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domingo, 15 de agosto de 2010

Rafael Rojas: Las excarcelaciones ponen en evidencia la injusticia de los procesos contra los 75




La progresiva excarcelación de los 52 miembros del Grupo de los 75 que permanecían en prisión "deja al descubierto la injusticia" de los procesos en los que fueron condenados en 2003 y de "las leyes vigentes que los permitieron", opinó el historiador cubano Rafael Rojas en un artículo publicado este domingo en el diario español El País.

"La amnistía, generalmente entendida como gesto de buena voluntad para con la Iglesia o como búsqueda de un cambio en la política europea y norteamericana hacia la Isla, tiene un valor propio: el de poner en evidencia la estructura jurídica totalitaria del socialismo cubano", dijo Rojas.

"En libertad, los 52 opositores podrán rendir testimonio ante la opinión pública internacional sobre los arbitrarios procesos a que fueron sometidos y sobre las condiciones en que debe sobrevivir un preso político en las cárceles cubanas. Esa estructura, por la cual un ciudadano que pacíficamente defiende otra idea de Gobierno puede ser juzgado y castigado como 'enemigo de la patria', no es un mecanismo defensivo ni una respuesta a agresión alguna sino un sistema institucional racionalmente adoptado para concentrar y preservar el poder", añadió el intelectual cubano exiliado en México.

Rojas consideró que "aun si la amnistía es entendida como negociación tampoco carece de valor".

"Durante medio siglo, los gobernantes cubanos han actuado como sujetos que no negocian porque nunca se equivocan o porque sus problemas son responsabilidad de otros. Poseedores de toda la verdad y toda la razón, esos líderes se han acostumbrado al ejercicio de un orgullo exuberante, en el que relacionarse con Cuba equivale a bendecir su sistema social o afirmar la bondad del régimen. El hecho de que después de 50 años sigan tan preocupados por la legitimidad es buena prueba de la frágil institucionalidad y del carácter totalitario del socialismo cubano", explicó.

El historiador recordó que el gobierno de Raúl Castro "retomó las conversaciones migratorias con Estados Unidos —en las que se negocian más temas que los migratorios— y, a través de la mediación de la Iglesia, acaba de negociar con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con la Unión Europea y, evidentemente, también con Washington, que flexibilizará los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba".

"El régimen ha negociado por desesperación, por interés o por ambas cosas, sin renegar de dicha negociación ni acompañarla de los habituales derroches de intransigencia", dijo.

Añadió que "lo que está dispuesto a ofrecer ese Gobierno en su negociación es poco si se piensa en el cúmulo de problemas económicos, políticos y sociales de Cuba. Sólo la liberación de los 52 y, tal vez, de algunos presos políticos más. Nada relacionado con sus propias promesas de 'cambios estructurales y de concepto' y con las expectativas de reformas que posee la mayoría de los cubanos". Pero aunque la excarcelación de todos los opositores pacíficos presos "no es el primer paso hacia la transición democrática", sí "es un acto de justicia", dijo.

Rojas llamó la atención sobre el hecho de que los miembros del régimen evitan utilizar términos como "transición" o "reforma".

Recordó las declaraciones del ministro de Economía, Marino Murillo, durante la última sesión de la Asamblea Nacional de Poder Popular: "No se puede hablar de reformas". En todo caso, de "actualizaciones" o "ajustes" en la economía de Estado.

Raúl Castro habla de "cambios estructurales y de concepto", que por ahora "no van más allá del permiso al autoempleo o trabajo por cuenta propia", señaló Rojas.

El historiador indicó que "'cambio estructural', bajo cualquier paradigma teórico, significa transformación de una estructura y la estructura económica —por no hablar de la política—".

"Si no habrá modificaciones en ese principio, por qué hablar entonces de 'cambios estructurales'", interrogó.

"Es evidente que con aquella fórmula retórica Raúl Castro intentó crear una expectativa de reformas, que le permitiera desembocar en la actual negociación, sin comprometerse a la realización de reforma alguna. Por eso ahora dice que 'cambio estructural' quiere decir lo contrario: mantener intacta la estructura económica del sistema", consideró.

Rojas advirtió que "los interlocutores de Raúl Castro en la Iglesia, en España, en Europa y en Estados Unidos, que desean una transición democrática, deberían acotar sus expectativas sin dejar de negociar".

Opinó que "una negociación en curso puede ser la mejor vía para rebasar la limitada oferta de La Habana, siempre y cuando no se avale el inmovilismo".
(publicado en Diario de Cuba)

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