Buscar este blog

sábado, 26 de diciembre de 2009

El país de los inventos





Fernando García | La Habana. Corresponsal | 21/12/2009 | Actualizada a las 02:08h |
"Los cubanos le encontramos arreglo a todo". La frase es de Carlos Rojas, un joven mecánico de La Habana. El suyo es el perfil idóneo para ilustrarnos sobre la que es ya una seña de identidad de Cuba: la capacidad para el invento cotidiano, la ingeniería precaria, la reparación inverosímil y eficaz.


El término "Aurika 70" no le dirá nada al lector. Pero todo cubano sabe que hablamos de una aportación clave de la antigua Unión Soviética a su pueblo. No es un fusil, tanque o cazabombardero, a aunque suene a eso. La marca en cuestión es por contra sinónimo de bienestar, pues designa un artilugio que lo mismo cura una lesión que alivia el calor de la canícula. Eso además de limpiar la ropa, ya que la Aurika 70 no es sino una vieja lavadora-secadora rusa.

De la importancia del electrodoméstico supimos en una casa particular (hostería) de Viñales. El dueño no salió a recibirnos porque estaba "dándose un hidromasaje". ¿En casa? "Sí, sí, pasen a verle", nos invitó la esposa. Y lo vimos. El hombre tenía la mano izquierda metida ¡en una lavadora! De carga superior, menos mal.

No era una ocurrencia. Como nos dijo el paciente, su fisioterapeuta le había prescrito "tres sesiones diarias de Aurika". Al parecer, el programa de lavado produce una marejada de prodigioso efecto rehabilitador tras una fractura o desgarro en alguna extremidad. Más tarde comprobaríamos que la receta es común en Cuba, incluso para lesiones en los pies aunque haya que encaramarse a la máquina.

Había más. Como muchos otros cubanos, nuestro hospedero había cortado verticalmente su Aurika para separar la parte de la secadora, aquí prescindible, y convertir su motor en fuerza motriz de un ventilador. El ingenio producía "tremendo ciclón" –lo verificamos-, una vez acopladas las correspondientes aspas de aluminio.

"El problema es que, o pones un buen soporte, o el aparato echa a andar por la casa, así tenga cable", advirtió el hombre mientras mostraba la cubeta de la secadora transformada en maceta y un cenicero de pie hecho con un pistón de coche y el trípode de un atril.

Carlos, nuestro mecánico, nos explicaría una aplicación más sofisticada del rústico ventilador: la de pieza central de un equipo de "aire acondicionado" con la caja de un televisor Krim, también soviético, como carcasa. Para producir el frío, el inventor/usuario coloca un bloque de hielo entre el ventilador y lo que fue la pantalla, sustituida por una rejilla que orienta el soplo polar obtenido.

El último uso creativo de la Aurika del que hemos tenido noticia corresponde a la última y fructífera campaña del tomate. El plan de incremento productivo dictado desde el Gobierno desbordó previsiones y capacidades de aprovechamiento; en especial por falta de máquinas e instalaciones de triturado y conservación. Muchos campesinos y comerciantes agrarios emplearon la lavadora, con sus potentes aspas laterales, a modo de batidora gigante. El tomate así triturado se introducía luego en botellas de cristal que se sellaban con cera y se pasaban al baño María para una larga conservación.

La improvisada trituradora prestó un servicio al país, aunque no evitó que cientos de toneladas de tomate se pudrieran en el campo. El "tremendo ciclón" con motor de secadora fue en cambio motivo de debate nacional desde que, en el 2005, Fidel Castro salió por la tele para lanzar una amplia campaña de ahorro energético que implicaría la caza y captura de aparatos artesanales, en particular de los ventiladores Aurika, esos "devoradores de electricidad", dijo. Sus órdenes no siempre iban a cumplirse, como hemos visto, por mucho que un año después anunciara la sustitución de más de un millón de ventiladores clandestinos por otros de factura "ahorradora".

Otro equipo de bajo consumo que el Gobierno distribuyó fue una jarra eléctrica para hervir agua. Pero la operación se paró en unos meses, cuando las autoridades detectaron su uso "para fines no previstos que generan consumos por encima de lo calculado". ¿Qué pasó? Pues que muchos cubanos habían convertido la jarra en calentador para la ducha. Las instalaciones, aún quedan por ahí, son dignas de ver. La jarra aparece conectada al enchufe ás cercano y acoplada al último tramo de la tubería. El agua corriente entra fría en el recipiente para, una vez mezclada con el que hierve dentro, retornar al tubo ya templadita antes de llegar a la pera.

