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viernes, 15 de enero de 2010

MALAS NOTICIAS









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Jorge Olivera Castillo


(La Habana 1961) Escritor y periodista independiente. Arrestado durante la ola depresiva de 200 y puesto en libertad a finales de 2004 mediante licencia extrapenal por motivos de salud. El gobierno se niega a dejarle salir del país. oliverajorge75@yahoo.com



Habana Vieja, La Habana, 14 de enero de 2010, (PD) Los precios internacionales de los alimentos quieren mantenerse en la estratosfera. Igor Montero sabe la distancia exacta. Entre nube y nube descubre el paulatino incremento de los costos del arroz, la leche, el pescado y otros productos no menos importantes de la canasta básica.

Desde su posición como director de ALIMPORT, la empresa que en Cuba se encarga de la importación y exportación de víveres, Montero observa por anticipado las causas de nuevas afectaciones en forma de restricciones al consumo interno, así como el repunte de los índices inflacionarios.

Recientemente ha subrayado que en la primera mitad del año en curso comenzarán a llegar esos infaustos recados de una crisis internacional que aún se esfuerza por salir de un pozo que nadie presumía fuera tan hondo y escarpado.

“A partir del mes de julio de 2009, por la recuperación económica de algunos países como China, India, entre otros, sobre todo de la zona asiática, que son grandes consumidores e importadores de alimentos, y unido al continuado efecto negativo de los cambios climáticos en varias regiones y los daños que estos ocasionan a las principales cosechas a nivel mundial, se inició nuevamente una tendencia alcista en los precios, que ya se refleja en las cotizaciones de estos productos de cara al primer semestre de 2010”. Tales explicaciones fueron brindadas por el funcionario al semanario Trabajadores hace pocos días.

En su intervención, también revela que el alza en las cotizaciones del níquel y el tabaco, dos de los principales productos exportables cubanos, no compensa el déficit que se produce a partir “de un mayor crecimiento de las importaciones respecto a las exportaciones de bienes”.

De hecho, y también lo afirma de manera explícita, aún continúa la disfuncionalidad de la economía nacional. Los precarios niveles de productividad y eficiencia impiden equilibrar la balanza de pago a través de la disminución en las erogaciones por concepto de compras en el exterior.

Es obvio que sin remodelar la estructuras de abajo a arriba y viceversa, la burocracia proseguirá imponiendo sus intereses.

Bloquear, retardar e inmovilizar el avance hacia la racionalidad y el desarrollo de un modelo económico rentable, son acciones normales de esta clase social que surge en las orillas del centralismo y logra amplios márgenes de legitimidad a partir de la carencia de políticas razonables. Oficializan la exaltación de los elementos ideológicos y dejan a oscuras, y llenos de piedras, los caminos de la dialéctica.

Los burócratas sobreviven en medio de tal ambiente, aptos para ese tipo de existencia. Más allá de fugaces señalamientos y amenazas, que al final se transforman en espaldarazos a instancias del descontrol y la indisciplina reinantes, la burocracia no tiene que temer.

En pocas palabras, el sistema está concebido para vivir del cuento: el pleno empleo, la absoluta calidad de los servicios médicos al margen de los efectos de la crisis, la unanimidad en torno a las decisiones del Partido Comunista, el optimismo en el discurso del poder que adelanta nuevas victorias, incluso en el deteriorado ámbito de la agricultura…

El día que el señor Igor Montero, diga en una entrevista que el país pudo rebajar a la mitad la actual importación de alimentos, hoy por hoy en el orden del 80% de las necesidades, Cuba no estará bajo la sombrilla del socialismo real. De hacerlo en las condiciones vigentes, de oposición a llevar a cabo reformas estructurales, pasaría a engrosar el abultado archivo de mentirosos profesionales. ¿No estará ya en esos registros?

En ese puesto laboral, sería extraña su ausencia en la nómina. Está muy cerca de la cúspide del poder totalitario y eso obliga a crear o repetir embustes, grandes y pequeños. ¿Qué partido puede gobernar un país durante más de medio siglo sin fraudes ni otras deshonestidades?

En resumen, aún faltan escalones para que termine la caída. Cuba sigue cuesta abajo a merced de las sacudidas y los golpes.

La crisis mundial no se ha acabado. Nos invita a que miremos al cielo para ver planear los precios de los alimentos. El director de ALIMPORT nos asegura que allí permanecerán flotando por tiempo indefinido. En la Isla, muchos toman nota y rezan un Padre Nuestro.
oliverajorge75@yahoo.com

1 comentario:

Jorge Luis Llanes Naranjo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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