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viernes, 1 de enero de 2010

REGIMEN DE CUBA NO PERMITE A FAMILIARES RESIDENTES EN EL EXTRANJERO A VISITAR LAS CARCELES SIN ANTES PERMANECER QUINCE DIAS EN LA ISLA. Por GLORIA I












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REGIMEN DE CUBA NO PERMITE A FAMILIARES RESIDENTES EN EL EXTRANJERO A VISITAR LAS CARCELES SIN ANTES PERMANECER QUINCE DIAS EN LA ISLA. Por GLORIA I PEREZ ARCE.

LA HABANA- Se conoció a través de algunos residentes en el exilio que viajaron recientemente a visitar a sus familiares prisioneros en la isla, que tienen que permanecer en Cuba quince días a lo sumo sin un estornudo siquiera para después permitirles la entrada a las cárceles, exponiéndoles que eso responde a una medida de salud cubana, para evitar el contagio de los reclusos con el posible virus de la gripe H1N1.

Norma Visalia afirmó que eso es inconcebible ya que ella viajó con sus dos hijos menores, solamente por una semana a ver a su esposo condenado a veinticinco años, y tuvo que regresar sin poder verlo, a pesar de haber suplicado en las oficinas de Prisiones de 15 y K, en el departamento de atención a la población de Plaza, y en la misma penitenciaria sin que nadie ni por bondad se condoliera de su situación.

Asegura que esto pudiera responder a un ardid del gobierno cubano para obligar a los viajeros del exterior a permanecer en la isla todo ese tiempo sin resolver el objetivo de su viaje con el fin de consumir muchas mas dinero que el planificado y así contribuir a la recaudación de divisas que tanto necesitan en medio de la crisis que están enfrentando.

LAS DOS MIERTES DE FIDEL CASTRO













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By MIGUEL COSSIO


Fidel Castro cierra el año con dos noticias: una predicción acerca de que en el 2010 ocurrirá finalmente su muerte física, vaticinio de Newsweek, y un reconocimiento implícito en la revista Foreign Policy de su defunción intelectual; esto es, al hecho obvio de que nunca tuvo una idea propia en el campo del pensamiento renovador acerca de la sociedad de nuestra época.



El ya doblemente difunto Castro pasó de ser un admirador de Hitler y Mussolini, cuyas obras leía y difundía con entusiasmo en sus tiempos de estudiante con los jesuitas, a un rebelde que pretendió definirse como guerrillero humanista, una especie de Robin Hood de melcocha insustancial. Acabó finalmente presentándose como un espurio marxista con galones de dictador. Por eso ha muerto dos veces.
Resulta anacrónico, en consecuencia, ver a sus corifeos desatando una absurda campaña contrarreloj para promoverlo al Premio Nobel de la Paz, que sería como otorgárselo post mortem a Stalin, Pol Pot, Milosevic y otros pájaros de la misma pluma.
Pero en algo no se deberían equivocar las predicciones, vengan de Newsweek o de los babalaos. Mientras existan políticos como Fidel Castro y su hermano Raúl, heredero formal del trono, será boicoteada cualquier reunión internacional que haya sobre el cambio climático u otro tema crucial para la sociedad mundial, sea en Copenhague, Bonn o México. No van a fallar los adivinadores y los expertos en predecir las críticas radicales de Castro contra Obama, Estados Unidos y lo que llama las grandes potencias, menos China, que va por ese camino. No fallarán prediciendo más hambre y crisis en Cuba, más violaciones de los derechos humanos y mayor represión.


En una edición especial, la revista Foreign Policy acaba de publicar, por primera vez en su historia, una lista de quienes considera los cien grandes pensadores del año (100 Top Global Thinkers of 2009).
Uno puede encontrar allí a personajes archiconocidos: Ben Bernanke, jefe de la Reserva Federal, por ``evitar una nueva Gran Depresión'' (Time lo catalogó también como la figura más prominente del año); el presidente Barack Obama, por volver a ``imaginar el papel de Estados Unidos en el mundo''; y a otros, como los esposos Clinton, Benedicto XVI, Bill Gates, Vaclav Havel y Mario Vargas Llosa. Y hallar también nombres prácticamente desconocidos como el de Zahra Rahnavard, verdadero cerebro detrás de la Revolución Verde en Irán y esposa del ex candidato presidencial opositor Mir Hossein Musavi.
Se puede estar o no de acuerdo con la lista de los pensadores postmodernos de Foreign Policy, porque toda selección es necesariamente arbitraria. Pero lo significativo es que ésta no incluye a Fidel Castro, por una razón obvia: si es que tiene uno, su pensamiento es y fue siempre retrógrado.
Si uno lee un discurso suyo no encontrará una sola idea producto de una rigurosa elaboración teórica. Ni siquiera un concepto nuevo dentro del marxismo, que dice predicar. Todas sus ideas son apocalípticas, surgidas del odio visceral a todo aquello que se le oponga.
Castro no quiere aceptar que ya murió, que la historia, su historia, se acabó, como diría el polémico Francis Fukuyama (también en la lista de Foreign Policy), mucho antes de la caída del muro de Berlín, cuando la humanidad se dio cuenta que el futuro no dependía de los buenos deseos de justicia social, sino de la aplicación práctica de la tecnología, el saber y la buena voluntad en una difícil, pero posible conjunción.
Son las dos muertes de Castro. Y la que más debe dolerle, por su egocentrismo, es que no lo tomen en cuenta. Su pensamiento ni siquiera alcanza el último lugar de los elegidos por la revista. Está fuera, muerto y enterrado en su propia falsedad. Condenado a la trágica ignorancia de la historia: existió, acaso como el romano que incendió la ciudad, pero nadie le concederá el menor espacio en la sociedad posmoderna del siglo XXI. Ha muerto dos veces y haríamos bien en enterrarlo bocabajo, para que nunca más trate de levantar su orgullosa cabeza.
Fuente: El Nuevo Herald/ilustra Genny

