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domingo, 8 de diciembre de 2013

ARTES MARCIALES EN CUBA.INTERESANTE MATERIAL

Artes marciales japonesas en La Habana Vieja. (1908-2009) (Artículo Ampliado)


Por Rafael Fernández Moya, Especialista en Relaciones Culturales en la Compañía Turística Habaguanex S.A, adscrita a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

La historia de la parte antigua de La Habana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, está matizada también por la presencia y las huellas dejadas por hijos del país del sol naciente, comenzando por un ilustre misionero que visitó la ciudad en el siglo XVII en tránsito hacia Europa.

Se trata de Hasekura Rokuemon Tsunenaga, quien partió de Sendai en el año 1613 en calidad de embajador de buena voluntad (Misión de Keicho) enviado hacia Europa durante la Era de Descubrimiento, por orden del entonces señor feudal de Sendai, Date Masamune.  Cruzando el Océano Pacífico y el Atlántico, llegó a España y Roma en donde logró que se le concediera audiencias con el rey Felipe III y el Sumo Pontífice Paulo V. Tsunenaga  regresó a su tierra natal en 1620 después de un duro viaje de 7 años, tras haber pasado muchas privaciones en suelos extraños, superando dificultades y cumpliendo con su misión.  Parece que algunos de los integrantes de su cortejo se quedaron en Coria del Río, región de Sevilla, España; donde fueron tan bien acogidos que acabaron casados con nativos a los que les legaron el apellido toponímico “Japón”. Una estatua suya  donada por la Universidad de Sendai, fue emplazada frente a la bahía habanera.

El público habanero ha tenido la oportunidad de presenciar manifestaciones de artes marciales japonesas desde principios del siglo XX, comenzando por el jujutsu, que  significa “ciencia de la suavidad”  o “arte suave” y se denomina así a las técnicas de combate elaboradas en Japón por los Bushi (caballeros) durante el período Kamakura (1185-1333). Originalmente las técnicas estaban destinadas a los guerreros desarmados para que pudieran defenderse contra los enemigos que aún permanecían armados y se diseñaron para inhabilitar, mutilar o matar.

Este arte deriva de las antiguas técnicas del kumi-uchi o yawara, entre otras denominaciones descritas en el tratado budista del siglo XIII denominado Konjaku-monogatari, y sus técnicas se combinaron con movimientos y llaves adoptados de los antiguos métodos chinos de combate.

Durante el período Edo (1603-1868), cuando Japón estaba en condiciones de paz, el ju-jutsu se difundió como un arte marcial y sus técnicas se extendieron por todo el país. Su  práctica se reglamentó al comienzo del período Meiji (1868-1912) en el tiempo en que a los samuráis les estaba prohibido  llevar espada y las contiendas entre familias nobles estaban también prohibidas. En esa época el ju-jutsu se convirtió para el samurai en un medio para obtener recursos realizando cualquier tipo de actividad y exhibiciones públicas.












Jigoro Kano

En 1882, Jigoro Kano Shihan, con los conocimientos adquiridos de dos escuelas principales de jujutsu, a los que agregó sus propios descubrimientos, fundó un nuevo sistema de cultura física y de entrenamiento mental que llamó  Kodokan Judo. El Judo surgió entonces con una incomparable carga de moral y ética, basado en principios generales colectivos de bienestar y prosperidad física y mental, y se arraigó definitivamente en Japón en 1886.

Los primeros indicios de práctica de jujutsu en Cuba, datan de la primera década del siglo XX, época en que visitó La Habana en más de una ocasión el experto en judo japonés , el señor Mitsuyo Maeda , cuarto Dan del Ju Do Kodokan de Japón  nacido en 1878 en Hirosaki, prefectura de Aomori, el cual ganó gran reputación en la Isla.











Mitsuyo Maeda (Conde Koma)

Sobre este luchador escribió un libro Norio Kohyama titulado “A Lion’s dream, the story of Mitsuyo Maeda”, quien viajó a Cuba y Brasil para documentarse con informaciones publicadas en la prensa y con testimonios de miembros de la colonia japonesa en ambos países. Según este escritor, Maeda  se mudó a Tokio a la edad de 18 años, entró en el Kodokan en 1897 y rápidamente se colocó entre los judokas jóvenes más prometedores. En 1904, cumpliendo una invitación del presidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, el Kodokan envió a ese país a Mitsuyo Maeda, uno de los primeros alumnos del maestro Jigoro Kano, y al sexto dan Tsunejiro Tomita,  uno de sus instructores, quienes hicieron demostraciones en la Academia Militar de West Point. Tsunejiro Tomita, se encargaría de las explicaciones teóricas sobre el arte marcial, mientras que Mitsuyo Maeda haría las demostraciones físicas...









Tsumejiro Tomita

En la ciudad de Atlanta, Georgia, en el mes de diciembre de 1905 realizó Maeda sus últimos combates en Estados Unidos, y desde este país viajó a La Habana acompañado de Akitaro Ono y Tokugoro Ito. En el período que aquí permaneció, Maeda derrotó a Adobamond, calificado entonces como el luchador número 1 en Cuba. Después de ésta,  su primera visita a Cuba, Maeda viajó a Europa acompañado de Satake Nobushiro, llegando el 8 de febrero de 1907  a Liverpool, Inglaterra

El 14 de diciembre de 1908  llegó a Cuba Maeda procedente de  España donde participó en combates como el Conde Koma que desde entonces se convirtió en su nombre profesional.  En el teatro Payret de la capital, según reportó El Fígaro en su primer número de enero 1909, Mitsuyo Maeda realizó demostraciones con su ayudante, un mulato cubano de apellido Miranda que lo acompañaba hacía algún tiempo. El Conde Koma permaneció en La Habana hasta julio de 1909, de donde se dirigió a México, para regresar a la capital cubana el año siguiente y luchar contra el boxeador norteamericano Jack Connell en combate que se efectuó el 23 de agosto de 1910 y  resultó “tabla” Varios años más tarde se encontraba Maeda en El Salvador donde en la noche del 2 de enero de 1913 participó en las funciones de un circo japonés junto a un artista marcial llamado Nishimura y un cubano de apellido Pérez que realizaron un combate ganado por el primero en cinco rounds. En esa ciudad centroamericana Maeda dio clases a oficiales y clases de fuerzas militares de la presidencia del país.

Su gira por América llevó a Mitsuyo Maeda hasta Chile. Realizó demostraciones en Valparaíso, en 1914, y efectuó, además, algunos combates con atletas de lucha grecorromana, boxeadores, etc. Con él adquirió algunos conocimientos de jiu jitsu  Amadeo Pelegrini, ex campeón de lucha grecorromana, quien impartió clases de ese arte en la Policía nacional chilena

Mitsuyo Maeda se asentó en 1915 en Belén, capital del estado brasileño Pará , donde se dedicó a ayudar incansablemente a  inmigrantes japoneses que desde 1900 se establecieron en el sur, norte y noreste de Brasil.  Belén se convirtió en su hogar definitivo y desde allí viajó a otros países de América cada vez que se le presentó la oportunidad. En Brasil enseñó a Carlos Gracie, fundador de la Academia Gracie Jiu Jitsu que abrió sus puertas en 1925 en Río de Janeiro, de la que fue también profesor un hermano de Carlos llamado Helio, quien fue muy famoso por sus victorias contra  campeones japoneses










El célebre luchador japonés Mitsuyo Maeda, conocido profesionalmente por el Conde Koma, llegó a La Habana por cuarta vez en enero de 1912, acompañado de otros tres judokas japoneses nombrados Ono Akitaro, Satake Nobushiro e Ito Tokugoro y fueron llamados “Los Cuatro Emperadores”. El promotor del Conde Koma fue Rodríguez Arango, mientras que Ono Akitaro era asistido por Santos (Pablo) y Artigas (Jesús) quienes contrataban especialmente el teatro Payret  El Conde Koma realizó algunas demostraciones y combates y ofrecía cierta suma de dinero al contendiente que soportara cinco minutos de combate, así como una suma muy superior al que lograra vencerlo. El miércoles 31 de enero Akitaro Ono venció a Desiderio Llanes y el jueves 5 de febrero venció a Ito en 12 rounds. El viernes 9 de febrero el Conde Koma venció a Akitaro en 29 rounds.









Se conoce que en el período transcurrido desde 1906 hasta  1912 durante sus estancias en La Habana el Conde Koma dio instrucciones de su arte a varios deportistas jóvenes de la capital. Un joven mexicano llamado Miguel Ángel Febles, nacido en 1896, quien practicó boxeo y Jujitsu, junto a otro pionero de ambas especialidades de cultura física, el chinito-cubano nombrado Chu Aranguren, tuvieron la oportunidad de conocer al Conde Koma y ser sus discípulos. Fueron tantos y tan rápidos los adelantos de Febles, que asombró a su maestro, campeón mundial de jujutsu, quien pronosticó que a pesar de su poco peso (126 libras), el jovencito Mike Febles sería un destacado luchador. Posteriormente, el joven mexicano, junto a su amigo Bernardino San Martín, recibió clases de boxeo en la primera academia de ese deporte que instaló en La Habana el chileno John Budinich. Bernardino San Martín llegó a ser campeón de peso de papel, título que perdió en el patio del American Club, en Prado y Virtudes, con el chinito Víctor Tomás Achan.

El 13 de abril de 1913 se celebró un combate de boxeo en la división de las 112 libras, en un improvisado cuadrilátero montado en una humilde casa con piso de cemento, sita en el callejón del Conde Cañongo, al costado de la iglesia de Monserrate, donde habitaba Mike Febles. Los contendientes eran el chinito Víctor Tomás Achan y Florentino Llanos. Después de la pelea de boxeo, se ofreció una exhibición de jiu jitsu por parte de Mike Febles y Chu Aranguren  En el mes de septiembre del mismo año 1913  la revista ilustrada El Fígaro,  de La Habana, publicó una fotografía de Adolfo León Osorio, campeón de jiujitsu de 115 libras de peso que se preparaba para enfrentarse a  Will Bingham, luchador inglés de peso mediano y experto en jiu jitsu

Mike Febles defendió su título de peso ligero de jiujitsu frente al norteamericano aplatanado Walter Cousin, quien lo derrotó en encuentro celebrado el  domingo 10 de enero de 1915 en el Circo Pubillones, que realizaba sus espectáculos en el Politeama Grande, sala de teatro situada en la parte alta de la Manzana de Gómez.  El 8 de mayo siguiente se anunció la primera exhibición que realizaría en La Habana el campeón mundial de jiujitsu, Taro Miyake, quien ofreció mil pesos de premio al luchador que lo venciera y 250 al que lo resistiera durante veinte minutos. Mike Febles venció al campeón japonés ante el asombro del público presente en el Teatro Colón,  situado en Zulueta entre Dragones y Teniente Rey..

