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martes, 17 de noviembre de 2009

Cuba, fuera de las prioridades de la presidencia española de la UE

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El primer semestre de 2010, España asumirá la presidencia de turno de la Unión Europea. A Cuba, Madrid le había prometido atención. Ahora, un acuerdo entre Gobierno y oposición elimina a la isla de la lista de tareas.



48 horas estuvo el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, el pasado octubre en La Habana. El diplomático invitó a Raúl Castro a participar en la Cumbre UE-América Latina y el Caribe, que tendrá lugar en mayo de 2010 en Madrid; mencionó a los presos políticos pero evitó reunirse con la oposición al régimen y prometió a las autoridades locales que aprovecharía los seis meses de presidencia europea de su país para interceder a favor de la isla ante Bruselas.



El mensaje: España se esfuerza por relegar la "posición común" al baúl de políticas caducadas. El argumento: ¿por qué va a esperar Europa de Cuba el respeto de los derechos humanos que no le exige a otros Estados?



Pero, cuando en un sistema democrático el Ejecutivo realiza sus labores sin mayoría parlamentaria, como es el caso del español, el gobernar se torna una ardua tarea. De pacto en pacto ha de abrirse paso político José Luis Rodríguez Zapatero. También para poder enfrentar con tranquilidad los primeros seis meses de 2010 han tenido que buscar los socialistas el acuerdo con el conservador Partido Popular. Y del trato, Cuba se queda fuera- con gran parte de lo prometido.



"Posición común": rancia o coherente


Miguel Angel Moratinos en La Habana, 19.10.2009
Chávez, Morales y Castro son los mejores amigos de Zapatero en América Latina- cuando los populares en torno a Mariano Rajoy lanzan dardos contra el Gobierno, lo hacen sin miramientos. Moratinos "se ha pasado por el forro" la posición común de la UE con respecto a Cuba y se ha convertido en "embajador del castrismo", citaba la agencia EFE unas declaraciones del secretario de política internacional del PP, Jorge Moragas, concedidas a finales de octubre al Wall Street Journal.



La "posición común" nació en 1996 a iniciativa del entonces presidente español y líder popular, José María Aznar. La resolución establece que Europa mantendrá las distancias con Cuba mientras la isla no dé señales claras de estar dispuesta a avanzar en materia de derechos humanos. Hoy está considerada por unos como una política contraproducente al estilo del embargo de Estados Unidos y por otros como una postura de coherencia con los principios de la Unión. Las sanciones que la acompañaban fueron eliminadas ya en 2008, pero su prevalencia como postura evita que la UE pueda llegar a acuerdos de cooperación con La Habana, y Madrid se había fijado como objetivo acabar definitivamente con ella.



Sin embargo, de la hoja de ruta para la presidencia española de la Comunidad, Cuba ha desaparecido. Casi dos meses se han pasado negociando el Partido Popular y el Partido Socialista- dos formaciones que suman casi la totalidad de los escaños de la Cámara legislativa española- sin que se lograra un acuerdo en este punto. Al final, Zapatero parece haberle dado prioridad a la paz interior, al menos mientras Europa mira.


Un tema de intereses económicos



Cuba: un país que casi todo lo importa.La discusión en torno a la política española con respecto a Cuba no es ninguna novedad. Años llevan los representantes de ambos bandos debatiendo la cuestión, y presentando a sus apoyos: Estados Unidos, América Latina y el Vaticano están con Moratinos, asegura el ministro; Alemania, Reino Unido, Suecia y la República Checa se niegan a aflojar las medidas contra el régimen castrista, recuerdan en el PP. El respaldo de la Unión Europea lo reivindica cada cual para sí.



Pero a nadie se le escapa que más allá del enfrentamiento ideológico, éste es un tema de intereses económicos. Según el diario digital economista.es, aunque el Ministerio cubano para la Inversión Extranjera no da cifras detalladas, se calcula que en 2008 estaban presentes en Cuba unas 150 empresas españolas y que España se encuentra entre sus tres principales inversionistas. El año pasado, Estados Unidos vendió a sus vecinos productos por valor de 870 millones de dólares- España por 932 millones de euros.



Cuba podría iniciar pronto su transición hacia la democracia... ¿y el capitalismo?Después de los huracanes y la crisis financiera, los datos de 2009 presentan una contracción considerable. Por falta de liquidez, La Habana retiene, en una medida que asegura ser sólo "coyuntural", los cobros a una cantidad desconocida de compañías hispanas y se calcula que la deuda asciende ya a unos 600 millones de euros. Pero lo importante es aguantar.



Ante las trabas que Estados Unidos le pone a los intercambios con Cuba, la isla ha tenido que ir buscando socios por otros lares: una oportunidad de oro, siendo éste un país que casi todo lo importa- "alrededor del 80 por ciento del total", reconoció el ministro de Comercio cubano, Rodrigo Malmierca- y que seguramente se encuentre al borde de la transición al capitalismo.



Aprovechando la cercanía cultural y el vacío que dejan las reticencias estadounidenses, la presencia económica española en Cuba ha ido aumentando en los últimos años a pasos agigantados. Las cámaras de comercio ibéricas recomiendan a sus miembros que vayan posicionándose para cuando las cosas cambien y crezca la competencia. En esto, una mano política no vendría mal. Pero durante su semestre al frente de la UE, el Gobierno español no podrá impulsar como habría querido las relaciones comunitarias con Cuba. Un acuerdo se lo impide- al menos de cara a la galería.



Fuente : DW-World.DE/Deutsche Welle

Autor: Luna Bolívar Manaut

Editor: Enrique López Magallón

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