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miércoles, 29 de diciembre de 2010
LUIS POSADA CARRILES: ¡PARECE MENTIRA!
Por Luis Conte Aguero
¡Luis Posada Carriles está siendo juzgado por los Estados Unidos de América! ¡Luis Posada Carriles está siendo juzgado por los Estados Unidos de América!
Nuevamente y por más que se repita, esta verdad parece mentira.
Parece mentira tal persecución de la Justicia de los Estados Unidos de América, asistida con la presencia acusadora en El Paso, Texas, de agentes cubanos de los Castro invitados por el Sistema Judicial de los Estados Unidos.
Tan evidente absurdo no requiere un adjetivo más. A favor de Luis Posada Carriles basta aducir sus servicios a los Estados Unidos y a la Democracia en diversas geografías de América y el Mundo. Combatiente sin vacilaciones, no hubo orden justa que no acatara y deber que no cumpliera. Soldado de la libertad en todas las situaciones y circunstancia sin pedir ventaja personal alguna, salvo la de ocupar la primera trinchera del peligro. En esta entrega total a la misión anticomunista no ganó condecoraciones sino persecuciones. Sus medallas son los balazos en su cuerpo y su valor para enfrentar la agresión.
Una vez más lo juzgan quienes no saben ser amigos de los amigos ni enemigos de los enemigos. La vista está señalada para comenzar el 10 de enero de 2011. Sí, parece mentira, Luis Posada Carriles es el juzgado, no los Castro. Sobrarán fiscales y gastos enormes cubiertos oficialmente; o sea, por el pueblo norteamericano. En cambio, por defender a éste y otros pueblos, Luis Posada Carriles tiene que recurrir a sus pinturas y a la generosidad de patriotas y gente buena que financien una defensa de abogados amigos.
La justicia dependerá de una honorable jueza y los jurados que se resuelvan a servir el bien y la verdad. A ellos apelamos.
Tomado de NUEVO ACCIÓN
EL RÉGIMEN CUBANO PRESIONA A LOS PRESOS POLÍTICOS NO LIBERADOS Y SUS FAMILIAS, PARA QUE VIAJEN AL DESTIERRO!!!!!!!!
Si el régimen cubano no lo remedia antes, Berta Soler, una de las Damas de Blanco más activas, no volverá a ver a su esposo, el prisionero de conciencia Ángel Moya Acosta, hasta principios de febrero. Como preso en «régimen severo», sólo tiene derecho a ver a su esposa cada 45 días y la última vez que se encontraron fue el pasado 16 de diciembre.
Es la octava Navidad que los once opositores que quedan de la Primavera Negra de 2003 pasan lejos de casa, en cárceles de máxima seguridad y bajo condiciones infrahumanas. El actual presidente cubano, Raúl Castro, se comprometió el pasado 7 de julio a liberar «en tres o cuatro meses» a los 52 presos de opinión del «Grupo de los 75» con la condición del destierro en España, en un diálogo inédito que mantiene con la Iglesia católica. Cuarenta aceptaron marcharse de su país y sólo uno, Arnaldo Ramos Lauzurique, fue autorizado a permanecer en Cuba bajo «licencia extra penal por razones humanitarias».
Casi cinco meses después, los once disidentes que se niegan a abandonar su país siguen encarcelados. El arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, reitera que el compromiso del menor de los Castro sigue en pie. En una reciente visita a Madrid, el cardenal incluso apuntó que estarían libres por Navidad. Pero el régimen comunista guarda silencio. Al menos hasta el cierre de esta edición. Sólo en la víspera de Nochebuena anunció la excarcelación de Miguel A. Vidal y Héctor Larroque, que no son de la causa de los 75 y están acusados de delitos como piratería o tenencia de armas.
Ángel Moya, Héctor Maseda y José Daniel Ferrer no sólo rechazan el destierro, sino que se niegan a ser excarcelados bajo licencia extra penal. Saben que de ese modo en cualquier momento pueden volver a su celda. Ferrer, según denuncia el Movimiento Cristiano Liberación, al que pertenece, está siendo «acosado y provocado» en la prisión de Aguadores.