 El año siguiente, contando apenas 20 años de edad, Mike Febles regresó a su país donde se desempeñó como triunfante boxeador y fue preparador de la escuadra mexicana de boxeo que representó al país azteca en las olimpiadas de 1928 celebradas en Ámsterdam, Holanda. Y, terminó su vida como instructor de defensa personal de la Policía Mexicana

En la Arena Colón, escenario al aire libre situado en Zulueta entre Dragones y Teniente Rey, al costado del Teatro Martí ,  el 16 de octubre de 1916 se ofreció un programa de jiu jitsu por el campeonato de los pesos completos entre Benjamín González y Desiderio Llanes, resultando campeón el primero. Esta Arena, cuya apertura se realizó en marzo de 1915, había sido construida por Mr. Robinson, para peleas de boxeo.

En el mes de abril de 1918 se presentó en el teatro Payret, sito en Prado y San José, el campeón Tayemon Takeuchi. Tres años más tarde, el 26 de septiembre de 1921, llegó a La Habana el campeón mundial Conde Koma, o Conde Amarillo, quien  esa vez vino acompañado del profesor Satake, ya conocido por el publico cubano, su esposa, su secretario y un cocinero. Nueve años habían transcurrido desde la última presentación en La Habana del campeón japonés, quien viajó por países de América Latina donde venció a todo luchador y aficionado que se pusiera la clásica kimona para enfrentarlo. Durante ese período pasó 6 años en Brasil (5 en Paraná y 1 en Río de Janeiro).

El día 30 de septiembre debutó el Conde Koma en el Teatro Payret, o el Rojo Coliseo como lo llamara Enrique Fontanilles en sus crónicas sociales. En las demostraciones que se hicieron antes de su aparición en escena, participó el primer dan de judo Sadao Kubota. El 14 de octubre el Conde Koma derrotó al Español Incógnito y ante protestas y retos, volvió a derrotarlo el 22 de ese mes, aunque no en 10 rounds como había apostado

El Conde Koma murió en 1941 en Brasil a la edad de 63 años, nacionalizado en este país suramericano y sin haber regresado a Japón desde su salida en 1904. Durante su peregrinación por Estados Unidos, España, Inglaterra, Cuba, América Central y Brasil, se dedico a  de demostrar la superioridad del judo sobre la lucha libre y el boxeo que el calificaba de juegos con reglas, así como a instruir y preparar judokas con el propósito de extender el conocimiento, la enseñanza y la práctica de ese arte marcial oriental en el mundo occidental.

El luchador conocido por el Español Incógnito que combatió con el Conde Koma, se llamaba Pablo Álvarez y en 1924, residiendo en la calle O´Reilly número 57,  (actualmente 453 entre Aguacate y Villegas), anunciaba en la prensa local su capacidad para formar expertos luchadores mediante un curso por correspondencia que contemplaba preparación en lucha científica, defensa propia, jiu-jitsu y cultura física. Este luchador, que se proclamaba campeón invicto y profesor de muchos alumnos, también ofrecía su servicio de preparación física  contra la obesidad.

En la calle Zanja esquina a Campanario estaba situada la sociedad china de cultura física Hai Yut Wui, donde, a  partir de1932  el maestro Wong Kei comenzó a instruir en artes marciales chinas (wushu o kung fu) a Rufino Alay Chang, quien a principios de 1960 inició en esta disciplina a los cubanos que más tarde fundaron la Escuela Cubana de Karate do   

En esa época residía en el país una colonia japonesa cuya existencia llevó a la constitución en 1927 de la Sociedad Japonesa de Cuba, con domicilio en Maloja 29 entre Angeles y Rayo, presidida por su principal gestor el señor Hidiji Kato, quien bien podía ser Hideichi Kato, residente en 1941 en Diez de Octubre número 287. En el mes de enero del mismo año se constituyó la Sociedad Japonesa de instrucción y recreo Showa Kai, con domicilio en O’Reilly 80 (actual 468) esquina a Villegas, cuya directiva estaba compuesta por los señores Keitaro Ohira, presidente, Kitaro Ichikawa, vicepresidente, y Tadao Ohira, tesorero

 El núcleo primitivo de esta colonia debió surgir a la llegada de Y. Osuna a La Habana el 9 de septiembre de 1898  a bordo del vapor Orizaba, con planes de establecerse en la Isla, quien fue seguido por otros de su nacionalidad tales como Tomehachi Kobayashi y J.  Ohira .En el censo de población realizado el año siguiente por el gobierno interventor norteamericano, aparecen registrados ocho ciudadanos japoneses, de los cuales siete  varones y una hembra. Dos de ellos (un hombre y una mujer), residían en la ciudad de La Habana y 3 en la de Matanzas, mientras que los tres restantes radicaban separadamente en las provincias de Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba.

Existe la posibilidad de que inmigrantes japoneses hubieran llegado a Cuba amparados de documentación falsa emitida en China o en Cuba. EL 27 de abril de 1924 la revista Policía Cubana y principales diarios de la capital divulgaban la noticia de que 14 comerciantes chinos de La Habana se dedicaban al tráfico ilegal de sus conciudadanos. En un parte del Jefe de la Policía Judicial se expuso que por los puertos de la Isla, particularmente el de La Habana, entraba gran cantidad de inmigrantes asiáticos, en número que sobrepasaba los 15 mil, mediante acuerdo entre los agentes consulares de la República de Cuba  y determinados especuladores chinos, utilizando declaraciones juradas falsas en que se consignaba con status de estudiantes y comerciantes a los numerosos asiáticos que entraban al país

Circunstancias políticas y militares pudieron allanar el camino de ciudadanos japoneses necesitados de viajar de manera encubierta. Era común que se produjeran cambios de nombres por razones personales y políticas, cosa que hicieron muchas familias  Muchos se vieron forzados a viajar al extranjero tratando de evadir la persecución de la Kempen tai (Policía secreta imperial), por el simple hecho de que pertenecieran o fueran miembros de las sectas religiosas Omoto e Ichirei.
El Tratado de Shimonoshi de 1895 que puso fin a la guerra chino-japonesa de Corea bien pudo facilitar esa actitud, pues en virtud del mismo China debía ceder las islas Taiwán y Pescadores a Japón, que ejerció en esos territorios una rigurosa ocupación que incluía la japonización a nivel cultural. Al principio de la II Guerra Mundial (1939-1945) los japoneses convirtieron a Taiwán en parte de su imperio.

Cuba mantenía relaciones diplomáticas con  Japón, las que habían comenzado con el nombramiento oficial de 17 de julio de 1918, de una Legación cubana en la nación oriental y el 23 de ese mes fue nombrado ministro de Cuba en Japón Guillermo Blanck y Menocal. A principios de 1919 estaba establecida en la capital la firma Cuba & Nippon Trading Co. Ltd., con domicilio en O’Reilly número 72 (actual 458), entre Aguacate y Villegas, que bajo el título de “arte japonés“ comercializaba porcelana fina, tapices de seda bordados con oro y plata, sandalias y pantuflas, esteras, etc. El siguiente año, el 6 de agosto de 1920, visitó La Habana el crucero japonés Kasuga

El historiador y periodista Herminio Portell Vilá reveló  en un artículo publicado en diciembre de 1941, que Japón fue una de las últimas naciones en reconocer la independencia de Cuba, y no fue hasta que Gerardo Machado inició sus pininos nacionalistas y anti norteamericanos que los gobernantes japoneses se decidieron a tener relaciones diplomáticas normales con nuestro país, y llegaron a negociar un tratado de comercio y migración totalmente ventajoso para su nación. A fines de enero de 1932 el excelentísimo señor  Katsuji Debuchi, embajador del Japón en Washington se acreditó como ministro de su nación en La Habana, y fue sucedido en el puesto por Tomoo Watanabe, quien a su vez fue sustituido por Takahara Ito, cuyo arribo a La Habana se produjo en abril de 1935.

Es muy significativo que en el mes de noviembre de 1932 visitó La Habana acompañado de su esposa el pintor japonés Tsuguharu Fujita, uno de los artistas más famosos del mundo radicado en París. La capital cubana fue una de las escalas de su gira por América que comprendió también a Bolivia, Perú, Argentina y Brasil, donde había importantes asentamientos de inmigrantes japoneses. El pintor Fujita se hospedó en el hotel Plaza,  exhibió obras suyas en una improvisada exposición organizada en el Lyceum, visitó la fábrica de tabacos Por Larrañaga y compartió con artistas e intelectuales cubanos. Armando Maribona lo entrevistó y le hizo una caricatura, que le obsequió amistosamente. Fujita posó para la revista Bohemia y le dedicó la foto











Tsuguharu Fujita

En diciembre de 1941 el gobierno de Cuba declaró la guerra a Japón como nación integrante del eje fascista que formaban también Alemania e Italia, e inmediatamente se ordenó la detención y reclusión penitenciaria de los súbditos de esas naciones. Con motivo de esa declaración de hostilidades el ex teniente Rafael Reyna publicó un artículo en el que manifiesta que por más de veinte años pescadores japoneses se mantenían pescando en las costas de Cuba y viviendo sobre las mismas, primeramente en Batabanó, y después en Cienfuegos, mientras que algunos agricultores se establecieron en Isla de Pinos. Señaló Rafael Reyna que había podido observar que existía  una jefatura de carácter militar en cada grupo componente de la colonia japonesa, los cuales se mantuvieron siempre en contacto a pesar de que algunos no estaban situados en lugares con buenas vías de comunicación. En ese momento los inmigrantes japoneses estaban distribuidos en las 6 provincias entonces existentes y en Isla de Pinos, vinculada una buena parte de ellos a labores agrícolas en fincas de cultivos varios e ingenios azucareros.

