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domingo, 15 de noviembre de 2009

LEYES JUSTAS Y JUECES RECTOS

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Pr Manuel Morejón Soler
Pastor episcopal. Reside en La Habana.
primaveradigital@gmail.com




LEYES JUSTAS Y JUECES RECTOS
Por Pr Manuel Morejón SolerPublicado
San Miguel del Padrón, La Habana, noviembre 12 de 2009 (PD) Durante el reinado de Federico El Grande, rey de Prusia, había un molino cerca de Postdam que estorbaba la vista de las ventanas de Sans Souci, la residencia favorita del monarca. El rey mandó a preguntar al propietario el precio por el cual vendería su molino. “Por ningún precio”, fue la respuesta del molinero. Enojado, Federico ordenó que el molino fuera demolido. “El rey puede hacer esto”, dijo el molinero cruzado de brazos, “pero hay leyes en Prusia”. Y procedió legalmente contra el monarca. El resultado del proceso fue que la corte sentenció a Federico a reconstruir el molino y a pagar además una gran suma de dinero como compensación. El rey se molestó, pero tuvo la magnanimidad de decir a sus cortesanos: “Estoy complacido de encontrar que existen en mi reino leyes justas y jueces rectos”.

Años después, el familiar que heredó legalmente el molino, se encontró en invencibles dificultades pecuniarias con motivo de las pérdidas sufridas a consecuencia de la guerra. Entonces escribió al rey de Prusia y preguntó si aún abrigaba el deseo de su antecesor de entrar en posesión del molino, dadas las condiciones embarazosas en que como propietario se encontraba. El rey escribió inmediatamente, con su propio puño la siguiente respuesta:

“Mi querido vecino: No puedo permitir que venda usted el molino. Este debe permanecer en su posesión tanto tiempo como exista algún miembro de su familia, porque pertenece a la historia de Prusia. Lamento, sin embargo, que esté usted en malas circunstancias económicas y le envío 6 000 marcos para que arregle sus asuntos, esperando que esta suma sea suficiente para rehacer su negocio. Considéreme siempre como su afectísimo vecino, Federico Guillermo.”

Quizá aquí en Cuba sea un acto de extremo valor decirle al rey “no vendo mis principios por ningún precio”, como lo hizo el molinero que procedió legalmente contra el monarca prusiano y ganó el juicio. Pero el molinero estaba convencido de que en su país había leyes justas y que los jueces las harían cumplir.

Verdaderamente, la prohibición de la libertad de opinión y de prensa en Cuba no es una violación de la ley, puesto que la legislación prohíbe estos ejercicios y el Estado es suficientemente eficaz para hacerla cumplir. Pero, ¿esto no está en contradicción con lo que se expresa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

Dicha declaración, de la cual nuestro país es signatario, en su artículo 19 expresa: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”

Y por qué no citar las palabras de Fidel Castro en el discurso pronunciado en Montevideo, Uruguay, en 1959: “Soy de los que creen sinceramente en las libertades, soy de los que creen que cada cual tiene derecho a opinar lo que piensa… pero jamás el sistema debe privar a nadie de sus derechos, de enclaustrar la inteligencia, de amordazar el pensamiento, por ninguna razón del mundo.”

Recientemente he sido amenazado. Literalmente me dijeron: “Si no te quitas de lo que estás haciendo vas a ir preso”. Esta amenaza me la comunicó mi hermana, que es para mí como si fuera mi propia madre. Se la trasmitieron a ella para que me persuadiera de que andaba por malos caminos. Mi hermana es militante del Partido Comunista y pertenece a “los factores” del reparto California, en San Miguel del Padrón.

Veo esto como un flagrante chantaje, pues sé cuanto mi hermana me ama y cuanto se afectó su salud cuando trató este tema conmigo y le respondí: “Sabes que eres para mí como mi mamá, pero si se trata de que renuncie a predicar la palabra de Jesucristo y que deje de pronunciarme contra las injusticias sociales, puedes decirle a quienes te enviaron que los estoy esperando.”

Conozco los riesgos. En las prisiones cubanas hay decenas de condenados a largas penas por violar la Ley 88 o Mordaza. En estos momentos, la metodología represiva ha cambiado y se formulan las denuncias a los opositores a través de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) por desacato, desobediencia, resistencia y atentado, para radicarles la causa como vulgares delincuentes comunes.

Relaciono varios casos recientes que conozco. No son los únicos. En la medida que conozca y verifique nuevos casos, los relacionaré.
1- Dr. Darsy Ferrer (sin juicio)
2- Lic. Manuel de la Rosa Pérez (condenado a 5 años).
3- Arnaldo Campo Alegre (1 año)
4- Joel Carbonell Guilart (6 meses)

“Ay de los que dictan leyes injustas y prescriben tiranía para apartar del juicio a los pobres y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo.” (Isaías, 10:1).
imorejon@yahoo.es

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