Buscar este blog

lunes, 25 de junio de 2012

El Infame Asesinato de Luis Andrés





por Abelardo De La Espriella


A Luis Andrés Colmenares lo mataron vil y cobardemente, por ser un costeño morenito, sencillo, bacán, inteligente, y porque tenía un pegue sin igual con las damas. Los “cachaquitos bien” con los que estudiaba y que decían ser sus amigos, albergaban en realidad un profundo desprecio por el estudiante destacado, gran miembro de familia, bailador consumado y solícito colaborador que fue Colmenares. No hay nada en el mundo que carezca de más condición, que la condición humana misma. Esos falsos amigos que lo rodeaban fueron los verdugos de un muchacho bueno y sano, que tenía unas ganas tremendas de comerse el mundo con sus sueños y disfrutar la vida dibujando en su rostro una carcajada interminable. Me atrevo a asegurar que por la cabeza de Luis Andrés nunca pasó hacerle daño a nadie, cosa distinta pensaba su combo, que odiaba todo lo que éste hijo del caribe representaba. El espeluznante asesinato de Luis Andrés está surcado por toda suerte de inconsistencias probatorias, manipulación de la evidencia, pactos de silencio y hasta amenazas de muerte contra funcionarios, testigos y abogados. Las dos jovencitas imputadas como coautoras del homicidio, solo constituyen un pequeño eslabón de la cadena criminal que acabó con la felicidad de una bella y ejemplar familia, que hoy llora, desconsolada, la pérdida de uno de sus más queridos miembros. Los verdaderos asesinos están cobijados por el manto protector de sus padres, recamado en influencias y cheques al portador, y por un poder de intimidación propio de la mafia, pero no por mucho tiempo, claro está: pronto se conocerá la verdad, y los ''hijos de papi" tendrán que asumir las consecuencias de sus actos. Hay dos aspectos fundamentales de este proceso que llaman poderosamente mi atención. El primero es que, detrás de la violencia desmedida y delirante que sus asesinos emplearon contra Luis Andrés, y de las trapisondas que las familias de estos han utilizado para torcer el normal desarrollo de la investigación, se percibe un tufillo racista, clasista y anti regionalista. ¡No nos digamos mentiras! De haber sido un “yupi” lanudo de Bogotá, Luis Andrés no estaría muerto; muy seguramente sus agresores se habrían abstenido de hacer lo que hicieron; pero ¡claro!, como se trataba de una familia humilde de La Guajira, tenían licencia para cometer cualquier atropello. ¡A ver si los parientes de los “Angelitos de los Andes” se hubiesen atrevido a meterle mano al proceso, si se tratara del hijo de algún poderoso burgués del altiplano! La xenofobia en cualquiera de sus expresiones es un veneno mortífero para el alma, que genera terribles procederes. El otro asunto que turba mi mente es la posición asumida por los padres de los involucrados en el horrendo crimen. ¿Qué clase de personas encubren a un hijo, a sabiendas de que está untado hasta el tuétano? ¿Dónde están los valores, la responsabilidad y la moral de una familia así? Espero no encontrarme nunca en una situación semejante, aunque tengo claro que, de estarlo, yo mismo entregaría a mi hijo para que respondiera como corresponde, pues eso sería lo correcto. Solo espero que todo el peso de la ley caiga sobre los culpables y que la familia de Luis Andrés tenga por lo menos el consuelo de que para la justicia, a diferencia de los seres humanos, el origen, el color de la piel o la condición no importan. La ñapa: Durante el último mes y gracias a la información que me han hecho llegar varias víctimas, he venido realizando una acuciosa investigación periodística sobre un cartel de “Abogánsters” dedicados a la extorsión a través del montaje de falsos procesos penales. En desarrollo de la misma, llegó a mis manos un material probatorio que hace referencia a Arcadio Martínez, documentación que, dicho sea de paso, no está corroborada aún. Lo extraño de todo esto es que hay dos siniestros amigos de Martínez, que estuvieron extraditados y que están debidamente identificados, haciendo averiguaciones sobre la investigación y lanzando amenazas veladas. Se equivocan de cabo a rabo. Voy hasta el final, porque creo que hay que depurar el ejercicio de la profesión del derecho. !Para ello no me faltará valor, caiga quien caiga! abdelaespriella@lawyersenterprise.com

No hay comentarios:

Entrada destacada

EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA

  POR LA REVOLUCION DEMOCRATICA EN CUBA EL MUSEO DEL HORROR EN LA HABANA  Empotradas sus cenizas dentro de una gris piedra con forma de boni...