En la capital de la Isla habían puntos de la ciudad donde residían desde la década de 1930 ciudadanos japoneses que gozaban de cierta reputación en el seno de la colonia, tales como Maloja 29, posteriormente 57, Centro Habana, donde se constituyó en 1927 la Sociedad Japonesa de Cuba, la casa de Obispo 80, actualmente 466, esquina a Villegas, donde en 1932 radicaba la tienda de efectos japoneses propiedad de Keitaro Ohira y ocho años después la tienda de quincallería El Sol Naciente, de J. Ohira y Cía, O’Reilly 102, actual 522, en cuya planta baja izquierda había un establecimiento dedicado al giro de sedería y quincallería titulado La Flor de Tokio, a cargo de Juan Koitsu Hayashi , mientras que el de la derecha estaba ocupado por Riichi Sakakibara,  la casa de Villegas 115, domicilio de Tadao Ohira, comerciante comisionista, el domicilio de Hideichi o Hidiji Kato, sito en Diez de Octubre 287, Jesús del Monte.    

Después de la segunda guerra mundial, en 1947, se estableció en la planta alta de una casa de la calle San Miguel, Centro Habana, una academia de jiu jitsu, cuyo profesor y propietario fue el japonés Shigetoshi Morita, nacido en Japón en 1904, quien había llegado a la Isla el 17 de diciembre de 1925 y 16 años más tarde residía en Calzada 251, Vedado. Posteriormente, trasladó su academia a la Avenida 51 entre 118 y 120, Marianao, donde funcionó hasta principios de la década de 1960-70. Falleció en Cuba el 15 de agosto de 1982

Antes de 1950 el señor Julio García enseñaba el jiujutsu al doctor Rafael Rodríguez en un local de su residencia, sita en la calle San Lázaro 910 (Gimnasio Lucas Liederman), frente a la Universidad. También enseñaba este arte en Miramar, un joven maestro descendiente de chino nombrado Franciscco Moc Sit (Moc Kan Sent), de lo cual tuvo conocimiento el público de la capital, que pudo leer dos artículos de su autoría  publicados en la revista Bohemia, en mayo de 1950 y  abril de 1951. El profesor Moc Kan Sent, quien también fue instructor del Servicio de Inteligencia Militar del Ejército, tenía un numeroso grupo de alumnos integrado, entre otros, por Jorge Álvarez, Eugenio Amart, Antonio Moreno, doctor Jaime Cervera, Pedro González, Julio Cervera, Bernardo Wolf, Ignacio Almagro, José Raúl Corujo, Rafael Almagro y William Oberjeiser. . Posteriormente, además del Club Miramar, Moc Sit dirigió la Sección Judo Juventud China

La introducción del judo clásico en Cuba se debe a Andrés Kolychkine Thompson, maestro y octavo dan, nacido en Finlandia y radicado en Bélgica, quien llegó a la Isla en enero de 1951. En febrero del mismo año se inauguró el primer dojo o sala de judo, nombrada Jujutsu Club Habana y situada en la calle 23 número 1416 casi esquina A 24, Vedado. En el mes de agosto siguiente sumaban cuatro los clubs existentes (tres en la capital y uno en Manzanillo) denominados Jiujitsu Club Habana, Jiujitsu Club Capitolio, Jiujitsu Club Miramar y Jiujitsu Club Manzanillo. Con ellos se procedió a la constitución de la Federación Cubana de Judo que comenzó a funcionar legalmente a partir del 23 de febrero de 1952, con domicilio social en la calle 18 número 214 esquina a 117, en el Vedado. También en 1952 se celebró el Primer Campeonato Nacional de Judo











Andrés Kolychkine Thompson

El Jiujitsu Club Capitolio había sido fundado el 7 de julio de 1951, ubicado en el Arco del Hotel Pasaje número 6, entre Prado y Zulueta (actual Sala Kid Chocolate). El instructor de ese club fue el señor Julio García García, que a su vez lo era de la Policía Secreta y asesor de la Dirección General de Deportes. En la apertura del club se hicieron demostraciones por el propio Julio García y el profesor Andrés Kolychkine Thompson

Desde su constitución la Federación Cubana de Jiujitsu (FCJJ) puso en práctica un plan de divulgación para la promoción de ese arte marcial. El 15 de noviembre de 1951 se realizaron exhibiciones y demostraciones de judo en el Casino Español de La Habana, situado en Prado y Ánimas, con la participación de Andrés Kolychkine, Julio García y Francisco Moc Sit. Tres días más tarde, en el teatro Águila de Oro, propiedad de Federico Chikacio y situado en Rayo y Zanja, en el barrio chino, se realizaron demostraciones de judo auspiciadas por la colonia china, en las que tomaron parte, entre otros, Andrés Kolychkine Thompson, Julio García García, Francisco Moc Sit, Miguel Chang Chiang, Rigoberto Cheo, Gerardo Chiu, Luís Guardia Guerra, Luís Rodríguez, Fernando Yi Lastre, Armando Valdés. Por la FCJJ se encontraba su presidente, el doctor Rafael Domínguez. El 22 de marzo de 1952, en el local que ocupaba la Academia de la Policía Nacional, en los altos de la octava demarcación, se realizó exhibición de judo y una demostración de defensa personal, así como combates en los cuales participaron alumnos del Club Sevilla Biltmore, entre otros.

El 3 de agosto de 1952 comenzó sus actividades la Sección de Judo Bancario, solamente con dos alumnos: Bernardo Wolf, del Banco del Caribe y Donato Corujo, del National City Bank, bajo la dirección de José Raúl Corujo. Poco tiempo después, aumentó sus alumnos a once y llegó hasta cuatro el número de bancos activos al incorporarse el Royal Bank y el Trust Company, ubicados en el llamado distrito bancario de la Habana Vieja. En sus inicios esta Sección realizó sus prácticas en el local de la del Judo Club Telefónico, situada en Trocadero número 105, segundo piso, entre Consulado y Prado, dirigida por el profesor Gerardo Chiu  

El doctor Cándido Mora, judoka, organizó las competencias por la Copa del Capitolio Nacional que se celebraron el 7 de octubre de 1952 en los salones del edificio que ocuparon los cuerpos legislativos de la nación, el Senado y la Cámara de Representantes. Allí se había constituido la Sección Judo del Congreso, cuya admisión en la FCJJ se produjo el 29 de octubre de ese año, siendo  nombrado profesor de la misma Heriberto García González en lugar de Francisco Moc Sit . En el mismo mes y  año se celebraron en La Habana las primeras Competencias Pan Americanas de Judo, que tuvieron lugar en el Palacio de los Deportes y las Convenciones, situado en Paseo y Malecón, así como el primer Congreso de Judo de América, que realizó su primera  reunión en el Capitolio Nacional 

En diciembre de 1952 visitó La Habana una delegación del Kodokan compuesta por el doctor Tagaki, octavo dan y entrenador del equipo nacional japonés, Yoshimatsu, séptimo dan y campeón de Japón 1952-53 y Osawa, quinto dan, considerado el mejor técnico de Japón. Ellos participaron en un festival organizado por la Federación de Judo y Jiu Jitsu, celebrado en el Centro Asturiano de La Habana, el 29 de diciembre de dicho año. La presentación del programa estuvo a cargo del doctor Carlos de Lejarza, el nage-no-kata por los señores Takagaki y Yoshimatzu. También se ejecutaron el kochi-ki-no-kata y una demostración del kusu-no-kata. Asimismo, se efectuaron competencias interclubs.

En 1953 se realizó la graduación de los cinco  primeros cintas negras cubanos, nombrados Heriberto García Gómez, Francisco Moc Sit (Moc Kan Sent), Julio García, Luís Guardia Guerra y Gerardo Chiu Asión. Este último fue profesor del Centro Judo Club situado en la calle Lealtad entre san Lázaro y Lagunas, Centro Habana. Dos años más tarde, entre los miembros del Colegio Nacional de Cintas Negras (la Judansha-Kai de Cuba) figuraban  los primeros Danes Riichi y Kikuo Sakakibara, dos japoneses hermanos que ya residían en el país en la década de 1930       

También era miembro de la Yudansha-Kai el señor Juan Roelandts Verdy, primer dan, quien fue elegido para el cargo de Vicepresidente de la junta directiva de la FCJJ, así como miembro de su comisión de grado para el período 1955-56, en sustitución del Presidente, que no había alcanzado todavía el cinturón negro. Era él delegado de la Sección Franco-Belga en dicha Federación, que contaba con un grupo numeroso de mujeres que practicaban ese deporte, Su padre, Emilio Roelandts, era cónsul de Bélgica honorario y él mismo había desempeñado los cargos de secretario y canciller del Consulado, que tenía domicilio en la calle O’Reilly 202 esquina a San Ignacio. En la década de 1960 Juan Roelandts era gerente de la sociedad Roelandts e Hijos y director de la Sociedad Francesa de Beneficencia.

Antes de 1959 varios maestros impartieron clases de karate en Cuba, destacando entre ellos el cuarto dan de Wado Ryu que apodaban el Indonesio, quien abandonó el país alrededor de 1962. En junio de 1964 llegaron a Cuba varios ciudadanos japoneses para transmitir la técnica de la pesca del atún en nuestro país, contándose entre ellos Masaaki Kohagura, miembro del Partido Comunista de Japón y especialista en telecomunicaciones, quien ha sido reconocido como el introductor en la Isla de la práctica del karate-do estilo Shorin ryu, surgido en Okinawa. Sus primeros discípulos fueron los siete samuráis cubanos: Heriberto Rodríguez Oquendo (Agustín Rizo), Domingo Rodríguez Oquendo (Raúl Rizo), Carlos Rivero, Nelson Cruz, Fulgencio Vega Calero (Vargas), Joseito Rodríguez García y Orlando González Reyes (Indio). Dos años más tarde, en el mes de junio de 1966, se inauguró la primera sala de karate-do en los altos del antiguo restaurante Caracas, situado en Prado esquina a Neptuno.










