LA HABANA, Cuba, 1 de noviembre de 2013,www.cubanet.org.- El juicio contra la Dama de Blanco Sonia Garro, que había sido programado para hoy, quedó suspendido el día anterior sin más explicaciones por parte de las autoridades.
Su abogada, Amelia Rodríguez Cala, se presentó ante el Tribunal Popular para ultimar detalles ayer jueves 31 de octubre, y nadie pudo explicarle la causa de esta decisión de última hora.
Buscando la información de primera mano, Cubanet localizó a Yamilé Garro, hermana de la acusada, que la había visitado esa misma mañana en la cárcel de mujeres del Guatao.
Según narra su hermana, Sonia se muestra optimista por la defensa que debe hacer la letrada Rodríguez Cala, que históricamente ha defendido a procesados por causas políticas.
Rememorando lo ocurrido el 18 de marzo de 2012 -día en que las tropas de asalto irrumpieron en la casa de Garro, a pocas horas de la visita del papa Benedicto XVI a la Isla-, la hermana de la acusada sostiene que ésta no cometió los cargos que le imputa la fiscalía.
–Todo comenzó con un acto de repudio-explica.
Una multitud organizada y conducida por la Seguridad del Estado, se había situado frente a la casa de los esposos Garro, en Marianao, para darles el repudio. Los esposos Garro reaccionaron gritando “¡Abajo Fidel!” y colocando carteles antigubernamentales en el portal de su vivienda. Esto provocó que las tropas irrumpieran violentamente en su casa. Sonia resultó herida con bala de goma en una pierna.
Vale recordar que, en vísperas de la visita del Sumo Pontífice a la Isla, fueron detenidos todos los activistas de derechos humanos y opositores políticos que la Seguridad del Estado, y la máxima dirección del país, presupusieron asistirían a la misa papal, en la Plaza de la Revolución.
La abogada de Garro también presentó este jueves la petición de un cambio de medida, que implicaría la libertad inmediata para su defendida, en espera de que se celebre el juicio.
En entrevista telefónica, la Doctora Rodríguez Cala, dijo a esta reportera:
“Tengo esperanza en el Tribunal. La condición de opositores políticos de estas personas no debe determinar la sentencia. Ojalá el juicio se hubiera celebrado ya”.
En casa de Sonia la espera su hija adolescente, Elaine Bocourt Garro, de 17 años. Al preguntarle qué puede decirnos acerca de su madre, se esfuerza por contener el llanto, hasta que consigue expresar:
–La extraño muchísimo. Yo la quiero, es mi mamá. La necesito. Además, está presa por gusto… si ella no ha hecho nada.
Incómoda para el gusto de las carceleras
Garro ha permanecido en prisión, sin que se haya celebrado juicio en su contra, un año y siete meses. En todo este tiempo, ha vivido experiencias muy duras. Desde permanecer 20 días encerrada en celda de castigo, e infectársele -por estafilococo áureo- la herida de bala que recibió en la pierna, hasta sufrir golpiza de varias guardias armadas.
Este último incidente, según su hermana, data de hace pocos meses, pero ella no puede recordar la fecha exacta. Sucedió cuando Garro olvidó la tarjeta para hacer llamadas por teléfono y tuvo que regresar al destacamento, donde una de las oficiales estaba maltratando a una presa. Garro le dijo de frente a la carcelera que, si estaba de tan mal humor, era preferible que no hubiera ido a trabajar.
-No pasó un minuto y se abalanzaron sobre ella varias guardias, golpeándola con tonfas (porra)-, dice Yamilé.
Por increíble que resulte, agrega:
-En el certificado médico que fue expedido muchos días después, quien apareció como agresora fue Sonia, y las guardias que la atacaron, como víctimas.
Hace un mes y medio, Garro está sufriendo por una infección en los riñones. Todavía no ha recibido tratamiento médico. Solamente le ponen analgésicos y la envían de vuelta a la celda.
Las autoridades de la prisión le dicen a su hermana que no hay presupuesto para comprar ese tipo de medicinas.
-Esto no es nuevo . Cuando se contagió con el estafilococo, me dijeron que era por falta de vitaminas y que solo era cuestión de tomar vitaminas y hierro. Ahora tiene el estafilococo áureo en la piel y le salen forúnculos periódicamente-, apunta su hermana.
Cuenta también que, en la cárcel, Garro presenció y denunció un lamentable hecho conocido como “El motín de los colchones”.
A un grupo de presas, las guardias no le permitieron salir al área de lavar la ropa, y comenzaron a protestar. La reacción de las gendarmes fue emprenderla a golpes contra ellas. Por eso, las reclusas se rebelaron quemando un colchón.
Cuando empezaron a arder otros colchones, las autoridades se demoraron deliberadamente en abrir la reja del destacamento donde ellas se encontraban. Como resultado de esa demora (algunas lograron escapar del fuego rompiendo ventanas), sufrieron quemaduras graves y tuvieron que ser conducidas al hospital.
La familia espera que, tras haber cumplido un año y siete meses en prisión, Sonia Garro pueda salir en libertad, luego de que se demuestre en el Tribunal que los cargos imputados por la fiscalía carecen de fundamento.
Dicen que ella suele decirles en las visitas familiares, o a través del teléfono, que en la cárcel continúa siendo una Dama de Blanco.
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