Ventilador o trituradora Aurika y ducha eléctrica forman parte de un repertorio inconmensurable de invenciones, chapuzas y apaños creados en la Cuba de los últimos años bajo el triste estímulo de las privaciones. Unas carencias que afectan sobremanera al transporte. Por eso la crisis conocida como periodo especial, sobrevenida con el fin de la URSS y el endurecimiento del embargo, tiene como símbolo el camello: monstruo del transporte colectivo consistente en una cabina y dos contenedores de camión acoplados.

El camello, en vías de desaparición, fue una creación oficial. No como el popular rikimbili, blanco de frecuentes batidas policiales. Se trata de una bicicleta enriquecida con el motor sustraído de una mochila de fumigar. Estas bicis empezaron a volar tanto o más a sus anchas que los insectos salvados por el robo de los motores de fumigación. Las redadas casi las erradicaron, pero aún quedan.

A medio camino entre camellos y rikimbilis, entre lo legal y lo furtivo, los coches son el máximo exponente de la ingeniería popular cubana. Ahí nunca hubo guerra fría. Imponentes automóviles imperialistas tipo Buick, Dodge o Chevrolet de los 50 sobreviven gracias a un fluido transplante de piezas extirpadas a ejemplares de Lada, Mosckvich o Volga rusos, cuando no a tractores rumanos. El promiscuo tráfico de recambios alcanza ya a los carros europeos y asiáticos, que no escapan del canibaleo (despiece) al que todo vehículo es sometido en Cuba cuando por robo, siniestro total o avería irresoluble queda fuera de circulación.

Todo lo que rueda en la isla es susceptible de cirugía mecánica. Y esto incluye asimismo bicitaxis, carros de la compra, calesas y carromatos, cuya dotación con ruedas arrancadas de contenedores de basura es una plaga de inmundos efectos. En el ámbito militar, la isla ha producido carros de combate propulsados con carbón.

Las antenas de radio y televisión para captar señales prohibidas son toda una rama de la subrepticia artesanía local. Cientos, tal vez miles de terrazas de La Habana acogen las más extravagantes formas de disidencia tecnológica. Destacan las parabólicas hechas con paellas, bandejas de aluminio o sombrillas y las antenas radiofónicas a base de perchas o agujas de coser que desde los 90 transportan a los barrios habaneros el rap o el reguetón de las emisoras de Florida.

También la alimentación y la cosmética dan cuenta del ingenio doméstico a la cubana. La utilización de químicas golfas e ingredientes bastardos en la gastronomía y el aseo personal fue una práctica extendida en los 90, por fortuna casi erradicada. Pero en confección y peluquería todavía se ven creaciones y aditamentos curiosos, más positivos que aquéllos. Zapatos hechos con hojas de plantas y bolsos fabricados con abridores de latas son ejemplos de reciclaje y empleo de materias naturales que una pasarela europea podría exhibir como piezas de post-vanguardia pero aquí son fruto de la necesidad... Como de manera más tosca lo atestiguan, con glamour cero y ternura infinita, los rulos para el pelo hechos con cilindros de cartón del papel higiénico o trozos de tubería de PVC. Los cubanos carecen de casi todo, pero casi todo se lo inventan. Menos la comida, claro.

(LA VANGUARDIA.ES)

SALUD PÚBLICA EN CUBA: De la vitrina a la basura







....................................................................................
Por Jorge Olivera Castillo

Sindical Press



LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Gratuidad y utopía marchan juntas por los caminos del socialismo. Es una especie de unión fraternal a prueba de rupturas. Esa aparente facilidad para ser atendido por un médico sin tener que abonar directamente importe alguno, suele ser la vía para un fácil acceso a cualquiera de los puertos de la angustia.

Ir a un hospital a sufrir lo indecible, se ha convertido en una norma para el cubano promedio. Casi ninguna de las instituciones médicas funciona acorde con los parámetros requeridos para ejercer una labor de calidad.

Maltratos verbales por parte de profesionales o subalternos, falta de higiene, personal no idóneo para cumplir con sus responsabilidades, robo de las pertenencias a los enfermos internados, edificaciones en pésimo estado constructivo, ausencia de instrumental e insumos para llevar a cabo los diagnósticos correspondientes.