LOS CASTRO, LA CUMBRE Y LA V INTERNACIONAL









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Antonio Arencibia, Miami





LOS CASTRO, LA CUMBRE Y LA V INTERNACIONAL



Indiscutiblemente, la Cumbre del Alba en La Habana marcó la entrega definitiva del cetro revolucionario de Fidel Castro a Hugo Chávez. La espectativa creada por este último sobre una sensacional reaparición del viejo tirano en el marco de la reunión, quedó descartada. Fidel Castro solo se reunió con el heredero de sus planes de desestabilización continental, y no con sus fieles seguidores Evo Morales o Daniel Ortega.



La coreografía de esta sucesión a escala hemisférica fue cuidadosamente ensayada, y se veía venir cuando Raúl Castro dijo al recibirlo, que Chávez era como “un torrente” en su actividad y que le recordaba “al Comandante en Jefe cuando joven y aún hoy cuando está escribiendo sus Reflexiones”.



Castro dirigió al “querido Hugo”, una carta en la que imita al Ché, y que fue leída por el destinatario en la sesión de clausura de la Cumbre. Solo le faltaba al Comandante escribir en ella parodiando la despedida de Guevara, en vez del “yo puedo hacer lo que te está negado”, un “tu puedes hacer lo que ya yo no puedo”, pero la intención se vuelve a marcar en la despedida nada habitual de “Hasta la victoria siempre”.



Más allá de lo formal, la esencia del mensaje es que Castro proclamó ante la izquierda radical del hemisferio que Chávez, es un alma gemela “rebelde” y “antimperialista”. El venezolano, por su parte, reveló que Fidel Castro considera que ya “cumplió una etapa”, y que su tarea ahora “no es gobernar sino pensar y escribir”. La entrega del batón era lo principal, lo demás de la Cumbre del Alba fueron los discursos con los temas de rutina: el imperio, las bases en Colombia, Zelaya y el cambio climático.



A propósito de cumbres, la presencia de Ecuador solo a nivel de Canciller en la de La Habana, ha sido interpretada por analistas como una muestra de cierto deslinde de Correa de las posiciones más radicales dentro de esa liga, como antes lo demostró con su asistencia a la Iberoamericana de Portugal, que fuera boicoteada por los demás líderes albistas.


Pero, volviendo al tema central, la encomienda que recibe Hugo Chávez de comandar la subversión continental viene con serias advertencias. Por eso el general-presidente de la Isla utilizó una de esas frases suyas, que parecen un desliz, pero son banderillas. Dijo Raúl Castro de Chávez a la prensa, que los enemigos “le van a hacer lo mismo que nos hicieron a nosotros”. Su mentor Fidel Castro le recordaría también en este viaje que “no le perdonarán nunca su apoyo a Cuba”.



En ese sentido Hugo Chávez argumenta que también vale para Venezuela lo que dijo Castro en el 2005: que la Revolución no podía ser derrotada por el enemigo pero sí por los mismos cubanos, y que ese es igualmente el desafío venezolano. Pero las circunstancias históricas mundiales y regionales son diferentes a las concurrentes para que el castrismo perdurase por medio siglo.



En la actualidad hay una atmósfera belicista en la región que Chávez ha ido alimentando por más de una década, primero con el apoyo a las FARC y su vieja histeria contra Uribe y ha rebasado límites con sus enormes compras de armamentos rusos y maniobras navales entre Rusia y Venezuela. Pero quizás lo más significativo es el abrazo chavista al Irán de los ayatolás, que como acaba de recordar la Secretaria de Estado norteamericana, “es el principal sustentador, promotor y exportador de terrorismo en el mundo actual”. Ahora Chávez considera amenazada su seguridad por la presencia norteamericana en bases de Colombia, lo que ocurre después que su aliado Correa cerró a Estados Unidos el acceso a la base ecuatoriana de Manta.



Indudablemente Hugo Chávez está consciente de que no puede seguir provocando conflictos impunemente, y está buscando protegerse. Por eso el primer día de la cumbre del Alba declaró a la agencia oficial ABN que se había abordado el tema de la defensa en vista de “las amenazas del imperio”.



