OSCAR PEÑA: Reunión de violaciones
By OSCAR PEÑA
Hoy comienza en La Habana otra farsa más de las reuniones de la emigración y la nación cubana. Hay que argumentar y preguntar con razones de peso sobre la tergiversada problemática cubana.
La permanente declaración y confusión que emite el régimen de Cuba para la opinión pública nacional e internacional ha sido parte relevante de los últimos discursos del general sucesor Raúl Castro, cuando expresa: ``No tememos dialogar de todos los puntos que deseen los Estados Unidos con respeto y de igual a igual''. Sin embargo, ese gobierno se ha negado a dialogar entre cubanos los verdaderos problemas del país, afirmando con su actuación que es el gobierno más plattista y menos nacionalista que ha tenido Cuba en su historia. ¿Será que le temen a sus nacionales? El debate debe ser primero entre nacionales y después con extranjeros. Los culpables del problema principal de Cuba son cubanos y no extranjeros. Pongamos fin al show de más de 51 eneros del régimen de Cuba.
Desde hace muchos años el movimiento cubano de los derechos humanos no desea enviar más denuncias al extranjero. Los problemas deben discutirse en una mesa nacional entre cubanos. Sin embargo, hasta hoy las autoridades de Cuba solo han respondido cobardemente, enviando a sus opositores a la injusta prisión o al destierro, y aplicando métodos sucios, mafiosos y de terrorismo de Estado contra sus familiares, vecinos, amistades, compañeros de trabajo o estudio.
Está al comenzar en La Habana otra falsa e innecesaria reunión de la Emigración y la Nación, esas que han hecho por años para maquillar violaciones a nacionales, dirigidas por los desechables Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque y ahora Bruno Rodríguez. Sin duda, este último también se presentará con un discurso para emigrantes confundidos o con otros intereses. La patria y la nación considera a todos sus hijos cubanos estén donde estén, a ella la aman los que viven dentro y los que viven fuera. Los exiliados y los emigrantes son parte inseparable de la nación cubana.
El emigrante y el exiliado cubano nunca deja de ser cubano y no hay que hacer reuniones especiales para ellos. Ellos son parte genuina del pueblo cubano, y no debe necesitar visas, regulaciones, permisos ni llaves para entrar y salir de su país. Todas estas reuniones forman parte de un mercado de explotación y abuso de los sentimientos de los cubanos que pagan las tarifas más altas de viajes, de cambio de moneda y de llamadas telefónicas del mundo.
Oscarpena.CUBA@att.net
