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lunes, 28 de febrero de 2011

De chivatientes y espías. La vida de nosotros. Por DE CHIVATIENTES Y ESPÍAS. LA VIDA DE NOSOTROS.




DE CHIVATIENTES Y ESPÍAS. LA VIDA DE NOSOTROS.

El régimen castrista acaba de presentar en la televisión local a dos hombres que –según ellos- son oficiales del MININT insertados en los grupos opositores anticastristas; ambos en Cuba y en Miami. Empecemos porque esos grupos anticastristas en su gran mayoría no sólo están más que penetrados por uno o dos o más de esos tipos de personas, además hay grupos que están directamente dirigidos por condecorados de la DSE Cubana, y que son los que siguen informando, desde hace años, a Radio y TV Martí, a El Nuevo Herald, además son entrevistados por El País, y por la prensa del mundo entero. Y es que para ser disidente en Cuba, tal como manifestó el mismísimo disidente de marras, hay que pactar con la Seguridad del Estado, si no es así no hay disidencia que valga.

Bien, estos dos que se presentaron hace dos días en la TV Cubana como espías, en un programa, por cierto, bastante mal hecho, mal montado, y con peor puesta en escena, no son realmente espías de alto nivel. Estos son chivatientes, chivatos (probado) y combatientes (eso está por probarse) a los que por alguna u otra razón, se les chantajea y le dan la tarea de infiltrarse en las filas de una disidencia que ya ha pactado –para poder existir- con la DSE. La DSE además se pinta, de cara a la galería, como dividida, y hace creer a los opositores que entre ellos hay algunos más extremistas que otros, y que muchos de ellos quisieran cambios reales en el país, pero siempre con los Castro en el poder, que son más liberales, por decirlo de alguna manera.

Así, de este modo, espías de verdad son personajes como Erick Valdés Martínez, que fue agregado cultural en Francia, y por el que muchos cubanos exiliados históricos sintieron verdadera faiblesse. Es un zocotroco que llamaba a Alicia Alonso, “la mejor gimnasta cubana”, y que confundía en sus discursos el “talón de Atila con el caballo de Aquiles”, ya con eso se los digo todo, pero para ser buen espía no hay que ser culto o al menos no tanto, con un barniz basta. Este espía, formado en los Estados Unidos, hijo de Raúl Valdés Vivó, fue la persona que esperaba en el aeropuerto a los invitados de Miami (sobre todo a la prensa), en la escalerilla del avión, cuando la visita de Juan Pablo II a Cuba, y les entregaba fotocopias de un artículo mío –según él en contra del Papa, lo que no era para nada así-, con el objetivo de desacreditarme. Pero su trabajo, dentro de la cultura cubana del exilio, fue mucho más sutil y penetrante. Como se las daba de bonitillo tenía un cierto éxito entre las mujeres latinoamericanas y cubanas, y francesas, ni se diga, y del mismo modo, entre los cubanos exiliados muy machos y muy gays. Eso le facilitó el trabajo de penetración e información, pero esos eran sus cometidos menores. Todas estas personas jamás son descubiertas por los medios televisivos castristas, porque estos son los verdaderos espías. Así como Humberto, verdadero nombre Heriberto, y Paquitín, al que expulsaron de Francia por su conexión con Carlos El Chacal, famoso terrorista condenado a perpetuidad. Así como Anselmo y su esposa, la que hace poco vi retratada en la página principal de El Nuevo Herald. Todos ostentaban cargos diplomáticos, y no he mencionado todos los nombres, en este país.

Este tipo de espías, y como ellos otros muchos, sí que tienen conexiones con terroristas de renombre internacional, ellos si han sido programados por el castrismo para cometer actos muy sucios, para acabar con los opositores de la manera más fina posible, y sin dejar huellas, porque ellos no se embarran las manos jamás. Es más, ellos hacen todo de manera tal que no se vea que ellos tienen algo que ver con el hecho real. Así trabajan los verdaderos espías, y aun quemados, como lo fue Paquitín, jamás darán la cara en programas televisivos.

Lo de Carlos Serpa Maceira es de pura risa, otro chivatiente más de los que hay a montones, burujón puña’o de ellos, y como bien explicó Yoani Sánchez en su más reciente post, de los que fueron a pedirle a ella y a su marido que les hiciera un blog, finalmente se lo hizo otro, cuyo título era nada más y nada menos, El Guayacán Cubano, nombre más chivato que eso había que mandarlo a hacer. Yoani Sánchez debería estar enterada entonces, que del mismo modo que las Damas de Blanco estuvieron penetradas desde tan de cerca, su Academia Blogger podría estar infectada de tales personajeros del régimen, ahí le dejo la cuestión. Y lo que sería muy duro es que ella esté manteniendo una Academia, económicamente, donde participan posiblemente chivatientes de este género, pero desde luego, eso constituye solamente su problema y el de Reinaldo Escobar.