Berta Soler afirma que solo el hecho de no liberarlos es un modo de presionar a los once opositores y sus familias para que acepten el destierro, pero insiste en que no se doblegarán. Elizardo Sánchez, portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn) añade que el silencio de la dictadura es «un castigo a los presos por no acceder a marcharse y una forma de mantenerlos como rehenes mientras España sigue acogiendo a prisioneros que otros países no habrían aceptado». En este compás de espera Agustín Cervantes, otro preso político, sigue en huelga de hambre desde el día 15 para reclamar un trato digno en la cárcel de Mar Verde. Desde distintos sectores se urge a evitar otro Orlando Zapata.
Carta a Laura I. Pollán Toledo
De Héctor Maseda Gutiérrez, prisionero de conciencia
Ciudad Habana, 13-12-2010
´1580´, prisión de medio rigor
Para Laura
c-2029
Mi bella Afrodita:
El 18 de noviembre las Damas de Blanco hicieron el Té Literario No. 90 y contó con la asistencia de 48 mujeres. Las DB nacieron y con ellas los Té y demás actividades en defensa del cumplimiento de los Derechos Humanos en Cuba y exigir nuestra liberación inmediata e incondicional.
Se me había pasado decirte que al día siguiente de las Damas de Blanco haberse hecho sentir durante varias horas en esta penitenciaría, el día 10, vino “de visita”, el general del MININT de Cárceles y prisiones en Cuba, para recoger informaciones de primera mano alrededor del incidente que escenificaron Uds. Parece que le están pidiendo sus superiores informes precisos de lo ocurrido.
Esto sucedió en horas de la mañana. Por la tarde y sorpresivamente llegó al penal un camión refrigerado lleno de tinas de helado, a tal punto, que llenaron las cámaras frías de la prisión y aún quedaban contenedores llenos de helado. A mí me tocó el sabor de mantecado. Me hubiera gustado más el de chocolate. A cada uno de nosotros le sirvieron en la comida 2 ó 3 normas personales.
La explicación dada por los militares acerca del arribo de ese helado que por primera vez reparten en los seis (6) meses que llevo aquí, es que constituía un regalo del general al parecer a la guarnición y no a los penados, pero como la cantidad se fue por encima de la capacidad de refrigeración que tiene el establecimiento se la repartieron a los reos. ¡Qué casualidad!
Personalmente no creo fuese esa la razón por la cual tuvimos acceso -de manera extraordinaria- a tan especial y sabroso refrigerio. Si así fuera lo hubieran repartido en otras unidades militares de los alrededores (policiales y del MINFAR), escuelas y círculos infantiles que, aunque el helado llegó a la “1580” el sábado, los centros castrenses siempre tienen personal y las escuelas y círculos infantiles poseen un profesor al menos de guardia con las llaves del establecimiento educacional. Para mí todo es una bien elaborada mentira.
Una burda explicación para no mostrar la inquietud que sintieron por posibles actos de protesta.
La llegada del helado a la “1580” se debió a que el día anterior tuvimos la llegada sorpresiva a sus alrededores de las Damas de Blanco, no deseada por los militares y muy bien recibida por los reclusos. Fue una maniobra oficial de compensación por lo ocurrido.
A mí me dieron la noticia de vuestra presencia entre la mañana y tarde del 10 de diciembre, varias decenas de convictos, unos temerosos y otros, la mayoría, muy contentos. Todos escucharon los gritos de las Damas de Blanco pidiendo la libertad de los presos y vivas al respeto en Cuba de los Derechos Humanos. Lo cierto es que vuestra presencia creó un caos y temor entre los militares. Por eso mandaron a que pusieran la música a todo volumen ese día, para que los presos no escucharan vuestras demandas.
Recuerda. No acepto la deportación anexa al destierro, ni tampoco cambios de medidas cautelares (licencia extrapenal) que en modo alguno corresponden a la libertad a que se comprometieron los Castro en julio/2010.
Solamente aceptaré la libertad incondicional o el indulto. Después decidiré si abandono el país por mis propios medios, cuando lo desee y para donde lo estime. Mientras tanto… todo seguirá como hasta ahora.
Te amo. ¡Cuídate mucho! Sé que recibiste un golpe el día 9 de dic. Provocado por las “turbas”.
