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viernes, 12 de noviembre de 2010

De las ofertas castristas de "arte" hacia el exilio de Miami, y de una advertencia. por Zoé Valdés





Hace algunos años, uno que se hizo pasar por amigo, me convenció para que yo escribiera sobre el MIDEM de Miami, y las visitas de los músicos cubanos de la isla a Miami. Como en aquel momento, hasta hacía pocos tiempo, yo todavía había vivido en Cuba, con la lengua afuera, tratando de irme como fuera lo más lejos posible de Aquella Maldita Isla Basura, entendí que el exilio debía de abrirle las puertas a los músicos, a los artistas, recibirlos, y permitir que pudieran ser parte del exilio. Escribí a favor de que se celebrara el MIDEM en Miami, en El Nuevo Herald, con la participación de músicos cubanos de la isla. Pasados 16 años y unos cuantos puñetazos que me han dado los aprovechados del cuento, después de varias traiciones y decepciones, opino totalmente lo contrario. Y voy a tratar de hacer catarsis con ustedes, por medio de este texto, porque ya no tengo cabeza ni tiempo para analizar nada sobre el asunto, de forma seria.

Vamos a ver: supongamos que si Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, preso durante quince años, en la actualidad forma parte de una Oposición activa dentro de Cuba, aunque no es del grupo de los famosos de esa Nueva Disidencia de Diseño que tiene blogs, se reúne con más de cinco en una casa, hacen academias y revistas, e invitan a bloguear a antiguos segurosos (como si los segurosos dejaran de serlo alguna vez), no, él no es de ese grupo, por suerte para él, si Antúnez se parara en una esquina, allá, y se pusiera a cantar cualquiera de los raps de Los compañeros señoritos Aldeanos, en La Habana, o donde sea, no dura ni 5 segundos porque de que lo molerían a palos y lo entierran otros 15 años más en el tanque no les quepa la menor duda. Es cierto que Antúnez ha caminado las calles del pueblo de Pedro Luis Boitel leyendo fragmentos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ha organizado varios actos valientes de repudio contra el castrismo, a pleno sol. Pero hay una diferencia grande entre cantar un rap contra los Castro sin mencionarlos, y meter un discurso a pleno sol, mencionándolos con todas sus letras. En Aquella Isla Mierdera como lo es Cuba, nadie ignora, que atraería más adeptos si cantara el rap, que con el mitin político. Empezando porque los discursos de Fidel Castro fueron el mejor antídoto contra los discursos de cualquier tipo, contra los suyos propios. Por eso soy de los que opinan que el primer político que se pare en una tribuna en Cuba, después de la caída del castrismo, y baje cualquier muela bizca, le dejan vacío el timbiriche y firma su acta de defunción como político en ese mismo minuto. Ahora, eso sí, el primero que sin abrir la boca, tire hamburguesas y pizzas para la audiencia, ése gana sin vacilaciones, y se le rebosa la plaza de público.

No es la razón, desde luego, por la que Antúnez, que estuvo 15 años presos, en una isla como Cuba, incluso siendo opositor, le permiten empezar los discursos, pero casi nunca se los han dejado terminar. Las golpeaduras que han recibido tanto él como su mujer rebasan un número incalculable. Y en los últimos tiempos se han extremado los abusos contra su esposa, golpeándola más a ella que a él. Así que si Antúnez se pusiera a cantar rap con las letras de Los Aldeanos, con la mitad del contenido que tienen esas letras, dudo mucho que lo mandarían a una gira fuera, a España (donde por cierto, a Los Aldeanos no le hicieron el menor de los casos), y Miami. No, a Antúnez, lo hubieran mandado a una gira por Kilo 7, Boniatico, y unas cuantas prisiones más de alta seguridad.

