Hará falta mucho más que unos 'lineamientos' improvisados y vagos para sacar a la Isla del caos.
Cuba vuelve a quedar al margen del crecimiento económico registrado en América Latina en 2010 y, aunque las previsiones para el año entrante apuntan a cierta mejoría en el ritmo de variación del PIB, lo cierto es que la situación es muy deficiente y exige adoptar medidas cuanto antes; desde luego, no las que se incluyen en los "lineamientos" de Raúl Castro.
Acaba de ser publicado el Informe "Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe" que elabora CEPAL y se presenta cada año en estas fechas.
Las estimaciones de crecimiento económico del organismo regional hacen referencia a los resultados de 2010 y las previsiones de 2011.
En el Gráfico 1.1 se observa la pésima ejecución de la economía cubana en 2010, con un crecimiento de apenas un 1,9%, lejos casi tres veces de la media de todo el continente, que ha sido un 6%. Una vez más, la economía cubana pierde la oportunidad de aprovechar el contexto dinámico que existe en la región, y su política de planificación centralizada y de ausencia de derechos de propiedad le restan capacidad para crecer.
El gráfico muestra también a Venezuela con otro registro de crecimiento muy deficiente, una caída del -1,6% que se debe atribuir al intento de Chávez de imitar a Fidel y Raúl Castro en todo lo que le resulta posible, especialmente, en la socialización de la economía.
Los países más alejados de ese proyecto liderado por Chávez llamado ALBA, son los que registran mejores resultados, confirmando que en momentos como los actuales es necesario abrir puertas y sacar el máximo provecho de la inserción de las economías en la globalización. Tal es el caso de Paraguay, Uruguay, Perú y Argentina, con tasas de crecimiento superiores al 8%.
De todo el conjunto de miembros integrantes del ALBA, es Bolivia, con una tasa del 3,8% la que registra una dinámica más expansiva, y el resto de integrantes de esta organización ideologizada, cerrada y poco flexible a los cambios asociados a la globalización, caen por debajo. En ese sentido, contrastan los resultados de dos vecinos, Perú con un 8,6% y Ecuador con un 3,5%, que apuestan por modelos de crecimiento distintos.
Previsiones para 2011
Para el año 2011, las previsiones son algo mejores.
LA CEPAL atribuye a Cuba un crecimiento del 3%, otra vez a distancia de la media de todo el continente, que se sitúa en un 4,1%. Al igual que en 2010, Venezuela pasa a los puestos más bajos de la tabla, con un crecimiento estimado de un 2%, que confirma una vez más la errónea apuesta de política económica del chavismo.
América del Sur volverá a mostrar el mayor dinamismo de la economía de América Latina en su conjunto, concentrando tasas de crecimiento medias del 4,5%, con Perú y Chile como líderes.
La recuperación de Haití tras el desastre del terremoto se estima en un crecimiento del 9% de su PIB. Panamá también mostrará un comportamiento dinámico hasta alcanzar un 7,5% de crecimiento.
Por último, y tratando de comprender por qué Cuba, Venezuela y los países del ALBA registran crecimientos tan débiles en un contexto de expansión general en el continente, tal vez sea útil prestar atención a otro de los Gráficos que aparecen en la publicación, el III.3, donde se presentan los porcentajes de la formación bruta de capital fijo sobre el PIB en los países de la región.
Como ha sucedido durante décadas, Cuba encabeza, pero por la cola de la clasificación, el conjunto de países de América Latina, destinando poco más del 10% a la inversión en su PIB. Esa baja tasa explica el deficiente estado de las infraestructuras económicas en la Isla, la inadecuada composición de sus sectores productivos para atender las necesidades de la población, y el fracaso absoluto del modelo de planificación central y ausencia de derechos de propiedad. Por eso, hará falta mucho más que unos "lineamientos" improvisados y vagos para sacar a la economía cubana del caos.
Por suerte, las prácticas del régimen castrista no se encuentran muy extendidas entre los países de la región, lo que sienta bases favorables para su crecimiento y desarrollo a medio plazo, a diferencia de lo que ocurre con Cuba.
(Diario de Cuba)
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