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domingo, 18 de septiembre de 2011

Moya: La 'marcha Boitel y Zapata viven' prueba que 'la unidad de la disidencia es posible'

•Diferentes grupos de la disidencia interna 'subordinaron sus proyectos y lo pusieron todo en función de la marcha', dice el ex preso político.
•Los opositores estuvieron cuatro meses preparando la iniciativa e incluso elaboraron un reglamento de conducta.





Grupos de la disidencia interna de todo el país trabajaron juntos durante cuatro meses, pospusieron sus respectivos proyectos e incluso acordaron normas de comportamiento para intentar llevar acabo la "Marcha Nacional por la Libertad Boitel y Zapata viven", dijo este sábado a DIARIO DE CUBA Ángel Moya, uno de los integrantes del Grupo de los 75 que rechazó partir al exilio en España.

La iniciativa "demuestra que la unidad de la disidencia es posible", dijo Moya tras ser liberado después de tres días de arresto.

El ex preso político y al menos otros 70 activistas fueron apresados el jueves en Villa Clara, informó a DIARIO DE CUBA Elizardo Sánchez Santacruz, portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

Cerca de 12 continuaban detenidos en el momento de redactar esta noticia. Algunos en paradero desconocido, según Sánchez.

El opositor Jorge Luis García Pérez (Antúnez) denunció a través de Twitter que su esposa, Yris Pérez Aguilera estaba en un calabozo en Placetas "en muy mal estado de salud, con el pecho y el abdomen inflamados, vomitando bilis y con crisis de hipoglucemia".

Antúnez dijo que la policía impidió que activistas hicieran llegar a Pérez Aguilera los medicamentos que necesita.

De Oriente a Occidente

Los intentos de realizar la marcha "Boitel y Zapata viven" comenzaron el pasado 8 de septiembre en Guantánamo. Los disidentes quieren llevarla de Oriente a Occidente, con relevos en cada provincia, para exigir al Gobierno que "respete y publique la Declaración Universal de los Derechos Humanos; ratifique los pactos internacionales sobre esos derechos; cese la represión contra la oposición pacífica y el pueblo; libere a todos los presos políticos sin condiciones, y derogue el marco legal por el cual fueron llevados a prisión".

Pero, desde el inicio, cada amago de salir a la calle (en Guantánamo, Palma Soriano, Baracoa, Holguín, Las Tunas y Santa Clara, entre otras ciudades) ha sido frenado por el Gobierno, en algunos casos con violencia.

Teniendo en cuenta los datos de la CCDHRN, en lo que va de septiembre se habrían registrado alrededor de 200 detenciones, de horas o varios días de duración.

La iniciativa retoma una similar que intentó en 2006 el ex preso político Ramón Velázquez Toranzo, de Las Tunas, actualmente detenido y en huelga de hambre.

Una de las principales críticas que suele recibir la oposición de la Isla es que está fragmentada, desorganizada y minada por rivalidades entre sus líderes.

Sin embargo, de acuerdo con Ángel Moya, uno de los impulsores de la marcha, ésta es resultado "de la colaboración, del sentido de unidad entre organizaciones" diferentes.

"Los grupos de la disidencia interna y muchos activistas de derechos humanos subordinaron sus propios proyectos y lo pusieron todo en función de la marcha", dijo Moya.

Mencionó los casos del también ex preso político de los 75 José Daniel Ferrer, en Palma Soriano; Rogelio Tabío Ramírez y Rolando Rodríguez Lobaina, en Guantánamo; Guillermo Fariñas, Librado Linares, Antúnez e Idania Yánez Contreras, en Villa Clara, y Sara Martha Fonseca, Héctor Palacio Ruiz, Francisco Chaviano, en La Habana.

Otros aportaron desde sus respectivas funciones, añadió Moya. Elizardo Sánchez "desde el principio se dedicó al monitoreo de la situación represiva con respecto a los participantes", ejemplificó el expreso político, que agradeció además el apoyo de varios grupos del exilio.

Reglamento para la protesta


Según Moya, los disidentes estuvieron preparando la marcha durante cuatro meses en los que dieron conferencias en diversos puntos del país para "educar" en "resistencia pacífica" y explicar cómo comportarse en el momento del arresto, entre otros temas.

"Muchas de las actividades previas hubo que hacerlas de forma clandestina, desplazándose en secreto, debido a la vigilancia de los órganos represivos", dijo.

"Fue una labor muy importante porque estimuló el espíritu de pertenencia de las organizaciones de la disidencia y activistas de derechos humanos que estuvieron involucrados directa e indirectamente en la marcha", consideró.

El ex preso político dijo que los opositores incluso elaboraron un reglamento con normas de comportamiento para participar en la marcha. Estas son algunas de ellas:

—Actuar pacíficamente a la hora del arresto. No resistirse violentamente.

—No provocar a nadie, ni con la palabra ni con gestos.

—No invadir durante el trayecto la propiedad privada. Respetar las propiedades.

—Mantener la disciplina en los poblados a los que llegue la marcha para no dar una mala imagen de los participantes.

—No ingerir bebidas alcohólicas, drogas ni ninguna otra sustancia psicotrópica.

—No portar armas blancas ni de ningún tipo.

—No ir sin camisa.

"La Seguridad del Estado está recurriendo a todos sus recursos humanos, materiales y financieros para detener la marcha, recursos que le roban al pueblo para emplearlo en la represión", dijo Moya.

Durante los arrestos, buena parte de los disidentes han sido acusados de "desorden público".

Pero "la marcha seguirá", afirmó el ex preso político. "No podemos aceptar, bajo ningún concepto, que nuestras casas sean calabozos".


Diario de Cuba

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