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Escrito por Tania Quintero
No sé si es una iniciativa nacida de los suizos o sugerida por la parte cubana, con tendencia a no llorar miseria en público, sino a pasar el cepillo en privado.
Pero el miércoles 10 de febrero, en el Anzeiger-Luzern, periódico de circulación gratuita en Lucerna, cantón de la Suiza central donde vivo desde diciembre de 2003, en la página 26 salió en alemán, y con bastante despliegue, un anuncio titulado ERDBEBEN IN HAITI -Wir helfen Kuba helfen (Terremoto en Haití -Ayudemos a Cuba para que Cuba pueda ayudar).
En la parte superior a la derecha, dice Medico International Schweiz/Central Sanitare Suisse, CSS Zürich, que suponemos es la organización patrocinadora de esta campaña recaudadora de fondos, no para los hatianos, sino para los médicos cubanos en Haití.
Al principio escriben sobre la labor de la Brigada Henry Reeves, como se llama el contingente médico cubano en estos momentos estacionado en Haití, y con experiencia en anteriores emergencias humanitarias, como las de Perú, Pakistán, Honduras, Guatemala y El Salvador, entre otras.
Después, al lado de una pequeña foto del terremoto, estas palabras: Kuba leistet Hilfe, die ankommt. Kubas Ärste werden weiter in Haiti arbeiten, wenn es längst aus den Schlagzeilen verschwunden ist. Deshalb helfen Sie Kuba helfen! (Cuba da la ayuda que recibe. Los médicos cubanos van a seguir trabajando en Haití cuando ya las noticias dejen de ser titulares. Por eso, ayudemos a Cuba para que Cuba pueda ayudar!).
A continuación, ponen un número de cuenta bancaria: "Haiti" PC 80-7869-1. Y dan el nombre de la persona a contactar en Cuba, Beat Schmid, e informan que ya en esa cuenta tienen 10'000 francos suizos (unos 9 mil 400 dólares).
Como el periódico Granma tiene un Especial dedicado a Haití, revisé si allí mencionaban esta iniciativa suiza u otra similar. Pero no, nada dicen.
Por el contrario, las noticias hasta ahora reportadas por la prensa oficial cubana, es que ningún cubano falleció durante el terremoto, sus instalaciones apenas sufrieron daños y, en general, si alguien ha podido socorrer pronto y bien desde los primeros temblores de tierra, ésos han sido los cubanos.
Vaya, que después de leer todo lo que en la prensa oficial cubana sale, uno llega a la conclusión de que la situación de los médicos cubanos en Haití va viento en popa y a toda vela. Por eso me ha extrañado este anuncio de los suizos, ciudadanos con fama de generosos y solidarios, pero también de despistados.
Dos datos. Hace un par de semanas, circuló la noticia de que Cuba le había ofrecido a los americanos utilizar sus instalaciones sanitarias, por el buen estado en que éstas se encontraban después del terremoto.
Ese mismo día, despachos cablegráficos dijeron que los americanos le habían ofrecido ayuda a los médicos cubanos, y que esta ayuda habría sido rechazada, sin explicar por qué.
Pero los cubanos sabemos los motivos: por arrogancia. Porque el gobierno cubano, ni siquiera en medio de una catástrofe humanitaria de esa envergadura, es capaz de aparcar temporalmente sus diferencias políticas con su enemigo número uno, los Estados Unidos de América.
Si los cubanos llegaron a ofrecer a los americanos sus instalaciones y a su vez rechazaron la ayuda que éstos les habían ofrecido, por qué ahora esta
petición pública de dinero en Suiza? Por qué no hablan claro y dicen la verdad? Necesitan o no necesitan ayuda material?
Si no la necesitan, entonces que se lo digan a los suizos, para que no estén solicitando dinero a través de la prensa, como si de mendigos se tratara. Y si la necesitan, que lo digan. Y que en la edición impresa de Granma (no la online, que sólo puede leerse fuera del país), pongan una nota diciendo que una organización médica suiza está recogiendo dinero para ayudar a los médicos cubanos en Haití. Al menos para que la población de la Isla se entere!
Tania Quintero
Foto: Esteban Lazo, miembro del buró político del partido comunista, dirige unas palabras a integrantes de la brigada médica Henry Reeves, durante la reciente visita que el dirigente cubano hiciera a Haití. La foto es de Juvenal Balán, del periódico Juventud Rebelde.