La Agencia Bolivariana de Noticias tituló el despacho Discuten creación del Consejo de Defensa del ALBA, pero la Declaración Final de la VIII Cumbre no recoge ese tópico. La única referencia habla en términos generales del derecho de Venezuela a poner en alerta la defensa de su país “como consecuencia del despliegue militar de los Estados Unidos cerca de sus fronteras”.



Según algunos observadores, los líderes albistas decidieron que un órgano de defensa es demasiado visible, y que era mejor obviarlo y tomar acuerdos secretos de cómo responder en caso de una crisis en Venezuela o en otros países miembros de la liga.



Ahora tienen la difícil responsabilidad de encabezar un bloque enfrentado a la política norteamericana en la región. Pero la parte previa de esa tarea estratégica es respaldar con declaraciones públicas la ofensiva de descrédito iniciada por Fidel Castro contra el presidente Barak Obama en sus Reflexiones.



¿Qué esperan los Castro?



Concuerdo con quienes opinan que Raúl Castro no aspiraría al liderazgo de la izquierda continental aunque su hermano hubiese muerto. No tiene ni la edad, ni la capacidad, ni los recursos, pero tampoco le interesa. Ya tiene bastante con tratar de capear el desastre nacional heredado. Por eso le vienen bien los 264 convenios bilaterales que por valor de unos 3,000 millones de dólares se acordaron para el año 2010 en la X Comisión Intergubernamental Cuba-Venezuela.



Por decisión de Fidel Castro se cancela el coqueteo de Raúl Castro con Lula para las aspiraciones de Brasil respecto a la Isla. La balanza se ha inclinado hacia el proyecto chavista.



Por eso el general-presidente reconocía en la clausura de la firma de los acuerdos económicos que “la hermana Venezuela es hoy el primer socio comercial de Cuba”. A ese comentario Chávez añadió que “Fidel está contento. (…)Sabe más que nosotros de los convenios que se firmaron”. Cuando hablan en público solo dicen lo que se puede decir: por eso el viejo dictador escribía a Hugo Chávez “nunca te solicité nada. El apoyo tuyo a Cuba fue espontáneo”.



Se destacan entre los acuerdos la creación de una flota pesquera conjunta y un acápite para la compra por parte de La Habana de alimentos, ropa, materias primas y materiales de construcción venezolanos por valor de 413 millones de dólares


Entre La Habana y Caracas se ha fortalecido la alianza, pero los Castro saben bien que no pueden quedarse otra vez, como en 1991, “colgados de la brocha”. Por eso han dado pasos en previsión de un desplome de los suministros petroleros venezolanos.



Se apartan de la línea chavista al no involucrarse abiertamente con Irán. Apuestan al envío, bien remunerado, de miles y miles de profesionales y técnicos cubanos a los países del Alba, y muy especialmente a Venezuela. Tienen una vela encendida pidiendo la gracia de la llegada del turismo norteamericano, y promueven grandes inversiones con vistas a una eliminación del embargo comercial.



Claro que todo lo anterior se contradice con el recrudecimiento sin precedentes de la represión del régimen contra cualquier tipo de manifestación pública, no solo de oposición política, sino de opinión, de petición de derechos y hasta de actitud.



También los Castro se han mantenido alejados de los últimos desvaríos de Hugo Chávez que incluyen una convocatoria a la Quinta Internacional Socialista.



¿Surgirá la Internacional Chavista?



Esa idea de Chávez fue propuesta por su Partido Socialista Unido de Venezuela, los días 20 y 21 de noviembre pasado, cuando se celebró en Caracas el Encuentro Internacional de Partidos de Izquierda. Según el recuento oficial, participaron 150 delegados de 53 organizaciones de cinco continentes: 26 de países de América Latina y el Caribe, siete de Europa, y seis de África, Asia y Oceanía.



Las cifras no son lo importante, aunque sí la notable ausencia de representantes del Partido Comunista de Cuba. Trascendió que en el evento hubo discrepancias por la participación de partidos como el PRI de México y el Partido Justicialista de Argentina, que no son socialistas, y otros asistentes solicitaron hacer consultas, porque el tema no estaba en la agenda previa. Esto requirió que Hugo Chávez se presentara para asumir la responsabilidad de la convocatoria y pidió a los representantes de los partidos que hicieran los contactos pertinentes para firmar la declaración.



El documento final o “Compromiso de Caracas” convoca la Quinta Internacional en la capital venezolana, en abril del 2010, coincidiendo con el Bicentenario del inicio de la lucha independentista en Latinoamerica.



Aunque el Partido Comunista de Venezuela (PCV) asevera que la declaración adoptada no contenía el término “socialista” en el llamamiento, los funcionarios del gobierno chavista y del PSUV insisten en que se constituirá en abril la Quinta Internacional Socialista.



