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domingo, 27 de febrero de 2011
De Internet y la Seguridad del Estado
Escribir en la red con tu nombre verdadero y criticar al gobierno es un verdadero reto si vives en Cuba. Cuando publiqué mi primer artículo, estaba consciente de que estaría en el punto de mira del Departamento de Seguridad del Estado. Habían comenzado los retos.
El primero, soportar que la policía política se entrometiera en mi vida íntima. El segundo, ignorar el control que pudieran tener sobre mis actos. El tercero, exponer a mi familia. Para mí, estos tres retos son los más importantes.
Publicar trabajos con mi nombre y apellidos en internet me convirtió en una disidente pública para el régimen cubano. A partir de ese momento, pasé a ser una CR, las dos letras con las cuales la Seguridad del Estado identifica a los disidentes y periodistas independientes, y que significan contrarrevolucionario.
Cuando tomé la decisión de escribir, estaba consciente de que hurgarían en mi pasado, en particular sobre los “secretos personales” que pudiera tener. Realmente no hay una forma de saber cómo y cuándo, buscan y obtienen información sobre ti. Me imagino que utilizan la que tienen archivada desde que eres un niño y asistes a la escuela; después, cuando continúas estudiando, empiezas a trabajar y también, por supuesto, la que obtienen en tu cuadra, a través de los Comités de Defensa de la Revolución, entre otras organizaciones de masas.
Me imagino que, además, contactan con amistades de la infancia, excompañeros de aula, amigos del barrio, y hasta con familiares cercanos y lejanos. Es difícil saber quién puede delatarte. Cualquier persona que se relacione contigo podría darles, directa o indirectamente, informaciones sobre ti, sin tu saberlo. Eso genera una especie de paranoia que te obliga a desconfiar de todas las personas que te rodean. Y donde quiera ves un delator o chivato.
Lo cierto es que todo lo indagan, porque les interesa todo sobre tu vida. Eso te lo hacen saber en cada una de las “entrevistas” a las cuales te citan y estás obligado a asistir. Citaciones que al principio son para disuadirte: “Estás en un mundo que no conoces, y nuestro deber es alertarte”. La disidencia, dicen, es algo inmundo. Y ellos, una y otra vez lo repiten, “los salvadores de la patria”.
Sin embargo, el objetivo de la Seguridad no es que se dejes de disentir, en este caso de escribir y publicar en internet. Ni siquiera que dejes de criticar al gobierno. No, ellos lo que buscan es que empieces a “colaborar”. Y poco a poco te vayas convirtiendo en agente o informante, como otros que periódicamente preparan e infiltran en la disidencia, el periodismo independiente y la naciente blogosfera.
Para lograrlo, buscan lo que ellos consideran ”tu lado oscuro”. Y por eso escudriñan en tus relaciones amorosas, familiares, preferencias sexuales… Cualquier detalle que les sirva para chantajearte. Cuando descubren algo, no tienen escrúpulos en utilizarlo. Y si eres flojo de piernas, te obligan a hacer lo que ellos quieren: captarte para que integres su cuerpo de soplones.
Hasta te asignan un oficial de la Seguridad, quien será el encargado de “conversar” contigo, de decirte “estamos al tanto de tus visitas a…”. Que ellos saben con quién te reúnes, a dónde vas… Para que sepas que te tienen controlado, y siguen cada uno de tus pasos. No importa lo que hagas ni donde estés: ellos son como dios, omnipresentes.
Para sobreponerme a todo ese diabólico modus operandi del Departamento de Seguridad del Estado, el mismo empleado con la mayoría de los disidentes y periodistas independientes cubanos, una y mil veces me repetía “mi vida es mía, la he hecho pública, no tengo nada que esconder, y nada de lo que encuentren me va a afectar”.
