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jueves, 17 de mayo de 2012

LADRON QUE ROBA A OTRO LADRON......!!:Le roban tres vacas al comandante Guillermo García Frías

Guillermo García Frías,socio de Crescencio Perez y uno de los cuatreros mas grandes de Media Luna




LA HABANA, Cuba, 14 de mayo (Yaremis Flores,
www.cubanet.org)




  – Al menos tres vacas fueron robadas la noche del sábado 5 de mayo de una finca ubicada al suroeste de la capital que pertenece al comandante de la revolución Guillermo García Frías. Al amanecer del día siguiente, se observaron tres carros patrulleros y dos vehículos de Medicina Legal en la cooperativa Fernando García Rosales, dirigida por García Frías. La finca, que cuenta con todo tipo de recursos, pertenece a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, enclavada en Murgas, del municipio Boyeros. En sus más de 400 hectáreas hay varios cultivos, entre ellos caña y moringa, pero su tarea fundamental es la ganadería. El suboficial Alexander Borrero, que investiga el robo, dijo: “La gente no escarmienta; se atreven a robarle a un comandante”. Los investigadores tiraron fotos y tomaron videos del lugar y entrevistaron a varios vecinos. Según Borrero, las reses eran ejemplares de pura raza y pesaban entre 350 y 450 kilogramos. Hasta la fecha no han detenido a ningún sospechoso. Varios campesinos han denunciado el robo de sus animales, un delito de alta incidencia en la zona. Sin embargo, la policía no les ha prestado atención. “El pasado lunes 7 de mayo, se llevaron uno de mis caballos. Lo comuniqué en la unidad policial y todavía estoy esperando la investigación” dijo Alfonso Chaviano, más conocido por Chichi, quien añadió que un caballo en la isla puede alcanzar un valor superior a los 1,000 dólares Osiris, una de las vecinas del lugar que pidió que no se publicaran sus apellidos, conversó hace dos meses con Miguel Vale, administrador de la finca. “Me dio un aventón en su jeep Willy particular. Se identificó y alardeó de sus constantes viajes a México y Brasil, con el fin de comprar cabezas de ganado pura raza”. Los cubanos no tienen la posibilidad de controlar la rentabilidad de las inversiones del país y, mucho menos, decidir el destino de las producciones de fincas como esta, que operan con el visto bueno del ex gobernante Fidel Castro.