La cita fue apoyada, entre otros dirigentes extranjeros, por el ministro coordinador de la Política de Ecuador, Ricardo Patillo, representante del partido Alianza País; Piedad Córdoba, senadora y directora del movimiento de izquierda dentro del Partido Liberal de Colombia; Miguel D´Escoto, representante del Frente Sandinista de Nicaragua, y el ministro de Obras Públicas y representante del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia, Walter Delgadillo, quien expresó que contaba con la aprobación del presidente Evo Morales.



En ninguna nota de prensa aparece reflejada la presencia de delegados del PCC, lo que explica que, con motivo de la Cumbre del Alba en La Habana, viajara una delegación de una veintena de miembros del Partido Socialista Unido, encabezada por Freddy Bernal, integrante de la Dirección Nacional.



Aunque Bernal informó que el lunes 14 se efectuaría en la Isla un taller de trabajo entre de cubanos y venezolanos dedicado al tema, los órganos nacionales de la prensa oficial no han informado sobre el anunciado taller.



La V Internacional, que pudiera pasar a la historia como Internacional Chavista o fracasar estrepitosamente, sale a escena con bastantes problemas, y muchos de ellos son de raíz ideológica.



A pesar de sus esfuerzos unitarios, cada una de las cuatro internacionales previas se caracterizaron por el cisma entre sus líderes o principales tendencias. Así fue el enfrentamiento entre Bakunin y Marx, de Lenin y los bolcheviques frente a los otros Partidos Social Demócratas, y el de Trotsky contra Stalin.



Pero ahora se trata de empezar a unir como núcleo principal a elementos tan diversos política o éticamente como el socialismo bolivariano, (aún sin definir); su variante “alfarista” en Ecuador; el socialismo “indigenista” y plurinacional del MAS boliviano, y el sandinismo “danielista”, de tan poco prestigio.



Los “marxistas leninistas” de nivel intermedio de Cuba, repetidores de viejas consignas del Comandante, no saben si éste los dejará entrar en esa olla podrida. Si lo hacen, no podrán menos que reflejar allí los clichés y dogmas estalinistas del castrismo.



¿Qué aportará el “justicialismo moderno” en el poder, que -como ha dicho Hugo Chávez a los Kirchner-, “representa una victoria para Mi general Perón [que] ha seguido ganando batallas tras su desaparición física”? Pero según Chávez hay que tener en cuenta otros aportes a esa Internacional, como los del “socialismo africano” y “árabe”. No sería de extrañar que tenga cabida en la agrupación que promueve Hugo Chávez el “socialismo teocrático” de los ayatolás iraníes.



Mientras tanto la Gerusía criolla, integrada por los Castro y los ancianos de mayor confianza y probada lealtad, haciendo gala de esa doble moral endémica en la Isla, juran apoyar los planes de Chávez, reciben sin preocupación de pago la inyección de dineros y suministros de Venezuela, y mueven la cabeza en desaprobación silenciosa a este tipo de planteamientos del Teniente Coronel y sus socios albistas, sin pies ni cabeza.



Escuchan boquiabiertos al “gran dirigente” Evo Morales pedir en Copenhague un referendo mundial para abolir el capitalismo, y que todo lo que se gasta en las guerras se destine a impedir el cambio climático.



¿Por qué aplaude Castro ese tipo de sandeces? Porque entiende que hay que alentar la provocación, y además sabe que hay muchísima gente que consume demagogia barata.



En fin de cuentas, para lo importante ahí está él, el gran asesor de la “revolución bolivariana” a nivel del continente, el Subversivo en Jefe, (mientras pueda).



Queda para Raúl Castro y Ramiro Valdés garantizar el apoyo a las tareas de consolidación interna del chavismo. Mientras tanto le dicen con cariño al sobrino rico: Hugo, aquí estamos para lo que necesites, pero –no te pongas bravo- tú en tu socialismo y nosotros en el nuestro.



Y sucede que esperan que tal alianza dure bastante tiempo. Pero como conocen el material a veces lo dudan.

POCAS ESPERANZAS PARA EL 2010







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Iván García | La Habana

Rubén Soriano, 42 años, desea como nadie la llegada de un frente frío. Se quita el sombrero de guano, levanta la cabeza al cielo y exclama: “Hoy tampoco va llover”.

Eso es malo para su negocio. Rubén trabaja duro un terreno no muy fértil en la periferia de La Habana, donde siembra tomates y vegetales de estación. Las altas temperaturas y la sequía prolongada han visto disminuir sus cosechas. Con una lógica primaria y contundente dice:

-Si recojo poco, gano poco. Y si no obtengo un buen dinero vivo mal y no tendré mucha plata para comprar semillas ni aperos de labranza para el año que viene. Entonces rezo para que el clima me ayude.

Soriano fue uno de los favorecidos cuando en 2008, el gobierno del General Raúl Castro, como usufructo le entregó un terreno baldío para que lo trabajara. Él, su esposa y sus tres hijos estaban llenos de ilusión.

Lo único que ha hecho mucho y bien toda su vida Rubén Soriano es trabajar la tierra. Se queja de los bajos precios que los centros estatales de acopio pagan por sus cosechas. En teoría, debe vender al Estado alrededor de un 70% de lo que siembra.

