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lunes, 8 de noviembre de 2010

Retazos de una agresión.por Luis Felipe Rojas



Martha Díaz Rondón me cuenta:” Éramos más de treinta. Llevábamos flores para honrar a Orlando Zapata Tamayo y la palabra para orar por él y para decir Zapata Vive al salir del cementerio como hemos hecho a pesar de los actos de repudio y las provocaciones otros domingos en que por acá no ha habido prensa acreditada.
Cuando dejamos la iglesia el ambiente era muy tenso pero seguimos el programa de siempre y entramos al cementerio. Al salir fue lo peor.
A todos nos golpearon brutalmente, los hombres sirvieron de escudo pero no fue suficiente. Los hombres trataron de protegernos y ponernos en el centro. Se encadenaron pero las fuerzas combinadas, entrenadas para golpear e inutilizar nos redujeron por la fuerza. Nos subieron a las guaguas a base de golpes, incluso a Reina Luisa que es una señora mayor y con problemas de salud. Todos fuimos conducidos a la policía de Banes.
Allí las mujeres sufrimos las peores humillaciones. Me desnudaron, me obligaron a quitarme el blúmer (las bragas) y hacer cuclillas delante de los guardias. Nos vieron los guardias, pues tenían las puertas abiertas. Gertrudis Ojeda Suárez, a Dulce María, a Bárbara Portal Prado, a otra muchacha que no recuerdo el nombre y a Maritza Cardoso Romero pasamos todas por la misma humillación.
Las que nos obligaban a hacer aquello eran mujeres que trajeron de la cárcel. Le pedimos que cerraran las puertas porque los hombres policías uniformados y los no informados que son policías políticos estaban en la parte de afuera y todo se veía pero no lo hicieron. Ellos miraban a propósito cuando nos estaban haciendo el cacheo.
Después nos llevaron para Holguín para un lugar llamado Pedernales (Centro de Instrucción del MININT) y como si no fuera suficiente el cacheo anterior nos volvieron a hacer lo mismo. Me desnudaron, me hicieron quitar blusa y todo y hacer cuclillas y bajarme el pantalón. En ese lugar nos metieron en las celdas y estuvimos allí hasta el lunes por la noche que nos devolvieron a nuestros pueblos de origen no sin antes hacernos una carta de advertencia. Dijeron que nos iban a aplicar el delito de peligrosidad o la ley 88 que todos conocemos como Ley Mordaza. Nosotros nunca firmamos esas actas y le contestamos que sí íbamos a seguir, entonces nos dijeron que ya estábamos advertidas y que podrían encarcelarnos.
Intentaban amedrentarnos y prohibirnos que acompañáramos a Reina Luisa cada domingo al cementerio y a realizar las marchas ZAPATA VIVE.
Hoy tengo todos los brazos y las piernas llenas de moretones, me duele todo el cuerpo. A Gertrudis le dieron por la barbilla y la tiene inflamada, Belkis Bárbara Portal también está muy golpeada, Reina Luisa no puede sentirse peor y sus hijos ni hablar.
A los hombres de otros pueblos no los he podido ver porque los de Guantánamo y otras provincias después de tenerlos presos allí en Pedernales se los llevaron para allá pero los que he visto de aquí de Banes y Antilla tienen muchos golpes y hematomas”.
II
Ditzán Saavedra Prats me envió un mensaje de texto desde su celular en el momento que se abalanzaron contra ellos a la salida del cementerio de Banes. Perdí la comunicación y lo creí detenido. Un tiempo después me llamo para darme mas información de lo que había ocurrido.
“Lo que vi me ha dejado impresionado. Nunca imaginé que se lanzaran contra un grupo de hombres y mujeres y les golpearan de tal manera. Solo tenían para defenderse la voz con la que cantaron el himno nacional y dijeron Vivan los Derechos Humanos Zapata Vive y Abajo la dictadura. Le aplicaron todas las técnicas de artes marciales que existen, los patearon, arrastraron, golpearon. A algunos le ponían llaves de inmovilización y yo pensé que los ahogaban o le partían el cuello. Los hombres trataron de proteger a las mujeres pero era imposible. Eran muchos policías políticos y gente vestidas de civil que no sé de donde salieron pero que de Banes no eran porque aquí conozco a todo el mundo. Los había vestidos de uniforme de policía pero aunque no golpearon tanto si permitieron y ayudaron a meterlos por la fuerza en los carros. Los montaban en las guaguas por la fuerza y si alguno se tiraba al piso lo arrastraban.
Hermano no quiero dejar pasar por alto lo que vi que hicieron con Reina Luisa Tamayo y las otras mujeres. Eso un ser humano con dignidad no lo hace. Golpearlas, arrastrarlas, patearlas.
Después se los llevaron a todos y aún no habían arrancado las guaguas y allí adentro les fueron arriba a golpes con más saña. Y lo que más me duele es que eso no lo ve nadie. La gente que tenia cámara fotográfica de nosotros se le tiraron rápido a las carteras y les quitaron las cámaras, los teléfonos. De ese día no quedará un recuerdo porque aquí no vienen los periodistas y el día que lo hacen lo anuncian tanto que cuando salimos a marchar todo parece una maravilla.
Yo denuncio a la policía política y al régimen de los Castro y digo una vez más que Reina Luisa y su familia están en peligro y que nosotros los miembros de la Alianza Democrática que siempre estamos al tanto de acompañarla y ayudarla también”.
Esta vez sólo me limité a transcribir lo que me contaron los amigos. No es todo. Los testimonios de otras víctimas las expondré después. Si la montaña informativa no viene aquí al Oriente Cubano, iremos a la Montaña, a través de mi blog cruzaremos alambradas para que todos sepan que queremos Libertad pero salimos a buscarla sin armas, sin odios, sin venganza.

Luis Felipe Rojas

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