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domingo, 20 de febrero de 2011

Así nos trata el gobierno español :por Juan Carlos Herrera Acosta




Sr. Huber Matos Araluce
Cuba Independiente y Democrática

Apenas llegados a España, nosotros, los expresos políticos y de conciencia desterrados recientemente de Cuba, tuvimos el privilegio de conversar con su señor padre quien vino a Madrid, entre otros compromisos, para conocernos y estrecharnos las manos. Para nosotros fue gran honor compartir con él nuestras experiencias en las cárceles castristas. Para nada es comparable nuestros pasos por las prisiones de nuestra querida isla con lo que él sufrió en sus casi 20 años de encierro. Su padre, Huber Matos, es un patriota, merecedor de todo honor y respeto. De aquellos encuentros, nosotros guardamos gratos e imborrables recuerdos. Por esto, le pedimos de favor, le trasmita a su señor padre, nuestros saludos y deseos de reencontrarnos en una Cuba Libre y Democrática, a la cual, él, le ha entregado lo mejor de su existir.


Hoy con el paso de los meses, amigos comunes, quienes conocen las dificultades que atravesamos aquí en España, nos sugieren que le hagamos llegar a usted estas líneas, con la intención de recabar su apoyo a nuestros reclamos ante las autoridades españolas, los cuales le detallamos a continuación:


Ya han pasado más de seis meses desde que el primer grupo de exprisioneros políticos y de conciencia cubanos -de un total de 51- llegó a España y, aún, el gobierno de este país, que nos acoge, no ha cumplimentado su promesa de tramitar por vía de urgencia -un plazo no mayor de tres meses- nuestras solicitudes como refugiados políticos, las que hicimos en el tiempo requerido y en la correspondiente instancia del Ministerio de Trabajo e Inmigración.


Este incumplimiento nos condena a permanecer en un limbo jurídico, situación que consideramos inaceptable, debido a que nuestros pedidos están más que documentados. Tal demora, afecta también a nuestros hijos y esposas, la mayoría de ellas Damas de Blanco.

Recientemente, a algunos de nosotros, se les renovó el permiso de estancia temporal en España. Al mismo tiempo se les otorgó el permiso de trabajo, que por ley nos corresponde. Este documento tiene una valides de seis meses, lo que evidencia que el actual gobierno de España no piensa dar, en este periodo, una respuesta tangible a nuestro pedido.


Otra preocupante que enrarece nuestra presencia en este país, es lo referente a la homologación de nuestros títulos y a la continuidad de estudios de los jóvenes que con nosotros vinieron. Es conveniente precisar que la mayoría de nuestros más jóvenes familiares -casi todos en mayoría de edad- interrumpieron, en Cuba, sus estudios medio superior y superior para venir, con nosotros, a España. Aquí, no se les ha dado una opción viable para la continuidad de sus estudios, puesto que a no pocos de ellos les faltan los resúmenes de notas, así como, certificados o títulos de enseñanza. Por la premura con que la mayoría de nosotros vinimos a España y las trabas burocráticas que, intencional o no, se nos impuso en Cuba antes del viaje, nos imposibilito traer estos documentos que nos exigen. En la actualidad no sabemos cómo proceder para que estos certificados nos sean enviados de Cuba.


Con respecto a la homologación de nuestros títulos medios y universitarios, hasta el presente, desconocemos si las autoridades han iniciado algún trámite favorable. Ya han transcurrido más de seis meses de la llegada de los primeros ex carcelados y el compromiso sobre este -para nosotros- importante tema, dado por los funcionarios españoles que nos atendieron antes de nuestra salida de Cuba, sigue sin ser cumplidos.


Por todo, le aseguramos, que entre nosotros, los ex presos políticos y de conciencia y nuestros respectivos familiares, existe una creciente incertidumbre para iniciar un nuevo proyecto de vida. Tememos que al concluir la modesta pero agradecida ayuda económica que durante un año se nos ha garantizado, quedemos en total desamparo. Garantías algunas no tenemos pasado este tiempo. Esto incluye, el alquiler de pisos. A muchos de nosotros se nos ha dificultado el poder conseguir un techo decente que nos abrigue. No son pocas las trabas que se nos presentan. Los propietarios nos piden aspectos que para nosotros resulta imposible. Avales, nominas y seguros, no tenemos.


Para agravar nuestro desaliento, recientemente, funcionarios de las ONG que nos atienden nos comunicaron que la ayuda de salida de los centros de acogidas que se estaba otorgando, nos era retirada. “No se dará más”, nos dijeron. Esta ayuda de salida es importante, pero no es lo que nos preocupa. Ellos nos aseguraron que esta decisión fue dada por la Dirección General de Inmigración (DGI). Sin embargo, otras fuentes confirman que funcionarios del Estado, cuestionados al respecto, aseguraron que tal decisión fue tomada por las propias ONG ¿A quien creer? Los momentos a que nos enfrentamos no son para admitir tales burlas. Nuestra situación no es un juego de niños. Es bastante seria y preocupante, por lo delicada que es, por lo inestable que se torna y por lo inseguro del futuro, todo motivado por el incumplimiento de las promesas que nos fueron hechas. Para nadie es secreto que no todos los pisos a alquilar garantizan todas las condiciones domesticas. No son pocos los que carecen de artículos y bienes de uso que son fundamentales para tener una convivencia familiar decente. Recuerdo que a España llegamos sin recurso económico alguno y son varios los factores que nos imposibilita la autonomía. Poco tiempo llevamos en España y no alcanzamos extender una red sociolaboral que nos apoye en nuestra inserción. Durante estos meses hemos vivido de la caridad del pueblo español que sufre una gran crisis y no del fruto de un trabajo. No nos importa lo modesto que este sea, lo que me importa es que sea digno.


No son estas las únicas dificultades con las que nos enfrentamos, pero sí son las que de forma general afectan a la gran mayoría. Bien conocido es que la vida del desterrado es dura y difícil. No se puede contemplar como se contempla a una rosa. Basta recordar a José Martí, a Antonio Maceo y a su propio padre. Miles y miles de cubanos, por defender la libertad, han sido condenados por el despotismo interno a sufrir el destierro.


A España no vinimos a pedir ayuda material, pero si queremos apoyo y comprensión. Queremos reorganizar nuestras vidas con la familia y retomar la lucha por la democratización de nuestra nación. Aun, en nuestras adversas condiciones, Cuba y su libertad siguen siendo lo primero.


A usted agradecemos toda su atención, no sin antes reiterarle nuestro respeto. Suscriben el documento:



Víctor Rolando Arroyo Miguel Martínez Hernández

Omar Rodríguez Saludes Horacio Julio Piña Borrego

Madrid, febrero 20 de 2011

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