Masaaki Kohagura

El maestro Kohagura, quien reconoció a Raúl Rizo como el máximo dirigente del karate-do cubano, permaneció en La Habana hasta el año 1969, residiendo en la casa de su compatriota Akino Yamane, quien era instructor técnico en tornería del taller de la Flota Cubana de Pesca, y residía con su esposa Yasuko en la Habana del Este. Cuando terminó su misión en Cuba, fue reemplazado por Seiki Kobayashi, quien trabajó también en la preparación de los karatekas cubanos.

En 1969 visitó Cuba el maestro de Jyoshin-Mon nombrado Hoshu Ikeda, quinto dan, quien permaneció en el país durante mes y medio con el objetivo de impartir un curso especial. Sus alumnos obtuvieron el grado de cinta negra, dejando las bases sentadas para que posteriormente se fundara la Escuela Nacional de Karate-Do de Cuba (ENKC) miembro de la Sociedad Deportiva Dínamo Capitán San Luís, cuyo principal instructor desde su fundación fue el segundo dan Raúl Rizo.











Hoshu Ikeda

El maestro Ikeda regresó a Cuba dos años después acompañado de su ayudante Akiro Ito y en esta ocasión otorgó los grados de segundo dan a varios karatekas cubanos, entre ellos Raúl Rizo que en 1972 viajó a Japón para adquirir mayores  conocimientos  en la escuela de dicho maestro, radicada en Tokio, donde, en el curso de un año alcanzó el grado de cuarto dan del estilo Jyoshin-Mon. El maestro Rizo regresó a Cuba en 1976 con el grado de quinto dan y la categoría docente de maestro, posteriormente recibe el sexto dan.

La combinación de artes marciales con otras dirigidas al desarrollo intelectual y espiritual, así como de habilidades físicas, constituye la esencia  de un proyecto comunitario puesto en práctica por el promotor César Towie en el Museo municipal de Centro Habana, titulado Bun Bu Ryo Do, concepto japonés que significa el camino de la doble vía, la del mejoramiento marcial, artístico y cultural. Dicho proyecto se ha dedicado a crear un espacio apropiado para las artes tradicionales japonesas, como el Origami (arte manual de elaborar figuras con papel), el Shiasu (masaje japonés), y el Haiku (estilo de poesía tradicional japonesa que pretende describir el entorno de manera sencilla y directa)

Otra manifestación artística desarrollada en Japón, la técnica Raku, tiene una destacada cultora en Cuba, la ceramista Amelia Carballo, que desarrolla su arte en el taller de cerámica Terracota 4 que radica en la calle Mercaderes de La Habana Vieja. Esta técnica, que primero cultivaron los coreanos, pasó después a Japón, donde las vasijas que se utilizan para la ceremonia del té deben ser distintas. La misma se caracteriza por que ninguna pieza queda igual a otra, aunque tengan la misma  forma. Dicho taller promovió y organizó el primer simposio internacional de cerámica de pequeño formato, Raku 97, que tuvo lugar desde el 26 de abril hasta el 12 de mayo de 1997 como parte de la Sexta Bienal de La Habana 











Amelia Carballo

Entre los inmigrantes japoneses que llegaron a Cuba en las tercera, cuarta y quinta  décadas del siglo XX  se contaban algunos que enseñaron distintas formas de jujutsu de manera estrictamente secreta, a parientes  o amigos cercanos. Entre ellos puede citarse a Tomeo Fujita, descendiente de la familia del clan Aizu y conocedor de los secretos de la medicina tradicional quien, según manifestara Ichikawa Yoshinori Sensei, quien fungió como Soke Dai del estilo Daito Ryu Aiki Bujutsu hasta el año 2009,  apareció en Cuba en 1949 después de haber matado a un Kempentai (guardia imperial), cuando todos sus amigos y compañeros pensaban que había sido asesinado.

Dicho Budoka, que por motivos de seguridad  mantuvo en secreto su verdadera identidad, y se encubrió bajo el nombre de Tomeo Fujita, parece que ocho años antes ya residía en Cuba, donde estaban registrados dos ciudadanos japoneses de apellido Fujita, uno de ellos nombrado Takami y residente en la colonia Horquita, en Cienfuegos, mientras que el otro se nombraba Diosque y tenía domicilio en el central Baraguá, Ciego de Ávila. El más probable ha resultado ser un inmigrante japonés registrado en La Habana en 1941 con el nombre Tsunejo Furuta y domicilio en la calle Obispo esquina a Villegas, en los altos de la tienda “El Sol Naciente”, propiedad de la sociedad japonesa J. Ohira y Cía, donde habitaban varios ciudadanos de esa nacionalidad. Posteriormente,  bien pudo convertirse él en un modesto ciudadano chino que según el registro del Casino Chung Wah, llegó a Cuba en el mismo año 1949 con el nombre de Coc Yen, el que alrededor de 1960 cambió por el de Hung Sui Chi y se dedicó al trabajo en una fonda de su propiedad en el  barrio chino, situada en Rayo 109, entre Zanja y Dragones donde destacó por la práctica de la medicina tradicional, actividad ésta en la que también destacó en su país natal el maestro Fujita, por su gran conocimiento y vasta experiencia, según se ha podido conocer. La  fonda se anunció públicamente como propiedad de Alfonso (o Alonso) Yon y Cía desde 1948 hasta 1967.

El 13 de marzo de 1968 el comandante Fidel Castro anunció en un acto público su decisión de eliminar toda manifestación de comercio privado, y al día siguiente comenzó un proceso durante el cual se expropiaron 2878 establecimientos en Centro Habana, área donde radicaba el mayor número de propietarios chinos. Poco tiempo después, el propietario de la fonda de Rayo 109, también afectado por la medida estatal, partió de Cuba hacia Macao, antiguo enclave portugués en territorio de China. Y coincidentemente, Tomeo Fujita, quien también debió sufrir los efectos de la expropiación gubernamental, abandonó la Isla en la misma época

Entre los estilos que se enseñaban en aquella época estaba incluido el hoy conocido por Daito Ryu, que Tomeo Fujita enseñó como si se tratara de judo a sus escasos y rigurosamente elegidos alumnos chinos y cubanos, entre los cuales se contaban Bienvenido Del Cueto y su sobrino menor de edad Guillermo Murphy Del Cueto. Varios años después, funcionarios japoneses tales como el doctor Hideo Hanmura y el señor Taro Nishiyama, miembros de la Dai Nipón Daito Ryu Aiki Bujutsu Rengo Kai, instruyeron a otra generación de alumnos, entre los cuales se contaba un número pequeño de cubanos. Cuando el doctor Hanmura llegó a Cuba, al final de la década de los 60s o principio de los años 70s, ya Fujita había salido del país, pero encontró al hijo mayor de éste que continuaba residiendo en La Habana y le ayudó a establecer contacto con los que habían sido alumnos de su padre











Guillermo Murphy Del Cueto

Entre los alumnos de Hanmura Sensei destacó Guillermo Murphy Del Cueto, quien guió sus primeros pasos en dicho arte bajo la dirección de este maestro quien hacia 1973 le nombró instructor asistente a pesar de que era un adolescente. El joven instructor Guillermo Murphy Del Cueto, hoy Menkyo Kaiden-Hanshi de la Dai Nipón Daito Ryu Aiki Bujutsu-Saigo Ha Rengo Kai, un altísimo nivel; es el primer cubano y ciudadano extranjero que ocupa este rango dentro de esta organización japonesa, el cual es inspirador de la rama cubana de la Daito Ryu Aiki Bujutsu Saigo Ha Ko Ryu Rengokai, cuya genealogía comienza con el Emperador Seiwa (850-880), como descendiente a Ichikawa Yoshinori (Soke Dai retirado) y al doctor Hanmura Hideo (Soke Dai). Primeramente el maestro Murphy enseñó el arte del Daito Ryu Aiki Bujutsu a Máximo Roy Fernández Rodríguez y posteriormente a  alumnos en Canadá donde reside desde 1983.











Máximo Roy Fernández Rodríguez

Siguiendo el camino trazado por su maestro Murphy Del Cueto Hanshi, el 13 de diciembre de 1993, Máximo Roy Fernández Rodríguez comenzó a impartir los primeros aspectos técnicos básicos en el nivel conocido como Oku Iri (entrada a los secretos del estilo). Su dojo, situado en la antigua Antillana de Acero, Municipio Cotorro, se titulaba entonces “Fujiyama Dojo Bunko”, para rememorar y enaltecer el nombre del dojo homónimo de Murphy del Cueto Sensei, y para expresar que el mismo era una rama del de su maestro. Luego surgieron otros  nombres, primero el de ”Bushido Dojo” (El Camino del guerrero), y ”Bushi No Shin-Zo Jutsu Dojo” (El Arte del corazón del guerrero), posteriormente, para culminar denominándose “Bushin Dojo” (El lugar del camino de la espiritualidad del guerrero)

El 10 de septiembre de 1995 se confirmó oficialmente la designación de Máximo Roy Fernández Rodríguez como instructor oficial del Daito Ryu Aiki Jujutsu (Saigo Ha Ku Ryu) en el nivel Shoden Mokuroku, condición sugerida por el Sensei Murphy Del Cueto Hanshi, y también se le autorizó como iniciador y  representante regional del grupo cubano, por la Rengokai para la República de Cuba, por solicitud de Hideo Hanmura Shihan (Fukushido Hombu-Cho So Hombu Dojo)

En reunión celebrada el 7 de febrero de 1996 en la Ciudad Deportiva de La Habana, con la participación de directivos y miembros de la Federación Cubana de Karate Do y Artes Marciales Afines (F.C.K.A.M.A.), presidida por Ramiro Chirino Suárez se reconoció la práctica oficial del arte del Daito Ryu Aiki Bujutsu en Cuba, y Máximo Roy Fernández Rodríguez fue elegido como presidente (Rijicho) de la sección de Daito Ryu Aiki Jujutsu- Saigo Ha Ku Ryu, afiliada entonces a la Asociación Cubana de Aikido.