Todo es parte de un declive donde confluyen factores tanto de carácter objetivo como subjetivo. El sistema ha dado muestra de su incapacidad para brindar una cobertura de salud a nivel nacional que contenga los debidos niveles de eficacia.

Con el paso del tiempo se observa el enquistamiento de la deshumanización, la ausencia de un sentido de pertenencia por parte del personal médico, el pago subrepticio para ser atendido con esmero.



Dado el avance y consolidación de las prácticas perniciosas en el sector, es difícil hallar correctivos para subsanar las irregularidades. Al valorar la realidad es preciso tener en cuenta que muchas de las causas se mantienen vigentes. Por ejemplo, un carnicero semi-analfabeto suele ser más afortunado que un cirujano, en términos de nivel de vida. Una ama de casa que vende dulces de puerta en puerta, es muy posible que supere las ganancias de una licenciada en enfermería. Valga acotar que estas actividades laborales son regularmente ejercidas al margen de la ley.

Para ilustrar por donde andan las cosas, cito una queja enviada recientemente al diario oficial Granma. Todo ocurrió en una visita a la sala de observación del cuerpo de guardia del hospital Calixto García, en Ciudad de La Habana.

“La sala de observación a la que hacía mención, es una instalación que no lleva mucho tiempo de restaurada. No hay un solo servicio sanitario que pueda descargarse. El mal olor proveniente de este lugar invadía la sala. En varias ocasiones tuve que salir a la calle. ¡Qué decir de los enfermos que no pueden moverse por su delicado estado! Me ofrecí para descargar todos los baños con algún cubo, pero no apareció ningún tipo de recipiente. Ni hablar de agua para tomar. Las sillas, a pesar de ser bastante incómodas por su armadura de hierro, no alcanzaban a una por cama. Una parte del techo estaba desprendido”.

La anécdota de esta atribulada madre refleja un hecho que se repite, día a día, en decenas de centros hospitalarios del país. De acuerdo al relato, los hechos ocurrieron el pasado 30 de noviembre. Pocos días después tuve que dirigirme a este hospital aquejado de un fuerte dolor en la ingle.

Mientras esperaba por una inyección intravenosa para calmar las punzadas, llegaron a mis oídos los pormenores de una experiencia erótico-sexual, un aluvión de frases obscenas y un debate sobre la calidad de un frasco de pintura para uñas. Las jóvenes enfermeras hablaban en alta voz. Solo una llevaba el uniforme. El resto vestía inapropiadamente.

En medio de mis dolores pensé que en vez de aliviarme, podría morir a manos de personas sin vocación ni deseos de desempeñar correctamente sus obligaciones. A golpe de masividad, igualitarismo y gratuidades, todo se ha podrido. ¡Y de qué manera!

CUBA: Adela y el repudio







.....................................................................................
Por Alejandro Rios


En la foto, Adela, una negra enjuta, aparece con la boca desmesuradamente abierta, que revela una dentadura en franco deterioro. Le encanta que la movilicen temprano porque se escapa por un tiempo del taller donde tratan, a duras penas, de arreglar televisores.

Es el único momento también que monta un ómnibus y se sienta, sin empujadera ni bronca. Le dan un rango de persona importante que la convoquen y le faciliten el viaje y la cuiden durante la manifestación los muchachos fuertes, vestidos de civil, la parte oficial del operativo, tan solícitos y comprensivos.

Tiene un hijo que se hizo médico gracias a la revolución y ahora está en Venezuela, el otro es su frustración como madre, se dejó influir por el mal elemento del barrio y se fue del país en una balsa. Por eso le satisface tanto castigar esa estirpe de persona poco agradecida con los logros de la revolución.

Cada vez que la citan dice presente. Puede ser para impedir una manifestación de gusanos vendepatrias o para rodear una casa y no dejarlos salir porque la calle es de Fidel.

El acto se divide en grupos. Cada cual asume una tarea. Los compañeros que dirigen insisten en que eviten la confrontación física con la contrarrevolución, aunque se puede escapar algún que otro pescozón, siempre que no haya una cámara presente. Lo cual es difícil porque ahora hasta los teléfonos graban imágenes.

