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domingo, 17 de abril de 2011

José Daniel Ferrer García responde a Raul Castro Abril 2011

Sr. Dictador Raúl Castro: Acabo de escuchar su discurso. Los verdaderos contrarrevolucionarios en Cuba son usted y su hermano. Nuestra excarcelación representa una derrota para su régimen. ¿Se olvida que quiso cambiarnos por sus espías? Soy yo quién le aclaro a usted: si es necesario morir por la libertad de nuestro pueblo, moriremos. No le tememos ni a usted ni a sus matones. José Daniel Ferrer García Ex-prisionero de conciencia Fin del mensaje.






Cubano deportado a Bolivia pide ayuda desesperada

GDC, febrero 28 – John Silva Mieres(arriba en la foto), un cubano de 28 años de edad que fue expulsado este miércoles de Paraguay debido a irregularidades en su pasaporte, ya se encuentra en Bolivia, donde su estado migratorio actual no es claro. “La policía paraguaya me trasladó hacia la frontera con Bolivia, y aquí estoy, en espera de un milagro”, nos dice Silva Mieres. A pesar de encontrarse “noviando” con una ciudadana paraguaya, las instituciones migratorias de ese país, cuyo gobierno es aliado de la dictadura castrista, no le permitieron quedarse. “A pesar de que expliqué mi situación a las autoridades, no les importó”, reafirmó. Actualmente Silva Mieres se encuentra en una situación desesperada, pues no cuenta con los medios para sostenerse y teme que el desenlace de su caso sea la repatriación hacia la isla, lugar al cual no quiere volver. “No tengo ninguna organización que en estos momentos me esté ayudando con nada. De hecho llegué a Bolivia hace 3 días con 100 dólares que me dio un colega cubano que estaba en Paraguay y con eso pude comprar el pasaje por tierra de hacia Bolivia. Me quedaron como 40 dólares con los cuales he venido subsistiendo hasta hoy. Ya casi no me queda nada y no tendré como sostenerme aquí, pues no tengo trabajo y estoy prácticamente escondido porque temo por mi seguridad” le dijo a Gaceta de Cuba Silva Mieres, quien desea llegar a los Estados Unidos, donde tiene familiares lejanos. El grito de ayuda de Silva Mieres, joven masoterapeuta, es desgarrador. “Me gustaría que avisaran a la Fundación Cubano Americana o a cualquier otra organización que pueda ayudarme, política o religiosa, para que me faciliten llegar a los Estados Unidos, o a sostenerme en este país hasta que pueda salir de toda esta pesadilla. Le imploro que me ayude a difundir mi caso y a pedir ayuda abiertamente al pueblo de Estados Unidos y al mundo”. La dirección de correo electrónico de John Silva Mieres es: pazluzfuerza@gmail.com by Camilo López Darias GACETA DE CUBA

Medidas anunciadas por Cuba son "paliativas", según Opositor en España

Las medidas económicas anunciadas el sábado por el presidente cubano, Raúl Castro, para salvar al país de la quiebra económica resultan simplemente "paliativas", estimó este domingo uno de los portavoces de la oposicion en España, lamentando la ausencia de iniciativas prodemocráticas. Las medidas anunciadas por el régimen cubano son "una medida paliativa, que no cura; palía, alivia una situación, pero no cura el endémico mal cubano que es esencialmente la falta de libertad y la falta de derechos humanos", declaró a la AFP el secretario general de la Federación de Organizaciones Cubanas en España, Ernesto Gutiérrez. "Son reformas estrictamente para intentar ganar tiempo y ganar de alguna manera algo de credibilidad internacional, sobre todo en materia financiera y económica", agregó el disidente cubano, instalado en España desde hace dos décadas. "Este anuncio trata de mitigar la debacle económica en la que está sumida el país, pero de ninguna manera buscan resolver los verdaderos problemas del país", según Gutiérrez. Raúl Castro presentó el sábado, en el marco del congreso del Partido Comunista de Cuba (PPC), unas 300 medidas económicas que se someterán al voto en esa instancia. Las principales iniciativas anunciadas por el régimen castrista son supresión de empleos públicos, apertura de la economía a la iniciativa privada, autonomía de las empresas estatales, reforma del sector agro-alimentario y apertura al capital extranjero. La disidencia tampoco dio mucho crédito a otra de las medidas anunciadas por Castro de limitar a 10 años la duración de los mandatos de los dirigentes del país, que se aplicará también a él mismo. Los mandatarios cubanos "saben que no van a vivir más de 10 años, saben que su etapa se termina", dijo Gutiérrez. Raúl Castro "va a cumplir 80 años y sabe que le pueden quedar, a lo sumo y gozando de buena salud, 10 años más", estimó el opositor. Radio Nederland