Así fue como superé los dos primeros retos. Sin embargo, el tercero es el más difícil: que lo que hago, no afecte a mi familia. La primera vez que la Seguridad contactó conmigo, lo hizo a través de mi papá. Le dijeron que me estaba reuniendo con “gusanos” (desafectos a la revolución), que escribía para un sitio en internet de “contrarrevolucionarios” y que si no paraba, podría ir a prisión. Mi padre fue excombatiente del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, oficial retirado de las Fuerzas Armadas y actualmente es miembro de la Asociación de Combatientes. En pocas palabras, es fiel a esta revolución.
Pueden imaginarse lo ocurrido. Sin embargo, me amparé en mis derechos y les exigí a los “segurosos” que no inmiscuyeran a mi familia. Les hice saber de que era mayor de edad, responsable de mis actos y que sólo yo debía asumir las consecuencias. No obstante, citaron a mi esposo a través del jefe de sector o policía a cargo de una barriada.
Aparentemente, el motivo de la citación era que mi esposo no trabajaba para el Estado. Pero quien en realidad lo citó y entrevistó fue el agente encargado de mi caso. Un joven que dice tener 27 años y se identifica como “Ricardo”. Le dijeron que yo salía sola, que me reunía con hombres, para tratar de provocarle celos, conocedores de que los cubanos son muy machistas. Tuvieron inclusive la desfachatez de pedirle “colaboración”. Querían que mi esposo me prohibiera salir a determinados lugares.
Especial cuidado tengo con mi hijo. Tiene 10 años y cursa el cuarto grado de la enseñanza primaria. Aunque uno no lo quiera, siempre se afecta a la familia. Está, además, el hecho de que como la Seguridad contínuamente está investigando sobre ti y tu entorno, puede descubrir cualquier problema o situación ilegal de algún miembro de tu familia.
En Cuba se vive al margen de la ley. El Estado supuestamente es el responsable de garantizarlo todo, nosotros sólo debemos estudiar o trabajar. Pero en la vida real, en el día a día, no es así. Los salarios no alcanzan y la gente se ve obligada a buscar alternativas para sobrevivir. Por tanto, un alto porcentaje de la población recurre a ilegalidades, que se han convertido en su medio principal de subsistencia.
Después de la oleada represiva de marzo de 2003, y el costo político-económico, pero sobre todo el aislamiento internacional que estos hechos representaron para el gobierno, disminuyeron los métodos de represión violentos contra los disidentes y periodistas independientes que escribían y firmaban con sus verdaderos nombres en internet.
Precisamente el hecho de que el mundo pueda conocer el nombre y el rostro de la disidencia, que pueda constatar que somos personas de carne y hueso con opiniones propias, nos da cierta protección. No obstante, los métodos sutiles de represión continúan y éstos suelen ser más efectivos porque actúan en la psiquis individual. Pese a esa protección internacional, son aún muchos los riesgos que en Cuba se corren por escribir en internet.
Laritza Diversent
Carlos Serpa Maceira, agente “Emilio”, y Moisés Rodríguez, agente “Vladimir”,
Moisés Rodríguez y Carlos Serpa Maceira, agentes de la Seguridad del Estado cubano.
Revelan identidad de dos agentes cubanos infiltrados en la disidencia
Por REDACCION CAFEFUERTE
- El gobierno cubano reveló este sábado la identidad de dos agentes de la contrainteligencia que laboraban infiltrados en grupos de la disidencia interna.
Carlos Serpa Maceira, agente “Emilio”, y Moisés Rodríguez, agente “Vladimir”, fueron presentados la noche del sábado en el programa especial Los peones del imperio de la televisión cubana.
Ambos se identificaron como agentes de la Seguridad del Estado que realizaban tareas dentro del activismo político opositor y el periodismo independiente.
El programa televisivo forma parte de la serie Las razones de Cuba, dedicada a presentar denuncias sobre las supuestas acciones subversivas y acciones terroristas que enfrenta la nación cubana.
