINATOS POLÍTICOS Y “QUISQUILLOSIDADES”.

Los asesinatos políticos por envenenamientos son tan antiguos que podríamos aventurarnos y hasta remontarnos a cuando la serpiente inoculó el deseo en la mente de Adán para que mordiera la manzana y se prendara de Eva, dicho rápido y a mi manera; de lo cual nadie investigó mucho, y a decir verdad hasta el día de hoy no se ha investigado nada, pero desde entonces Eva sigue siendo la culpable de todo, principalmente del engatusamiento provocado en Adán, por lo que se dice que es la causa de que las féminas sangremos cada mes desde entonces.

Pero seamos más concretos y dejémonos de “quisquillosidades”.

Supongamos que no se pueda probar que Laura Pollán fue envenenada (yo confío siempre que en un futuro todo se sabrá y se probará ampliamente), ¿es por eso ilógico acusar a la dictadura castrista de haber cometido el crimen? Sin ánimos de usar metáforas, reitero que el castrismo asesinó a Laura Pollán, ¿cómo? Poco a poco, a tortura limpia, a golpe limpio, a persecuciones limpias… De ese modo la fueron quebrantando, enfermando, y le “cazaron la pelea”, para citar a otra valiente cubana: Reina Loyna Tamayo.

De otra parte, resulta raro, como han señalado varios comentaristas y columnistas de este blog, que un país que se jacta de poseer una potencia médica, no haya podido salvar a una mujer, a la que por cierto diagnosticaron en menos de una semana, diversas enfermedades, sin relación una con la otra. ¿Cómo es posible que el presidente Hugo Chávez pueda ser curado de cáncer en Cuba y la Dama de Blanco, Premio Sajarov, Laura Pollán, muera a consecuencia de un dengue, o de una gripe, o de un virus que afectaba su sistema respiratorio, afecciones todas de las que muchos se han salvado? Nos lo preguntamos, y claro, no habrá respuesta, porque en Cuba no hay respuesta para nada que tenga que ver con una persona opositora al régimen, y ni siquiera para los pacientes normales, de los que la ética médica castrista se burla día a día. En Cuba se asesina a diario en los hospitales y nadie investiga nada de nada, el asesinato es el resultado en ocasiones por la no asistencia adecuada a personas en peligro de muerte.

He leído, porque me lo han mandado por email, que varios cubanos de Miami han empezado a alertar de que no se debe acusar a la dictadura de haber matado a la opositora porque no hay pruebas de ello. Claro que no hay pruebas. ¿Es que a esos cubanos les harían falta más pruebas que las que ha dado esa dictadura en los últimos tiempos solamente en materia criminal? Ya en un artículo anterior a este recordé los nombres de los últimos asesinados cruelmente en Cuba. Al parecer sí, las pruebas no son suficientes para algunos.

Esas personas se preocupan porque frente a esta acusación podría haber o armarse un ardid del régimen, y entonces se debería estar alerta, y tener mucho cuidado de lo que le suceda a René González, el espía terrorista castrista, en Miami, porque si a la dictadura se le ocurriera salir de él, podrían los Castro mandarlo a matar, y de paso echarle la culpa al exilio. Coño, me dije, vistas las opiniones que se tienen de la mafia miamense: ¿pero ese espía todavía está vivo en la capital del exilio cubano? Vaya, qué suerte tiene, y qué amable y buena es la mafia de Miami que todavía no le ha picheado ni un cambolo por la cabeza. A nosotros nos han contado siempre todo lo contrario. Yo lo hacía ya muerto y enterrado. Pero no, está vivito y coleando, y para colmo no más salió de la cárcel cinco estrellas y empezó a jactarse públicamente -en video del periódico local- de sus fechorías cometidas y de las que cometerá. ¿Le han hecho mítines de repudio como los que les hacen a las Damas de Blanco? ¡Ni uno, tú, manda pinga! (Ya saben que soy muy chusma cuando quiero). Nos han matado a Laura Pollán y todavía uno de los hijoeputas de ellos anda dando sámsara por los Miamis, bajo el cuidado de ¿quién? ¡De los exiliados que ahora se preocupan porque este tipo que no más salir de la cárcel declaró que iba a seguir con su lucha en contra de Estados Unidos y del exilio, no resbale ni con una cáscara de plátano! Verdad que los cubanos cuando no tenemos el comemierda de guardia, entonces ponemos al zocotroco con la guardia en alto.