Así que, cualquiera que me cante a mí cancioncitas con letras como las que cantan Los Aldeanos en Cuba, responde a un “diseño”. Y lo digo con todo conocimiento de causa. Porque bajo mis propios ojos vi cómo crearon a dos escritores de adentro de Cuba para contrarrestar la obra de Reinaldo Arenas y de Guillermo Cabrera Infante en el exilio. Lo viví. Y esos dos escritores fueron: Senel Paz, y el otro me lo reservo porque hoy vive en el exilio, aún cuando ha hecho viajes a Cuba. De eso se encargó Alfredo Guevara, que como bien dijo Carlos Franqui en su escribió Retrato de Familia con Fidel, es el cerebro gris, la cloaca gris, de Aquella Mierda. Para nadie es un secreto que Alfredo Guevara y Silvio Rodríguez son amigos, y ambos tienen la opinión de que a los jóvenes hay que dejarlos hacer hasta un punto, porque son los jóvenes los que dan la mejor cara de “la Revolución”, en la vitrina hacia el extranjero. Actúan así en agradecimiento a la memoria de Haydée Santamaría.

Los Aldeanos son un producto de ese andamiaje. No sé si conscientes o no, pero lo son. Ellos saben cómo vive el pueblo en Cuba, ellos saben de sobra que a otros músicos, de verdad, que no llevan tatuajes, ni maquillaje, ni los pelos amelcochados, sólo por cantar canciones en contra del régimen los han metido en cana, y los están matando de hambre y de tristeza porque no los dejan trabajar en ninguna parte, los han expulsado de todas partes, incluso de las universidades, y viven en el más oneroso ostracismo. Eso lo saben Los Aldeanos. Y Silvito El Esclavo de su Padre, lo sabe de sobra, él forma parte del meollo.

No se compra marihuana, ni se vende, ni se fuma, impunemente. Me pregunto qué le pasaría a Antúnez si lo cogieran con un gajo de marihuana en su casa. Sin embargo, yo he estado en casa de músicos en Cuba, donde la marihuana y la cocaína han pasado de mano en mano, y de nariz en nariz, con el balcón abierto. Claro, sólo mucho tiempo después me he enterado que el músico de marras también ostentaba el grado de coronel.

Donde se complica la cosa es cuando los hijitos de papá del castrismo son representados y promovidos por los hijitos de papá del exilio. Ahí ya eso es harina de otro costal. Porque ya ahí estamos dándole la razón a los Chacumbeles, el exilio de Miami ya no es lo que era antes, porque claro, también eso estaba en sus planes. Que el exilio cambiaría y dejaría de ser tan comemierda y patriotero, para convertirse en el primer sustentador de divisas de Aquella Porquería, metiéndose tremenda lasca de paso, y bajando morralla ideológica a cambio de la Gran Tajada.

Los Aldeanos cantan canciones “corajudas” en Cuba, pueden producirse en conciertos, y hasta les hacen una película (promoción anticipada a los conciertos fuera de Cuba), titulada Revolución, donde hablan mal del exilio, luciendo unos tatuajes con la efigie del Ché y camisetas del Ché, el Ché, señores, el argentino que más cubanos ha matado con el tiro en la nuca; y por el contrario, esos mismos pingús de los Aldeanos, no se atreven a decir ni mú en Miami. ¡Coño, se han intercambiado los papeles! ¿Resultará que ahora la represión es más fuerte en Miami que bajo los Castro?

Según ellos, lo peor que les puede pasar en Cuba, en caso de que dijeran algo en contra del régimen, es que a la abuelita de uno de ellos le diera un ataque de nervios (declarado en el programa de Aléxis Valdés por uno de Los Aldeanos), pero así y todo, quedan mudos, en el mejor estilo de los hijitos de papá, de los peores bitongos de mi escuela Forjadores del Futuro (Comedores de Pan Duro, añadíamos en la época). ¿Pero dónde están los “cojones” de los Aldeanos, esos que se cagan en la Casa Blanca, pero nunca se han cagado en el Consejo de Estado, y en Fidel y Raúl Castro propiamente, con nombres y apellidos, como sí lo han hecho los chicos de Porno para Ricardo, por cierto.