De los dos agentes, el más conocido es Serpa Maceira, cuyos reportes ocupaban frecuentes espacios en Radio Martí, Radio Mambí y la página digital Cubanet, radicada en Miami. En los últimos cinco años tuvo una sistemática presencia junto al movimiento de las Damas de Blanco, del que se consideró incluso su vocero.
El diario Juventud Rebelde publica este domingo una larga entrevista con Serpa Maceira, quien abunda en los pormenores de su desempeño como el agente “Emilio” desde el 2001.
Figuraba como director de la Unión de Periodistas Libres de Cuba (UPLC) y corresponsal en La Habana de la revista Misceláneas, que editan exiliados cubanos en Suecia.
Colaboraba además con Radio República, entidad adscrita al Directorio Democrático Cubano (DDC) en Miami, y era miembro de la junta directiva del llamado Frente Nacional de Resistencia y Desobediencia Cívica en Cuba, respaldado por una coalición de organizaciones del exilio.
Serpa Maceira residía en Isla de la Juventud, pero viajaba y permanecía por largas temporadas en La Habana con el pretexto de reportar incidentes vinculados al movimiento opositor y la situación de los presos políticos cubanos.
Una acción desesperada
En el caso de Rodríguez, empleado de la Aduana General en el Aeropuerto Internacional “José Martí”, estuvo relacionado la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) entre 1987 y 1999. Es hijo de un conocido pastor bautista que fue hostigado por el gobierno en la década de los 70.
Al parecer, Rodríguez estaba dedicado a otras funciones desde hacía años.
“Esta es una acción desesperada mediante un documental chapucero, ensamblado de forma primitiva”, dijo a CaféFuerte el activista Elizardo Sánchez, presidente de la CCDDRN. “Forma parte de un esfuerzo que lleva más de 25 años y mediante el cual el régimen intenta de desacreditar a las organizaciones disidentes”.
Sánchez dijo que había conocido a Rodríguez en los años 80, cuando ambos se encontraban arrestados en Villa Marista, cuartel general de la Seguridad del Estado.
“La policía política me lo volvió a arrimar 1987, pero los miembros de nuestra organización estaban prevenidos de que lo habían quebrantado y nunca tuvimos confianza en él”, relató Sánchez. “Permaneció aquí en un clima de desconfianza hasta que terminó yéndose a otro lugar”.
El programa se centró en demostrar los nexos entre la disidencia cubana y la Oficina de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana, insistiendo en que los funcionarios norteamericanos financian a los opositores e incitan a la subversión en el país.
Falsas noticias para Radio Martí
Serpa Maceira hizo una demostración de cómo fabricaba la noticia falsa de su detención por la policía cubana y lograba que el hecho se transmitiera de inmediato por Radio Martí sin la debida confirmación de fuentes. También se mostraron fotos suyas junto Michael Parmly, ex jefe de la SINA, y en plena “función periodística” junto a las Damas de Blanco.
El agente "Emilio" dando cobertura a una manifestación de las Damas de Blanco.
“La SINA es el estado mayor de la contrarrevolución en Cuba”, declaró Serpa Maceira, quien también mencionó su estrecha relación con el ex funcionario de prensa de la SINA, Gregory Adams.
Anadió que la sede diplomática estadounidense es el principal “canal de abastecimiento de recursos para la contrarrevolución interna”.
“A mí nunca me engañó, su perfil de agente estaba muy claro y tengo sobrados testigos a los que alerté sobre las verdaderas intenciones de este personaje”, expresó Nancy Pérez Crespo, fundadora de la agencia Nueva Prensa Cubana y promotora del periodismo independiente en Miami.
Carlos Santana, veterano reportero de Radio Mambí, recordó que Serpa Maceira lo contactaba regularmente para hacer denuncias sobre la situación cubana a través del activista Enrique Blanco, residente en Puerto Rico.