El maestro Máximo Roy Fernández ha incursionado por varias modalidades de las artes marciales japonesas en las que ha alcanzado altos grados tales como:
-Quinto Dan (Go mokuroku) con la categoría de Renshi (“Noble Guerrero”) de Daito Ryu - Aiki Bujutsu Saigo Ha Ko Ryu-Rengo Kai
-Cinturón negro cuarto Dan de Jyoshin Mon Shorin Ryu Karate-Do
-Cinturón negro cuarto Dan de Shito Ryu Karate-Do (Shito Kai)
-Cinturón negro sexto Dan (grado federado) con la categoríaa de Renshi (Karate-Do)
-Cinturón negro primer Dan (Yudansha) de Judo tradicional (Kosen-Judo)

Del 3 al 13 de noviembre de 2009, la Casa de Asia del centro histórico de La Habana, situada en la calle Mercaderes entre Obispo y Obra Pía, desarrolló  una jornada  con motivo del aniversario 80 del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Japón y el Día de la Cultura Japonesa, que comprendió conferencias sobre el arte y la cultura de la nación nipona, exposiciones de artes plásticas y fotografía, `presentaciones y ventas de libros, demostraciones de artesanías y artes marciales y la tradicional ceremonia del té, entre otras propuestas.

El día 4 de dicho mes fue reservado a las artes  marciales  comenzando el programa con una conferencia a cargo de  Máximo Roy Fernández Sensei, consistente en una reseña histórica del Daito Ryu Aiki Jujutsu en Cuba, durante la cual se exhibieron muestras de armas y objetos del arte marcial originales, así como reproducciones en madera y metálicas fabricadas por dos  destacados artesanos cubanos. Uno de ellos es el tallador en madera Cipriano Luís Álvarez Martínez, natural de la Ciénaga de Zapata, quien ha sido premiado en múltiples ocasiones por la calidad de sus obras, y colabora con la Asociación que preside Máximo Roy fabricando bokken y otras piezas necesarias para la práctica de este arte marcial. El otro, es el joven camagüeyano Yilver Reyes López-Chávez, artesano del metal especializado en la fabricación de sables, espadas, dagas y bastones con estiletes, quien es además un activo practicante de artes marciales, lo que le permite desarrollar su labor artística buscando cada vez la mayor perfección y aproximación a la originalidad

A continuación de la conferencia se exhibió el documental sobre la Academia “Bushi- Dojo”, que dirige el maestro Máximo Roy Fernández Rodríguez-Renshi, LA VIDA ES EL DOJO de los realizadores José Modesto Garlobo y Dexter Reyes, dicha academia está ubicada en San Francisco de Paula, a 15 kilómetros de la capital,. Posteriormente, en la calle de madera frente al Museo de la Ciudad, en el corazón del Centro Histórico, se realizó una demostración de las diversas técnicas de combate entre las que se apreciaron ejecuciones de Iai Jutsu Komei Yuko ejecutadas por los invitados Cesar Towie Sensei y dos de sus discípulos, además por primera vez se pudieron apreciar públicamente en nuestro país ejecuciones del Koyama Tenmon Ryu Jujutsu, a cargo de Enrique Pérez Águila Sempai y Orlando Bosquet, y seguidamente se mostraron ejecuciones del antiguo arte del Daito Ryu Aiki Bujutsu,  con armas y manos libres, a cargo del maestro Máximo Roy Fernández y sus discípulos,  entre los cuales figuraban niños, jóvenes, y adultos, con categoría de instructores de ambos sexos.


Rafael Fernández Moya
La Habana, Diciembre de 2009.

sábado, 7 de diciembre de 2013

EL MITO DE NELSON MANDELA QUE NADA TIENE QUE VER CON LA CABRONA REALIDAD CUBANA!!!








Las incoherencias de ciertas grandezas.

Por Ondina León ©

Los medios de difusión están de plácemes: ha muerto un hombre grande. Con la necrofilia que los caracteriza y la superficialidad endémica que los corroe, estos medios se aprestan a canonizar a Nelson Mandela en un aquelarre que tiene de fiesta, rumba y guaguancó, y lanzan titulares tremendistas y excluyentes, como uno que reza “Miami deja atrás la controversia con Mandela para celebrar su legado”. Sin embargo, creo que el momento se presta para reflexionar y debatir, aunque, claro, con el cáncer galopante de la corrección política, nadie se atreve, en estos momentos de luto y de lata, a mencionar, ni por accidente, alguna mancha en este “Sol de Sudáfrica”, en el ya llamado “Padre de la Patria”. 
Siempre he tenido una relación de amor-odio con Mandela. Si bien he admirado y respetado su acción y su heroísmo contra un régimen tan injusto y oprobioso como el apartheid, también he detestado su amistad y su alianza con dictadores terroristas —perdón por la redundancia, porque todo dictador, de derecha, de izquierda o centro, es un terrorista— y su absoluto desprecio y silencio por causas tan válidas como la resistencia y lucha de ciertos pueblos, como el cubano, contra las dictaduras que los oprimen, los expolian y los masacran. Porque, eso sí, Mandela siempre fue fiel a sus “amigos” que apoyaron su lucha con armas, asesores, financiamiento, campañas mediáticas y alianzas políticas. No sólo los admiró y los respetó, sino que también, ya en el poder, los condecoró sin escrúpulos, tanto a Yasser Arafat, como a Muamar El-Kadafi y a Fidel Castro, entre otros “líderes”, que no estadistas.
Hasta donde sé, Mandela nunca alzó su voz contra la dictadura de los Castro, a los que siempre abrazó como a sus hijos, mientras estos imponía el peor apartheid de América Latina, ese en que los cubanos era (y son) discriminados y segregados y no podían ni entrar libremente a un hotel, en su propio país, por razones de origen nacional y porque eran los descastados sin dólares, el vil metal del “enemigo”. Mandela pedía en foros internacionales el levantamiento del embargo estadounidense contra “Cuba”, pero jamás pidió el fin del embargo que tiene, desde hace 55 años, la mafia castrista contra los derechos básicos, humanos y civiles, de los cubanos, de todos, sin distinción de raza. 
Mientras Mandela se convertía en un símbolo mundial en su lucha por los derechos de los negros en su país, el imperialismo castrista los masacraba en sus campañas africanas —Angola, Etiopía, Mozambique, etc.—, porque enviaba mayoritariamente a los negros cubanos como carne de cañón, bajo el lema del “internacionalismo proletario”. Mientras, los generales castristas, como el fusilado Ochoa, financiaban sus operaciones “libertadoras” traficando con diamantes, drogas, maderas preciosas y hasta petróleo, amén del “rubloducto” que el imperio soviético sostenía abierto para la isla caribeña, en el abrumador marco de la Guerra Fría. ¿Cuántos muertos, heridos y traumatizados le costó a Cuba la aventura legionaria castrista? Creo que Mandela nunca se hizo esta pregunta. 
El líder sudafricano es el típico ejemplo del político o guía, carismático y heroico, que justifica los medios por tal de alcanzar sus objetivos, por eso se vuelve tan vulnerable a la hora de ser juzgado por la historia. Las incoherencias de su grandeza dejan una estela patética de falta de ética y de respeto por los derechos humanos, más allá de la cuestión étnica. Porque la libertad y la dignidad humana se la merece tanto un negro sudafricano como un negro o un blanco cubano, un árabe libio o un blanco de Zimbabue, el reino del sangriento dictador Robert Mugabe, amigo entrañable (¡qué sorpresa!) de los emperadores Castro I y Castro II. 
Si bien el mundo tiene sus razones para llorar la muerte de Mandela, creo que sobran sinrazones también para lamentar su falta de autoridad moral, su falta de escrúpulos y su afinidad con la peor crápula mundial. Podrán canonizarlo ahora, pero jamás me hincaré de rodillas ante su altar.


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ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE UN TITAN





El combate de San Pedro
La muerte de Antonio Maceo, es una de las acciones de guerra más estudiada y discutida de la historia de Cuba.
Si bien es cierto que, de modo imperdonable, el campamento del mayor general fue sorprendido por la guerrilla de Peral -vanguardia de una columna española al mando del comandante Cirujeda-, quien llegó a neutralizar las avanzadas cubanas, el coronel Juan Delgado y Alberto Rodríguez, al mando de cerca de 40 soldados, los detuvieron e hicieron volver en busca del amparo de la infantería.
La irrupción del enemigo en pleno campamento mambí encolerizó a Maceo, quien despertó al escuchar el estampido del fuego de los fusileros, y, según la carta que envió el Dr. Zertucha al mayor general Máximo Gómez, el 12 de septiembre de 1899: "... Ensilló él mismo su caballo, tarea que nunca confió a nadie, y ordenó que buscasen a un corneta que llamara a las fuerzas cubanas a concentrarse para el contraataque. Pero el corneta no apareció".
Los jefes y oficiales pasaron de la defensa del campamento a la contraofensiva, acompañados por otros combatientes. El Lugarteniente General tomó el mando con la rapidez y energía que le caracterizó siempre. Por ello, con celeridad los peninsulares sufrían 28 bajas. En su retirada se defendieron tras una cerca de piedra que serpenteaba el límite oeste del campamento y que zigzagueaba el callejón que conducía desde Corralillo a Punta Brava. Desde allí hacían un nutrido fuego sobre las fuerzas mambisas que habían reforzado la línea de fuego y el Mayor General quiso desalojar al enemigo y obligarlos a salir hacia un potrero cercano. Esta acción fracasó y los cubanos fueron inmovilizados. Se creó entonces una situación táctica muy grave para los mambises con un armamento que no les permitía entablar un combate de posiciones.
Maceo tuvo la alternativa de la retirada, pero se empeñó en derrotar al enemigo.
Magnífico en su caballo, machete en alto, galopó hacia el lugar que podía decidir el combate para las armas cubanas, y para ello volvió por el camino antes andado, cruzó un portillo de piedra que permitía el paso a un cuartón pequeño, que terminaba por el norte en una cerca de alambres que le impedía atravesar un palmar y un manigual, para llegar a la cerca de piedras, donde se habían hecho fuertes las atemorizadas tropas enemigas.
Esperaba el general Maceo que fuera derribado el obstáculo que representaba la cerca de alambre, expuesto al nutrido fuego de línea proveniente de la cerca de piedras, situada a unos 80 metros más o menos, cuando dijo al brigadier Miró: "Esto va bien".
El testimonio del doctor Zertucha, citado anteriormente, explica:
"Apenas hubo acabado de decir el General Maceo las anteriores palabras, cayó por el lado izquierdo de su caballo como herido de un rayo lanzando su machete hacia adelante a considerable distancia. Tras él caí yo: lo encontré sin conocimiento; un arroyo de sangre negra salía por una herida que tenía al lado derecho de la mandíbula inferior, a dos centímetros de la sínfisis mentoniana. Introduje un dedo en su boca y encontré que estaba fracturada la mandíbula.
"Su estado general indicaba a primera vista la gravedad. La algidez, el síncope, el pulso nulo y la palidez que aumentaba hasta el extremo de estar su rostro desconocido, me indicaba había sido herido y que la muerte era cercana. A los dos minutos a lo más tarde de ser herido, murió en mis brazos y con él cayó para siempre la bandera."
El mayor general Antonio Maceo Grajales, lugarteniente general del Ejercito Libertador, jefe del Contingente Invasor, el cubano humilde que batió las más selectas tropas y generales del Ejercito colonial, había sido herido de muerte. El proyectil penetró por el lado derecho de la cara, rompió la carótida y salió por la parte izquierda del cuello. Tras desplomarse, lo incorporaron de nuevo sobre su montura y es alcanzado entonces en el tórax por otro impacto, bala que también mata al caballo que arrastra a Maceo al suelo.
Es nutrido el fuego enemigo. Quienes intentaron ayudarlo resultaron heridos y otros salieron de la zona desmoronados moralmente. El cuerpo de Antonio Maceo quedó solo en aquellos matorrales batidos por la fusilería española.