Pero además, supongamos que a este tipejo le ocurra algo, supongamos que muera de un infarto, ¿también culparían al exilio? Yo veo todos los lunes CSI, Los Expertos de Miami, sé que es una ficción, pero basada en los adelantos increíbles que ha conseguido la policía y los investigadores criminalistas en los últimos tiempos, y en Miami, en Estados Unidos, señores, ese género de investigaciones, de “protocolos”, como les llaman, resultan más que obligatorias en casos normales de crimen, así que me imagino que en el caso de esta alimaña la investigación sería todavía más precisa y exhaustiva .

Pero además, si esas son las preocupaciones del exilio, que no se les muera este “pobre refugiado” terrorista en Miami, ¿por qué no exigen masivamente que lo manden a Arizona a donde querían enviar a Reina Loyna Tamayo, la madre de Orlando Zapata Tamayo? ¿Por qué no lo envían a Texas, a Nuevo México, como le llaman ellos? Ahí, en cuanto se meta en negocios ilícitos entonces sí que no durará ni lo que dura un merengue en la puerta de un colegio. Yo el exilio, convocaría a una manifestación masiva, como la que se hizo a favor de las Damas de Blanco, con Gloria Estefan a la cabeza, y hasta daría un concierto de despedida, para que botaran a cajas destempladas al tal González de mierda p’al carajo. Por supuesto, habría también que enviarle cartas a Obama, a Clinton, al Congreso, y a cuanto personaje político de categoría y con poder que pueda actuar rápidamente para que lo saquen de Miami cuanto antes. Y si es para Cuba todavía mejor, para que se tenga que fajar con el marabú, como el mismo ha declarado.

Pero la verdad, verdad, es que ya saben lo que pienso, que lo de los cubanos es boconería y mucho cuento, por eso estamos como estamos. Por eso esa alimaña sale de la cárcel y continúa amenazándonos, por eso nos siguen matando a las mujeres y a los negros porque los blanquitos bambolleros se la pasan escondidos detrás de la guapería barata. Y es la razón por la que no solo nos han cogido la baja hasta los mexicanos en Univisión, por lo arrastra’os que somos, el exilio que más yitis ha recibido es el cubano, el más agita’o, el más tibio. Y ya no me vengan más con que si Girón, Alpha 66, y demás, porque la mayoría de sus protagonistas están viejos, hicieron lo que tenían que hacer en su momento, y ya ha pasado mucho tiempo, aunque admiro mucho a los expedicionarios, ya basta de seguir con la misma tángana, que me recuerdan a los que en Cuba siguen viviendo de lo mismo, de la “limpía del Escambray”; ya se han muerto demasiados, y nos están matando todavía a mucha gente para andar con “quisquilleces” y sensiblerías.

Si el espía terrorista René González se muere en Miami, que se joda, que los que tienen que investigar investiguen, y que pague el que lo mató, o que no pague, porque si lo mata Cuba, seguro no pagarán nada, ni sabremos nada. Y si le echan la culpa al exilio, pues que lo prueben, ¡porque tendrán que probarlo! Pero antes de tocarlo siquiera con el pétalo de una rosa lo primero por lo que tienen que fajarse los exiliados es porque lo expulsen y sea declarado persona non grata de la Capital del Exilio, como mismo han expulsado ellos a tantas personalidades de Cuba, como hicieron con el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards. Coño, acabo de leerme de nuevo su libro, Persona non grata, ampliado, coño y recoñólis, qué chileno más valiente. ¡Y cómo nos ha defendido a los cubanos, y ha sacado la cara por nosotros! ¡Cojones ha tenido para comer y para llevar y para regalarle a muchos hombres cubanos! Y no ha sido el único extranjero que ha sacado la cara por los cubanos. No hablo de las mujeres, porque cada domingo lo han ido probando en Cuba, hasta la muerte, que son unas timbalúas y unas papayúas.

Esperemos que el René González sea expulsado, fíjense, no trasladado, no, expulsado deshonrosamente de esa ciudad lo antes posible. Que todos los políticos de Miami se pongan para eso. ¿O para qué les pagan a los políticos, para que reciban y mantengan a terroristas con el dinero público?

¿Ellos no le gritaron a los marielitos “¡qué se vayan que se vayan, qué se vaya la escoria!”. Bien, pues de este lado del charco, la escoria es él.

Como diría Arcadi Espada: ¡Quiá!

Zoé Valdés.

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