José Conrado: En un país con tanta represión, la Iglesia 'no puede callarse'

'El problema no es que la Iglesia se entienda con el Gobierno, sino que se respeten los derechos humanos', afirma el sacerdote.


La Iglesia Católica "no puede callarse", está llamada a "hacer más" por el respeto a los derechos humanos en Cuba, dijo el sacerdote José Conrado Rodríguez en una entrevista concedida al diario argentino Ámbito Financiero.

Conrado, una de las figuras más críticas dentro de la Iglesia contra el régimen, hasta hoy párroco de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, será trasladado a la parroquia rural de El Cristo, a unos 15 kilómetros de la ciudad, lo que ha provocado el malestar de sus feligreses y sospechas de que se trata de otro intento de acallarlo.

"Psicológicamente es como si me hubieran desterrado, pero estoy cerca y seguiré estándolo de los que me necesitan y de los que necesitan que hable por ellos", dijo a la publicación argentina.

"Esto no significa que me hayan neutralizado", añadió. "Decía el Dante que en el Noveno Círculo estaban los que no se comprometían en tiempos de crisis y conflicto. Soy uno más, pero aunque mi voz sea un murmullo no me voy a callar ni mi voz va a faltar".

"Tengo miedo, pero a la vez no puedo dejarme paralizar, sería la muerte del espíritu. Un sistema como el de Cuba es amenazador, con un poder muy grande y presente, omnipresente", dijo Conrado.

Interrogado sobre el diálogo entre la jerarquía de la Iglesia y Raúl Castro, tras el cual se produjo la deportación de presos políticos a España, Conrado afirmó que "la única posición justificable de la Iglesia en relación con los poderes políticos establecidos por los hombres es el respeto a los derechos humanos".

"Hubo un intento de componer una situación de conflicto, luego de los actos de repudio a las Damas de Blanco. Eso justificó la intervención de la Iglesia; el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, y el cardenal Jaime Ortega buscaron colaborar frente a la represión. Pero la tarea de la Iglesia es que el Gobierno sea consecuente con sus medidas y promesas de reconciliación y respeto", añadió el sacerdote.

"El problema es que hay un Gobierno, un poder que irrespeta los derechos fundamentales. Aunque en un primer momento el Gobierno reaccionó positivamente y cesó el ataque sobre las Damas de Blanco, y se logró la deportación de presos de conciencia, ese buen propósito llegó a una solución deficiente. No basta con la deportación de disidentes, hay que respetar las diferencias mediante el diálogo", indicó.

Conrado advirtió que "el Gobierno quiere arreglarse con la Iglesia pero sin que eso signifique respetar el problema de base", que es "respetar las libertades".

Calificó de "insuficientes" los "gestos de disposición al diálogo" por parte del Gobierno.

"El problema no es que la Iglesia se entienda con el Gobierno, sino que se respeten los derechos humanos. Para nosotros no hay otro camino que la concertación de voluntades, pero también existe el de la denuncia. La Iglesia no puede callarse, cruzarse de brazos", recalcó.

A una pregunta sobre qué es lo que calla la Iglesia, Conrado respondió: "En un país con un autoritarismo desde el Estado, la gente teme hablar y el que lo hace se compromete de manera peligrosa. Hoy, la única institución que no teme es la Iglesia. Por eso, callarnos no podemos, la Iglesia no puede callarse (…) la Iglesia podría hacer aún más, pero allí también está el talante, la manera de ser de cada cual".

"Estamos llamados a hacer más. La situación de Cuba es tan seria, de tanto temor, es un sistema de represión policial y armada tan fuerte que la gente no quiere comprometerse con el dolor y la violación de los derechos humanos. Los obispos también son gente, son ciudadanos, son seres humanos", añadió.

La Iglesia "no puede dividir" su bien "del bien del pueblo. No son separables: si no, tendríamos privilegios y no derechos", dijo.

Diario de Cuba