Panchito, su ayudante, hijo del Generalísimo Máximo Gómez, que no participó en la acción de San Pedro por encontrarse herido, al conocer la suerte de su jefe, partió solo, con un brazo en cabestrillo y prácticamente desarmado, hacia el lugar del hecho. En un gesto supremo de devoción y lealtad fue a morir junto al General. Resultó blanco fácil de las balas adversarias. Lo hirieron dos veces y trató de suicidarse, pero antes quiso dejar una nota a sus padres y hermanos. No terminó de escribirla. Indefenso, lo remataron con ensañamiento los guerrilleros a machetazos.


Sobre la muerte de Antonio Maceo


El cataclismo de San Pedro

° Repercusión por la caída del General Antonio ° Su velorio casi desconocido  ° Hasta Weyler y Primo de Rivera...


Ningún terremoto político fue mayor por esas fechas. Sus ondas expansivas se sintieron  en todos aquellos lares en que la emigración cubana laboraba y ansiaba la Patria libre y soberana: en los Estados Unidos, en México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Jamaica, Haití y Dominicana.
Mas, los efectos telúricos no se limitaron a la dimensión latinoamericana: llegaron más distantes, mucho más lejos: hasta España, en la que voces como la de Marcelino Domingo y Emilio Castelar, por ejemplo, aplastaron la bajeza de los no pocos que celebraron la caída del Héroe en Punta Brava; a Francia, donde fueron notorios los reconocimientos al prócer cubano por parte del panfletario Henri Rochefort, o del eminente novelista Paul Adam (autor de La fuerza del Mal y de Vestidos encarnados), o de otros distinguidos de las letras, como Lucién Descoves y Henri Baüer; hasta Italia, en la que políticos, hombres de letras y gentes sencillas hicieron la Apoteosis a Maceo; a Inglaterra, Austria, Inglaterra y Escandinavias; hasta Kiev (Ucrania), cuya prensa reflejó la caída gloriosa de Maceo, y hasta el mundo hebreo, con los versos que el gran poeta Moris Rosenfeld tituló A la muerte de Maceo, como homenaje a nuestro ilustrísimo compatriota.
REACCION EN EL EPICENTRO
Pero si impresionante fue la repercusión en el exterior - que aquí sólo reflejamos muy sucintamente -, conmovedor resulta el modo como se expresó, incluso en los más íntimos apuntes - y, por eso mismo, en las formas más sinceras - el sentimiento mambí por el infausto suceso.
El coronel Fermín Valdés Domínguez, en su hipercrítico Diario de Soldado, recuerda los días de incertidumbre alrededor del fatal evento de Punta Brava: “No hay noticias oficiales del combate de San Pedro. En los campamentos sucesivos se llena el ambiente de comentarios y rumores. Un halo de dolorosa amargura flota sobre todos”.
En otra parte de la geografía mambisa, las dudas y esperanzas se mezclan en el ex secretario particular y ex ayudante de Maceo, el capitán Juan Maspóns Franco, que escribió a un amigo: “El Gobierno piensa como nosotros con respecto a Maceo. Yo creo que no ha muerto. Tengo grandes esperanzas que ese coloso viva para Cuba, hoy que es cuando más falta hace.”
Sin embargo de tales anhelos, la verdad terrible cayó sobre el campo rebelde, cual lo revela en su Diario de Campaña, el general Juan Eligio Ducasse, desde las montañas pinareñas: “Leímos en los periódicos del día [¿?] la muerte del valiente e inolvidable General Maceo [...]”
EL VELORIO CASI DESCONOCIDO DEL GENERAL ANTONIO
Después de mucho derroche de heroísmo, de patriotismo y lealtad personal, los cuerpos inertes del Lugarteniente General del Ejército Libertador y de sus ayudantes, teniente coronel Alfredo Jústiz Franco y capitán Francisco Gómez Toro, fueron llevados hasta un sitio donde había una casa en ruina, para velarlos por más de dos horas, según lo relata en sus memorias el general Manuel Piedra Martel:
“Alguien trajo [...] algunas velas de cera de confección campesina, que fueron encendidas unas tras otras, adheridas a los horcones de la mencionada ruina, a guisa de palmatorias.
!Qué cuadro aquél tan triste y desconsolador. La oscuridad era completa fuera del reducido espacio semialumbrado [...] y en éste nos agrupábamos todos, y todos teníamos más sombras en el alma que las que [...[ el cielo derramaba sobre la tierra. Cada uno procuraba contemplar desde lo más cerca posible, y por vez postrera, el cuerpo inanimado del glorioso y querido jefe [...[ Muchos hombres lloraban, algunos convulsivamente. Yo contenía con fuerza la mandíbula para no dejar escapar los gemidos que me salían de la garganta, y levantaba desmesuradamente los párpados para orear y ocultar las lágrimas que furtivas y en silencio brotaban de mis ojos.”
Pasadas las 9 de la noche, y e absoluto secreto, por muy pocos conocido, enterraron los cadáveres de los tres héroes caídos aquel fatídico 7 de Diciembre.
Confirmado el suceso, el 28 de mismo mes, el Cuartel General, bajo la firma del General en Jefe Máximo Gómez y de su jefe de Estado Mayor, general José Rogelio Castillo Zúñiga - el verdadero redactor del documento - dictó Orden General, en la cual se decretó diez días de luto, y que rezaba: “La Patria llora la pérdida de uno de sus más esforzados defensores; Cuba, el más glorioso de sus hijos, y el Ejército, al primero de sus generales.”
De aquellas jornadas aciagas, escribió el coronel Manuel Sanguily: “En mí sentí como si el mundo se hubiera sumido por siempre en las tinieblas, y la causa sagrada de mi existencia [la independencia y la libertad de Cuba] hubiera perecido en un naufragio poderoso.”
El general Lacret Morlot, desde el 18 de diciembre lo tenía por cierto, y ese día escribió a su hermana Ana: “Habrás sabido la muerte de Maceo. Cuba pierde [a[ uno de sus mejores generales y yo [a[ uno de mis mejores amigos.”
Un joven de familia habanera de rancio abolengo, el teniente coronel Eduardo Rosell Malpica, en la íntima relación de su Diario de Campaña, anotó: “Cada vez que pienso [que] es cierta la noticia de la muerte de Antonio Maceo se me cae el alma a los pies. Sufro la misma sensación que si hubiera perdido [a[ una persona de mi familia [...[ La tristeza es de todos, y más acentuada todavía, como es natural, en la gente de color, el general Lacret lloró y los demás desolados y afligidos por la pérdida del general”.
El brigadier Vicente Pujals Punte, a a su vez, descargó en la escritura privada de su Diario de Campaña, la amargura de aquel terrible acontecimiento: “[...[ Yo en mi particular y como amigo y compañero de la Revolución pasada, quería y apreciaba de todo corazón a Antonio Maceo, pues siempre me trataba con la mayor deferencia y cariño, siendo objeto de toda su confianza, siempre que se sobre nuestra independencia, en lo cual estuvimos de acuerdo cuando él creía que ya era tiempo de trabajar por nuestra causa; él era inteligente y todos sus actos los realizaba con el mayor civismo y cordura. Su muerte no se apartará jamás de mi memoria, ni se borrará jamás de mi corazón.”
Otro coterráneo y compañero del 68, Mayía Rodríguez, al expresar su pesar por la caída de Maceo, a María Cabrales, apuntó:
“!Ah! El destino insensato ha derribado el coloso sobra la tierra que a su paso estremecía con el fragor de sus triunfos. !Ya no hay Antonio Maceo!. Cuba ha perdido a su más valeroso paladín: la libertad [a[ su más poderoso guerrero, la victoria, su Dios.
“! Cómo están llorando nuestros soldados. A mí también me abruma, más que crueles lágrimas, el recuerdo de la campaña heroica en que admiré toda la sublimidad de Antonio Maceo[...]”
Coincidente con tal aprecio, son las conocidas palabras del general Gómez, en su pésame a María Cabrales, en las que dijo: “Con la desaparición de ese hombre extraordinario, pierde Ud el dulce compañero  de su vida, pierdo yo el más ilustre y al más bravo de mis amigos y pierde en fin el Ejército Libertador a la figura más excelsa [más elevada, más eminente] de la Revolución.
 “Ha muerto el general Antonio Maceo en el apogeo de una gloria que hombre alguno alcanzó mayor sobre la tierra, y con su caída en el seno de la inmortalidad, lega a su patria un nombre que por sí sólo bastaría, ante el resto de la Humanidad, para salvarla del horroroso estigma de los pueblos oprimidos.”
Su más enconado enemigo de la última contienda, el capitán general Valeriano Weyler, al enterarse de la muerte del gran cubano, declaró públicamente:”[...] es la pérdida más grande que puede haber sufrido la revolución, porque era un hombre valiente, batallador, incansable, tenaz y resumía otras cualidades de las que carecían todos los demás caudillos, incluso Máximo Gómez, que está viejo y enfermo.”
“El más grande de los generales españoles nacidos en Cuba”, lo llamó el general peninsular Primo de Rivera, en 1925, fustigando a un conferencista que sólo mencionó a Maceo, sin valoración alguna.
Otro español, un apreciable español, el señor Wal Insua - muy distante en catadura moral de los dos anteriores - consideró que “Maceo, como Máximo Gómez, en la contienda contra España, son dos figuras colosales que están obligados a admirar los cubanos y españoles.”, y un cubano grande y sabio, José M. Cortina, en acto de pura justicia, reclamó de los cubanos que el recuerdo eterno de Antonio Maceo Grajales “sea el decálogo [los mandamientos[ de todos los deberes que a todo cubano impongan el patriotismo y el honor.”
Y bien estuvo al decirlo, porque - habidas las cuentas - fueron sus lemas de siempre: !La Patria ante todo!, !Todo por Cuba!.
 