Los "PINOS NUEVOS" de la Robolucion cubana o La peste a mierda que hay en Cuba

Joel Rodriguez Riveron No se pierdan después de la presentancion de parque jurásico, el discurso "innovador" y de "nuevos aires" de la juventud cubana.... aquí si esta el cambio....lo se perdió fue el envase ..



Bahía de Cochinos versus Playa Girón: De la “nada baldía” a la curiosidad y la nostalgia histórica.

DE LA “NADA BALDÍA” A LA CURIOSIDAD Y A LA NOSTALGIA HISTÓRICA. Como cualquier persona siempre he sentido mucha curiosidad por el pasado, no sólo por el pasado de Cuba, por cualquier pasado de cualquier parte del mundo; es decir, por la historia. Pero también he afirmado anteriormente que no me interesa para nada la historia con el afán de apropiarme de fechas, datos precisos, y demás; me fascina –en tanto que novelista- el lado sentimental, emocional, de la historia, o sea, el costado psicológico, caracterial, de la historia, el tejido sincero del pasado. En el último concierto organizado por la dictadura en el Malecón habanero, Silvio Rodríguez leyó un atribulado discurso donde habló de la “nada baldía”, que quería -según él- conducirnos al pasado, lo que es científicamente imposible. Qué pena que no expresó lo que sí es una realidad comprobada científicamente, que lo único que nos ha hundido en el abismo de la ignorancia es la “nada baldía” en la que nos hundió la dictadura castrista apartándonos de nuestra verdad histórica, borrando un esplendoroso pasado cubano, escamoteándonos pasajes extraordinarios de nuestra memoria, y tergiversándonos la columna vertebral y ancestral de nuestra nación; será porque él ha contribuido directamente a mentir sobre ese pasado. Yo no siento nostalgia por la Cuba que dejé, esa Cuba no me interesa en lo absoluto, lo que resulta muy duro, muy doloroso; porque es especialmente complejo no poder contarle a los hijos de uno, de que no conservamos recuerdos sociales colectivos de nuestra infancia, dignos de ser extrañados, y menos de la juventud, y, por otra parte, el exilio no constituye una experiencia – al menos cuando se trata de un exilio forzado- que debamos asumir como precisamente agradable. Sin embargo, yo profeso una enorme curiosidad por el pasado de Cuba, y ese pasado me proyecta hacia una nostalgia de lo que no viví. Las novelas de Guillermo Cabrera Infante, la literatura de Lydia Cabrera, y de otros escritores de altura, que vivieron esa época republicana, me conducen a una vida convulsa, extremadamente rica en experiencias, de una belleza incalculable, sobre todo porque había sueños, existían los objetivos, y se anhelaba conquistar aún más de lo alcanzado. Es obvio que nada de eso lo pudimos conocer los que nacimos después de 1959, o los que eran aún pequeños cuando el castrofascismo se apoderó de la isla. Los acontecimientos de Bahía de Cochinos yo no los viví de manera directa, aún cuando