En la práctica no es así. Se ve obligado a declarar cifras por debajo de la realidad, para poder vender a compradores particulares que pagan el triple por sus productos. “Pero si sigue el calor y la falta de lluvia, tendré que dedicarme a otra cosa”, señala preocupado. Y confiesa que en la tele sólo ve los partes meteorológicos.

El chofer de Frankestein
A Oscar Suárez, de 56 años, le importa un comino si llueve, hace frío o calor. Es taxista particular y desde el 2006 tiene licencia para alquilar. Cuando llega diciembre, tiene que declarar al fisco sus ganancias y pagar en el banco una suma que oscila entre los 2 mil y 3 mil 500 pesos.

-Siempre sucede igual. Cuando llega el último mes del año, tengo que trabajar como un mulo para obtener ese dinero. Para mí lo importante no es el tiempo, si no que haya personas dispuestas a trasladarse de un lugar a otro y que tengan diez pesos para pagar.

Suárez es un taxista con un elevado nivel cultural. No tiene nada que envidiarle a sus homólogos de Buenos Aires, donde según ha leído, lo mismo te hablan de ópera, que de la bolsa, el Boca Junior o la situación en Irak. “Yo soy parecido”, alardea.

En lo que sí no se parece a ningún taxista argentino ni del resto del planeta, es que maneja un antiguo Chevrolet, un verdadero Frankestein. Y riéndose dice:

-Es una vieja con colorete. Lo he pintado siete veces y lo he chapisteado otras tantas. Es un engendro mecánico, tiene motor de Volga (coche ruso) y piezas de tantos países que parece un producto de las Naciones Unidas.

Pero camina y le da plata, que es lo que a él le importa.Tampoco le preocupa demasiado si contamina mucho o poco el medio ambiente.

-Este viejo Chevy es parte de la familia. Mi abuelo, mi padre y ahora yo y mis hijos, lo hemos conducido. Estoy más agradecido a él que a un perro guardián. Suelo decir que en mi casa, antes de cenar, en vez de rezar al Señor oramos por la General Motors.

Desilusionados
Para el 2010, Oscar Suárez desea paz y tranquilidad en todo el mundo y que la situación económica de Cuba mejore.

-Lo deseo desde 1989, pero ya estoy cansado de ilusionarme. Aunque no estaría mal si los de arriba -y hace un gesto con la mano indicando las barbas de Fidel Castro- cambiaran de brújula y se orientaran por la economía de mercado, quién sabe a lo mejor para el año que viene...

Diego Ramírez, 34 años, ingeniero no espera grandes cosas de 2010. Todo lo contrario.

-Lo más probable es que tengamos que abrir un nuevo hueco al cinturón. En mi empresa se rumora que recortarán las retribuciones en divisas. Ya nos quitaron el almuerzo y nos dan 15 pesos diarios para comer. El paisaje se ve gris con pespuntes negros.

Diego es un escéptico de libro de texto. “Los únicos que ven que el país marcha son las personas que nos dirigen”. Y muestra un ejemplar del diario Granma, con un Hugo Chávez sonriente, y un titular en letras negras con la buena nueva: 13 mil millones dólares en inversiones entre Cuba y Venezuela.

Tipos como Diego Ramírez hace mucho rato que dejaron de creer en el exagerado triunfalismo de los medios oficiales. Cada día, él espera otro tipo de noticia.

-Muertes, defenestraciones, cambios políticos y económicos...

Y sueña con enterarse leyendo periódicos como El Mundo o viendo el Canal 23 de Miami. "La prensa de cubana nada informaría hasta que todo esté bajo control. Así que es posible que para el año que viene, algo bueno de verdad suceda".

Según Diego, muchos cubanos desean lo mismo.

RAUL CASTRO MUERDE LA MANO QUE LE DA LAS LIMOSNAS!!!!!!!






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Cuba regatea las promesas de Moratinos y agita el palo y la zanahoria de su ‘corralito’ con las empresas españolas



Cubamatinal/ La Habana no liberará los 600 millones de dólares bloqueados, son casi un “impuesto de crisis”, sólo algunas cuentas si prorrogan sus negocios y amplían la fecha de pago por sus servicios al Estado. Por primera vez Cuba busca inversiones ibéricas para infraestructuras públicas, descuenta cambios con EE UU en 2010 e intenta hacer de las empresas españolas los 'caballeros blancos' para los dólares.

Madrid, 30 de diciembre/ ICNR/ Ana Zarzuela.- Le prometió a Moratinos despejar los fondos bloqueados, acelerar el calendario para que los empresarios españoles que esperan desde enero puedan tocar por fin los 600 millones de dólares congelados en los bancos cubanos. A cambio del estirón de la FAD, el Gobierno cubano dejaría sobre la bitácora bilateral garantías para los que aún son los primeros inversores en el Isla. Pero la Habana le marca ahora las líneas rojas de los olvidos al ministro de Exteriores en las espaldas de los inversores españoles. No harán excepciones a la “difícil situación económica de la Isla” ni por los segundos inversores del país ni por nadie, a pesar de que aseguró que las empresas españolas serían las últimas afectadas si los rumores se materializan y el Gobierno tiene que cerrar las cuentas pendientes con descuentos o una demora del plan de pago a varios años.