Tuyo,
Héctor
Tomado de PayoLibre
(publicado por Cuba Libre Digital)
Es la octava Navidad que los once opositores que quedan de la Primavera Negra de 2003 pasan lejos de casa, en cárceles de máxima seguridad y bajo condiciones infrahumanas. El actual presidente cubano, Raúl Castro, se comprometió el pasado 7 de julio a liberar «en tres o cuatro meses» a los 52 presos de opinión del «Grupo de los 75» con la condición del destierro en España, en un diálogo inédito que mantiene con la Iglesia católica. Cuarenta aceptaron marcharse de su país y sólo uno, Arnaldo Ramos Lauzurique, fue autorizado a permanecer en Cuba bajo «licencia extra penal por razones humanitarias».
Casi cinco meses después, los once disidentes que se niegan a abandonar su país siguen encarcelados. El arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, reitera que el compromiso del menor de los Castro sigue en pie. En una reciente visita a Madrid, el cardenal incluso apuntó que estarían libres por Navidad. Pero el régimen comunista guarda silencio. Al menos hasta el cierre de esta edición. Sólo en la víspera de Nochebuena anunció la excarcelación de Miguel A. Vidal y Héctor Larroque, que no son de la causa de los 75 y están acusados de delitos como piratería o tenencia de armas.
Ángel Moya, Héctor Maseda y José Daniel Ferrer no sólo rechazan el destierro, sino que se niegan a ser excarcelados bajo licencia extra penal. Saben que de ese modo en cualquier momento pueden volver a su celda. Ferrer, según denuncia el Movimiento Cristiano Liberación, al que pertenece, está siendo «acosado y provocado» en la prisión de Aguadores.
Berta Soler afirma que solo el hecho de no liberarlos es un modo de presionar a los once opositores y sus familias para que acepten el destierro, pero insiste en que no se doblegarán. Elizardo Sánchez, portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn) añade que el silencio de la dictadura es «un castigo a los presos por no acceder a marcharse y una forma de mantenerlos como rehenes mientras España sigue acogiendo a prisioneros que otros países no habrían aceptado». En este compás de espera Agustín Cervantes, otro preso político, sigue en huelga de hambre desde el día 15 para reclamar un trato digno en la cárcel de Mar Verde. Desde distintos sectores se urge a evitar otro Orlando Zapata.
Carta a Laura I. Pollán Toledo
De Héctor Maseda Gutiérrez, prisionero de conciencia
Ciudad Habana, 13-12-2010
´1580´, prisión de medio rigor
Para Laura
c-2029
Mi bella Afrodita:
El 18 de noviembre las Damas de Blanco hicieron el Té Literario No. 90 y contó con la asistencia de 48 mujeres. Las DB nacieron y con ellas los Té y demás actividades en defensa del cumplimiento de los Derechos Humanos en Cuba y exigir nuestra liberación inmediata e incondicional.
Se me había pasado decirte que al día siguiente de las Damas de Blanco haberse hecho sentir durante varias horas en esta penitenciaría, el día 10, vino “de visita”, el general del MININT de Cárceles y prisiones en Cuba, para recoger informaciones de primera mano alrededor del incidente que escenificaron Uds. Parece que le están pidiendo sus superiores informes precisos de lo ocurrido.
Esto sucedió en horas de la mañana. Por la tarde y sorpresivamente llegó al penal un camión refrigerado lleno de tinas de helado, a tal punto, que llenaron las cámaras frías de la prisión y aún quedaban contenedores llenos de helado. A mí me tocó el sabor de mantecado. Me hubiera gustado más el de chocolate. A cada uno de nosotros le sirvieron en la comida 2 ó 3 normas personales.
La explicación dada por los militares acerca del arribo de ese helado que por primera vez reparten en los seis (6) meses que llevo aquí, es que constituía un regalo del general al parecer a la guarnición y no a los penados, pero como la cantidad se fue por encima de la capacidad de refrigeración que tiene el establecimiento se la repartieron a los reos. ¡Qué casualidad!
Personalmente no creo fuese esa la razón por la cual tuvimos acceso -de manera extraordinaria- a tan especial y sabroso refrigerio. Si así fuera lo hubieran repartido en otras unidades militares de los alrededores (policiales y del MINFAR), escuelas y círculos infantiles que, aunque el helado llegó a la “1580” el sábado, los centros castrenses siempre tienen personal y las escuelas y círculos infantiles poseen un profesor al menos de guardia con las llaves del establecimiento educacional. Para mí todo es una bien elaborada mentira.