ya yo existía, pero apenas contaba 1 año y meses. La historia que nos hicieron, a “los hijos de la revolución”, es que el imperialismo y sus mercenarios habían querido apoderarse de la isla, y que Fidel Castro nos había defendido de semejante monstruosidad, o sea, el discurso totalizante: “nada baldía” a pulso. Por suerte, yo tuve madre y abuela, y ambas se encargaron de contarme lo que en realidad se decía, lo que ellas habían oído, lo que había acontecido verdaderamente. Cubanos exiliados se habían preparado para liberar a Cuba del “fidelismo” –era como ellas le llamaron cuando yo tuve uso de razón para entenderlo. Recuerdo nítidamente el miedo que se apoderó de mí cuando mi madre me aseguró que en la escuela mentían, que así no era la verdadera historia, que ella y mi abuela me la contarían, pero que yo no debía repetirla en ninguna otra parte; que sólo podíamos conversar de esos temas con ella y con mi abuela, con nadie más. ¿Y con tía? Pregunté yo. A abuela se le daba mal hablar mal de su otra hija, aunque en realidad no hablaba mal de ella, sino de su esposo: “No –interrumpió mi abuela-, con tu tía nada de nada… No por ella, por su marido, que anda con gente que no me gusta nada, con esos fidelistas”. Muchísimos años más tarde, en Miami, y en Los Ángeles, conversando con algunos de aquellos hombres valientes, ya mayores, que participaron y sobrevivieron a la invasión traicionada y abortada, absolutamente todos confluyeron -después de contarme sus amargas experiencias, de ver morir a amigos, de saberlos fusilados, de haber estado en la rastra de la muerte y haber tenido que soportar el vil asesinato de sus compañeros-, todos, sin excepción me reafirmaron que no se arrepentían de haber hecho lo que hicieron, y mucho menos de haber ansiado liberar a su país del castrofascismo. Muy de vez en cuando recuerdo la voz de aquel valiente cubano, Carlos Onetti, expedicionario de Bahía de Cochinos, al que interrogaban en los juicios castristas, y que declaró firmemente, que ellos no fueron engañados por nadie, que ellos estaban allí para recobrar la libertad, para defender a Cuba, y para que Cuba volviera a ser lo que era, un país con todas las ventajas de la democracia. Cito de memoria. Y termina: “porque la razón estaba de nuestra parte”. A pocas horas del 17 de abril del 2011, a menos de un mes de cumplir 52 años, le digo a aquel valiente expedicionario, que todavía vive en Miami: Que la razón sigue estando de su parte, y de la parte de los valientes, de aquellos que quisieron salvarnos de la “nada baldía” que nos impusieron. Yo era una niña pequeña, y sólo puedo agradecer lo que ellos, la Brigada 2506, hicieron por la libertad de nuestro país y por nosotros, los niños infelices del castrofacismo. Gracias. Zoé Valdés. Publicado en Zoé en el metro. Fragmento de video extraído del documental Fiel Castro de Ricardo Vega.