PROGROMO FASCISTA FRENTE A LAS SEDES DE LAS DAMAS DE BLANCO EL PASADO 12 DE MAYO

El Comandante Krishna, lo que faltaba en La Habana

El Comandante Krishna en La Habana


LA HABANA, Cuba,
 Mayo,

 www.cubanet.org


 -Un seguidor de Karl Marx y del hinduismo levanta campamento en La Habana. El comandante Krishna, una especie de guerrillero urbano a contrapelo de la posmodernidad, canta y dialoga con el público por un mundo mejor. De acuerdo con su filosofía, sólo la austeridad y el amor nos pueden salvar. Pero ni con sus historias mitológicas sobre las enseñanzas de Krishna, reencarnación del dios Visnú, o Dios supremo, convenció a un auditorio cansado de carecer. Entre las melodías de un aire hindú que sacaba de un instrumento llamado Hang (típico de Suiza), mezclado con un fuelle pequeño de nombre impronunciable y un disco de bronce al que frotaba y complementaba la musicalidad, habló de su misión en Cuba. “Vine a traerles un mensaje de lo que se necesita para ser feliz: no codiciar cosas materiales”, expresó frente a un auditorio que se mostró decididamente contrario a su concepción de cómo sentirse realizado en la vida. Nacido en Suiza, pero con una vida itinerante que lo ha llevado a la India y a otras naciones, el autodenominado Annanda Krishna Roosli (Comandante Krishna), dijo vivir en una comunidad sin comodidades que ofrece un refrigerador compartido para 37 personas. Una mujer del público que lo escuchaba con sumo interés, le contestó: “Estoy segura que las 37 personas de su comunidad tienen algo que sacar del único refrigerador que poseen. En el de mi casa, que sólo es para cuatro, no hay nada que sacar”. Quienes pasaban por la calle Obispo, entre Mercaderes y Tacón, se detenían a escuchar esa música inusual en una zona de violines y congas sabatinas, o participaban del diálogo místico-comunista entre el músico y los que se nucleaban a su alrededor. En su país, Suiza, las personas viven como zombis. No se miran. Cada uno pasa en su coche o toma el metro sin mirar al que tiene al lado. No se comunican, existe mucha falta de interés en el prójimo, dijo Krishna en referencia al calor humano que ha recibido en Cuba. Una joven que se había detenido a escuchar, señaló: “En ocasiones eso es mejor. Aquí cuando alguien te observa con interés, es porque te quiere quitar algo para su beneficio. La solidaridad entre cubanos sólo existe en las pancartas. En la vida real, con los extranjeros”. Sonriendo ante las respuestas que recibía, Krishna señaló que los cubanos estaban muy descontentos porque desconocían lo que los esperaba “del lado allá de cualquier frontera: violencia, miedo, corrupción” y un largo etcétera. Un señor le contestó: “Con otra intensidad y en diferente contexto, aquí también se viven esas cosas. La única diferencia es que mientras usted puede escoger si desea compartirlas en uno u otro país, nosotros no. Y quisiéramos tener el derecho a elegir”. El Comandante Krishna, entre canción y canción, se lamentó ante el improvisado auditorio de que casi todas las mujeres con las que ha conversado en Cuba, desean abandonar el país. Nada las hace cambiar de opinión. Ni el panorama desolador que mostraba en sus prédicas, ni las ventajas del amor y la austeridad sobre el consumo, lograron convencer a quienes si decidieron escuchar su música, era sólo para variar su monótona, aunque bulliciosa realidad. Ante las promesas de que refugiándose en los cultos de Krishna podía encontrarse la estabilidad, muchos contestaron que ni en los orishas ni en Dios habían encontrado la paz. Y mucho menos en Karl Marx, cuya doctrina los hundió. El Comandante Krishna, decididamente derrotado en su diálogo con el auditorio, decidió hacer lo único que le permitiría vencer: tocar sus mágicos instrumentos frente a quienes desde hace más de medio siglo practican por fuerza la austeridad.

vicmadomingues55@gmail.com

Cierre de exposición alternativa en el marco de la Bienal.Por Ernesto Santana Zaldívar

