La pareja presidencial
La siniestra mujer de Daniel Ortega: "diabla" y verduga de su hija violada por su marido, el presidente de Nicaragua
Borrell acaba de condenar la brutal dictadura del matrimonio en Nicaragua. En 1998, una de las hijas de ella acusó a Ortega de violarla pero Murillo se puso de su parte. En un documental compara sus abusos con la situación que vive el país.
Tras los inexpugnables muros que rodean la fortaleza que habitan Daniel Ortega (76) y Rosario Murillo (70), presidente y vicepresidenta de Nicaragua, se esconden maldiciones, brujería, castigos, asesinatos, violaciones, corrupción y, sobre todo, una omnipotencia impune que logró derrocar al dictador Somoza.
El miércoles, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, cargó duramente contra el presidente de Nicaragua. "Ortega no es un señor de izquierdas, no es una dictadura de izquierdas, simplemente es una dictadura. No tiene ninguna clase de ideología y solo le mueve mantenerse en el poder". De momento, la autocracia de los Ortega-Murillo entendidos como una unidad es implacable. El sacerdote Ernesto Cardenal ha dicho en innumerables ocasiones que "los dos padecen demencia, no están en su sano juicio".
En sus discursos propagandísticos, Rosario habla de "patria libre, patria linda, patria bendita" y "¡Nicaragua cristiana, socialista y solidaria" mientras que si a su esposo no le gusta lo que o quien ve, no tiene remilgos en soltar sus típicos exabruptos: "vendepatrias" o "hijos de perra capitalistas".
Silencian, persuaden y manipulan a 6.6 millones de nicaragüenses de los que un 14,6% tiene un ingreso inferior a 3,2 dólares por persona al día, según el Instituto Nacional de Información y Desarrollo. Aunque Ortega gobierna de facto (ostenta cuatro mandatos, los tres últimos consecutivos), Murillo es la arquitecta de los maquiavélicos planes para seguir controlando el país como su propio cortijo. Juntos han transformado una dictadura sandinista a una orteguista.
Los que la conocen aseguran que Rosario Murillo invoca a fuerzas satánicas; se protege con decenas de anillos, pulseras, brazaletes y collares de plata con turquesas que en algunas piezas llevan inscritas la mano de Fátima; usa la ouija para comunicarse con otros seres, especialmente con su tío abuelo, Augusto César Sandino, considerado un héroe nacional tras luchar contra la ocupación estadounidense; sigue a rajatabla las creencias de Sathya Sai Baba que se consideraba un avatar de Dios; es adicta a la decoración con velas y figuritas de santos a los que considera seres de luz y a partir de 2013 mandó que instalaran 140 estructuras metálicas, de 30.000 dólares cada una y casi 20 metros de altura denominadas 'árboles de luz' que según los expertos estarían relacionados con la cábala judía.
"PARA SALIR DEL MUNDO"
Aunque no vuele sentada sobre una escoba, los más cercanos la llaman la bruja, pero los íntimos tienen permitido llamarla La Chayo. Pero otros la tildan de hechicera, sacerdotisa, diabla... Su aspecto físico aumenta la versión más tétrica de esta historia. Piel muy morena, labios tremendamente rojizos, pómulos muy marcados, larga melena rizada, mirada inquisidora envuelta en sombras moradas y vestidos de colores chillones. Su primogénita, Zoilamérica, a quien tuvo con solo quince años, comentó en televisión que "cuando una persona intenta estar tan alejada de la realidad como lo está ella todos los días, tiene que recurrir a creencias que le hagan salir de este mundo (...) una persona que necesita de amuletos, de otros dioses e invocaciones es también una persona que quiere tener otra forma de poder". Ambas están distanciadas porque en 1998 acusó a su padrastro de abusos físicos, emocionales y de violación que empezaron cuando tenía nueve años. Rosario se posicionó a favor de su marido. La llamaron "hija malagradecida". Zoilamérca ha hablado de sus abusos en el documental Exiliada "El espejismo de un padre protector que a la vez te agrede y abusa es lo mismo que ha vivido la sociedad nicaragüense (...) una vez que se evidenció el despertar del pueblo en 2018, se conoció la capacidad destructiva y lado criminal".
Un hecho deleznable que demuestra el ansia de la actual vicepresidenta por convertirse en el ojo que todo lo ve. El caso cayó en saco roto. Había prescrito. Además, el presidente ha sido acusado de asesino, estafador y represor al usar desde hace décadas a diferentes testaferros para amasar una fortuna que los analistas cifran en más de 2.500 millones de dólares, nada mal para alguien que nació en la severa pobreza, mientras que su actual esposa nació entre algodones, lo que propició que estudiara en elitistas colegios de Suiza y Gran Bretaña.
Como guerrillero del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), en la década de los ochenta, confiscó numerosos bienes para beneficio personal en lo que históricamente se conoce como la Piñata. El complejo presidencial de El Carmen tuvo su origen en la mansión de 900 metros cuadrados que decomisó a un millonario somocista.
También han sido acusados de nepotismo al nombrar asesores presidenciales a la mayoría de sus hijos. La pareja tiene siete en común (Carlos Enrique, Daniel Edmundo, Juan Carlos, Laureano Facundo, Maurice, Camila Antonia y Luciana Catarina), pero la vicepresidenta estuvo casada en tres ocasiones anteriores en las que tuvo otros tres vástagos. Del primero, Jorge Narváez nacieron Zoilamérica y Rafael Antonio; del segundo, Anuar Moisés Hassan tuvo a Anuar Joaquín, fallecido en el terremoto de 1972 y con el tercero, Quincho Ibarra no tuvo ninguno.
A sus descendientes favoritos les han colmado de regalos con los que propagan la influencia. Por ejemplo, a Juan Carlos le dieron 10 millones de dólares para comprar el Canal 8 y otros tantos más para lidiar con la empresa de publicidad Difuso, la única que tiene drones en el país y la que se lleva la mayoría de los contratos; a Luciana y Maurice les dieron otros 10 millones de dólares para administrar el Canal 13 y a Camila, que aspiraba a ser modelo, le crearon la plataforma Nicaragua Diseña para artistas de la moda, el arte y el diseño..
Es una aliada de las fuerzas del inframundo que le ayudan a detectar a los enemigos de una dictadura que se ha ido transformado de sandinista a orteguista.
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