La verdad sobre Playa Girón

La verdad sobre Playa Girón I from Teshud on Vimeo.




La verdad sobre Playa Girón II from Teshud on Vimeo.

La Brigada de Asalto 2506 en Bahía de Cochinos .Un Homenaje a los veteranos


La Brigada de Asalto 2506 en Bahía de Cochinos from Teshud on Vimeo.

La noche que mi abuela NO mató al señor Castro

Por JUAN ANTONIO SEMPERE* - Allá por 1956, mi abuela (Conchis, finada) estuvo a punto de matar a un hombre. Justificadamente, pero de todas formas hubiera sido una gran tragedia si se hubiese animado a jalar el gatillo. Aunque, paradójicamente, también el hecho de no haber jalado el gatillo constituyó una gran tragedia. Mis abuelos maternos vivían en una vieja casona en la zona centro de la ciudad de Toluca, sobre la calle de Juárez. La casa tenía dos pisos, con grandes ventanales y balcones de herrería que miraban a la calle. En ese entonces mi abuelo tenía una fábrica de jabones en la ciudad de Puebla, así que pasaba de lunes a jueves supervisándola y regresaba el fin de semana con su familia en Toluca. Durante aquellas ausencias, mi abuela se quedaba sola en casa cuidando a cuatro niños: mi tía Maru (†), los gemelos José Manuel y Lourdes (mi mamá) y mi tío Luis, cuyas edades oscilaban entre los 9 y los 2 años. Los tiempos no eran ni con mucho tan inseguros como hoy en día, pero mi abuelo había peleado en la Guerra Cristera y sabía de lo que son capaces los seres humanos en un momento de ofuscación, así que había instruido concienzudamente a su esposa en el manejo de una monumental escopeta de cacería. “Si alguien intenta meterse a la casa, tú dispárale sin pensarlo dos veces, ¿entendido?”, era la consigna que le hacía a mi abuela cada vez que partía a supervisar el negocio jabonero. En una de tantas ausencias, mi abuela escuchó un ruido extraño cerca de la ventana de su habitación. Era casi la medianoche. Se incorporó y alcanzó a distinguir una sombra extraña ascendiendo sobre el balcón, dibujada tenuemente sobre la cortina gracias a un modesto farolito que proporcionaba algo de iluminación a la calle. Acorde al mandato de mi abuelo, tomó la escopeta y salió del cuarto. La idea de mi abuela era asomarse por el balcón de una habitación contigua (la del cuarto de costura), para poder sorprender al malhechor en el acto de internarse al domicilio. Al asomarse sigilosamente por la ventana del costurero, mi abuela pudo comprobar que, en efecto, un hombre corpulento se había encaramado al balcón de la recámara principal. Con tan sólo tres o cuatro metros de distancia entre ella y su objetivo, levantó el cañón de la escopeta y apuntó hacia el infractor. Pero ahí le entró la duda. El hombre venía bien vestido. Y no estaba intentando meterse a la casa. Por el contrario, al parecer estaba intentando medir el salto hacia el balcón de la casa de al lado. Con voz de mando (mi abuela era brava, cuenta la leyenda), gritó un clarísimo “¡Alto o disparo!” A lo que el petrificado intruso respondió con un “¡No dispare, por favor!”, girando sobre sus talones y levantando las manos para mostrarse en actitud de sumisión. Mi abuela reconoció de inmediato el acento de su -casi- víctima: “¿Señor Castro?” “Sí, señora Valdés, soy su vecino, el señor Castro. Se me olvidaron mis llaves y estaba intentando llegar a mi balcón a través del suyo. Mil perdones”. El señor Castro había trepado por un viejo álamo que facilitaba el ascenso al balcón de casa de mi abuela, notando que de ahí a su propio balcón no le separaba más que un saltito, proeza moderada para alguien atlético y de buena estatura. Mi abuela, sin embargo, no estaba de humor para escuchar explicaciones de esa clase. No lo bajó de bruto, animal, bestia y qué se yo cuántos otros insultos a la usanza de la gente decente, mientras que le decía que estuvo a punto de llegar volando a su balcón, pero gracias a un escopetazo marca Wyatt Earp. Castro se deshacía en disculpas, sin saber cómo apaciguar a mi iracunda abuela. Al final de cuentas todo quedó en un susto y en una anécdota familiar sumamente socorrida. Pero no tanto por los hechos ocurridos esa noche, sino por lo que pasó después. El señor Castro dejó de ser vecino de mis abuelos unos meses más tarde. Se embarcó en Tuxpan, Veracruz, en un yate llamado Granma, junto con sus compañeros: su hermano Raúl, el señor Guevara, el señor Almeida, el señor Cienfuegos y otros más. Llegaron el 2 de diciembre a las inmediaciones de la playa Las Coloradas, se agarraron a balazos con el ejército y terminaron por internarse en la Sierra Maestra de aquella isla, Cuba. Poco más de un par de añitos más tarde, el señor Castro –Fidel, para sus amigos– era el hombre más importante de su país, sentándose en la silla presidencial que