UN 7 DE DICIEMBRE DE 1990, MUERE REINALDO ARENAS..






Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresion sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida
BUENOS DIAS AMIGOS,,,,,,UN 7 DE DICIEMBRE DE 1990, MUERE REINALDO ARENAS..
SU DESPEDIDA, UNA ACUSACION, A QUIEN NUNCA PERDONO.
















NOTA MIA MUY PARTICULAR:
DE MIS LISTAS DE AMIGOS SAQUE A UNA BORRACHA EMPEDERNIDA,MUJER QUE NO PUDO SOBREVIVIR AL TARRO DE SU ESPOSO CON OTRO DE SU MISMO SEXO,Y CALIFICO ESTA GLORIA DE LAS LETRAS CUBANAS COMO "MARICON DE MIERDA" SIN TENER EN CUENTA QUE UN SER HUMANO SE VALORA POR SUS OBRAS Y LA HERENCIA QUE DEJA A FUTURAS GENERACIONES!!!

Jorge Luis Llanes Naranjo

El régimen amenaza con 'responder en la calle' a quienes celebren el Día de los Derechos Humanos




El régimen amenaza con 'responder en la calle' a quienes celebren el Día de los Derechos Humanos

Tensión en La Habana por la celebración del Primer Encuentro Internacional sobre Derechos Humanos y Pactos de la ONU.
El régimen de La Habana amenazó a la disidencia con "responder", en internet o en la calle, a quienes celebren el Día Internacional de los Derechos Humanos.
"El pueblo de Cuba sabrá responder, con la fuerza moral que le infunde la verdad, a estos nuevos intentos de desestabilización, sean de la generación que sean, lo mismo en la web que en las calles", escribió en su blog el vocero oficial Manuel Henríquez Lagarde.
El funcionario dijo que "contrarrevolucionarios, financiados y orientados desde el exterior, tienen planes de realizar acciones provocadoras en lugares públicos".
Según Henríquez Lagarde, el propósito es "establecer matrices de opinión y trasladar la imagen al mundo de que Cuba es un país que reprime el libre pensamiento y viola los derechos humanos".
El vocero cita "informaciones filtradas" y acusa a la disidencia de "buscar un enfrentamiento directo con las autoridades".
Asimismo, cuestiona que pretendan "difundir propaganda contra el gobierno y sus principales dirigentes".
La "violencia"  y el "enfrentamiento con las autoridades" imaginados por Henríquez Lagarde consisten en la celebración de un encuentro con paneles temáticos, muestras audiovisuales, una exposición con el tema "arte y derechos humanos" (pintura, gráfica, fotografía, instalaciones), performances y un concierto de clausura.
El Primer Encuentro Internacional sobre Derechos Humanos y Pactos de la ONU está organizado por el proyecto independiente Estado de Sats, en colaboración con el Foro Nuevo País y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), entre otros.
El evento conmemorará el aniversario 65 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se celebrará los días 10 y 11 de diciembre en La Habana.
La bloguera independiente Regina Coyula denunció la víspera en su blog amenazas de la Seguridad del Estado para que no participe en la celebración.
"No permitiremos la actividad", le dijeron los agentes represivos.

viernes, 6 de diciembre de 2013

CUANDO EL SICOTE GALLEGO AFECTA LAS NEURONAS.....!!!!!!!!!





EL GALLEGO QUE HABLA POR ESPAÑA ¿ QUIEN LE DIÓ ESA ATRIBUCIÓN ?
NOTA : MUCHAS AYUDAS Y ECONOMÍAS , PRIMERO ARREGLEN ESPAÑA QUE VA MUY MAL POR CULPA DE GENTUZA COMO ESTE , Y DESPUÉS LO PRIMERO QUE HAY QUE HABLAR ES DE LAS LIBERTADES QUE LES FALTAN DESDE HACE MUCHO AL PUEBLO CUBANO , ESTE PANZISTA CREO YO QUE TENDRÁ VÍNCULOS CON LOS NEGOCIOS CREADOS EN LA ISLA O ASPIRA UN PUESTO EN EL CARIBE , VERGONZOSO .
El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, afirmó este jueves en La Habana que España “quiere estar, está y estará” presente escenario económico creado por las reformas puestas en marcha por el Gobierno cubano.
“España es, sin duda, el país de referencia de Cuba en Europa; es uno de los dos o tres grandes países que están invirtiendo en Cuba y creo que, en el futuro, España puede pasar a ser probablemente el primero o el segundo país de referencia para la economía cubana”, afirmó el presidente gallego en declaraciones a los medios, reporta EFE
Añadió que España y las empresas españolas radicadas en la Isla están trabajando desde hace muchos años para “solidificar el futuro de la economía” cubana.
Núñez Feijóo explicó que su visita a Cuba tiene el doble propósito de transmitir el interés de España (el tercer socio comercial de La Habana) “por estar presentes en este nuevo escenario de actualización de las políticas económicas” y, como presidente de la Xunta de Galicia, para pedir a sus autoridades que amparen a los emigrados de esa región.
El político español hizo sus declaraciones tras asistir al acto en que se rubricó la unión de las 38 sociedades gallegas existentes en la Isla, un acuerdo que considera histórico y que espera abra el camino para la unificación de las entidades de su región en otros países.
“Habéis dado un paso histórico de mayor trascendencia de la que nos podemos imaginar, no solo en Cuba sino en todas las colectividades gallegas en todo el mundo (…) Ustedes han marcado la pauta e inicio de una emigración solidaria, hoy dan un paso más y muestran el camino: o nos unimos o desaparecemos”, dijo en su discurso ante la colectividad gallego-cubana.
En Cuba residen unos 38.500 gallegos y la Xunta destina actualmente 7.000 pensiones asistenciales a los emigrados en la Isla más necesitados, señaló Feijóo.
El presidente regional expresó la intención de trabajar con el Gobierno cubano para que las colectividades gallegas puedan ser reconocidas jurídicamente en el país caribeño mediante su inscripción como asociaciones civiles “lo que permitiría que la legislación gallega les reconociese también esta condición”.
La firma de ese acuerdo de unión se celebró en el antiguo Centro Gallego, uno de los edificios más emblemáticos de La Habana.
Núñez Feijóo asistió en el mismo lugar a la presentación de los libros Manuel Fraga un gallego cubano, Fidel Castro un cubano gallego, de Miguel Ángel Alvelo Céspedes; y Galicia en Cuba: el asociacionismo gallego en Cuba, de Javier Machado.
El presidente de Galicia se encuentra en Cuba cursando una visita institucional de cuatro días que concluirá el domingo.
FUENTE : Página de Inicio

SALVAJE GOLPIZA A OPOSITOR GAY!!!!!

LAS GRANDES DIFERENCIAS ENTRE MANDELA Y CHANES DE ARMAS






POR LA REVOLUCION DEMOCRATICA EN CUBA

LAS GRANDES DIFERENCIAS ENTRE MANDELA Y CHANES DE ARMAS
Las diferencias entre el sudafricano Nelson Mandela y el cubano Mario Chanes de Armas fueron las siguientes:

1- Que Chanes cumplió 30 años de prision politica y Mandela 27.

2- Que a Mandela le perdonaron sus años de terror ejercido contra sus propios hermanos de raza. A Chanes por ser preso politico historico caía injustamente en la categoría de "terrorista" y nunca fue "perdonado".

3- Que Mandela pudo llegar al poder y lograr la libertad para los negros de Sud Africa. Chanes no pudo lograr la de los cubanos todos, blancos y negros.

4- Que Mandela se abrazó con todos los tiranos de turno cuando salió de prisión (Arafat, Kadafi, Castro, etc.). Chanes siguió despreciandolos a todos y nunca claudico en su postura.

5- Que cuando Chanes estaba en prisión condenó el apartheid en Africa del Sur y en cualquier parte. Mandela cuando estaba en prisión agradecía a la tiranía castrista su interesado apoyo y cuando salió de prisión nunca se solidarizó con los "afrocubanos" reprimidos en la isla.

6- Que la Gloria abrazó a Mandela en su muerte. Y que Chanes murió humildemente, sin ser lo suficientemente conocido y hasta olvidado por muchos cubanos en un Home del Condado Miami-Dade.

7- La similitud entre ambos: Que los dos fueron hombres de fuertes convicciones.