La gira de Gorki Águila por Estados Unidos fue rara y mal llevada, quizás a propósito, pero lo que no se puede negar es que Gorki Águila declaró lo mismo que dicen las canciones del grupo, alto y fuerte. Así que el blanquito rockero fue más “pingú y más cojonú”, si nos ponemos a ver, que los mulaticos raperos. Y es que por eso nunca me ha gustado del todo el rap, todos son unos papitíes, unos de bocapafuera, pero a la hora del cuajo se dan tremendas cagás.Como se cagaron durante el concierto de Pablo Milanés en la Tribuna Antiimperialista, cuando Gorki Águila se hallaba preso.

Me he ido enterando poco a poco de los entresijos de ese concierto. De las recientes declaraciones acerca de que si por ellos quedara daban gratis el concierto. Contra, qué respeto sienten por los trabajadores de los teatros, trabajadores que tienen que alimentar a sus familias. Ya, rapidito, vamos, a imponer el comunismo en donde quiera que llegan, el modelo económico del Ché y de los estímulos morales por encima de los materiales... Y amenazan con que si no van a cantar, o que si esto o lo otro. Bueno, hasta ahora, todo es tal cual el guión del Buró de Orientación. Por cierto, rectifico, no es que le dicten las canciones, no, es que se las aprueban, tal como dijo Silvito El Esclavo de su Padre: que Silvio le corregía aquí y allá, en el programa de Valdés.

De todo eso me he ido enterando vía correo electrónico, porque como ya dije en este blog hace tiempo, Penúltimos días me ha puesto una barrera para que yo no pueda visitarlo. Aún así me cita, claro, a la manera que cita Granma. Saca mis frases fuera de contexto, cosa de que quede como que yo estoy tirándole a Carlos Alberto Montaner y a Amado Gil, y sanseacabó, espero que ambos sigan leyendo mi blog y comprendan lo que quise decir al leer mi artículo completo. Ernesto Hernández Busto, además, usa una frase de apoyo en francés, que yo uso mucho, comme d’habitude. Bien, Ernesto Hernández Busto no habla media papa en francés, es más, no lo habla. Me consta porque él mismo me lo afirmó a través de email cuando le pregunté si lo hablaba para invitarlo a una posible reunión con el presidente francés y su esposa en Francia para tratar el caso de Cuba –menos mal que todo ocurre a su tiempo. Yo le rogaría, y advertiría, a Ernesto Hernández Busto, quien por cierto, siempre que me cita en un post, ese post recibe decenas de comentarios sólo con la intención de insultarme, que no se moleste en citarme. No necesito su reconocimiento, ni sus links. Mi blog tiene unas entradas diarias bastante numerosas, pero aunque tuviera dos o tres, verdaderas, con eso me bastaría. En caso de que me citara, como es el caso del último artículo, le aconsejaría que citara el meollo del artículo y que no se fuera por las ramas para congraciarse con, este caso, Carlos Alberto Montaner, Amado Gil, y María Elvira Salazar. Al primero, él mismo CAM puede dar fe de eso, le di mis mejores opiniones sobre EHB, en Madrid, después de aquella multitudinaria manifestación por Cuba. En el programa de María Elvira ya se ha colado, o sea que no le hace falta semejante perreo, y con Amado Gil no sé qué interés tendrá, pero seguro que alguno, porque él no hace nada que no sea para su beneficio personal. Lo único que me queda es rectificar mi opinión con CAM, y si Amado Gil necesita referencias pudiera dárselas. Pero pensándolo bien, es mejor que no, que cada cual haga su propio calvario y saque sus conclusiones, como me pasó a mí, que siempre me niego a oír consejos, y me lanzo de cabeza a experimentar por mí misma. Es cierto, he perdido un tiempo precioso, pero he ganado en personajes para mis novelas.