Luis Trapaga- Foto de Ernesto Santana

LA HABANA, Cuba, Mayo, www.cubanet.org
 -Entre los espacios alternativos que se habían preparado para enriquecer el panorama de la XI Bienal de La Habana se hallaba el Open Studio Círculo, que el pintor Luis Trápaga, con la colaboración de otros artistas, había abierto en su casa, en la calle 10 No. 316 entre 13 y 15, en El Vedado. Parecía que todo marchaba bien. Pero no. Un día antes de la inauguración, programada para el sábado 12 de mayo a las cuatro de la tarde, intervino la policía política y arruinó el evento. Según el catálogo, iba a ser una exposición colectiva en la que participarían, aparte de Luis Trápaga (graduado de la Academia de San Alejandro, en cuya pintura “la poética abstracta encuentra un acento lírico para hablar de la soledad y la angustia del hombre en medio de la nueva aldea global”), los artistas Meme Ferre, que vive y trabaja entre Puerto Rico y Miami, que cursó estudios en el Pratt Institute de New York y es Master of Fine Arts por la New York University, en cuya propuesta “investiga la belleza y emplea la energía cruda para crear imágenes de una poética abstracta”; Guillermo Portieles, graduado del Instituto Superior de Arte de La Habana, que vive y trabaja entre Tampa y La Habana (“su obra está marcada por una poética neofigurativa que investiga la conflictividad en las relaciones individuo-sociedad, historia y ficción, así como el fenómeno de la emigración y el desarraigo en el marco de la sociedad globalizada”), y Néstor Arenas, también graduado del Instituto Superior de Arte, que vive y trabaja entre Miami y La Habana y que “en su estética postmoderna se apropia de todos los estilos, tanto de la vanguardia como de la posvanguardia, para reinterpretar, desde su historia personal poscomunista, la cultura de masas capitalista”. En lo que debió ser la primera edición del Open Studio Círculo, de acuerdo con el catálogo, confluían obras en las que se articulan tanto elementos de la figuración pictórica (Guillermo Portieles y Néstor Arenas) como del lenguaje abstracto (Meme Ferre y Luis Trápaga). Lo más probable es que ninguno de los agentes de la Seguridad del Estado encargados de desmantelar la exposición tuviera una idea concreta acerca del arte (esa amenazadora veleidad de los civiles) y mucho menos acerca de la pintura abstracta (esa coartada de sediciosos), pero sí estaban muy claros en cómo proceder, en cómo manejar la amplia gama de amenazas que tanto han practicado durante decenios. Cuando a Luis Trápaga le dijo un agente que el Ministerio de Cultura no permitía exposiciones alternativas, el pintor se asombró mucho porque lo cierto era que, si bien no había una aprobación explícita de esa institución, tampoco había prohibición alguna. No obstante, algunas de las preguntas que le hicieron tenían cierto sabor a paranoia y a estulticia (¿Por qué has querido hacer esta exposición precisamente durante la Bienal? ¿Cuántos cuadros habrá en la exposición?). Pero con los otros participantes, que no residen en Cuba, no fueron tan pródigos en delirios abstraccionistas ni figurativos, sino que apelaron al lenguaje elemental del poder totalitario: Si participaban en la exhibición, serían expulsados del país inmediatamente y no se les permitiría volver a entrar de nuevo. Estaban siendo manipulados por Luis Trápaga, un cabecilla contrarrevolucionario y, además —como estos tres artistas habían asumido los gastos de la exposición—, habían caído en el peligrosísimo delito de financiar un proyecto subversivo. Ante esa presión, los otros participantes prefirieron renunciar, ya que era obvio lo que vendría como respuesta a cualquier gesto de resistencia que hicieran. En cuanto a Trápaga —que en ningún momento había sido tratado por los oficiales como “cabecilla contrarrevolucionario”—, fue advertido esta vez de que lo mejor que podía hacer era renunciar a exponer sus propios cuadros en su propia casa, pero él decidió no ceder: expondría sus cuadros y denunciaría el atropello tanto como le fuera posible. Según los mejor informados, esta XI Bienal de La Habana tiene mayor calidad y una cantidad de participantes más amplia que las últimas ediciones, pero lo ocurrido en esta muestra colectiva no fue un caso aislado. Otra exposición de carácter colectivo que iba a realizarse en la calle 2 entre 19 y 21, y en la que participaría como artista invitado Danilo Maldonado (El Sexto), también fue prohibida por la Seguridad del Estado. Algo semejante ocurrió en el restaurante particular La Galería, en 19 y 12: aunque se logró hacer la inauguración retirando una obra censurada de José Ángel Vincench, poco después apareció una extraña demanda de vecinos que tuvo por consecuencia el cierre del restaurante mismo, con lo que la exposición perdió el lugar y se acabó. Asombrosos resultan el poder de censura que ejerce y la impunidad de que goza la policía política, y no hay la menor señal de que este tipo de despotismo y el miedo que lo nutre vayan a disminuir en un futuro cercano. Por desgracia, es posible todo lo contrario, que ese temor y esas arbitrariedades cobren más vigor, ya que de lo que sí hay señales claras es de que la mayor parte de las personas reprimidas no va a bajar la cabeza y aceptar con mansedumbre esas presiones.