Ni el nuevo informe de la patronal española con presencia en Cuba -que ya tiene Raúl Castro en su mesa desde el 15 de diciembre-, ni el adiós a la temporada de huracanes sin haber tenido que acudir al fondo de emergencia (al que se podría recurrir ahora) ni menos aún la rebelión de las sociedades multinacionales a las puertas del ministro de Exteriores desbloquean el que para los inversores españoles es ya el peor contencioso comercial con Cuba en una década.


Los Castro necesitan aliados, no sólo para sus planes de infraestructuras públicas. El mensaje se ha hecho llegar a los bancos (Cuba estudia abrir la puerta de su sistema financiero y las remesas a las entidades con un pie en EEUU), a las empresas turísticas y a las comerciales: el que se mueva no sale en una foto que pasa por hacer de puente a EE UU. La apertura llegará -quieren creerlo en La Habana- antes de lo previsto y cuentan con las españolas, que ya acogen en su accionariado el mayor porcentaje de capital norteamericano. Pero este año se ha cerrado sin que por primera vez, ni siquiera se haya reunido el Comité Empresarial Hispano Cubano en la Habana.


La diplomacia caribeña reconoce a media voz que entre las filas oficiales dentro de la isla, los fondos bloqueados se consideran semejantes a un “impuesto de crisis” para las empresas foráneas, “después de años de beneficios”. Pero para Moratinos y De la Vega es sólo un “problema menor”, nada de represalias. Responden a los empresarios con los mismos argumentos de Raúl Castro: es sólo cuestión de tiempo y se niegan a intervenir como Berlín, facilitando créditos-puente temporales o vinculando la condonación de deuda a la liberación de las divisas pendientes.


En el Palacio de Santa Cruz tratan de que al menos parte de la pelota pase al Ministerio de Industria, ahora que la reforma de los créditos FAD los ha escindido de los FEIM para la internacionalización. Y deja a las empresas en el cuerpo a cuerpo, de una en una, frente a una negociación con las autoridades cubanas que por ahora, se salda en el ‘vuelva usted mañana’. El desfile de las grandes multinacionales en la Comisión del Senado sobre las inversiones españolas en Latinoamérica (que debía haber presentado ya sus conclusiones en diciembre) al menos le ha sacado los colores de la sintonía diplomática al Palacio de Santa Cruz.


A las puertas de la presidencia de turno de la UE, las asociaciones de empresarios en la Isla de los Castro aspiran al menos a que ‘el corralito’ cubano esté encima de las negociaciones con Bruselas, como defienden París, Berlín y los miembros centroeuropeos, que aceleran las presiones diplomáticas y han otorgado una moratoria de la deuda con sus gobiernos, pero condicionada al pago de las obligaciones pendientes con sus empresas.

La Habana quiere acceso a la UE, pero no menos que a Barack Obama y las inversiones estadounidenses: ahora que Washington estudia flexibilizar el embargo y ha comenzado a dar luz verde a algunas inversiones en la Isla, Cuba promete a las empresas españolas hacer de ellas ‘introductores de embajadores’ de los dólares que no puedan llegar abiertamente a la Isla, o al menos aliados privilegiados si el desembarco de las inversiones comienza.


La administración cubana descuenta que habrá cambios comerciales con EE UU en 2010 y busca bajo la mesa hacer de las empresas mixtas y sobre todo las mayores de las 300 españolas los caballeros blancos para los dólares americanos: apunta a Repsol YPF, Sol Meliá, Telefónica u OHL antes que a Accord, Nestlé o Pinard.


Pero aún sólo se piensa la puerta abierta a remesadoras desde los bancos españoles en EE UU. Hasta ahora, los dólares y las sociedades americanas ya pueden tener participación con menos del 50% en sus operaciones en la Isla, pero la diplomacia caribeña da por seguro que las costuras de las restricciones estadounidenses se flexibilizarán. Intentarán a partir de febrero estirar las costuras de un nuevo paisaje comercial, más allá de la decisión norteamericana de impulsar el comercio agrícola con la isla y de la concesión recién obtenida de manos de Obama que permite al gobierno cubano demorar los pagos de las importaciones desde el vecino del Norte (que se han rebajado ya un 27% en el último año) al menos hasta que lleguen a la Isla. El objetivo de la Habana es que se permitan además créditos y el pago a través de instituciones financieras cubanas.

INVERSIONES Y PUENTE A NUEVOS DÓLARES

La administración de Raúl Castro hace de sus necesidades virtud y de sus zozobras, un arma de negociación. Al menos, lo intenta. Con el nuevo boom de la construcción y las infraestructuras que intenta potenciar en la mano mira a los más de 600 millones de dólares de pagos comerciales a empresas españolas retenidos desde hace meses en la Habana por el Banco Financiero Internacional pendientes de cobro y repatriación y a los millones de divisas retenidos por el ‘brazo’ bancario del gobierno cubano.