Una burda explicación para no mostrar la inquietud que sintieron por posibles actos de protesta.
La llegada del helado a la “1580” se debió a que el día anterior tuvimos la llegada sorpresiva a sus alrededores de las Damas de Blanco, no deseada por los militares y muy bien recibida por los reclusos. Fue una maniobra oficial de compensación por lo ocurrido.
A mí me dieron la noticia de vuestra presencia entre la mañana y tarde del 10 de diciembre, varias decenas de convictos, unos temerosos y otros, la mayoría, muy contentos. Todos escucharon los gritos de las Damas de Blanco pidiendo la libertad de los presos y vivas al respeto en Cuba de los Derechos Humanos. Lo cierto es que vuestra presencia creó un caos y temor entre los militares. Por eso mandaron a que pusieran la música a todo volumen ese día, para que los presos no escucharan vuestras demandas.
Recuerda. No acepto la deportación anexa al destierro, ni tampoco cambios de medidas cautelares (licencia extrapenal) que en modo alguno corresponden a la libertad a que se comprometieron los Castro en julio/2010.
Solamente aceptaré la libertad incondicional o el indulto. Después decidiré si abandono el país por mis propios medios, cuando lo desee y para donde lo estime. Mientras tanto… todo seguirá como hasta ahora.
Te amo. ¡Cuídate mucho! Sé que recibiste un golpe el día 9 de dic. Provocado por las “turbas”.
Tuyo,
Héctor
Tomado de PayoLibre
(publicado por Cuba Libre Digital)
sábado, 25 de diciembre de 2010
Una Familia cubana, Una Tragedia y el Cinismo de la dictadura cubana
Hace apenas unas horas, un acontecimiento estremecedor tuvo lugar en mi Bayamo semi invernal: aproximadamente a las siete de la noche de este miércoles 22 de diciembre, el joven de 34 años Alexander Otero Rodríguez apareció en una céntrica esquina de la ciudad, acompañado de su esposa de 18 años, Aliuska Noguer Tornés, y su bebé de 48 días de nacido.
Junto a él, un familiar y un amigo.
En cuestión de minutos levantaron una choza de fibrocemento, sujeta por frágiles tablas, en un solar yermo ocupado antaño por una tienda de víveres. Extendieron en el suelo -rodeado de hierbas- el desvencijado colchón que traían a cuestas, y se alistaron para el vendaval.
Alexander Otero acababa de dar el paso más arriesgado de su vida, el más desesperado: reclamar públicamente su derecho a una vivienda digna para él y para su humildísima familia.
(Ángulo lateral)
No tardaron en aparecer los funcionarios públicos, políticos, y del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) cuestionando aquella covacha negruzca en la que de repente se instalaban dos personas con un recién nacido. La respuesta de ambos jóvenes era la misma: “De aquí no nos movemos hasta que alguien le ponga fin a lo que estamos viviendo. Llevamos meses vagando de un lugar para otro, no tenemos casa, y desde que nació nuestro hijo estamos durmiendo a la intemperie”.
(Ángulo Frontal, ya con vecinos alrededor)
No tardaron en aparecer, tampoco, los curiosos, y los vecinos solidarios que de repente se quedaban sin habla al advertir lo que aquellas personas estaban protagonizando; ni tardó en aparecer el informante o miembro de los servicios de inteligencia que, infeliz, pretendió evitar que yo filmara el suceso y tomara imágenes del mismo.
Repito: infeliz hombre, que jamás imaginó –como jamás imaginé yo tampoco- que una multitud de decenas de bayameses se virarían en su contra, casi expulsándole, y mostrándole un enorme desprecio por su repentina “salida del closet” como ciudadano represor.
Según palabras de Otero Rodríguez, esta acción era el punto culminante de una espera inhumana que había comenzado hacía 11 años, cuando solicitó por primera vez un pequeño espacio para construirse un hogar. Desde entonces, el Departamento de la Vivienda le conmina a que siga esperando mientras, afirma, se destinan terrenos inmensos para las casas de funcionarios gubernamentales y militares de la región.
