Buscar este blog

viernes, 15 de enero de 2010

Denuncia Represión contra su Familia Opositor Cubano que quiere Postularse para Elecciones del Poder Popular







....................................................................................


Silvio Benítez



El presidente del Partido Liberal de Cuba, Silvio Benítez, denunció desde La Habana que la policía política le está poniendo presión a su familia en represalia a sus intenciones de presentarse como candidato a las elecciones de base del Poder Popular. Desde que el opositor Partido Liberal de Cuba anunció que daría a conocer una lista de opositores que intentarían presentarse como candidatos a la elecciones del Poder Popular, la represión por parte de la seguridad del estado, se ha incrementado, denunció Benítez.
Relató el opositor que con el propósito de que él abandone su propuesta, las autoridades cubanas citaron a su padre y hermana para tratar de coaxionarlos. No obstante, afirmó, la inciativa de participación en las elecciones del Poder Popular continúa.


(La Nueva Cuba)

La Habana de gris, con poco pan y mucho frío










.....................................................................................


Son días de perros. Con una lluvia fina y constante y el cielo encapotado de color gris ratón. Además, un frío que pela. Echemos a un lado en este enero de nuevo año las postales de sol brillante que nos muestra una ciudad alegre, festiva y cálida.

Desde que el 1 de enero entró en la capital el primer frente frio serio, las calles de la Habana se han convertido en el carnaval de mucha gente pobre. Una población acostumbrada a una media anual que supera los 27 grados Celsius, no suele tener en sus roperos prendas adecuadas para soportar bajas temperaturas.

La solución de muchos es ponerse una prenda encima de la otra. Tres, cuatro o hasta cinco, y al final un suéter, enguatada o abrigo viejo. No es nada comparado con las nevadas intensas en Europa, Canadá y el norte de Estados Unidos. Pero para los habaneros, el domingo 10 de enero fue de espanto: los termómetros se mantuvieron todo el día en 12 o 13 grados y una humedad relativa rozando los 75 grados.

Demasiado frío para una ciudad del trópico. La sensación térmica era de 8 grados. La gente parecía globos inflados, con tanta ropa. Los más humildes se cobijaban del frío con abrigos de la era en que Cuba comerciaba con el CAME, hace más de 30 años. Incluso, algunos desempolvaron suéters y chaquetas de lana, usados por padres y abuelos antes de que Castro llegara al poder. Los más ancianos y desvalidos se guarnecían con gabanes parecidos a los utilizados por Humphrey Bogart en sus filmes.

Las calles estaban desiertas. Los mendigos y dementes que han hecho de los portales de la esquina de Carmen y la Calzada de 10 de Octubre, su casa, huyeron despavoridos a sitios menos gélidos. Lo que soplaba en esa esquina no era de amigo. Según una vecina, una noche, unos coches de salud pública recogieron a los pordioseros y los internaron en el Hospital Psiquiátrico, un manicomio más conocido por Mazorra, situado en la Avenida de Ranchos Boyeros, a mitad de camino del Aeropuerto Internacional José Martí.

No sé si fue cierto. Los capitalinos tienen tendencia a exagerar. Lo que sí es real, es que en estos días polares, muchas panaderías han cerrado por falta de harina. Vea usted. El pan, como el arroz es un producto de primerísima necesidad en la dieta actual del cubano. Por la cartilla de racionamiento el Estado nos otorga un mísero panecillo de 80 gramos por persona. Entonces, la gente acude a las panaderías de la Cadena Cubana, donde por la libre se puede comprar media flauta de pan por 5 pesos, y por 10, una flauta completa.

El administrador de uno de esos establecimientos, comentó, "que varias panaderías que ofertan en venta libre han cerrado por recorte en la distribución de harina, porque el gobierno ha dado orientaciones de priorizar el pan racionado". Afuera, una larga fila de personas llevaban una hora esperando la salida del pan.

Con el frío arrecia el hambre. Y con una nevera semivacía, lo más común es comprar pan y comerlo con cualquier cosa. Ya sea jamón, si es una familia "adinerada", o con tomate, tortilla, incluso solo, mojándolo con café, o con leche, algo que suelen hacer los menores de 7 años, los únicos a quienes el Estado les garantiza por la libreta de racionamiento una cuota diaria de leche.

