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jueves, 5 de enero de 2012
"El manifiesto del Primero de Enero de 2012".Por el comandante Hubert Matos
El castrismo está en su etapa final, pero un pueblo que sabe a dónde va no le pone calendario a sus aspiraciones, sino sacrificio y constancia a su decisión de defender siempre la democracia y la justicia. El castrismo prefiere que ingenuamente pongamos fechas, que nos desesperemos y cunda el pesimismo en nuestras filas y el derrotismo en el pueblo.
En las presentes circunstancias debemos estar alertas y no dejarnos confundir creyendo que una economía de mercado nos traerá la libertad. El capitalismo sin democracia y sin justicia social es opresión y explotación. En Cuba el régimen ha hecho algunas concesiones simbólicas para engañar al pueblo, encubrir el fracaso y mantenerse en el poder.
Compatriotas:
Los demócratas cubanos seguimos ganando terreno y la tiranía lo sigue perdiendo. En este pasado año quedó demostrado una vez más que, con golpes, arrestos, condenas a prisión y crímenes no se detiene el crecimiento de la oposición democrática en Cuba. Si el régimen creyó que con el asesinato de Laura Pollán desintegraría a las Damas de Blanco, cometió un grave error.
Su heroico ejemplo, como el de Juan Wilfredo Soto García, asesinado el 8 de mayo de 2011 y el del mártir Orlando Zapata Tamayo, asesinado el 23 de febrero de 2010, han sido espuelas en lugar de freno. El descontento de la población aumenta en vez de disminuir y los jóvenes continúan sumándose a la oposición.
El castrismo está en su etapa final, pero un pueblo que sabe a dónde va no le pone calendario a sus aspiraciones, sino sacrificio y constancia a su decisión de defender siempre la democracia y la justicia. El castrismo prefiere que ingenuamente pongamos fechas, que nos desesperemos y cunda el pesimismo en nuestras filas y el derrotismo en el pueblo.
Nuestra fecha es el fin de la tiranía. Después de un año de crecimiento continuo, el CID ratifica su voluntad de seguir fundando delegaciones en toda la isla. Buscamos hombres y mujeres dispuestos a trabajar en la construcción de una cultura democrática en Cuba. El castrismo es y será nada más que una página amarga y destructiva de nuestra historia. Lo mejor de Cuba no está en su pasado reciente. Lo mejor de Cuba está en sus raíces como nación y en su porvenir.
En las presentes circunstancias debemos estar alertas y no dejarnos confundir creyendo que una economía de mercado nos traerá la libertad. El capitalismo sin democracia y sin justicia social es opresión y explotación. En Cuba el régimen ha hecho algunas concesiones simbólicas para engañar al pueblo, encubrir el fracaso y mantenerse en el poder.
Luchamos por una constitución democrática. Por instituciones y leyes que garanticen un Estado de Derecho. Por una sociedad solidaria donde los desvalidos y necesitados no tengan que vivir en la miseria. Por una patria donde el negro tenga la igualdad y el respeto que le pertenece por su participación destacada a lo largo de nuestra historia. Por una sociedad donde la mujer tenga las garantías que la violencia y la discriminación hoy le niegan. Por una república donde la actividad empresarial privada sea el motor del progreso y éste se convierta en una fuente de oportunidades para todos los cubanos.
Compatriotas, tenemos que superar el pesimismo de unos y el exceso de optimismo de otros. Con realismo y decisión hay que hacerle frente al trecho por recorrer. El pueblo cubano está comenzando a pensar que un día puede vivir en libertad. Nuestra tarea es asistirlo a creer que sí puede ser. No esperemos sacrificios de un pueblo sin fe en su poder y su futuro.
Es la toma gradual de conciencia lo que provocó que un suceso inesperado en el mundo árabe, el sacrificio de Mohammed Bouazazi en Túnez, convirtiera en un movimiento arrollador las aspiraciones de millones de jóvenes árabes que se han negado a seguir viviendo bajo regímenes dictatoriales. Lo que nadie previó ni creyó posible se ha convertido en un hito de incalculables consecuencias históricas.
La primavera árabe ha demostrado la inaceptabilidad de la complacencia moral del mundo ante los regímenes autoritarios. Putin en Rusia y Assad en Siria provocan desprecio. Hasta la dirigencia china, que hace pocos años parecía intocable, hoy es blanco de críticas y se visualiza vulnerable ante el futuro.
Hugo Chávez y Fidel Castro son los políticos menos populares en Latinoamérica. El chavismo pasó de cómico a chabacano. El fracaso del castrismo en Cuba es reconocido y criticado en todas partes.