En cuanto a Los Aldeanos, o Los ArdeAnos. Es un asunto sin importancia, ya de eso hemos tenido a montones, y los que faltan por quitarse la máscara. Me da muchísima pena con aquellos artistas que están siendo manipulados por los oportunistas, descarados, y vendepatrias (vuelvo a repetirlo y lo repetiré mil veces), que lo usan para atiborrarse los bolsillos y tirarles a ellos las migajas. Ojalá que canten Los Aldeanos, o Los PicaCulos, me da igual, en Miami, o en La Conchinchina. De cualquier modo, ellos no fueron a cantar para mí, ni para el exilio que a mí me interesa, entonces, no tengo por qué pagar por ellos. Porque a la larga, lo que los ha hecho famosos, es youtube y Miami, por España pasaron con más penas que gloria.

Y también les deseo que regresen y que les vaya bien con la pava del Ché, y la basura reciclada. De todos modos, ellos sólo comen polvo en sus videoclips, para vendernos la imagen del gigoló oprimido. Yo tengo otros modelos: a Antúnez y a Biscet, no a muchos más. Ah, y a unos cuantos músicos que sí son unos cojonúos, y que comen polvo todos los días. Ayer mismo, uno de ellos se hallaba sentado en un quicio, sin tatuajes, sin argollas, bien peinado apergaminado en trenzas, y llegó un policía y cargó con él. Horas más tarde su familia se comunicaba conmigo. No digo su nombre porque no le he pedido autorización.

Yo siempre me acuerdo de Sigler Amaya, de Ariel. Y le deseo cada día –cito a Antonio Valle Vallejo- que pueda caminar lo más pronto posible para que se largue lo más rápido que pueda de Miami, a todo correr. Ahora entiendo por qué en los últimos años me he sentido tan mal en esa ciudad, muy sencillo, pues porque en los últimos tiempos me he ido tropezando con todo aquello de lo que yo salí huyendo despavorida.

La próxima vez que vuelva a ir tendré que preguntarle a Huber Matos por qué ninguno de ellos tuvo el mismo coraje que tuvieron a la hora de sacar a Batista, para meterle un tiro en la cabeza a Fidel Castro, a tiempo. Una vida se hubiera sacrificado a favor de millones de otras vidas.


Hace algunos años, uno que se hizo pasar por amigo, me convenció para que yo escribiera sobre el MIDEM de Miami, y las visitas de los músicos cubanos de la isla a Miami. Como en aquel momento, hasta hacía pocos tiempo, yo todavía había vivido en Cuba, con la lengua afuera, tratando de irme como fuera lo más lejos posible de Aquella Maldita Isla Basura, entendí que el exilio debía de abrirle las puertas a los músicos, a los artistas, recibirlos, y permitir que pudieran ser parte del exilio. Escribí a favor de que se celebrara el MIDEM en Miami, en El Nuevo Herald, con la participación de músicos cubanos de la isla. Pasados 16 años y unos cuantos puñetazos que me han dado los aprovechados del cuento, después de varias traiciones y decepciones, opino totalmente lo contrario. Y voy a tratar de hacer catarsis con ustedes, por medio de este texto, porque ya no tengo cabeza ni tiempo para analizar nada sobre el asunto, de forma seria.

Vamos a ver: supongamos que si Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, preso durante quince años, en la actualidad forma parte de una Oposición activa dentro de Cuba, aunque no es del grupo de los famosos de esa Nueva Disidencia de Diseño que tiene blogs, se reúne con más de cinco en una casa, hacen academias y revistas, e invitan a bloguear a antiguos segurosos (como si los segurosos dejaran de serlo alguna vez), no, él no es de ese grupo, por suerte para él, si Antúnez se parara en una esquina, allá, y se pusiera a cantar cualquiera de los raps de Los compañeros señoritos Aldeanos, en La Habana, o donde sea, no dura ni 5 segundos porque de que lo molerían a palos y lo entierran otros 15 años más en el tanque no les quepa la menor duda. Es cierto que Antúnez ha caminado las calles del pueblo de Pedro Luis Boitel leyendo fragmentos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ha organizado varios actos valientes de repudio contra el castrismo, a pleno sol. Pero hay una diferencia grande entre cantar un rap contra los Castro sin mencionarlos, y meter un discurso a pleno sol, mencionándolos con todas sus letras. En Aquella Isla Mierdera como lo es Cuba, nadie ignora, que atraería más adeptos si cantara el rap, que con el mitin político. Empezando porque los discursos de Fidel Castro fueron el mejor antídoto contra los discursos de cualquier tipo, contra los suyos propios. Por eso soy de los que opinan que el primer político que se pare en una tribuna en Cuba, después de la caída del castrismo, y baje cualquier muela bizca, le dejan vacío el timbiriche y firma su acta de defunción como político en ese mismo minuto. Ahora, eso sí, el primero que sin abrir la boca, tire hamburguesas y pizzas para la audiencia, ése gana sin vacilaciones, y se le rebosa la plaza de público.