Todo el movimiento debe parecer espontáneo, las guaguas parquean a cierta distancia de los acontecimientos. Adela es de las que grita con ganas. Le gusta, descarga sus frustraciones sin que nadie se entere.

Hoy parece que la convocatoria es importante, arremeten otra vez contra las mercenarias que se visten de blanco, mosquitas muertas que se hacen las pacíficas y van con una flor en la mano. Reciben dinero de Miami y se visten bien, muy limpias y perfumadas. Ella disfruta halarles los pelos bien peinados. A veces se queda con algunos mechones en la mano y ni chistan. No tienen sangre en las venas. Son unas muertas sin espíritu combativo.

Las últimas instrucciones siempre las reciben en los ómnibus fuera de la vista pública. Hay un mayor del Ministerio vestido de civil, muy elegante, que suda, habituado al aire acondicionado, y les dice que el Furry se siente orgulloso de ellos tan prestos para salirle al paso a la gusanera y que un día serán reconocidos públicamente, pero que por ahora en silencio ha tenido que ser.



Como hoy la jornada es larga, al final les toca la cajita con comida. Menos mal, porque en la casa es pueblo embrujado. La escasez sigue siendo aguda por el maldito bloqueo. Los yanquis no aflojan. Por la mañana se aseó con un cubo de agua y se lavó los dientes con bicarbonato, que también le sirve de desodorante.

Estos días han sido muy activos. Hace poco le dieron su merecido a cierto periodista que había desafiado a uno de los muchachos del Ministerio. Se hizo el machito, se paró en una calle del Vedado a esperarlo, sólo para conversar, según él, pero así se empieza y allá fueron las guaguas con Adela y sus camaradas, simulando ser estudiantes universitarios y lo empujaron contra una reja hasta que se lo llevaron y lo soltaron lejos para que no le hicieran mayor daño. Porque el grupo se va calentando y nunca se sabe si alguien va a salir con un mal golpe.

En su modesto apartamento donde el esposo la abandonó hace ya algunos años, Adela tiene unos muebles desvencijados. Para las manifestaciones se pone sus mejores galas, una blusita azul celeste de punto con tirantes. Su prima Yusleidy la vio en el noticiero de la televisión y dice que no luce mal.

Espera que su hijo el médico le traiga algunas cosas de Venezuela, como ropa interior porque la suya está deshecha. Con el otro no se puede contar, igual que su padre.

Mañana temprano para el taller y si la escoria vuelve a asomar la cabeza, duro con ella, que la revolución se respeta.

El Nuevo Herald

Represión y mezquindad




.....................................................................................
By ALEJANDRO ARMENGOL
Para mantenerse en el poder día tras día, hasta el momento Fidel y Raúl Castro sólo requieren de un equipo médico atento y un sistema de seguridad eficiente. Pero para perpetuarse les es necesario además sustentar una justificación ideológica. Durante décadas, la política fue la razón de ser del Estado cubano, el desprecio a la economía y los proyectos faraónicos. Ahora todo ha entrado en una dimensión más miserable.

Basta comparar lo que fue la etapa épica de la lucha para reafirmar el proceso revolucionario, con lo que simbolizan esos actos de repudio contra mujeres que sólo reclaman la libertad de sus familiares encarcelados injustamente.

El gobierno de La Habana podrá argumentar que en todos los casos se encuentra detrás el ``imperialismo yanqui'', pero resulta ridículo, además de lamentable, el encerrar en una prisión de máxima seguridad a un norteamericano que repartía computadoras y teléfonos. La solución en este caso hubiera sido bien simple: montarlo en un avión de regreso a Estados Unidos. Pero no, el régimen de Raúl Castro necesita ese prisionero para enviarle el mensaje a Washington de que no tolerará esfuerzo alguno a favor de incrementar la sociedad civil.

Lo que llama la atención es que mientras el espectro amplio del sector más inconforme con la realidad cubana se transforma de acuerdo a las características de la sociedad actual, la represión continúa anquilosada en sus formas más burdas. En última instancia, el ``recurso perfecto'' para acallar cualquier voz independiente en Cuba son los actos de repudio.

Curiosamente, ese mismo gobierno exige sin cesar que cinco condenados por espionaje en Miami sean liberados.