En cuanto a Moisés Rodríguez, a estas alturas es posible que este ocupe un puesto entre el chivatiente y el espía, este es el del tipo, que si los opositores fueron inteligentes con él, y si le gustó el viajecito a Miami más que el viajecito con el que con toda evidencia le pagaron los castristas y que se ve al final del programa donde fue descubierto, el viajecito a la Lenin, es otro de los que quizás no solo se esté preguntando si debería desertar en cualquier momento, o a lo mejor le darán en un futuro los mismos castristas la tarea de desertar, porque con él ya saben que le anularon el nivel de discernimiento, porque él ya acepta esa dualidad como una característica de su personalidad, sabe además lo que tiene encima de su cogote, y si ya no está trabajando como doble agente, para los jerarcas de Miami, pues entonces, en cualquier momento, lo veremos en María Elvira Live, que es el programa preferido de los doble agentones, con tarea o sin ella.

Serpa Maceira es un comemierda más, atrapado en sus faltas, chantajeado, y de sólo observar cómo se movía junto a las Damas de Blanco, y cómo las denigró con tal bajeza en este programa, a ellas que tanto lo defendieron con su valor y coraje cuando se mostraba como su vocero, ya sabemos que estamos ante un esbirro de poca monta. Con Moisés Rodríguez estamos ante un agente de medio pelo en trámite hacia algo más resbaladizo, que pudo haber sido captado o puede que asuma la captación como doble tarea, aun cuando esa captación sólo divague en su cerebro, donde si es una persona inteligente sabrá que no es lo mismo Miami que una escuela Lenin maquillada para un programita basura de ficción que juega a la infiltración de chivatientes. Así que a lo mejor, en su caso, el doble traidor se cuece en ese horno donde se cuecen las intrigas más sólidas. Sólo estoy aventurándome en mis cálculos, también es probable que me equivoque.

Lo que sí es una verdad como un templo es que los castristas sólo hacen este tipo de programas cuando se sienten acorralados, cuando quieren desviar la atención sobre otro asunto, o como antesala de alguna otra detención de una persona fuerte de la oposición. Y el programa, tal como lo vimos, se preocupó más de las Damas de Blanco como desvío de atención, y mucho más por Martha Beatriz Roque (a mi juicio es su objetivo, acabar con ella, puesto que es la que hace declaraciones más contundentes, grabadas telefónicamente), o el mismo Antúnez, al que citan de biais, pero haciendo hincapié en su importancia. Estos son los opositores que les tienen hecho el hígado a la vinagreta, más claro ni el agua.

Por otra parte, del mismo modo que los opositores cubanos son asediados y penetrados dentro de Cuba, los exiliados estamos vigilados, perseguidos, y hemos sido atacados por verdaderos agentes y espías castristas. Para nadie es un secreto ya que el trabajo de las embajadas castristas en el exterior es una labor de acecho, agresivo, y de una combinación de chantajes y compras de personalidades extranjeras. Por lo tanto, La vida de los otros, la célebre película de Florian Henckel von Donnersmarck a mi juicio, la vivimos todos los cubanos dentro y fuera de Cuba. Y la mejor manera de escapar a esa presión es vivir de manera normal, aunque tomando medidas, por ejemplo, declarar cualquier irregularidad a la policía, para aquellos que nos encontramos en el exilio, porque mientras en Cuba la policía está para reprimir, en estos países la policía está en el deber de protegernos, y de pararle las patas a estos individuos que se hacen llamar diplomáticos, y cuya calaña con el transcurso de los años ha ido de mal en peor.

No quisiera terminar sin mencionar a la actriz que hace de militar especializada, la joven risueña que habla con una voz falsamente pausada, la que quiere dar la imagen de esa burguesía castrocomunista de falsos buenos modales, los que pertenecen al grupúsculo (estos sí que lo son) que aparentan tener el mazo en la mano, y que usan el poco poder que les han asignado con una calma forzada como si todo estuviera bajo control. Nada está bajo control, ahora menos que nunca, y ellos lo saben.

Zoé Valdés.

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