Chivatos, ustedes también me leen
7SEP
Cuanta vergüenza ajena siento por los que se empeñan en obligar a los cubanos a mantener su cabeza bajo la guillotina. ¿Qué van a contar a sus nietos mañana? Tendrán que confesarles avergonzados que le violaron los derechos a los demás. Yo, no tendré que pedir perdón porque no violo derechos, ni practico la violencia; tampoco hago silencio ante el sufrimiento del pueblo cubano. Ustedes los que andan mostrando varios rostros (y ninguno es verdadero), un día cuando vuelvan a visitar Miami ya alguien pudiese saber allí que son los chivatos encargados de agredir a su prójimo dentro de la patria, o sus cómplices, o verdugos que simulan porque quieren seguir chupando los dólares de la familia exiliada, mientras destruyen a los que en Cuba aman la libertad. En cualquier momento, por ejemplo, quienes lo desconozcan pudieran enterarse que después de regresar de Miami apoyaste el asesinato de la publicación El Saludeño -quizás hasta formaste parte de ese acto vil-
Chivatos, ustedes temen tanto al pueblo que atacan como bestias salvajes. ¿Han pensado en la pobreza de su alma? ¿Cuánto vale su alma y conciencia? Una jabita de aseo, albergarse en un campismo, una botella de ron aguado, ¿eso es lo que valen ustedes? ¿Por eso se venden a la dictadura? Yo creo que valen menos aún. Los chivatos contienen tanta miseria humana que pierden el alma, anulan su conciencia, no tienen ideas; simplemente son cautivos del horror que sienten por la propia dictadura, y salvajes instrumentos utilizados para destruir a otros ciudadanos; pero en definitiva se autodestruyen ellos mismos.
Esbirros ¿cuántos de ustedes han realizado una huelga de hambre para defender las ideas en las que dicen creer? ¿Cuántos de ustedes tras permanecer 17 años presos, se quedarían en Cuba para defender a su pueblo y resistir la represión brutal de la tiranía? Entonces, aprendan de Jorge Luís García Pérez (Antúnez)
Esbirros, si quieren conocer de patriotismo, amor a la libertad y consagración para defender a su pueblo aprendan de , José Daniel Ferrer, Félix Navarro, Oswaldo Payad, Orlando Zapata Tamayo, Laura Pollán, Berta Soler, Leticia Ramos y todas la Damas de Blanco; aprendan del patriótico exilio cubano y de todos aquellos cubanos que defienden los derechos de su pueblo.
Esbirros, ustedes tendrán que contarle a sus descendientes sobre todo el mal que han hecho. Mientras, otros estaremos felices, disfrutando del bienestar que tendrá la patria cuando ascienda el cambio en paz hacia la democracia en Cuba. Chivatos, sé que también ustedes me leen: Dios los bendiga. Bienvenidos a la pluralidad.
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