Por ahora, no volverán a latitudes españolas, aunque sus matrices trataban de anotar su contribución a los dividendos de fin de año. Ni siquiera aunque el gobierno de los Castro sabe -la patronal se lo acaba de recordar- que sin sus dólares comienzan a tener problemas de importación y suministros y decenas de medianas empresas tienen ya en peligro su operatividad en la Isla. La administración cubana sólo entona el mantra de la calma.

Pero después de la respuesta a Moratinos, ha vuelto a la casilla de salida, negocia de nuevo con todas las cartas sobre la mesa: exige a Exteriores un nuevo informe de deudas y de damnificados por el ‘corraliro’ para comenzar a evaluarlo. Un paso que las empresas se niegan a repetir, pero que Miguel Ángel Moratinos ha accedido a ejecutar a cambio de ‘buena cara’ de La Habana si España capitanea este semestre algún intento por cambiar la posición común de los Veintisiete hacia la Isla. Aunque sea a costa de reconocer que los números no le salían: Exteriores reclamaba 250 millones pendientes cuando sólo las empresas gallegas tienen ese volumen de fondos bloqueados en la banca pública cubana.

Lo único que se comparte, de lado y lado, es el objetivo de “seguir en la Isla hasta el día después”. La consigna extraoficial de la diplomacia cubana es no dejar que se retire ni un español, pero mano dura para los que levanten la voz. Se lo han demostrado ya (tras su discurso en la reciente Feria de La Habana) a Víctor Moro, el presidente de la asociación patronal española en la Isla y principal proveedor del mercado hotelero de todo el Caribe, con la amenaza -adelantada por Alanacubana- de que tendrá que sacar su inventario, cerrar sus oficinas y dejar la Isla con el adiós a su sociedad Vima si no bajan las lanzas de sus negociaciones.

Hasta ahora, el pacto que se admite es el de la luz verde al goteo de las divisas a cambio de prolongar las fechas de pago del Estado. Las empresas españolas cruzan los dedos: la venta de sus productos al Estado cubano pasó de 232 millones de euros en 1994 a los más de 660 millones en el último año y Cuba es el tercer cliente de España en América Latina, sólo por detrás de México y Brasil. Tendrán que seguir mirando al Cesce para compensar los pagos en el plazo acordado.

España es uno de los países con mayor presencia económica en la Isla -sólo igualada por China o Venezuela- y no quiere perder su buena posición de salida. Menos aún ahora que, año a año, disminuye el número de empresas mixtas en la Isla caribeña. Es la Cámara de Comercio la primera que defiende que las españolas tienen ventajas y posicionamiento “difícilmente sustituibles” después de más de una década de cuerpo a cuerpo con las autoridades cubanas, sobre todo en turismo, el suministro eléctrico y la pequeña maquinaria.

MÁS CRÉDITOS Y CAMBIO DE ALIADOS

Pero ahora que llega la hora de la verdad y se plantean la competencia, las inversiones, o simplemente la inercia, las empresas españolas, las mismas a las que hace dos meses el ministro de la Nuez les pedía más inversión en el Comité Bilateral de Cooperación, las mismas que siguen sosteniendo el baluarte de los primeros inversores en tierras cubanas, han advertido ya a los Castro lo mismo que el Comité Empresarial Hispano-Cubano: Cuba necesita más inversión extranjera, pero no será a cualquier precio. Que el año cierre con 258 negocios con capital extranjero, -en su mayoría asociaciones económicas internacionales- 56 menos que en 2008 y 120 en cartera, no es nada que sorprenda a los inversores españoles, que aún le ponen apellidos a la mayoría de ellas en el turismo, la energía o la minería. Efectos del embargo, dice el discurso oficial. Otra cosa es que lo haga, por primera vez en la historia, con más asociaciones productivas con Venezuela y China y Angola que con España y con Caracas y Pekín ya como sus principales socios comerciales.

Sólo en el último trimestre, Castro ha ‘engendrado’ ocho empresas mixtas con Hugo Chávez, que hace ondear a los ojos de las españolas. Lo de las inversiones es otro asunto. Hasta los constructores que se reunieron con la ministra reconocieron, tras sus ‘ofertas’, la mano de sus urgencias, ahora que Brasil, en el mejor de los casos, sólo quiere financiar el 50% de sus proyectos.

La Habana traspasa las líneas rojas con las inversiones españolas: por primera vez: con la bandera de que "Revolución es construir", una delegación del gobierno cubano ha paseado sus argumentos y sus planes de infraestructuras públicas, parques temáticos, campos de golf o viviendas sociales por la península para atraer, a domicilio, a las constructoras españolas a la Isla. Pero le han dado la espada de los recelos a la primera misión oficial en busca del know how y los euros ibéricos.