había dejado vacante Fulgencio Batista. Y de ahí no se movió en un buen rato. La historia no termina allí. Mi abuelo tenía un hermano menor, Luis (alguien que en su momento ameritará su propia serie de anécdotas, pues su historia fue vasta y llena de curiosidades). Luis [Valdés Soccert] era un espíritu rebelde, en marcado contraste con la personalidad seria y conservadora de mi abuelo. Luis se fue a vivir a Cuba siendo un adulto joven, y contrajo matrimonio con una cubana risueña y dicharachera llamada Manolita. Mi tío abuelo Luis era propietario de una feria, con la que recorría la isla a lo largo y ancho durante todo el año. Simpatizó desde un principio con la causa de la revolución cubana (aún antes de que ésta triunfara), lo que le llevó a entablar acaloradas discusiones con su hermano (mi abuelo) cada vez que volvía a México en vacaciones y fechas importantes. El tío Luis conoció al señor Castro, tanto en México como en Cuba. Tras el derrocamiento de Batista, ambos coincidieron en varias funciones oficiales, pues la feria de mi tío era uno de los pocos entretenimientos que seguían funcionando con regularidad tras la revolución. El señor Castro siempre fue cordial con el tío Luis, pese a que éste último siempre declinó afiliarse al partido y asumir varios cargos oficiales que le fueron ofertados por el barbado líder. Pero el clima social de Cuba cambió mucho al paso del tiempo. Y tan sólo un par de años después del triunfo revolucionario, mi tío Luis pasó de ser una persona cercana al señor Castro a “enemigo de la nación”. Logró obtener un salvoconducto del gobierno mexicano para escapar de la isla con su esposa y su hijo recién nacido, tras enterarse que su nombre estaba por ser difundido en una lista de personas que debían ser recluidas en prisión por conspirar contra el gobierno. Mi tío, anteriormente defensor de la causa promovida por los barbudos rebeldes, miró con rabia e impotencia a los soldados que sólo le dejaron subir al avión tras arrancarle los botones y cremalleras de la ropa, confiscándole a la familia hasta la última pieza de equipaje, e incluso las botellas de leche de su hijo. “Esto servirá para que coman los niños cubanos, no para alimentar a hijos de desertores y traidores”, fue la explicación. Luis, Manolita y el bebé fueron recibidos por mi abuelo en México, literalmente cerrándose las desgarradas ropas con sus propias manos. Dentro de todo tuvieron suerte. Vivieron para contar su historia y para recriminarle a mi abuela que no hubiera jalado del gatillo cuando tuvo en la mira a “ese maldito barbón que ha de pudrirse en los infiernos”. Mi abuela murió joven, a mediados de los 60. Mi abuelo nunca fue el mismo tras perder a su esposa, y él se fue en el 81. Mi tío abuelo Luis duró unos pocos años más. Su esposa, Manolita, acaba de morir hace unos meses. Todos de causas naturales. El señor Castro nada más no se muere. Ahí sigue, en su isla. Y muchísimas personas esperan escuchar sobre su eventual muerte. De entrada, todos mis amigos cubanos en Miami a quienes les he relatado esta anécdota familiar. Las reacciones a la historia de mi abuela y el señor Castro han sido muy diversas. Han generado risas incrédulas, expresiones anodinas, escrutinio con preguntas y más preguntas… algunos se han echado a llorar. En serio. Es un cliché hablar de “efectos mariposa” y alterar el curso de la historia en menos de un segundo, pero es obligado referirnos a esos lugares comunes cuando ocurren casos así. ¿Estaría yo escribiendo en un blog si mi abuela hubiera tirado del gatillo? ¿Existiría yo mismo, acaso? No lo sé. Nadie lo sabe. Solo que sé que siempre que revivimos esta anécdota en mi familia, siento algo muy raro en mi interior. Como si evitar una tragedia entre los míos hubiera desencadenado la tragedia para miles, quizá millones de personas. Por eso prefiero no pensar mucho en “hubieras” y en consecuencias… Sólo platico la historia y dejo que cada quien decida qué hacer con ella. Como mi abuela decidió no dispararle a un intruso una noche en Toluca. Este testimonio se reproduce en CaféFuerte por cortesía del autor, que lo publicó originalmente en su blog Finísima persona. *JUAN ANTONIO SEMPERE, periodista mexicano. Ha sido editor de publicaciones líderes en el mercado latinoamericano como Men’s Health en Español (1996-2005), Prevention en Español (2004) y ESPN Deportes (2005-2006). Ha publicado en Maxim, Quo, Marie Claire, Buenhogar, Contacto Digital, Playboy y el diario Reforma. Actualmente es socio fundador de Factoria UNO, empresa generadora de contenidos multimediáticos. El edificio con fachada de cristal hoy se erige en el lugar antes ocupado por las casas de mis abuelos Valdés y la del señor Castro.