BREVE HISTORIA SOBRE LA ESCUELA CUBANA DE KARATE Y SUS FUNDADORES

Historia

En Cuba, en la sociedad China de cultura física Hai Yut Wui del Barrio Chino de la Habana el cubano Agustín Rizo había comenzado la práctica de Kung fu, más tarde se incorporó el maestro Raúl Rizo y sucesivamente José Rodríguez, Pablo Silvente, Fulgencio Vega(Vargas), Misael Varona, Orlando Reyes (El Indio), Peñalver. Todos ellos entrenaban con el maestro Rufino Alay quien había aprendido con el maestro Chino Wong Kei. Gran influencia ejerció el Comandante Piñeiro en el futuro de este grupo. A este grupo se considera como los pioneros del Karate-do cubano. Antes de 1959 se impartieron clases de karate por varios maestros entre los que se destacan Takahama y el 4.o Dan de Wado Ryu que apodaban "el Indonesio", el cual abandonó el país sobre 1962.
A Cuba, el Karate-do llegó, gracias a los intercambios comerciales y colaboración con Japónen la esfera de las Telecomunicaciones en la Flota Pesquera.
En 1967 el grupo que practicaba con el maestro Rufino inició la práctica del Okinawa Te con el primer dan Masahaki Kahagura miembro del Partido Comunista de Japón y especialista en telecomunicaciones quien se encontraba de servicios en la flota de pesca en Cuba. Es por ello que se considera el 10 de octubre de 1967 como la fecha en que oficialmente se introduce el Karate–do en Cuba.
Maestro Hoshu Ikeda
Maestro Hoshu Ikeda
Luego de su regreso a Japón, Kahagura, a fin de que los practicantes cubanos continuaran su preparación técnica, realizó coordinaciones a través de la Asociación de Amistad Cuba–Japón, y se logra establecer contacto con la escuela de Karate-do del maestro de Jyoshinmon Shorin ryu Hoshu Ikedaséptimo dan en ese momento. Luego que el sensei Kohagura termina su misión en Cuba es reemplazado por Seiko Kovayashi, un maestro de excelente técnica el cual trabajó preparando a los cubanos.
En 1969, el maestro Ikeda, 5.o Dan, visitó Cuba durante mes y medio con el objetivo de impartir un curso especial que tuvo como base un entrenamiento riguroso. Los cubanos antes mencionados obtenían el grado de cinta negra dejando las bases sentadas para que se fundara la Escuela Nacional de Karate-Do de Cuba (ENKC), miembro de la Sociedad Deportiva Dinamo "Capitán San Luis".
En 1971, Hoshu Ikeda regresa a Cuba acompañado de su ayudante Akiro Ito, es en esta ocasión que confiere los grados de segundo dan a varios karatecas cubanos que se destacaron por el dominio de las técnicas. El 19 de noviembre realizó junto a Ito una demostración en la Ciudad Deportiva
En 1972, es seleccionado el segundo dan Raúl Rizo, quien era el principal instructor de la Escuela Nacional de Karate-Do de Cuba desde su fundación, para adquirir mayores conocimientos en la escuela de Ikeda radicada en Tokio, Japón. En un año el sensei Rizo alcanzó el grado de cuarto dan del estilo Jyoshinmon, asistía a clases después de cumplir su jornada laboral en la embajada cubana en Tokio. En el período vacacional de 1975, regresó a Cuba efectuando exámenes y confiriendo el grado de primer dan a un grupo de karatecas cubanos. Miembros del segundo grupo son; Yoyi Jiménes, Octavio (El Rubio), Manuel Suárez (El Cíclope), Claudio Menéndez (Honduras), Nelson Filomeno Ibarra Martínez, Ramiro Juan Chirino Suárez, el comandante José Ramón Balaguer Cabrera, Guillermo Villalba, orge Balmaseda, Rolando Leiva, Inocencio Kindelán, José Ramón Borges, Félix Puga. Estos dos grupos de karatecas cubanos pueden considerarse la primera generación de karatecas cubanos.
Tiempo después se incorpora otro destacado grupo de karatecas entre los que estaban; Félix de la Cruz Poller, José Pluma Lugo, Arnulfo Tamayo, Vergelino Pelegrín, Dimas Juantorena Danger, Lázaro Sardiñas, Perón, Humberto Meirelis, Fumero, Jorrín. Este segundo grupo es considerado parte de la 2.a generación de karatecas cubanos.
Maestro Raúl Rizo
Maestro Raúl Rizo
El maestro Raúl para 1976 regresó definitivamente a Cuba convertido en el único latinoamericano con el grado de quinto dan y la categoría docente de maestro.
En febrero de 1978, Rizo presidió las evaluaciones técnicas de los karatecas cubanos en las cuales, por primera vez en la historia, un maestro cubano otorga los grados de segundo y tercer dan respectivamente, así como las categorías docentes instructor y entrenador.
En octubre de ese mismo año es celebrado el 1.er Campeonato Nacional en la ciudad de Santiago de Cuba, con la participación de más de ciento cincuenta karatecas en representación de ocho provincias de todo el país.
A finales de 1978, un equipo de karatecas cubanos tomó parte en un torneo convocado por la Asociación Nacional de Karate-Do Shotokan efectuado en la ciudad de México. En este encuentro, los cubanos conquistaron todas las medallas de oro individual y por equipo en las modalidades de Kata yKumite; esa fecha es la primera vez que Cuba compite a nivel internacional y en dicho equipo estaban los destacados karatecas Rolando Leiva y Fulgencio Vega entre otros, así como José Rodríguez, como árbitro.
En 1979, se efectuó en Matanzas el II Campeonato Nacional, organizado por la Sociedad Deportiva Dinamo "Capitán San Luis". Mas de 200 hombres y mujeres de trece provincias y el municipio especial Isla de la Juventud compitieron en las modalidades del deporte Kata y Kumite en dos categorías, en esas competencias brillaron figuras de gran prestigio como Dimas Juantorena, José Pluma, Félix de la Cruz, Inocencio Kindelán, Orestes Hernández, Guillermo Villalba entre otros.
Del 15 al 16 de diciembre de 1979 un equipo de cubanos participó en la copa de las Américas y donde participaron importantes figuras tales como, Félix de la Cruz, José Pluma, Guillermo Villalba, Lázaro Sardiñas, Orestes Hernández, Eduardo Valdés, Inocencio Kindelán, Dimas Juantorena, Alexis Cedeño. En ese mismo año, cuatro cubanos lograron los grados de quinto, cuarto y tercer dan del estilo Jyoshinmon en la escuela del profesor Hoshu Ikeda en Japón, ellos fueron; el maestro José Rodríguez 5.o Dan, Claudio Menéndez 5.o Dan, Pablo Silvente Lafita 4.o Dan y Lázaro Sardiñas 3.er Dan.
Tres años después, en 1982, se efectúan dos eventos deportivos de Karate-do, el 1.er Torneo Especial "Copa 6 de Junio", celebrada en el CVD "Eduardo García" de la ciudad de Santa Clara y el III Campeonato Nacional en la ciudad de Santiago de Cuba, en el que estuvieron presentes más de 200 Artistas Marciales de 13 provincias y el municipio especial.
En 1983, se llevó a cabo el II Torneo Especial "Copa 6 de Junio", en él, solo dieron parte los combatientes del Ministerio del Interior (MININT), durante este evento se realizó por primera vez una competencia infantil con niños de diversos lugares del país.
En 1984 el torneo Internacional XXX Aniversario del Moncada en Santiago de Cuba, con la presencia de la ex–Unión SoviéticaBulgaria yNicaragua, y el IV Campeonato Nacional en Ciudad de la Habana. Es precisamente el año 1984 de gran importancia ya que por primera vez un equipo cubano participaba en una Copa Mundial de Karate, esta se desarrolló en BudapestHungría y Cuba obtuvo dos medallas de bronce a través de la división de 70 Kg en kumite por intermedio del atleta Lázaro Alfonso Pluma y bronce en trío de kata femenino integrado por Isabel Rodríguez, Carmen Aizpurua y Caridad Carro. Completaban la nómina de ese legendario primer equipo Inocencio Kindelán, Víctor Armentero, Gregorio Eduardo Valdés, Marlotica, Nelson Oquendo, Antonio Heredia, Salvador Pérez Quevedo, Jesús Delfino Villa, Guillermo Villalba. Como entrenadores el Maestro Ramiro Chirino y Manuel Suárez Leiva.

Nota mia muy particular:









El tiempo y los recuerdos se van opacando con los años, fui uno de los fundadores de la escuela de Karate-do en Manzanillo en el año 80/81 .Eramos un grupo de jovencitos entusiastas que bajo el apadrinamiento del maestro Daniel Palacios (cuando aquello 1er Dan) y el maestro Alexis Cedeño(2do Dan) que nos visitacon regularidad comenzamos la practica del estilo Jyoshinmon. Nuestro primer "DOJO" fue la azotea de un almacen, alli con sol,lluvia entrenabamos de 6.00 hasta las 8.00 pm. Fue a finales del año 83 onde tras muchas gestiones logramos resolver un local con techo frente al parque Bartolome Maso y al fin logramos tener un tatami.Ese mismo año se efectuo la primera evaluacion y visita de los grandes maestros Raul Rizo,Ramiro Chirino,Inocencio Kindelan quienes son felicitaron por el desarrollo de nuestra escuela y de ellos recibi el 4to Kyu(cinta verde). El nuevo director designado por Raul Rizo a finales del año 84 desgraciadamente destruyo todos nuestros esfuerzos su acercamiento y aduloneria a miembros del Minint en Manzanillo los cuales comenzaron a entrenar en nuestra escuela fueron cambiando el curso y el sentido que nosotros los fundadores buscabamos. Muchos de nosotros se separaron paulatinamente de la escuela al no tener dudas que se esperaba de nosotros nos convirtieramos en auxiliares en civil de la policia en lugar de deportistas. Asi surgieron diferentes grupos "clandestinos" incluso si la memoria no me falla aparecio otro arte marcial creado por un cubano con el nombre "Okito" que era la moda y hacia furor entre la juventud, ademas de diferentes estilos de Kung-fu influenciados por las peliculas de Bruce Lee muy populares en esos tiempos. Todos estos grupos fueron perseguidos tenazmente , los practicantes eran multados, arrestados,considerados "delincuentes" Era tanto el miedo de la tirania que estas artes marciales salieran de su control que incluso prohibieron con amenazas de carcel las practicas de Tai-Chi al anciano Li de casi 90 años de edad y uno de los rarisimos chinos existentes del desaparecido "China-Town" de Manzanillo. A principios del 84 me fui a la Habana y en el ITM recibi la cinta negra por parte del maestro Cedeño y fueron mis ultimos contactos con la escuela cubana de artes marciales. Dos años mas tarde partia a Europa y alli recibi otras inflencias entre ellas el Sambo arte marcial ruso muy practicado por las fuerzas de ocupacion en la ex-RDA.

 Jorge Luis Llanes Naranjo

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