CUCURUCHOS DE MANI:Esteban Casañas Lostal.

Cucuruchos de maní. -¿Cómo lo veo? No voy a extenderme mucho en un tema que ya lleva demasiado tiempo apestando, me refiero a Cuba. Evado por todos los medios involucrarme en las corrientes actuales, pero de verdad, es imposible quedarse callado. -¿Cómo lo veo? Jimmy Carter es probablemente el ex presidente norteamericano más ingenuo que haya existido, ahorro la palabra idiota, senil, imbécil, terco, cómplice y hasta me viene a la mente una algo pasado de moda, comunista. -¿Cómo lo veo? Me sigo preguntando y continúo respondiendo. No he visto en toda la historia a unos criminales con más suerte que los Castro. Hasta un ex presidente elegido democráticamente por su pueblo, es capaz de repetir constantemente en sus entrevistas “el presidente Raúl Castro”. Bueno, será la chochera. Digo que tienen suerte y la tendrán por mucho tiempo. Lo mismo le pasó a Gadafi, vivió muy tranquilo hasta los otros días. Tan tranquilo, que la comunidad internacional lo requetepensó antes de decidirse a lanzar el primer cohetazo. ¡Ahhhhh! Pero la mala suerte no le llegó sola, ni los libios andaban regalando cucuruchos de maní. -¿Cómo lo veo? Ahora te pica la curiosidad y me preguntas, yo te contesto. ¡Mal, recontra mal! Continúan vendiendo gatos por liebres, nos tildan a todos de imbéciles mientras a nuestras espaldas se dan la lengua. Y yo pregunto, ¿por qué se tuvo que reunir Carter con dos grupos de “disidentes” perfectamente separados? La respuesta me la dan ustedes. ¡Ojo! El Nuevo Herald de Miami a comenzado a referirse a Biscet como “disidente tradicional”. ¿Qué significa eso? ¿Es una tradición estar preso, recibir actos de repudio, una que otra patada por el culo de tus carceleros? Esto huele mal, suena parecido a las corrientes creadas en el exilio. Que si histórica, vertical, intransigente, extremista. ¿Y la otra? Bueno, debe ser la complaciente que aboga constantemente por el diálogo con sordos. Algo se cuece. -¿Cómo lo veo? Como lo he visto siempre, la culpa no es total de Castro, ni de Carter, es muy nuestra y solo nos desprenderemos de ella cuando nos demos a respetar como pueblo. Mientras tanto, continuemos contemplando la felicidad de quienes se pusieron el uniforme de “disidentes” por el hecho de haberse reunido con un ex presidente. Pero bueno, han sido complacidos, no se han pasado la vida quejándose porque nadie ha querido reunirse con ellos. ¡Miren! Ya se les acabó la mala racha, han contado con el permiso de su “presidente”. ¿Y ahora? Que siga la pachanga. No sigo, apesta todo lo que expresara Carter en sus entrevistas, ¿chochera o cinismo? Y eso que no fue oficialmente a negociar con la tiranía, que si lo fuera, pobre de la gente nuestra en los Estados Unidos, hasta cedeerres se abrirían en la Calle 8. -¿Cómo lo veo? Poco importa. ¿Cómo lo ves tú? Esteban Casañas Lostal. Montreal..Canadá.