No es la razón, desde luego, por la que Antúnez, que estuvo 15 años presos, en una isla como Cuba, incluso siendo opositor, le permiten empezar los discursos, pero casi nunca se los han dejado terminar. Las golpeaduras que han recibido tanto él como su mujer rebasan un número incalculable. Y en los últimos tiempos se han extremado los abusos contra su esposa, golpeándola más a ella que a él. Así que si Antúnez se pusiera a cantar rap con las letras de Los Aldeanos, con la mitad del contenido que tienen esas letras, dudo mucho que lo mandarían a una gira fuera, a España (donde por cierto, a Los Aldeanos no le hicieron el menor de los casos), y Miami. No, a Antúnez, lo hubieran mandado a una gira por Kilo 7, Boniatico, y unas cuantas prisiones más de alta seguridad.

Así que, cualquiera que me cante a mí cancioncitas con letras como las que cantan Los Aldeanos en Cuba, responde a un “diseño”. Y lo digo con todo conocimiento de causa. Porque bajo mis propios ojos vi cómo crearon a dos escritores de adentro de Cuba para contrarrestar la obra de Reinaldo Arenas y de Guillermo Cabrera Infante en el exilio. Lo viví. Y esos dos escritores fueron: Senel Paz, y el otro me lo reservo porque hoy vive en el exilio, aún cuando ha hecho viajes a Cuba. De eso se encargó Alfredo Guevara, que como bien dijo Carlos Franqui en su escribió Retrato de Familia con Fidel, es el cerebro gris, la cloaca gris, de Aquella Mierda. Para nadie es un secreto que Alfredo Guevara y Silvio Rodríguez son amigos, y ambos tienen la opinión de que a los jóvenes hay que dejarlos hacer hasta un punto, porque son los jóvenes los que dan la mejor cara de “la Revolución”, en la vitrina hacia el extranjero. Actúan así en agradecimiento a la memoria de Haydée Santamaría.

Los Aldeanos son un producto de ese andamiaje. No sé si conscientes o no, pero lo son. Ellos saben cómo vive el pueblo en Cuba, ellos saben de sobra que a otros músicos, de verdad, que no llevan tatuajes, ni maquillaje, ni los pelos amelcochados, sólo por cantar canciones en contra del régimen los han metido en cana, y los están matando de hambre y de tristeza porque no los dejan trabajar en ninguna parte, los han expulsado de todas partes, incluso de las universidades, y viven en el más oneroso ostracismo. Eso lo saben Los Aldeanos. Y Silvito El Esclavo de su Padre, lo sabe de sobra, él forma parte del meollo.

No se compra marihuana, ni se vende, ni se fuma, impunemente. Me pregunto qué le pasaría a Antúnez si lo cogieran con un gajo de marihuana en su casa. Sin embargo, yo he estado en casa de músicos en Cuba, donde la marihuana y la cocaína han pasado de mano en mano, y de nariz en nariz, con el balcón abierto. Claro, sólo mucho tiempo después me he enterado que el músico de marras también ostentaba el grado de coronel.