El 77% de los cubanos cree que Raúl Castro no podrá resolver los problemas económicos a corto plazo .

Madrid, REFORMAS ECONÓMICAS, (Agencias) - El 77 por ciento de los cubanos cree que el Gobierno de Raúl Castro no podrá resolver a corto plazo los problemas económicos, como los bajos salarios y los altos precios, a pesar de las inéditas reformas que se están poniendo en marcha para paliar los efectos de la crisis internacional, revela un sondeo realizado por el Instituto Republicano Internacional (IRI), con sede en Estados Unidos. El 33,3 por ciento de los cubanos opina que las cosas en la isla están "mal", el 12,1 por ciento que están "muy mal" y el 35 por ciento cree que "más o menos". Apenas el 2,2 por ciento de los entrevistados piensa que las cosas están "muy bien". La percepción sobre la realidad y el futuro de la isla podría explicarse por el deterioro de la economía doméstica de los ciudadanos. El 44 por ciento de los encuestados asegura que la situación financiera de su familia ha empeorado en los últimos dos años, mientras que el 52,7 por ciento afirma que se ha mantenido igual. A pesar del férreo control que ejerce el régimen castrista en asuntos como la política y la libertad de expresión, el 60,7 por ciento de los cubanos cree que "el mayor problema" en la isla son los bajos salarios y el alto coste de la vida. El 12,7 por ciento opina que es la escasez de alimentos. Además, el 44,8 por ciento dice que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus necesidades "de manera satisfactoria". En cambio, la falta de libertades y el sistema político son considerados un problema sólo para el 1,3 por ciento, mientras que el 3,5 por ciento piensa que es el bloqueo impuesto por Estados Unidos desde hace medio siglo. Los efectos de la crisis económica internacional han obligado al Gobierno de Castro ha emprender una serie de reformas contenidas en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución que el Partido Comunista de Cuba (PCC) comenzará a debatir durante cuatro días a partir de este sábado. Las medidas incluyen una inédita apertura al sector privado con la entrega de permisos para que los cubanos puedan abrir pequeñas empresas y ejercer trabajos autónomos. El objetivo del Gobierno es que sea el sector "no estatal" el que absorba a unos 500.000 empleados públicos que comenzaron a ser despedidos en enero. PARTICIPACIÓN El Proyecto de Lineamientos suscitó un debate nacional sin precedentes que se celebró en toda la isla entre diciembre de 2010 y febrero de este año. Hasta el pasado 7 de febrero se habían efectuado 127.113 encuentros en los que participaron más de 7 millones de personas, según cifras oficiales. Sin embargo, no todos los cubanos se han sentido tomados en cuenta en este proceso. Según el sondeo del IRI, el 77,8 aseguró no haber participado en ninguno de los grupos de discusión, pregunta a la que sólo el 19 por ciento respondió de manera afirmativa. Pero además el 53,5 por ciento cree que su opinión no será tomada en cuenta en el Congreso del PCC, mientras que el 38,4 por ciento piensa que sí será considerada. CAMBIOS Ante la posibilidad de que se brindara la oportunidad a los cubanos de votar para cambiar el gobierno actual --a través de elecciones libres en la que participen varios partidos-- el 78,2 por ciento respondió que votaría a favor. Tan sólo el 9,3 por ciento se opondría a esos cambios políticos. Asimismo, el 90 por ciento también votaría a favor de cambiar el sistema económico vigente por un modelo de "libertades" que incluyan "oportunidades para los cubanos de tener propiedades y su propio negocio". Apenas el 4,1 por ciento está en contra. ACCESO A LA TECNOLOGÍA Tan sólo el 6,7 por ciento de los entrevistados afirmó que se conecta a Internet a diario, mientras que el 20,6 por ciento lo hace semanal o mensualmente. En cambio, el 72,6 por ciento respondió que no tiene acceso a Internet, un servicio que está restringido por el régimen, según han denunciado en reiteradas ocasiones organizaciones disidentes. Ante este panorama, el 72,6 por ciento no cuenta con la posibilidad de conectarse a Internet, mientras que el 22,5 por ciento tiene sólo una cuenta de correo. El 8,9 por ciento de los cubanos en la isla tiene acceso a la red, aunque el sondeo no precisa en qué circunstancias hacen uso de este servicio. En lo que se refiere a la telefonía móvil, el 74,7 por ciento afirma que no usa el móvil, mientras que apenas el 25,3 por ciento sí lo utiliza. LA ENCUESTA El sondeo fue realizado a 463 personas en 12 provincias de Cuba entre el 28 de enero y el 10 de febrero de este año. El 25 por ciento de los encuestados reside en Ciudad de la Habana. La muestra comprendió a mayores de 18 años y las preguntas fueron realizadas mediante entrevistas personales. El margen de error es de un cinco por ciento. El 27 por ciento de los encuestados son actualmente empleados estatales y, entre ellos, un 3,2 por ciento trabaja en posiciones de liderazgo gubernamental. Un 12 por ciento ha logrado un permiso para el trabajo por cuenta propia o son agricultores, mientras el 40 por ciento está en el paro.

Tomas Bilbao discute el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba en CNN Español

Ninguno de los 750 cubanos acogidos por España desde julio tiene empleo .