Ni la falta de contratos internacionales en obra civil cubana, ni las zozobras financieras que rodean a los proyectos aún borrosos -en España sólo trataron de ‘vender’ el `puerto de el Mariel y el de Cienfuegos y La Habana. Menos aún las huellas de los escasos precedentes: la presencia de las grandes empresas de ingeniería y construcción españolas ha sido casi testimonial y algunas como OHL -que como adelanta Cinco Días aún no ha conseguido consumar dos proyectos pendientes- más que suficiente.

El Gobierno de Castro -que no puede recurrir ni al FMI, ni al BM ni a otras instituciones internacionales que alimenten su liquidez- ha evitado declarar la insolvencia, cumpliendo los pagos de su deuda con algunos Gobiernos extranjeros, permitiendo que algunas empresas extranjeras transfieran fondos y prometiéndole a todos los demás que la ayuda está en camino. Pero hay miedo, tanto como urgencia de liquidez.

A la vista del descenso del turismo y las remesas, el gobierno de Raúl Castro trata de estrechar el lazo a las divisas. En junio, comenzó a disolver la corporación estatal Cubalse, que desde 1962 tenía una amplia red comercial y prestaba servicios inmobiliarios y de personal a diplomáticos y empresarios extranjeros cobrando en dólares. La Administración cubana se ha lanzado desde agosto a una ofensiva para aumentar la recaudación fiscal, con las empresas en el punto de mira. Las entidades financieras locales ya han dejado de aceptar “depósitos o extracciones en efectivo en las cuentas corrientes de personas jurídicas extranjeras radicadas o no en Cuba y de empresas mixtas u otras formas de asociación económica internacional".

Los bancos podrán tomar las represalias que consideren necesarias en caso de que se produzcan operaciones "sospechosas" o ligadas al lavado de dinero. Y El Comité de Aprobación de Divisas (CAD), un órgano creado en 2005 para llevar a cabo la aprobación de las operaciones de gasto que tenía que realizar el Banco Central, sin llegar a ser disuelto, había ido dejando de operar paulatinamente.

La ‘crisis de la liquidez’ ya le costó al Gobierno de Castro la salida de Soberón -el inventor del “ahorro o muerte”- como ministro y no están dispuestos a excepciones, ni siquiera con España, aunque despeje sus caminos a la UE. Menos ahora que está al borde de la insolvencia y que estudia nuevos regulaciones que estrechen aún más con nuevos reglamentos bancarios.

Pero el ‘círculo vicioso’ de las necesidades cubanas ya ha comenzado a estrecharse: en julio, las autoridades permitieron el acceso a las cuentas, a condición de que los empresarios continuasen haciendo negocios en la Isla, además de ampliar la fecha de los pagos de los 360 días hasta los 720 días, pero muchos pagos no han llegado aún, ni siquiera a cambio de los nuevos suministros. Ni palabra sobre el plan de racionamiento energético que el Gobierno cubano impulsa desde junio y que -además de la amenaza de cortar el servicio eléctrico a las empresas que no cumplan las "medidas excepcionales"- afecta ya a las españolas, con la producción cortada desde las 18.00 horas de cada día. Cuba bajó a un 2% su meta de crecimiento de la economía en 2009, cuatro puntos menos de lo previsto, y se enfrenta a la urgencia de ahorrar recursos y energía bajo la amenaza de un retorno de los apagones, tras un sobreconsumo equivalente a 40.000 toneladas de petróleo. Importa el 84% de los alimentos que consume y ya en 2008 tuvo que desembolsar 2.554 millones de dólares por ellos, 1.000 más que el año anterior.

Moratinos seguirá estirando las costuras de los créditos FAD: la cooperación española con Cuba ya pasó de 17 millones de euros a 32 millones en 2008, cerrará 2009 con 34 millones y promete subir de nuevo en 2010 muy por encima del 10% del total de la cooperación que baraja el Palacio de Santa Cruz. Por si las dudas, las últimas ‘reflexiones’ del comandante en Cubadebate se lo dejaron bien clarito a la galería: Cuba no es Argentina y la fiebre de Cristina Fernández por darse un baño de crédito internacional y volver al redil del FMI no es contagiosa en el Caribe.

La culpa, a los ojos de Raúl Castro, ahora que los vientos de los últimos huracanes -a los que les achacan 1.000 millones de dólares en pérdidas- ya están lejos, la tiene el embargo estadounidense. Ya se sabe. Cuba encabeza la lista roja del Club de París el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Reconstrucción y Desarrollo y cuanta entidad internacional se le ha puesto a tiro. No es para menos, con 15.000 millones de dólares pendientes, de ellos la mitad inmovilizados, sin reestructurar desde 1986.


En Moncloa han tomado nota: los más de 1.600 millones de euros de la deuda cubana -el 51% del total de la española- seguirán en el limbo, ya Zapatero en 2007 encargó un estudio para ir condonándola y sólo espera el momento adecuado para poner en marcha su ejecución, como hizo con Bolivia en septiembre.

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