En Cuba los demócratas hemos logrado avances importantes. La excusa del embargo estadounidense como causa del desastre económico del país ya no es válida. La mayoría del pueblo cubano se ha convencido de que sus penurias son el resultado del sistema impuesto por el castrismo.
El pueblo sabe que Raúl Castro perdió la oportunidad de capitalizar las expectativas que él mismo alimentó. Los insuficientes y en muchos casos estúpidos amagos de apertura económica han demostrado su falta de audacia, de conocimiento y de olfato político.
La tiranía está pagando un precio muy alto por haber pospuesto cambios fundamentales en el orden político, económico y legal. En un mundo globalizado, una nación que no avance al ritmo de las demás se rezaga. Es una cuestión relativa, pero indiscutible. Continuaremos empobreciéndonos.
El régimen sigue recibiendo una subvención de miles de millones de dólares desde Venezuela, pero la mayoría de la población sobrevive con extrema dificultad. En Cuba no todos son iguales y el futuro apunta a mayores desigualdades.
Una parte sustancial del presupuesto nacional se gasta en vigilancia, en represión y en privilegios a los represores. Hay una minoría que, al amparo del Estado y en complicidad con sus socios extranjeros, reparte la piñata. El pueblo lo sabe y lo resiente.
Un sector de la nomenclatura está convencido de que el tiempo del castrismo pasó. No están seguros de que una dictadura reciclada tenga posibilidades de sobrevivir a largo plazo. Esta es la razón de la guerra de Raúl Castro contra la corrupción. No es que le preocupe que funcionarios y burócratas roben, es que antes lo hacían y eran fieles, ahora ya no lo son.
El pueblo cada vez le teme menos al castrismo y lo desprecia más. La mayoría todavía contempla, paralizada, la audacia de la oposición democrática. Pero no será siempre así. Sabemos que el silencio del pueblo es una mezcla de miedo y de admiración. En nuestros barrios la gente cada vez con mayor frecuencia expresa su solidaridad a los miembros de la oposición.
El régimen puede encontrar petróleo. Pero el petróleo no puede curar la incompetencia y la decrepitud de quienes manejan el país. No va a satisfacer la corrupción oficial, ni a resolver los problemas acumulados por más de medio siglo. El petróleo no va a hacer regresar a los cientos de miles de jóvenes profesionales que han escapado al extranjero y que son necesarios para la reconstrucción de Cuba. Ni tampoco el petróleo va a evitar que otros tantos sigan huyendo de ese desastre.
En este primero de enero de 2012 el partido Cuba Independiente y Democrática (CID) ratifica el apoyo brindado al Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán y a su dirigente Bertha Soler. No creemos que haya mejor vehículo para lograr la unidad de los cubanos contra la tiranía que apoyar a este grupo de mujeres valientes, que no levantan ninguna bandera ideológica ni representan sectarismo partidario.
La Declaración de Caracas, el Proyecto de la Nueva República y la Propuesta Constitucional del CID representan nuestros principios y nuestra visión de Cuba; pero en estos momentos creemos que la vía hacia la unidad no debe ser la de acuerdos ideológicos y políticos entre los grupos, sino la del apoyo real y efectivo al legado y la vida de Laura Pollán, simbolizado en el movimiento que dirigió con determinación y heroísmo.
El CID saluda al exilio cubano y le pide el respaldo necesario para que cada organización de oposición dentro de Cuba tenga los recursos que necesita para la lucha. No se puede esperar un levantamiento popular en Cuba mientras el exilio, que vive en libertad y que cuenta con recursos, no se movilice primero y participe activamente en esta lucha.
Que nadie en el exterior excuse su pasividad por la falta de unidad. Ninguno de nuestros mártires lo hizo. Ni los luchadores en Cuba dejan de salir a las calles a recibir golpes y ser arrestados con la excusa de que el pueblo tiene miedo o que la oposición no está unida. Que cada cubano cumpla su parte individual y la unidad será el resultado del esfuerzo de todos.
Apelamos a los compatriotas vinculados al régimen a que se unan a la oposición y ayuden a construir una república democrática. El éxito es siempre la recompensa al heroísmo y a la tenacidad. El porvenir le pertenece a la libertad y a la democracia. Es la tiranía contra la juventud, su futuro y su progreso. El pueblo de Cuba resiste y vencerá.
Patria, Pueblo y Libertad
Por el Comité Ejecutivo Nacional
Comandante Huber Matos Benítez, Ingeniero Daniel Mesa Cantillo, Katia Sonia Martín Veliz, Ricardo Medina Salabarría, Abdel Rodríguez Arteaga, Irel Gómez Moreira, Nivardo Amelo Ramírez, Ubaldo León León, Laura Labrada Pollán, Rolando Pupo Carralero.
Partido Cuba Independiente y Democrática (CID)
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