NOTA MIA MUY PARTICULAR:
ERA LOGICO QUE ESO PASARA,LO ESPERABA Y SEGURO LO ESPERABAN QUIENES ORGANIZARON ESE EVENTO PARALELO.ME GUSTARIA PERO CONOCER EL MOTIVO PARA INVITAR A ARTISTAS DEL EXILIO,QUE BUSCABAN??, POR QUE SE PERMITIO QUE "EL PUEBLO INDIGNADO" SABOTEARA ESTA ACTIVIDAD SIN HACER UNA DEMOSTRACION DE PROTESTA??.ENTONCES SI HUBIESE TENIDO SENTIDO ESTA EXPOSICION DE ARTE. ESTO ME RECUERDA MUCHO AL PROFESOR RICARDO BOFIL Y SU PRESENTACION DE "ARTE DISIDENTE" A FINALES DE LOS 80 Y QUE MUCHOS RECORDARAN COMO TERMINO, Y QUE YO PREGUNTO PARA QUE??? Y ESTOY SEGURO NO TENDRE RESPUESTA.

Jorge Luis Llanes Naranjo

El asedio de la policía castrista, contra los ciudadanos cubanos.Por Héctor Julio Cedeño Negrín




El asedio de la policía castrista, contra los ciudadanos cubanos. La ofensiva permanente de la llamada, Policía Nacional Revolucionaria, aleas P.N.R. De dudosa profesionalidad, pésima escolaridad, elevada corrupción y probada prepotencia. Maltrata constantemente a los ciudadanos cubanos, especialmente a los habaneros. La policía de la Ciudad de la Habana , está integrada en más de un ochenta por ciento, por individuos procedentes de otras provincias del país, principalmente de las llamadas provincias orientales. Del oriente cubano, los envían por miles, les prometen sueldos de quinientos pesos y más. Como ese dinero, en aquellos lugares, es considerado una millonada, debido a las carencias, las necesidades y la falta de recursos, los orientales se imaginan, que van a hacerse ricos en la Habana y por fin la invaden. Cuando llegan a la ciudad, caen en la cuenta de que los “sueldazos” prometidos, no les alcanzan, ni para comprarle, mata pulgas al perro. Aunque los policías orientales viven en albergues, ahorran ropas de civil, porque pasan la mayor parte del tiempo en uniforme, no gastan en comida, porque reciben el salcocho reglamentario, que les cocinan en las unidades y en las Estaciones de Policía y reciben diversas gratuidades, que les privilegian sobre el ciudadano común. Los altos sueldos no les resuelven, ni siquiera, sus más perentorias necesidades. A pesar de que un policía puede ganar más de mil pesos cubanos (PUC), mucho más que lo que gana un médico especialista. Como en sus lugares de trabajo, no hay mucho para resolver, como decimos los cubanos, salvo que sean por ejemplo, patrulleros y puedan apropiarse de parte de la gasolina de sus carros, para venderla en el mercado negro o tengan alguna otra posibilidad de adquirir algún dinero. Tienen que pasarse la vida, haciendo lo que ellos si saben hacer perfectamente o lo que aprenden con más facilidad. Esto es, extorsionar y esquilmar a los ciudadanos, para de esa manera obtener el dinero extra, que necesitan para suplir sus insuficiencias. Por ello muchos reclutas desde que ingresan en las escuelas policiales, ya conocen, por el consejo o por la experiencia de otros, lo que hay que hacer para conseguir ese dinero extra y llegan listos para la corrupción y el trapicheo policial. Ese dinero lo adquieren, extorsionando a las prostitutas, a los “jineteros”, a los vendedores ilegales, a los taxistas y boteros, para liberarlos de una multa debida o fabricada por la propia policía, cobrándole la gabela a todo el que sorprenden cargando algo, sin la debida certificación o cobrando por trasladar en autos policiales, mercancías de procedencia ilícita. Los que no pueden pagar por ser unos pobres diablos, son los que van a parar a las Carpetas de las Estaciones Policiales y son los que dan fe de la operatividad de la policía callejera, porque los policías son obligados a enviar casos a las Estaciones para justificar su trabajo. Si no envías a nadie, no eres operativo. Así, envés de ser la