Pablo Pacheco, 39 años, un periodista independiente condenado a 20 años de prisión en la primavera negra del 2003, me contó por teléfono que en Canaleta, cárcel de la provincia Ciego de Ávila donde purga la injusta sanción, la temperatura bajo a 7 grados. "Los reclusos se enrollan dos o tres colchas, y aún así tú notas como la gente tiembla y le castañean los dientes. Agrega a esto que la comida es poca y pésima”, agregó.

Aunque en estos días de enero el tono gris y el frío se han enseñoreado con el paisaje cubano el meteorólogo estrella de la isla, José Rubiera, calma los innumerables rumores y afirma que no bajara la temperatura hasta 0,6 grados Celsius, récord para el país en 1970.

Falta que hace. Poco pan y mucho frío no es nada saludable. Y además sin sol.

Ocupantes con sordina






....................................................................................


Ocupantes con sordina
Escrito por Raul Rivero

Mientras los aviones de guerra venezolanos persiguen en el aire el vuelo fantasma de naves de Estados Unidos asentadas en bases de Holanda en Aruba y Curazao, una maquinaria silenciosa y organizada invade y toma posesiones en puntos reales del Gobierno de Hugo Chávez, incluida la fuerza aérea que sale a derribar a los supuestos conquistadores extranjeros. Hablo de los compañeros cubanos.




Es un asalto autorizado. Una operación paciente, de alta precisión, hecha año por año en la última década y protegida por un enorme silenciador, el primer mecanismo que los camaradas ayudaron a instalar en el país vecino.

Entraron primero, con toda la quincallería de la propaganda, los contingentes de médicos y maestros. Después, ya dentro del esquema presuntuoso y cursi de la asesoría y la cooperación entre gobiernos hermanos, los expertos en materias más delicadas que tienen una relación directa con los controles de la población, la información sobre la vida privada de la ciudadanía y la vigilancia en los puertos y los aeropuertos.

Esta semana, algunos representantes de la sociedad civil de Venezuela han denunciado la presencia de funcionarios cubanos en notarías, registros, sistemas de identificación y pasaporte, las Fuerzas Armadas, los servicios de inteligencia, el orden público y la llamada Policía Nacional Bolivariana, preparada por oficiales de la isla.

Uno de los dominios en los que el asesoramiento alcanza la categoría de comedia (o de tragedia) es el de la agricultura, porque los expertos llegan de un país arruinado, que, en 51 años, no ha podido garantizar la alimentación de la población. El otro es el de la prensa. Los peritos isleños han instalado un brutal sistema de censura, tienen presos a 24 periodistas y son especialistas en técnicas de acoso contra blogueros y comunicadores independientes.

Pero hay más. Según Lucía San Miguel, de la Asociación Civil Control Ciudadano: «No sólo se corre el riesgo de que se fuguen datos sensibles que atañen a la seguridad del Estado, sino que el Gobierno pueda manipular deliberadamente la información para intereses particulares, como mantener al presidente Hugo Chávez en el poder».

El cantante de rancheras hace como que mira al cielo a la búsqueda de aviones del enemigo imperialista y reabre el escenario de la Guerra Fría. Para tratar de darle credibilidad a la obra, los invasores caribeños (metidos en el público, entre los actores, la escolta y los tramoyistas) le soplan los bocadillos y le ayudan a instalar en Venezuela los métodos que convirtieron a Cuba en una nación paralizada, en harapos, sin pan ni libertad.



Raúl Rivero

jueves, 14 de enero de 2010

Medio siglo de dogmas y tiranía: El mayor fraude social y político del mundo moderno








-------------------------------------------------------------------------------------

Nelson Núñez Dorta

QUERÉTARO, México, enero, www.cubanet.org -El Sr. José Ramón. Machado Ventura, una muy vieja y conocida figura de las más altas esferas del PCC y acérrimo defensor de las posturas más dogmáticas e inmovilistas del fraude histórico en que se convirtió la mal llamada revolución, ha declarado recientemente que confía en la juventud cubana.

El mencionado personaje forma parte de ese selecto grupo de ancianos autoproclamados “líderes históricos” de la dictadura castrista, a la que ha servido fielmente durante más de medio siglo, lo que le ha permitido ser de los privilegiados que disfrutan las “mieles del poder” que, cual abejas reinas, brindan los hermanos Castro a sus siervos mas incondicionales.


