El amigo de los Castros (Mahmud Ahmadineyad) Violaciones a los Derechos Humanos en Irán

Hochgeladen von 72pantalla1 am 09.01.2012

Tortura y violaciones de los derechos humanos bajo el régimen de Mahmoud Ahmadineyad

Los derechos humanos de los ciudadanos iraníes están gravemente limitados: no hay libertad de expresión, ni libertad de prensa y, además, está prohibido leer libros, ver películas y escuchar música. Ejecuciones, Torturas, arrestos sistemáticos y encarcelamientos están a la orden del día. La pena capital se utiliza asiduamente y, por lo general, las ejecuciones, a menudo caracterizadas por la crueldad y el sadismo, se celebran en público. Cuando Mahmoud Ahmadineyad fue elegido presidente, llevó a cabo una purga inmediata de ministros progresistas en el gobierno, a los que remplazó con antiguos jefes de los servicios secretos y de seguridad responsables de graves abusos de los derechos humanos, incluida la muerte de miles de civiles. Entre los nuevos cargos se encuentra el ministro de interior Mustafa Pour-Mohammadi, que estaba al frente de las operaciones exteriores del servicio secreto en la década de 1990, en la que se produjo el asesinado de decenas de figuras destacadas de la oposición en el extranjero. [1] Según los medios de comunicación y diversos testigos, como mínimo, 115 personas han sido ejecutadas en Irán en lo que va de año. Esta cifra supera las 94 personas ajusticiadas en 2005, de la cuales al menos nueve eran menores de edad en el momento de cometer el delito, según Amnistía Internacional. [2] Este año, se ahorcó públicamente a dos hombres homosexuales con arreglo al Código Penal iraní, que tipifica las relaciones sexuales entre varones como delito capital. [3] En ciertos casos, los tribunales iraníes han condenado a los acusados a castigos crueles e inusuales, como la privación de la vista por medios quirúrgicos, la amputación y la flagelación. [4] El tratamiento que reciben los prisioneros en las cárceles iraníes incluye celdas de castigo, descargas eléctricas, violaciones, palizas y ejecuciones simuladas. [5] En julio de 2005 la justicia iraní reconoció por primera vez que se habían cometido actos de tortura y violaciones de los derechos humanos. Pese al compromiso del jefe del departamento de justicia de Teherán, Hojatoleslam Abbasali Alizadeh, de poner coto a los malos tratos, en la práctica el problema se ha agravado considerablemente y los casos de tortura y encarcelamiento sistemático se han disparado desde entonces. [6] Ahmadineyad ha declarado la guerra a la libertad de expresión y de prensa. Ha cerrado periódicos, limitado en gran medida el uso de Internet por parte de la población y prohibido las películas, la música y los libros extranjeros. Se prohíbe el acceso a la Universidad de los estudiantes acusados de tener ideas contrarias al régimen. [7] Las mujeres [8] y las minorías [9] sufren una opresión y un terror generalizados. El gobierno de Irán ha cerrado cerca de 100 periódicos y las detenciones de trabajadores de los medios de comunicación son un hecho habitual. En la actualidad, hay unos 30 periodistas confinados en las cárceles iraníes. Bajo tortura, se los obliga a escribir confesiones falsas y "cartas de arrepentimiento" que, en ocasiones, se difunden a través de la televisión nacional. En octubre, el gobierno restableció los tribunales especiales para la prensa, en los que tres jueces y un jurado "especialmente seleccionado" condenan de forma habitual a los periodistas que escriben artículos censurables en opinión del régimen. [10] Las autoridades iraníes han encarcelado a decenas de bloggers, dentro de una campaña más amplia de represión en Internet lanzada por Ahmadineyad. Los detenidos pueden enfrentarse a penas de cinco años de prisión y, aunque se desconoce el número exacto de bloggers encarcelados, se calcula que unos cincuenta han ingresado en prisión durante el año pasado, según las previsiones más moderadas. Durante este tiempo, también se arrestó a muchos periodistas y editores de diarios en línea. Desde que Ahmadineyad asumió el poder, se ha bloqueado miles de sitios Web, incluidos los que trasmiten noticias del extranjero. [11] Ahmadineyad ha prohibido toda manifestación literaria y artística que respalde los valores seculares y el feminismo, o que se desvíe de la línea marcada por el partido. Las editoriales están sometidas a una férrea censura y es frecuente que se sentencie a los autores a largas penas de cárcel o a castigos aún más rigurosos. [12] Ahmadineyad también ha desterrado toda la música occidental, tanto clásica como moderna, de las emisoras de radio y televisión iraníes [13] y ha prohibido la reproducción de películas extranjeras en las cadenas de televisión y en los cines. [14]