Carta del Comite Internacional de Ex-presos Politicos Cubanos a Benedicto XVI
von Francisco Escobar, Dienstag, 24. Januar 2012 um 00:27
Comité Internacional de Ex presos Políticos Cubanos
COMISIÓN POLÍTICA
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E-Mail: presospoliticoscubanos@msn.com
Enero 23, 2012.
Su Santidad Benedicto XVI.
Ciudad del Vaticano
Asunto: Viaje Pastoral a Cuba
Santo Padre, que la Paz y el Amor de Jesucristo, nuestro Señor esté con Usted ahora y siempre.
Cumpliéndose catorce años de la visita del recordado Beato Juan Pablo II a Cuba rodeada de un marco de esperanzas y de fe y ante la perspectiva del viaje pastoral de Su Santidad a la isla del 25 al 27 de marzo próximo, nosotros la Comisión Política del Comité Internacional de Ex-Presos Políticos Cubanos residentes en el exilio, basados en años de sacrificios por amor a Cuba y confiando en su sabiduría, experiencia, y amor a los más desafortunados, nos atrevemos a dirigirnos a Su Santidad con miras a revisar algunos puntos que consideramos fundamentales, dentro del conglomerado de realidades que conforman la Cuba actual.
Santo Padre, Usted va a encontrarse con un pueblo que se ha caracterizado por su nobleza y alegría. Un pueblo con inventiva y capacidad innata para triunfar, pero que producto de más de cinco décadas de desarraigo histórico-cultural y religioso, bajo el adoctrinamiento impuesto para formar el modelo marxista del "Hombre Nuevo" rompió con el pasado al prometérsele un futuro de gloria que nunca llegó. Ese pueblo hoy simplemente sobrevive sacudido por el viento y las carencias sin ejemplos oficiales de valores humanos en que ampararse y en ignorancia de las realidades del mundo exterior y de su propia historia.
En su visita encontrará un país sin economía, ni infraestructura, ni leyes que amparen al ciudadano en su gestión económica, social o política; un país manejado por una dinastía que vive en opulencia junto a una pequeña clase gobernante y el resto, toda una masa humana que carece de recursos para satisfacer las necesidades básicas.
Añadiremos que existe una Iglesia con un número creciente de fieles, a pesar de las presiones que el gobierno sistemáticamente ha ejercido sobre la población practicante, pero esos fieles están a la espera de la profundización y un compromiso real con la evangelización y el futuro; llegando en ocasiones a aceptar el aborto como medio de control de la natalidad ante la preocupación de una boca más para alimentar. La práctica del aborto en gran escala, es promocionada en Cuba por el Estado. Muchos de estos fieles contemplan a la salida de varias Iglesias la represión de que son víctimas las "Damas de Blanco" al asistir a Misa para orar por la libertad de sus familiares presos y la libertad de Cuba. Encarecidamente le suplicamos que Su Santidad se reúna con una Delegación de las Damas de Blanco. Su aval ejemplarizante de sacrificio las hace acreedoras de esa distinción.
En nuestra Patria las cárceles están repletas de presos que viven en condiciones inimaginables de hacinamiento, hambruna y maltratos físicos y sicológicos. La población penal actual asciende aproximadamente a 70,000. Sólo un sistema indolente e injusto podría producir resultados tan negativos en la sociedad. En Cuba entre otros delitos, la tenencia o distribución de alimentos, materiales de construcción para viviendas y cuartillas con la Declaración Universal de los Derechos Humanos son ilegales y punibles. Un 20% de la población ha pasado por las cárceles en los últimos 53 años por no coincidir con el patrón político, militar, social o anti religioso del sistema.