Madrid, EXILIO, (Agencias) - Ninguno de los 750 cubanos acogidos por España desde julio pasado, cuando el régimen castrista comenzó su proceso de excarcelación de presos políticos, ha encontrado empleo en españa por lo que siguen dependiendo del apoyo que les prestan tres ONG financiadas por el ejecutivo de José Luís rodríguez Zapatero. Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y Accem confirmaron a Europa Press que ninguna de estas personas ha conseguido un contrato en el tiempo que llevan en nuestro país y sólo alguna de ellas ha hecho algún trabajo "esporádico" en fontanería, albañilería o carpintería. La actual situación de crisis económica en España, con más de cuatro millones y medio de parados, y los largos trámites para homologar sus títulos de formación (entre uno a dos años) limitan sus oportunidades a la hora de conseguir un empleo, reconocen las fuentes. Aunque el número total de ex presos políticos y sus familiares trasladados a España desde la isla asciende a 763 (115 familias), los que actualmente permanecen en nuestro país suman 750, ya que varias familias se trasladaron a EEUU, Chile y República Checa. Los últimos en llegar a Madrid fueron un grupo de 37 disidentes acompañados por 208 familiares la semana pasada. Aquellos que optaron por solicitar el asilo político han tardado seis meses en recibir el permiso de trabajo, pero los que aceptaron la protección subsidiaria que les recomendaba el Gobierno español ya contaban con él al mes de su llegada a España. A fecha de 30 de marzo pasado, el Gobierno había concedido 41 estatutos de asilados políticos --por tener "fundados temores" de que serían perseguidos por motivos políticos en la isla-- y 231 protecciones subsidiarias, aunque sigue examinando solicitudes. El programa que ampara a estos ciudadanos cubanos lo financian los Ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales, y Asuntos Exteriores y de Cooperación, y es el mismo que se aplica para aquellos inmigrantes, solicitantes de asilo, refugiados, apátridas y extranjeros que el Gobierno haya decidido acoger por razones humanitarias. Consta de varias fases. Una primera en Madrid, donde permanecían alojados temporalmente en hoteles hasta que posteriormente se les distribuía por los centros de acogida que las ONG tienen repartidos por toda la geografía española y donde residían por un periodo medio de unos dos meses. 1 390 EUROS MENSUALES En la tercera fase, cada familia pasa a un piso de alquiler, para cuyo pago reciben una ayuda económica mensual que oscila entre los 540 y los 740 euros. Como complemento, y dependiendo de las personas que tengan a su cargo los cabezas de familia, cada grupo familiar recibe en torno a unos 850 euros. Es decir, que la ayuda mínima con la que cuenta una familia gira en torno a los 1.390 euros al mes. Además, las ONG les entregan otra ayuda para la escolarización de los niños y la compra de libros de texto y alrededor de 300 euros al año para la compra de ropa, a lo que se añade la cobertura de determinados cursos de formación como apoyo a su búsqueda de empleo. Los cubanos acogidos consideran en general que estas ayudas son "suficientes" para cubrir sus necesidades y agradecen a España la acogida prestada, si bien se encuentran frustrados ante el largo tiempo que llevan los trámites para la homologación de sus títulos. El disidente Omar Rodríguez, que reside en Gijón, ha relatado a Europa Press cómo su ocupación actual es "buscar trabajo" y lamenta que a su hijo de 22 años no se le haya homologado su título de Secundaria que obtuvo en Cuba, lo que le ha obligado a preparar unas pruebas para poder acceder a Bachiller o a la Formación Profesional. Para este periodista, no es "mala suerte" haber llegado a España en un momento de crisis económica, sino que "no haya cambiado nada en Cuba". Otro disidente, Regis Iglesias, que se encuentra en Madrid, cree que la ayuda que él y su familia perciben es "bastante generosa en un momento de crisis como el que hay en España, en el que hay muchos españoles desempleados". Y no manifiesta muchas ganas de volver a su patria en la actualidad: "No tengo ninguna queja del Gobierno español ni de la sociedad española como para volver a una tiranía". El ex preso político Alexis Rodríguez, acogido en Valencia, cree que el Estado español quizá les podría ofrecer "algunas cosas más, pero con lo que dan se puede sobrevivir". También hay discrepancias y la expresa Juan Carlos Herrera Acosta que quiere regresar a Cuba ante el "trato hostil" y "vengativo" que percibe por parte del Gobierno español contra los ex prisioneros que han "alzado su voz" contra la "violación" de sus derechos desde que llegaron a España el año pasado. También el disidente Mario Alberto Pérez Aguilera se ha quejado recientemente de la asistencia que le presta la ONG Accem, que se dispone a trasladarle a él y a su familia desde un centro de acogida en Sigüenza (Guadalajara) a dos pisos, cuando él considera que deberían ser tres porque su familia suma 11 miembros. http://www.ciudadanos-cu.com/

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