Donde se complica la cosa es cuando los hijitos de papá del castrismo son representados y promovidos por los hijitos de papá del exilio. Ahí ya eso es harina de otro costal. Porque ya ahí estamos dándole la razón a los Chacumbeles, el exilio de Miami ya no es lo que era antes, porque claro, también eso estaba en sus planes. Que el exilio cambiaría y dejaría de ser tan comemierda y patriotero, para convertirse en el primer sustentador de divisas de Aquella Porquería, metiéndose tremenda lasca de paso, y bajando morralla ideológica a cambio de la Gran Tajada.

Los Aldeanos cantan canciones “corajudas” en Cuba, pueden producirse en conciertos, y hasta les hacen una película (promoción anticipada a los conciertos fuera de Cuba), titulada Revolución, donde hablan mal del exilio, luciendo unos tatuajes con la efigie del Ché y camisetas del Ché, el Ché, señores, el argentino que más cubanos ha matado con el tiro en la nuca; y por el contrario, esos mismos pingús de los Aldeanos, no se atreven a decir ni mú en Miami. ¡Coño, se han intercambiado los papeles! ¿Resultará que ahora la represión es más fuerte en Miami que bajo los Castro?

Según ellos, lo peor que les puede pasar en Cuba, en caso de que dijeran algo en contra del régimen, es que a la abuelita de uno de ellos le diera un ataque de nervios (declarado en el programa de Aléxis Valdés por uno de Los Aldeanos), pero así y todo, quedan mudos, en el mejor estilo de los hijitos de papá, de los peores bitongos de mi escuela Forjadores del Futuro (Comedores de Pan Duro, añadíamos en la época). ¿Pero dónde están los “cojones” de los Aldeanos, esos que se cagan en la Casa Blanca, pero nunca se han cagado en el Consejo de Estado, y en Fidel y Raúl Castro propiamente, con nombres y apellidos, como sí lo han hecho los chicos de Porno para Ricardo, por cierto.

La gira de Gorki Águila por Estados Unidos fue rara y mal llevada, quizás a propósito, pero lo que no se puede negar es que Gorki Águila declaró lo mismo que dicen las canciones del grupo, alto y fuerte. Así que el blanquito rockero fue más “pingú y más cojonú”, si nos ponemos a ver, que los mulaticos raperos. Y es que por eso nunca me ha gustado del todo el rap, todos son unos papitíes, unos de bocapafuera, pero a la hora del cuajo se dan tremendas cagás.Como se cagaron durante el concierto de Pablo Milanés en la Tribuna Antiimperialista, cuando Gorki Águila se hallaba preso.

Me he ido enterando poco a poco de los entresijos de ese concierto. De las recientes declaraciones acerca de que si por ellos quedara daban gratis el concierto. Contra, qué respeto sienten por los trabajadores de los teatros, trabajadores que tienen que alimentar a sus familias. Ya, rapidito, vamos, a imponer el comunismo en donde quiera que llegan, el modelo económico del Ché y de los estímulos morales por encima de los materiales... Y amenazan con que si no van a cantar, o que si esto o lo otro. Bueno, hasta ahora, todo es tal cual el guión del Buró de Orientación. Por cierto, rectifico, no es que le dicten las canciones, no, es que se las aprueban, tal como dijo Silvito El Esclavo de su Padre: que Silvio le corregía aquí y allá, en el programa de Valdés.