policía, un cuerpo para prevenir el delito y educar al ciudadano en el cumplimiento de la ley, se han convertido en fabricadores de delitos, contra los ciudadanos. Como los más operativos son estimulados, los policías pasan la vida implicando a los ciudadanos en delitos ficticios. En algunos casos para extorsionarlos y en otros, para ganar méritos. Este concepto policial, está llevando a muchos ciudadanos, a pasar cursos de delincuentes comunes y de postgrados, en las prisiones, especialmente a los jóvenes. Basta con pasar unas horas en alguna Estación de Policía, para constatar las diversas situaciones, que lo corroboran. Donde veo más excedido el abuso policial, es en la utilización de las cámaras de vigilancia, que han sido diseminadas por toda la Ciudad de la Habana y especialmente en un supuesto delito, al que denominan “Asedio”. Según el diccionario de la lengua española. Asedio; es cerco, sitio, bloqueo. Asediar; poner cerco, sitiar, fig. Molestar mucho en exigencia o pretensiones. También acorralar, encerrar, etc. El cubano ha sido y es, un personaje, anecdótico, guasón; esto es chistoso, gracioso, divertido y chispeante. De eso tenemos fama los cubanos a nivel mundial. Cuba ha sido siempre, un país hospitalario y acogedor. El extranjero, viene a Cuba con esa creencia y así eran los cubanos, hasta el primero de enero de 1959. La Habana , llena de turistas de diversas regiones, mezclándose con los cubanos. Conozco muchas anécdotas, de mis familiares, que eran músicos, amenizando en restaurantes y cafés, desde los años treinta y cuarenta, con la guitarra al hombro, y las claves en ristre. “Salíamos a fletear el peso”, me decía uno de mis mayores, que se reunía con otros, en un bar que existía, en Compostela y Luz. Que de malo puede haber, que un cubano converse con un turista, que se siente a su mesa y que comparta un trago. Asediar es atosigar, fastidiar y molestar, pero para declarar el asedio es menester que el turista se queje a las autoridades, porque alguien lo esta molestando, si no hay queja, no existe asedio. En seis horas que permanecí en el llamado depósito de la Estación policial de Zanja y Dragones, el pasado sábado doce de mayo, pude constatar más de trece ciudadanos, acusados por un supuesto asedio al turista. Conocí a un joven que ha cumplido cinco prisiones, por asedio. Simplemente por conversar con turistas o por sentarse a una mesa con algún extranjero. Incluso conozco un caso, de quien parado en la puerta de su casa, ha sido detenido y acusado por el supuesto asedio, porque por donde el vive pasan muchos turistas, esto es en las calles de San Miguel y Consulado, en Centro Habana. Allí hay una cámara de vigilancia, lista para acusar a los vecinos del lugar. Los gobernantes cubanos se han convertido en los más usureros del mundo y pretenden que todo el dinero que portan los turistas, les pertenece a ellos. No desean que los turistas, se gasten un centavo con los ciudadanos, ni que le regalen un peso a los hambreados cubanos. Si la policía le sorprende conversando con un turista le detienen y le conducen. En la unidad le levantan un acta de advertencia y si ya tiene varias le envían para el consejo, que es un lugar donde se reunen los Jefes de sectores policiales del barrio y ellos determinan, que sanción imponerle, si le amonestan, le multan o lo mandan a prisión, por el supuesto delito de “Peligrosidad Pre-delictiva”, una notable aberración jurídica, que solo puede ser impuesta en el lugar en que rige una tiranía, como la que subyuga al pueblo cubano.


Héctor Julio Cedeño Negrín Periodista Independiente de Cuba. Ciudad de la Habana , miércoles 16 de Mayo de 2012.

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