Este señor, dando muestras de la demagogia y la hipocresía más repugnantes, anuncia que el desgobierno de la isla está convencido de que en Cuba existe una juventud ideológicamente preparada y dispuesta a darle continuidad a esa mal llamada revolución “hasta las últimas consecuencias”. Me pregunto cuáles serán para ellos esas últimas consecuencias.

El mensaje no sorprende ni aporta nada nuevo a la realidad nacional; sabemos que ha estado presente en cada congreso, pleno o reunión de la Juventud Comunista donde, como es habitual, no pueden faltar como “invitados permanentes” algunos miembros destacados de la gerontocracia cubana, para “ayudar y orientar” ejerciendo su paternal tutela para “el buen gobierno” de las nuevas generaciones de comunistas cubanos”.

Como es lógico sus palabras van acompañadas del consabido fraude en que se convierte ese eterno llamado a una necesaria “mayor preparación político-ideológica” de las ya no tan nuevas generaciones, para poder asumir en un momento, nunca precisado y mucho menos permitido hasta hoy, las riendas de la construcción del “socialismo cubano”.

Dijo Machado Ventura, que los dirigentes del futuro en Cuba están en todos los lugares, pero omitió, que ninguno tiene cabida en esa implacable y hermética cúpula dominante de la que él forma parte, pues cualquier nuevo candidato debe esperar disciplinadamente el visto bueno de los hermanos Castro que certifique su actitud, únicamente para lograr una proximidad controlada al poder. Recordemos que los últimos discípulos, los más aventajados graduados en la carrera política de esa selecta academia, fueron los defenestrados Carlos Lage y Pérez Roque, por pretender tener algún poder de decisión independiente en el futuro nacional.

Preguntemos a ese viejo manojo de lapas dónde están las leyes de su dialéctica revolucionaria. ¿Qué pasó con los preceptos marxistas del constante cambio, del eterno movimiento, del desarrollo en espiral ascendente, de la sustitución de lo viejo por lo nuevo, la unidad y lucha de contrarios y tanta palabrería, que sólo ha servido para justificar un dogma inmovilista? Si según estos mismos conceptos, la práctica es el único criterio de la verdad, entonces, el medio siglo de dogma y represión de una tiranía, llamada por sus acólitos y admiradores “revolución”, con sus septuagenarios y octogenarios dirigentes vitalicios, es el mayor fraude social y político del mundo moderno.

En nuestra patria el tiempo parece no transcurrir y el tan anunciado futuro nunca llega, así con reiteradas artimañas, se continúa alargando el día del lógico relevo generacional.

Esos retrógrados ancianos no quieren descender de su pedestal y ansían morir en el gobierno para ser despedidos, con honores y sepultados en sus mausoleos. Hasta después de muertos pretenden mantener la distancia entre sus huesos y los de ese pueblo al que aun dicen representar.

Los verdaderos incineradores de la Constitución Socialista de Cuba







.....................................................................................
Los verdaderos incineradores de la Constitución Socialista de Cuba

2010-1-14

Por Miguel Saludes .

Néstor Rodríguez Lobaina sufre desde el pasado 6 de enero una fuerte represión. Los hechos comenzaron el 6 de enero con un acto de repudio virulento, según narró el opositor vía telefónica a Heriberto Leyva. Ese día Lobaina protagonizó una manifestación pública, en protesta por la situación de los presos políticos en Cuba, y en particular del prisionero de conciencia Orlando Zapata. Durante la protesta Néstor expresó abiertamente su postura respecto a la política represiva del régimen castrista y quemó una copia de la Constitución socialista, vigente en la isla desde 1976. El suceso se produjo en pleno parque Hatuey de Baracoa.

Posteriormente el joven opositor salió del lugar rumbo a su domicilio coreando consignas de libertad y en contra de la que calificó dictadura político policial que rige al país. Miembros de la Seguridad del Estado, secundados por elementos represivos vestidos de civil, lo atacaron y le advirtieron que podía ser linchado por el pueblo.


Nestor Rodríguez Lobaina

Al siguiente día las cosas se recrudecieron. Lobaina permanecía en su casa, rodeado por efectivos paramilitares. Estos arrojan piedras y otros objetos contra la vivienda mientras gritaban lemas pro gubernamentales y amenazas contra el disidente. Una de las más preocupantes, referidas por el agredido, fue el anuncio de su liquidación física. La voz de alguno de los sitiadores la anunció como una orden directa, dictada por el mismo General Raúl Castro.