Blanco fue denunciado por Serpa Maceira como la persona que estableció el blog El Guayacán Cubano y lo administraba desde Puerto Rico, colgándole bajo su nombre noticias sobre las Damas de Blanco.
“La insistencia [de Serpa Maceira] era desmedida por tal de salir en la radio de Miami”, comentó Santana.
Pasando como un crápula
Serpa Maceira dijo que no le fue fácil en estos años “pasar como un crápula” y relató con emoción que su hija menor, Tita, escribió un mensaje pidiendo la libertad para “los cinco héroes” delante de un grupo de disidentes, que le reprocharon la conducta de la niña. Cuba califica de héroes a los cinco agentes prisioneros en Estados Unidos y condenados a largas penas por espionaje en el 2001.
“Los enemigos de la revolución dentro y fuera [de Cuba] no acaban de entender la lección, porque siempre habrá un Emilio”, declaró Serpa Maceira.
Otro de los dardos del material televisivo fueron lanzados contra los cursos de periodismo que se ofrecen en la SINA con el respaldo académico de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), con sede en Miami.
“Los títulos se están usando como aval político para poder luego abandonar el país y recibir beneficios como refugiados en Estados Unidos”, señaló una oficial del Ministerio del Interior entrevistada en el programa.
Serpa Maceira tenía otorgada visa bajo el Programa de Refugiados desde el 16 de noviembre del 2009.
De visita en Miami
Rodríguez contó que fue instruido por funcionarios de la SINA para realizar actividades conspirativas y que en una ocasión recibió una visa para viajar a Miami, donde se entrevistó con exiliados cubanos que quieren derrocar al régimen.
El agente “Vladimir” dijo que en Miami sostuvo contactos con Luis Posada Carriles, Ricardo Bofill y Adolfo Rivero Caro.
Sánchez opinó que el gobierno está muy irritado con las declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama a favor de la disidencia y los presos políticos cubanos, el pasado miércoles, en ocasión del primer aniversario de la muerte de Orlando Zapata Tamayo.
“La realidad es que la represión se ha multiplicado en Cuba durante febrero”, agregó el activista. “Este programa de televisión fue una cortina de humo utilizando a dos segurosos de poca calificación”.
En abril del 2003, a raíz de la ola represiva que llevó a 75 opositores pacíficos a la cárcel, el gobierno cubano destapó la identidad de 12 agentes de la Seguridad del Estado que revelaron públicamente haber convivido durante años en las filas de la disidencia y el periodismo independiente.
Los periodistas Carlos Serpa Maceira y Moisés Rodríguez eran agentes del régimen
Carlos Serpa Maceira
Moisés Rodríguez
Comparecieron en un programa de televisión, que incluyó grabaciones de llamadas telefónicas y testimonios de la policía.
Los periodistas Carlos Serpa Maceira y Moisés Rodríguez trabajaban como agentes secretos del régimen en las filas de la oposición, según un programa especial transmitido por la televisión cubana.
Serpa y Rodríguez aparecieron en el capítulo "Los peones del Imperio", de la serie Las razones de Cuba, que incluyó "testimonios inéditos sobre los grupos contrarrevolucionarios sostenidos por Estados Unidos".
Las informaciones de Serpa Maceira aparecían con frecuencia en Radio Martí, Radio Mambí y la página digital Cubanet (Miami), así como en la revista Misceláneas de Cuba, editada por exiliados en Suecia. En la Isla, Serpa Maceira reportaba sobre las Damas de Blanco y fungía como director de la Unión de Periodistas Libres de Cuba (UPLC).
El programa incluyó grabaciones de llamadas telefónicas y testimonios de agentes de la Seguridad del Estado, el mismo modus operandi del régimen contra la disidencia en los últimos 50 años.
(Diario de Cuba)
Y aqui el reportaje de un ñangara sobre este caso:
http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2011/02/sobre-los-peones-del-imperio-video-de.html
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