(Alexander Otero y su Familia. En su mano, la Constitución de la República de Cuba)
“Desde hace meses que Aliuska y yo hemos vivido como nómadas, alquilándonos una noche en un cuartucho y otra durmiendo en una Terminal de Ómnibus. Cuando nació nuestro hijo, solicitamos atención por parte de las autoridades, por nuestra situación (sin hogar y con un bebé), y lo único que hicieron fue vendernos estas planchas de fibro y siete bolsas de cemento, sin darnos autorización para construir en ningún lugar”.
Luego de salir del Hospital Materno, los tres habían seguido durmiendo a la intemperie.
“En parques, en terminales, en portales de casas. Hemos tocado a las puertas del Órgano de Vivienda, hemos ido a la sede del Partido, y todos, absolutamente todos, se han desinteresado de nuestro caso. Nos repetían que la ayuda –vendernos el fibro y las bolsas de cemento- había terminado ahí. Por eso ahora de aquí no nos mueven con vida”.
(Aliuska Noguer, y su pequeño recién nacido)
A las 9 de la noche, con una multitud considerable apoyándoles firmemente, ambos padres desafiaron a burócratas del Órgano de Vivienda, al Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, y al puñado de funcionarios que se atrevieron a cruzar el cerco de vecinos con estos fines.
Las palabras de Alexander Otero fueron siempre las mismas: “Hasta que no pongan en mis manos un terreno donde poderle construir una casa a mi familia, de aquí no me sacan vivo, y los responsabilizo con la vida de mi hijo si intentan sacarme a la fuerza y el techo se nos viene abajo”.
(Otra vista frontal)
Quiero hacer patente lo más emocionante, lo que a las cuatro de la madrugada me tiene escribiendo como un poseso, todavía excitado por lo que pude presenciar: el irreductible apoyo de treinta, cincuenta personas vecinas del lugar, que no sólo les dieron sábanas, comida y bebida, sino que en un acto de valentía pública -jamás visto por mí en mi entorno- no vacilaron en denunciar a sus dirigentes corruptos, no vacilaron en respaldar con sus propios puños la decisión de aquel joven, y no se sintieron amordazados ni siquiera cuando el agazapado represor pretendió bloquear mi cámara fotográfica.
Creo que es hora de que yo mismo empiece a reconsiderar lo que hace apenas dos días publiqué en este mismo blog sobre el miedo ancestral de los cubanos.
“Basta de mentiras, de dirigentes ladrones. Basta de que la única vía de escapatoria en este país sea la emigración. Yo soy cubano y no me quiero ir de mi país”, fueron otras de las palabras de Otero Rodríguez. “No soy yo quien debe irse de este país: los que tienen que irse son los que provocan cosas como esta, injusticias como esta”.
(Interior del improvisado refugio)
Una de las opciones que los jóvenes padres debieron rechazar fue la de una ambulancia, enviada por las autoridades, para trasladar a la madre y al pequeño hasta un hospital.
“Mi hijo ahora no está enfermo. La enfermedad de mi hijo es que no tiene casa. El más enfermo soy yo mismo, que tengo una úlcera estomacal grandísima, y no pienso moverme de aquí.
También el Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, Arturo Pérez Sánchez, se personó en el lugar, manifestando que “actos como este eran muy dañinos, eran los que tumbaban a la Revolución” y luego de pedirle a la población que se retirara para conversar a solas con Alexander Otero –petición desaprobada por las masas, e incumplida – se comprometió con éste a evaluar su caso en las primeras horas de la mañana.
“De todas formas, repitió Otero, sin un documento firmado no salgo de aquí. Demasiado bien conocemos las promesas falsas. Apenas yo salga me tumban esto, y a dormir en la calle otra vez”.
A partir de la mañana de este jueves 24 de diciembre, estoy seguro, la vida de este padre de familia, asfixiado por la ineficiencia, la indolencia, y la miseria a la que le han condenado, cambiará drásticamente en un sentido o en otro: recibirá, quizás, un lamentable sitio donde levantar “legalmente” esta misma covacha; o será expulsado de alguna forma de su trinchera, y recibirá penalización por su acto de rebeldía.
Creo que seguir de cerca este suceso, en lo adelante, será mi mejor manera de apretarle la mano a este bayamés valeroso, junto con tantos vecinos solidarios, y decirle que no está solo. Desde luego que no.
(del Blog El Pequeño Hermano y Cuba Democracia y Vida)
Y ahora el cinismo sin fronteras de la dictadura cubana:
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