De todo eso me he ido enterando vía correo electrónico, porque como ya dije en este blog hace tiempo, Penúltimos días me ha puesto una barrera para que yo no pueda visitarlo. Aún así me cita, claro, a la manera que cita Granma. Saca mis frases fuera de contexto, cosa de que quede como que yo estoy tirándole a Carlos Alberto Montaner y a Amado Gil, y sanseacabó, espero que ambos sigan leyendo mi blog y comprendan lo que quise decir al leer mi artículo completo. Ernesto Hernández Busto, además, usa una frase de apoyo en francés, que yo uso mucho, comme d’habitude. Bien, Ernesto Hernández Busto no habla media papa en francés, es más, no lo habla. Me consta porque él mismo me lo afirmó a través de email cuando le pregunté si lo hablaba para invitarlo a una posible reunión con el presidente francés y su esposa en Francia para tratar el caso de Cuba –menos mal que todo ocurre a su tiempo. Yo le rogaría, y advertiría, a Ernesto Hernández Busto, quien por cierto, siempre que me cita en un post, ese post recibe decenas de comentarios sólo con la intención de insultarme, que no se moleste en citarme. No necesito su reconocimiento, ni sus links. Mi blog tiene unas entradas diarias bastante numerosas, pero aunque tuviera dos o tres, verdaderas, con eso me bastaría. En caso de que me citara, como es el caso del último artículo, le aconsejaría que citara el meollo del artículo y que no se fuera por las ramas para congraciarse con, este caso, Carlos Alberto Montaner, Amado Gil, y María Elvira Salazar. Al primero, él mismo CAM puede dar fe de eso, le di mis mejores opiniones sobre EHB, en Madrid, después de aquella multitudinaria manifestación por Cuba. En el programa de María Elvira ya se ha colado, o sea que no le hace falta semejante perreo, y con Amado Gil no sé qué interés tendrá, pero seguro que alguno, porque él no hace nada que no sea para su beneficio personal. Lo único que me queda es rectificar mi opinión con CAM, y si Amado Gil necesita referencias pudiera dárselas. Pero pensándolo bien, es mejor que no, que cada cual haga su propio calvario y saque sus conclusiones, como me pasó a mí, que siempre me niego a oír consejos, y me lanzo de cabeza a experimentar por mí misma. Es cierto, he perdido un tiempo precioso, pero he ganado en personajes para mis novelas.

En cuanto a Los Aldeanos, o Los ArdeAnos. Es un asunto sin importancia, ya de eso hemos tenido a montones, y los que faltan por quitarse la máscara. Me da muchísima pena con aquellos artistas que están siendo manipulados por los oportunistas, descarados, y vendepatrias (vuelvo a repetirlo y lo repetiré mil veces), que lo usan para atiborrarse los bolsillos y tirarles a ellos las migajas. Ojalá que canten Los Aldeanos, o Los PicaCulos, me da igual, en Miami, o en La Conchinchina. De cualquier modo, ellos no fueron a cantar para mí, ni para el exilio que a mí me interesa, entonces, no tengo por qué pagar por ellos. Porque a la larga, lo que los ha hecho famosos, es youtube y Miami, por España pasaron con más penas que gloria.

Y también les deseo que regresen y que les vaya bien con la pava del Ché, y la basura reciclada. De todos modos, ellos sólo comen polvo en sus videoclips, para vendernos la imagen del gigoló oprimido. Yo tengo otros modelos: a Antúnez y a Biscet, no a muchos más. Ah, y a unos cuantos músicos que sí son unos cojonúos, y que comen polvo todos los días. Ayer mismo, uno de ellos se hallaba sentado en un quicio, sin tatuajes, sin argollas, bien peinado apergaminado en trenzas, y llegó un policía y cargó con él. Horas más tarde su familia se comunicaba conmigo. No digo su nombre porque no le he pedido autorización.

Yo siempre me acuerdo de Sigler Amaya, de Ariel. Y le deseo cada día –cito a Antonio Valle Vallejo- que pueda caminar lo más pronto posible para que se largue lo más rápido que pueda de Miami, a todo correr. Ahora entiendo por qué en los últimos años me he sentido tan mal en esa ciudad, muy sencillo, pues porque en los últimos tiempos me he ido tropezando con todo aquello de lo que yo salí huyendo despavorida.

La próxima vez que vuelva a ir tendré que preguntarle a Huber Matos por qué ninguno de ellos tuvo el mismo coraje que tuvieron a la hora de sacar a Batista, para meterle un tiro en la cabeza a Fidel Castro, a tiempo. Una vida se hubiera sacrificado a favor de millones de otras vidas.

Zoé Valdés

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