Tacañería de un Estado que no admite la menor manifestación de independencia, donde la función opositora ha evolucionado de un enfrentamiento radical al desacuerdo, la disidencia y la simple búsqueda de una vida propia, sin que se permita la menor apertura de un espacio político. Mientras los métodos represivos cambian de tácticas --detenciones por varias horas, advertencias--, el mecanismo de terror se mantiene inalterable.

La renuencia del gobierno cubano a ceder en lo más mínimo frente a las presiones internacionales, se ha mantenido sin alterarse. La política de liberar a algunos enfermos no permite la menor esperanza. Ante el más leve temor de amenaza, el régimen cierra filas. El terror es el único instrumento en que confía. La turba que ahora golpea y veja se apoya en el policía listo para encarcelar y en el tribunal sin decoro que condena la decencia.

Una y otra vez, el acto de repudio se utiliza con el mismo objetivo: no sólo es sembrar el miedo, también es crear el desaliento. Los argumentos son gastados, los recursos son viejos, pero la vida es una sola. Estas actividades son la cara más turbia de un monstruo con varias cabezas, y no deben verse de forma aislada. A ellas se une una campaña de descrédito por numerosos medios. Alimenta la desconfianza, porque el gobierno sabe que ésta es un freno a la hora de dar un paso al frente. Quieren ponerlo todo en blanco y negro, pero al mismo tiempo confundir los límites. ¿Hasta dónde se puede llegar? ¿Qué crítica es permitida? Lo mejor es quedarse tranquilo.
La Habana vuelve con la cantaleta de que los blogueros, disidentes y opositores pacíficos están al servicio de Estados Unidos. No porque intente convencer a nadie, sino porque sabe que es el camino más seguro para reforzar la intimidación: una acusación que recuerda castigos anteriores. No teme la repulsa internacional porque sabe que los gobiernos responden a intereses y no a ideales.

Al intensificar la represión, el régimen no sólo quiere acabar con la esperanza de un cambio dentro de la isla. Le preocupa también los cambios que cada vez con mayor fuerza se vienen promoviendo en Washington, los avances en los esfuerzos que buscan establecer una vía de trato con el gobierno de La Habana que no esté fundamentada en una retórica de confrontación. Ve como enemigos no sólo a los opositores conocidos, sino también a quienes de momento le manifiestan la fidelidad más absoluta. Sabe que ésta se vería erosionada con una mayor cercanía entre la isla y Estados Unidos.

La confrontación ideológica ha quedado reducida a las ``reflexiones'' del ``Compañero Fidel'', y el mayor efecto que éste produce en la isla es el de servir de rémora ante cualquier posibilidad de cambio.

Hasta el momento, Raúl Castro ha limitado las definiciones ideológicas al mantenimiento del statu quo, y a utilizar en sus discursos el argumento de la ``legitimidad de origen'' (el triunfo en 1959) para justificar la permanencia en el poder. Contrasta ello con su fama de gobernante pragmático, ya que este pragmatismo llevaría a fundamentar su mandato en una ``legitimidad de ejercicio'', la cual tendría que ser definida por alcanzar cierta prosperidad.

Pero desechadas las esperanzas de una mejora sustancial del nivel de vida de los cubanos a corto plazo, con la justificación siempre a mano de la crisis internacional y el azote de varios huracanes, Cuba sigue esgrimiendo el argumento de plaza sitiada. Para ello tiene que apelar al espejismo de una retórica de confrontación, que prescinde de la palabra y la idea para limitarse al insulto y el golpe. La ideología reducida a la gritería callejera y una actitud soez.

aarmengol@herald.com

El Che: terrorista confeso


.....................................................................................


El Che: terrorista confeso
Baldomero Vásquez Soto


La revista TIME, en su edición del 21 de diciembre de 1962, recogió la opinión de Ernesto Guevara (el Che) sobre el acuerdo donde los mandatarios Kruschev y Kennedy pusieron fin a la amenaza de guerra nuclear provocada por la instalación clandestina en Cuba de bases militares rusas, equipadas con armamento atómico. La fuente de aquella reseña sería una entrevista concedida por el comandante guerrillero a Sam Russel, corresponsal en La Habana del periódico socialista inglés London Daily Worker, publicada el 04 de diciembre de aquel año.