Encontrará un país donde no se respetan los derechos humanos; a citar entre otros la carencia de libertad individual y colectiva, el voto libre y secreto, el derecho a viajar dentro y fuera del país, el derecho de reunión, el derecho a escoger quien formará nuestros hijos en la escuela, etc. Queremos destacar que en Cuba existe un sistema de discriminación, mediante el cual los cubanos no pueden entrar en determinados hoteles o utilizar ciertas aéreas de las playas dedicadas al turismo exterior. El pueblo cubano sufre también la infamia de recibir salarios en moneda cubana y tener que pagar en algunos mercados gubernamentales en moneda extranjera para conseguir bienes de primera necesidad. La existencia de la doble moneda es una forma de discriminación social sin antecedentes en el mundo moderno y demuestra el desprecio del gobierno al pueblo.
El discurso oficial señala el Embargo estadounidense como causante de todos los males. Cuba ha adquirido en el mercado exterior cuanto ha querido y utilizado egoístamente; EE.UU. ocupa con relación a Cuba el quinto lugar en la escala de sus transacciones comerciales. Detrás de esas demagógicas afirmaciones, repetidas en los foros internacionales, sólo hay un propósito, el acceso a créditos bancarios; un grupo gobernante que se apoderó de las riquezas de los extranjeros y nacionales sin compensación no podrá nunca ser beneficiario de préstamos por su mala historia de pago a lo largo de su gestión administrativa.
Estas realidades y muchas otras que Su Santidad conoce y a nadie extrañan en el mundo libre e informado, conforman el marco no publicable en el interior de nuestra Isla esclava que se adornará cosméticamente, cual aldea Potenkin para recibirlo. La sangre derramada por la represión oficial, las decenas de miles años cumplidos en las prisiones por los opositores, los muertos en el Estrecho de la Florida y otros escenarios tratando de escapar del sistema, la separación de la familia, las lágrimas en los hogares por no poder suplir alimentos, ropas o medicinas, el desarraigo de los más de dos millones de cubanos en el exilio; no son medibles, pero es nuestro aval como pueblo que no se ha rendido en la conquista de la Libertad.
El régimen cubano, en un postrer intento de sobrevivir un tiempo más, recurre al anuncio de un cambio que en el papel facilitaría suplir la crisis de ciertos insumos, sin un sistema jurídico que los garantice. Su Santidad, el cambio que necesita Cuba tendrá que surgir desde dentro de cada uno de los gobernantes y gobernados, y se necesita mansedumbre del alma para dirigir los pasos sociales, económicos y políticos necesarios. Los que tienen sus manos manchadas de sangre inocente jamás podrán efectuar transformaciones para el bien común.
Su Santidad, gracias por su visita a Cuba. El noble pueblo cubano y gran parte del clero lo merece y lo necesita. Su peregrinar será el oasis de espiritualidad y de fe del que cada hijo de Dios se ha hecho acreedor. Cuide de ser utilizado por la clase gobernante en detrimento de la esperanza que su viaje inspira. Manifieste privadamente a los personeros del gobierno su conocimiento de la realidad y sus votos para que en Cuba se produzcan las transformaciones que conduzcan a un futuro distinto donde por encima de todos los antagonismos la libertad sea el motor.
En torno a su visita se crea un deseo de renovación, sobre todo en un país como éste que está a la expectativa de un cambio, que lo saque de la larga noche totalitaria. Podríamos estar como pueblo en el umbral de la evolución espiritual y social del cubano. Su visita como peregrino por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, será el punto culminante del proceso de apertura de los cubanos a la fe. La libertad religiosa que esperamos va más allá de los permisos para celebrar misas y procesiones; es la libertad de los cristianos para expresarse en los espacios públicos y vivir acorde a sus principios. Mientras haya un solo creyente que sea reprimido o censurado por la fe que profesa y por sus consecuencias sociales, políticas o culturales, no existirá una verdadera libertad religiosa.
Santo Padre, unimos nuestras oraciones a las suyas para que su visita sea fructífera en todos los órdenes. Que el Señor le acompañe en este peregrinar y que la gracia del Espíritu Santo se derrame sobre Usted y el pueblo cubano.
Sus servidores,
Eduardo Ochoa, Guillermo Estévez, José Antonio Jiménez
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