El acto protagonizado por Néstor Rodríguez Lobaina constituye un nuevo episodio en la saga de la lucha por la democratización de Cuba. Algunos pudieran criticar lo que parece un gesto inútil, que sirve para atraer la furia del poder sobre la fragilidad de su persona. Otros tal vez señalen lo erróneo de la demostración, teniendo en cuenta que la Constitución actual, con todos sus arrastres y defectos, ofrece cierta cobertura de legalidad institucional en la Isla.

El gobierno de Fidel Castro, que prometió devolver al pueblo la Carta Magna del 40, pisoteada por el General Fulgencio Batista, no solo incumplió su promesa, sino que mantuvo al país durante más de una década sujeto a un cuerpo de leyes revolucionarias que funcionaban a su arbitrio. La entrada en la órbita de Moscú y los intereses que esto representaba, llevaron al Comandante a aceptar la conformación de una legislación muy similar a la que regía en los países del eje comunista. Este paso, forzado por las circunstancias, no debió contar con el total agrado del dictador. Este, aún si prever el desenlace de los acontecimientos por venir, no confiaba siquiera en los breves resquicios legales que significa la existencia de una Ley de leyes. Y el tiempo le dio la razón. En la Unión Soviética los grupos pro derechos humanos basaban sus reclamos en la propia constitución comunista, a la que apelaban en sus demandas y juicios efectuados contra activistas cívicos. En Cuba hubo que esperar al 2002 para saber como reaccionaría el gobierno enfrentado a una situación similar. El Proyecto Varela fue la máxima prueba de lo que podía soportar.

Si alguien pretendiera juzgar a Lobaina por quemar una copia de la Constitución del 76 debe hacerse antes un llamado a la reflexión. En primer lugar la generación nacida después de 1959 creció viendo noticias internacionales donde se reflejaba con beneplácito la destrucción de banderas y otros símbolos en países capitalistas, fundamentalmente Estados Unidos y Europa Occidental. Las imágenes de protestas donde se incineraban enseñas nacionales, fotos de presidentes elegidos democráticamente y documentos de todo tipo, eran difundidas ampliamente por noticieros, prensa y documentales en Cuba. Ahora les toca el turno de asumir esa realidad. Y deberían hacerlo imitando el proceder de aquellas sociedades, donde nadie fue expulsado del trabajo o la universidad, ni recibió pedradas o resultó encarcelado, a causa de esas acciones.

En segundo lugar el mayor acto atentatorio contra la ley castrista fue cometido por el propio gobierno. Sus principales figuras violaron impunemente la actual Constitución Socialista, demostrando que ni ellos mismos la respetan. Esto ocurrió cuando Fidel Castro Ruz y Ricardo Alarcón de Quesada, en un esfuerzo brutal por cortar el proceso iniciado por el Proyecto Varela, desoyeron el reclamo hecho de acuerdo a lo establecido en la Carta constitucional. El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, no solo ignoró y se mofó burdamente de la petición de referendo avalada por más de 10 mil firmas ciudadanas, sino que secundó el desacato de lo instituido por una Ley cuyo cumplimiento debía velar. Poco después, junto con todos los parlamentarios, se hizo cómplice de la mordaza impuesta al pueblo mediante la coletilla que hacía intocable a la Revolución, léase a la dictadura. Fue la misma Asamblea Nacional comunista la que incineró el espíritu y la letra de su propia Constitución. Rodríguez Lobaina solo quemó sus cenizas.

Ciertamente Néstor es un joven temerario, con ese valor quijotesco que impregnó la sangre de aquellos revolucionarios que ofrendaron sus vidas para lograr una Cuba mejor. Basta esa razón para absolverle del pecado incendiario. Solo por ello el gesto queda fuera del alcance de acusaciones y discrepancias. Su irreverencia indica la necesidad de conformar una verdadera Constitución que se instaure sobre el recuerdo de aquella otra a cuyas sombras los ciudadanos cubanos fueron atropellados de manera infinita.

Entrada destacada

EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA

  POR LA REVOLUCION DEMOCRATICA EN CUBA EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA  Empotradas sus cenizas dentro de una gris piedra con forma de boni...