El inestimable valor histórico de aquella entrevista radica en que contiene las únicas declaraciones que diera el Che en los meses que duró la crisis de los misiles. La mencionada reseña de TIME se titulaba “Cuba: Castro's Warhawk”, en una clara referencia al Che como el halcón de guerra de Fidel Castro. Sin embargo, al leer su contenido no queda duda de que el calificativo de terrorista es el que mejor le cuadra.

Dibujando un retrato de sí mismo, Guevara afirmaba lo siguiente: "If the missiles had remained, We would have used them against the very heart of the United States, including New York City" (“Si los misiles hubiesen permanecido en Cuba, nosotros los habríamos usado contra el propio corazón de los Estados Unidos, incluyendo la Ciudad de Nueva York”).[1] Sólo alguien con una mentalidad terrorista podría jactarse alegremente del deseo de ejecutar una acción que habría causado la muerte de millones de seres inocentes. Acción que, por lo demás, habría significado también la desaparición de millones de inocentes cubanos, pues la respuesta nuclear instantánea de EEU contra la URSS implicaba fatalmente la destrucción de Cuba. Tanto desamor a su pueblo y a la humanidad hacen inexplicable como este hombre trasmuta en símbolo romántico de esperanza de los pueblos.


La mentira es revolucionaria: de la Acería del Che al Puerto Pesquero de Fidel



Los diferentes aspectos involucrados en la “Operación Anadyr ” (nombre dado por los rusos a la instalación de las bases en Cuba) revelarían otra cara, también perversa, del Che Guevara y de Fidel Castro, que evidencia el absoluto irrespeto de uno y otro hacia la opinión del pueblo cubano y la hipocresía de ambos como defensores de la soberanía de Cuba.

Al subordinar a Cuba a los intereses geopolíticos del imperio ruso, había que obedecer las órdenes que emanaban del imperio. Una de éstas fue que la instalación de las bases militares se haría en secreto. Siguiendo esa línea, el 27 de agosto de 1962 el Che Guevara salía a escena a engañar a la opinión pública internacional. En Moscú declaró que la URSS construiría una gran Acería en Cuba (según la agencia soviética TASS “una factoría de fundición de acero”).[2]

De la falsa Acería no se volvió a hablar más. En su lugar, el comandante Fidel Castro, para engañar al mundo y al propio pueblo cubano, inventó otra mentira: que los rusos construirían un Gran Puerto Pesquero en Cuba.[3] El engaño llegó a su máximo el 23 de octubre de 1962 con la respuesta de Castro, transmitida por radio y TV, al discurso pronunciado por el Presidente Kennedy el día anterior. Ese día Castro desmintió la denuncia de Kennedy acerca de la instalación de misiles nucleares rusos en Cuba y “acusó al presidente norteamericano de mentir al acusar, a su vez, a Cuba de que dispone de armas atómicas”.[4]


La “Crisis de los misiles” en el Testamento del Che

Como se puede comprobar en su Carta de Despedida a Fidel [5], el Che mantendría inalterado el engaño al que siempre ha estado sometido el pueblo cubano sobre la crisis. En lugar de referirse a la “crisis de los misiles”, intencionalmente adopta la retórica rusa, la cual se refería a aquellos peligrosos acontecimientos como la “crisis del Caribe”. Esta frase le permitía obtener una doble ganancia: esconder la responsabilidad de la URSS en la crisis y presentar el conflicto como un enfrentamiento heroico entre el pequeño David (Cuba) y el gigante Goliat (EEUU).

Este terrorista confeso dejó muy mal parado al filósofo Jean Paul Sartre, quien en 1960 lo consideró “el ser humano más completo de nuestra época”. Con toda razón, Ralf Dahrendorf ha señalado al existencialista francés de haber sucumbido a la tentación totalitaria: “siempre que se dieron tales tentaciones, Sartre sucumbió a ellas”



(Cubanet)

viernes, 25 de diciembre de 2009

MIS HÉROES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!








Por Esteban Fernández

Algún día, en una Cuba libre, será cuando verdaderamente los cubanos se enterarán del descomunal esfuerzo realizado por el destierro cubano combatiendo a rajatablas a la tiranía castrista.

Dentro de nuestra nación muchísimos compatriotas creen que el exilio ha sido simplemente para acumular riquezas, para rodar carros del año, para dar suntuosas fiestas, para crónicas sociales. Pero muy poquito se sabe de la sangre que los exilados han derramado en la tierra cubana ni de los cientos de gestiones guerreras realizadas.

