El ñame ‘militonto’.
Elián ya es un
hombre, como diría mi madre, con muchos “pendejos en el culo” para
seguir con la misma candanga de que si lo secuestraron en Miami, de que
si el imperialismo y la bobería.
Dos pescadores lo
salvaron, no pudieron hacerlo con su madre, Elizabeth Brotons. Elián fue
acogido entonces por su familia en Miami, o sea, la familia de su
padre, el ‘compañero’ González; sí, la familia, con la que el mismo
padre se había puesto de acuerdo días antes para emprender idéntico
trayecto que Elián y su progenitora.
Nadie puede adivinar lo
que pudo haber sido Elián de haberse quedado en Miami, tal vez hoy
sería un ñame con corbata tirado a mondongo, y aquellos que lo
batuquearon de un lado para otro ya se habrían olvidado de él. Pero
hubiera sido libre. Esto último es lo mejor que le hubiera podido haber
pasado. Pero los americanos cómplices del castrismo lo entregaron al
horror, y hoy en día Elián es un ñame con uniforme, un “militonto”, un
pobre traumatizado castrocomunista, y lo que es peor, Elián es uno de
ellos. Un esclavo con ínfulas de capataz. Ya se encaramó en la tribuna y
a hablar mierdas se ha dicho, como buen alumno de su principal maestro.
No siento pena por
Elián, ya debió desde hace mucho rato de haber tenido el coraje de
enfrentar la verdad, en nombre de su madre y por respeto a los
familiares que cuidaron de él cuando su padre se apendejó.
No entiendo por qué
tanto odio el de Elián en contra de una ciudad por la que se pasea media
Cuba castrista, donde se instalan los chivatones y cualquier
sapingonauta del régimen, y donde hasta los diplomáticos castristas se
reúnen con supuestos exiliados para hacer negocios turbios.
Elián, ‘mijito’, déjate
de atragantarte con tanta catibía, abre los ojos, acaba de realizar que
te mandaron para allá y te trozaron el futuro y te destrozaron la vida,
se burlaron de tí y ningunearon tu dignidad de hijo. Mientras tanto,
otros viven entre Miami y Cuba, como les da su real gana, y nadie les
exige que se sacrifiquen, como te ordenaron a tí. Tampoco han humillado a
sus madres con palabras soeces como lo hizo Castro I con la tuya,
discurso mediante.
En paz descanse, Elizabeth Brotons. En Cuba, una mujer pocas veces sabe a quién le ha parido.
Zoé Valdés.
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