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sábado, 14 de agosto de 2010

La Dictadura Intensifica Ofensiva contra la Televisión Satelital




Agencias - LNC .Según reporta la maquinaria mediática controlada por la dictadura cuatro cubanos, uno de ellos residente en Estados Unidos, identificados con el primer apellido y la inicial de sus nombres fueron sancionados por "la venta ilegal de servicios de televisión satelital". La información la consignó un reporte del diario Granma en el que anunció que F. Cuan, A. Correa, R. Talles y M. Orozco (residente en E.U.) fueron condenados a penas no especificadas de hasta tres años de cárcel por violar leyes nacionales e internacionales. De acuerdo con la información, Orozco introdujo de 2004 a 2006 en la capital cubana unas 800 tarjetas satelitales de la norteamericana DIRECTV, tras aprovechar que laboraba como instalador y reparador de esa compañía. Transgrediendo las regulaciones aduanales establecidas, en 2004 introdujo en el país un decodificador satelital, por lo que fue sancionado a dos años de privación de libertad.
El Régimen cubano mantiene un severo bloqueo informativo que no sólo se limita a bloquear todo acceso no autorizado a la Internet, sino incluye la interferencia a señales de radio y televisión que transmiten en otros países, e interferir señales de estaciones locales de radio en idioma español en la Florida.

Tradicionalmente y por medio siglo el gobierno cubano han extendido ese férreo bloqueo a publicaciones, revistas, libros, periódicos y todo tipo de informacíón que no se origine en su maquinaria de propaganda o no tenga la aprobación del veterano aparato de censura oficialista. Numerosas obras y autores, incluídos cubanos no están autorizados en Cuba y si circulan lo hacen clandestinamente. Desde temprano en el proceso totalitario cubano, ni siquiera las bibliotecas escaparon a la destrucción y quema de libros, considerados no aceptables por La Habana.

Los tres encartados fueron condenados por los tribunales populares a penas de privación de libertad y trabajo correccional por el delito de actividades económicas ilícitas. Además se les confiscaron equipos satelitales.



En tanto, a quienes compraron tarjetas o alquilaron esos servicios se les impusieron sanciones pecuniarias y el decomiso de los bienes empleados para la recepción ilegal de las señales de televisión.

Una tarjeta puede costar en el mercado subterráneo de 30 a 40 pesos cubanos convertibles (uno igual a 0,81 dólares) y su recarga, unos cinco.
(publicado por La Nueva Cuba)

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