El 99 por cientos de nuestros hermanos en la Isla conocen a Willy Chirino y a Gloria Estefan, pero un ciento por ciento no tiene ni la menor idea de quien fue Tony Cuesta. Han escuchado hablar mucho de la prosperidad de los cubanos en U.S.A. pero muy poco de lo que fueron los Comandos L, los Comandos Mambises y Omega7.

Consideran que el exilio es pachanga y dólares, pero el exilio es Vicente Méndez y Edel Montiel, “Rabo de Nube”, Espiritico, el “Venado”, Joaquín Membribe. Este es un destierro que ha dado una gloriosa Brigada 2506. Tenemos un día que escribir libros sobre “Yarey”, sobre el Rece, sobre el Jure, sobre Abdala, hacer 100 tomos de la organización Alpha 66, sobre sus ataques comandos, sus desembarcos. Solo hay que entrar en la oficina de Alpha en Miami para ver en sus paredes la galería de sus mártires.

Muy poquitos en Cuba han escuchado los nombres de los gloriosos hermanos Ignacio y Guillermo Novo. Sólo se habla en nuestra patria de Orlando Bosch y de Luis Posada Carriles para atacarlos. En una Cuba libre tendremos que erigirles unas estatuas al lado de la de Antonio Maceo. Alvin Ross es un héroe en esta lucha. Allá sólo conocen a los cantantes y los peloteros.

Este exilio ha dado muchos patriotas como Aldo Rosado, como Luis Crespo, como Humberto López, como Henry Agüeros, Virgilio Paz, que han dedicado sus vidas a combatir al régimen. Desde el primer momento, desde el mismo 1959, ya desembarcó en Trinidad, se jugó la vida y cumplió largos años de prisión Roberto Martín Pérez.

Y antes de llegar la invasión de Playa Girón ya estaban allí los equipos de infiltración, con Pepito Regalado, Humberto Solís, Abel Pérez, el Sheriff, Raffo, Yayo Varona, Recarey, Blanquito, Andréu, Cawy, Durán, Giraud, Comella, Mirto Collazo, y muchos más.

La “Lucha por los caminos del mundo”, el CORU, el Poder Cubano, el Movimiento Nacionalista, el Movimiento Pragmatista, el gran Valentín Hernández. Toda la gloria para ellos. Lo primero que tenemos que hacer cuando llegue nuestra liberación es pedir que nos devuelvan a Eduardo Arocena y declararlo Héroe Nacional de la República de Cuba.

¿Quién conoce dentro de nuestra patria a Héctor Alfonso? Un verdadero león en esta contienda. ¡Cuantas páginas de la futura historia de Cuba le tendremos que dedicar a “Fabián”! Pero allá sólo conocen a Andy García y al “Duque” Hernández.

Y ahí en esa historia estarán Manuel Artime, Andrés Nazario Dieguito Medina, Santiago Álvarez, René García, Felipe Rivero, Eneido Oliva, Orlando Atienza, Waldito Castroverde, René Cruz, Alejandro del Valle, Nino Díaz, Ramón Saúl Sánchez, Juan Felipe de la Cruz, Armando Fleites, Dionisio Suárez, Hugo Sueiro...

El que crea que desde aquí no se le ha tirado ni un chícharo a la tiranía es un ignorante de la verdad. Y algún día habrá que hacerle saber a toda la nación la verdad que hoy oculta el régimen. Pocos destierros a través de la historia han combatido más que el nuestro, pero siempre se le ha escatimado la gloria que merece. Eso vamos a subsanarlo en una Cuba libre.

Con una facilidad tremenda llamamos “glorias de Cuba” al deportista, al músico, al bailarín y al poeta. Pero yo pienso que ha de llegar el momento en que los cubanos nos pongamos de pie para brindarles una cerrada ovación a Ernesto Díaz Rodríguez, a Eusebio Peñalver, a Renán Llanes, Tony Bryan, Félix Rodríguez, Ernestino Abreu, Pedro Remón, López Castro, Tony de la Cova, Gaspar Jiménez, Osiel González, Alfonso Carol y a muchos otros patriotas que tanto lo merecen...
(de Nuevo Accion)

Entrada destacada

EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA

  POR LA REVOLUCION DEMOCRATICA EN CUBA EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA  Empotradas sus cenizas dentro de una gris piedra con forma de boni...